INIQUIDAD


¿QUE ES LA INIQUIDAD?

¿Cómo se descubrió la Iniquidad?
En Ezequiel 28:15  “perfecto eras en todos tus caminos, hasta que se halló en ti la Iniquidad…”

Esta fue la caída de Satanás a causa de la iniquidad. ¿Cómo entró aquí la iniquidad? ¿Qué significa que alguien allá sido perfecto en todo y luego entró iniquidad? Algo se torció dentro de Él, lo sacó de su lugar, de su propósito.

Iniquidad: significa “torcido” “desviado” 

“Porque Yo Soy Yahvé tu Dios que visita la Iniquidad de los padres Sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” Éxodo 20, 5

La Iniquidad es como un cordón o DNA espiritual en donde se van grabando todos los PECADOS NO CONFESADOS del hombre y lo que será su herencia a la siguiente generación. La iniquidad es transmitida al hombre desde su concepción y va a impregnar el corazón de sus pensamientos e intenciones que se oponen a la justicia, la verdad, al amor y a todo lo que Dios es. 

La Iniquidad se manifiesta en el alma formando densos velos.

Debido a que la Iniquidad se opone a la justicia divina, por estar torcida de ella, esto va a ocasionar un continuo choque con la rectitud de Dios. La justicia divina tiene como fin juzgar todo lo que se opone a ella. 

El propósito de los juicios de Dios es “alinear” (purificar) todas las cosas según su Justicia. Esto significa que donde hay caminos torcidos va a haber una continua acción divina tratando de alinear a la persona con él. Esto se va a manifestar en pruebas, juicios, tribulaciones, desiertos, etc. 
Si lo comparamos con un árbol podemos afirmar que la Iniquidad es el tronco con su raíz y sus ramas, mientras que el pecado representa los “frutos” de ese árbol. Este árbol se irá robusteciendo de generación en generación conforme haya una manera de vivir “torcida” o “desviada” según la voluntad de Dios. 

La Iniquidad es la verdadera raíz de donde surge todo el mal en nosotros y es ahí donde debemos echar el hacha. La gran mayoría de los creyentes confiesan sus pecados a Dios pero jamás le han pedido que borre sus iniquidades. 
Y por esta causa siguen padeciendo la consecuencia de maldiciones de todo tipo (familiares, financieras, sentimentales) o enfermedades familiares incurables, destrucción de la familia, divorcios, accidentes y tragedias que no deberían ocurrir estando bajo la protección de Dios. 
En el libro de Isaías, capítulo 53, 4-5 podemos leer: 
“Más El fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestras Iniquidades… y por sus llagas fuimos sanados” 
Con su sacrificio en la Cruz Cristo nos redime de toda iniquidad, pecado y de toda cárcel del alma y del espíritu. 

En Malaquías 2, 16 leemos: 

“Porque Yahvé ha dicho que aborrece el repudio y al que cubre de iniquidad su vestido. Guárdense pues en su espíritu, no seais desleales.” 
En el Salmo 51, el rey David expresa: 
“….en Iniquidad he sido formado y en pecado me concibió mi madre…” 

Las obras de la carne manifiestan la Iniquidad: adulterio, fornicación, idolatría, pleitos, herejías, envidias, homicidios, orgías… (Gálatas 5, 19-21) 

Es importante saber que NO es la voluntad del hombre la que deshace las obras de la carne, sino el Espíritu de Dios. 

Debemos entender que para que el Espíritu Santo venga sobre nosotros, es fundamental tomar primero la decisión de alejarse de la “Iniquidad”. 

Esto sucede cuando hay una plena convicción en la cual con todo mi corazón decido CAMBIAR mis caminos para alejarme de la iniquidad y vivir en JUSTICIA. La mente NO alcanza porque si bien reflexiona y acepta, CARECE del poder para romper estructuras de comportamiento. 
“Porque con el corazón se cree para Justicia y con la boca se confiesa para Salvación”. Romanos 10,10


FRUTOS DE LA INIQUIDAD

RESENTIMIENTO:

Amargura: “Amargura” proviene de una palabra que significa punzar. Su raíz hebrea agrega la idea de algo pesado. Finalmente, el uso en el griego clásico revela el concepto de algo fuerte. La amargura, entonces, es algo fuerte y pesado que punza hasta lo más profundo del corazón. La amargura no tiene lugar automáticamente cuando alguien me ofende, sino que es una reacción a la ofensa o a una situación difícil y por lo general injusta. No importa si la ofensa fue intencional o no. Si el ofendido no arregla la situación con Dios, la amargura le inducirá a imaginar más ofensas de la misma persona.
Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados; Hebreos 12:15

Falta de perdón: es un sentimiento muy doloroso en el ALMA, acompañado de constantes malos pensamientos, palabras destructivas y actitudes violentas hacia aquellos que nos hicieron daño, hacia uno mismo y hacia los demás. "Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino..." SAN MATEO 5:25

Asesinato, Odio de varias formas, Destrucción, Violencia, Venganza: Ira, Mal genio
FALSA CARGA:
IDOLATRÍA MENTAL:
VOLUNTAD PROPIA:
ORGULLO:
IDOLATRÍA:
CONTROL:
A ABANDONO:
RECHAZO:
INSEGURIDAD:
ACCIÓN Y COMPULSIÓN:
PASIVIDAD:
ESCAPE:
ESPIRITISMO:

QUE HACEMOS PARA TRATAR CON LA INIQUIDAD Y SER LIBRES DE ELLA?
TITO 2:11‐15  RENUNCIAMOS A TODA IMPIEDAD (iniquidad) Y A TODO DESEO MUNDANO, VIVAMOS AHORA SOBRIA JUSTA Y PIADOSAMENTE.

Cristo llevó nuestras iniquidades, confesando las iniquidades.

1. Debemos orar y pedirle al Espíritu Santo que  nos revele las iniquidades ocultas de nuestros antepasados

2. Confesarlas delante del Señor en oración (eso es sacar a la luz) al sacar lo oculto a la luz, pierde derecho legal
sobre mi vida el reino de las tinieblas.

3. Renunciar voluntariamente a lo que por ignorancia hacíamos y practicábamos

4. Arrepentirme es cambio radical, es metanohia es Metamorfosis, es transformación, cambio de mi manera de
pensar,

5. Cancelar sobre mis generaciones esas iniquidades y bendecir a mis hijos, nietos, etc hasta una cuarta generación.

6. Orar para ser llenos del  Espíritu Santo de Dios y vivir en obediencia

7. Es el proceso de sacar un árbol desde la raíz, de lo contrario si solo pasamos la vida sacando los frutos, nunca el
árbol dejara de dar frutos, hasta que no arranquemos la iniquidad, nunca seremos libres de las rebeliones y los
pecados generacionales.
¿QUE ES LA INIQUIDAD?

¿Cómo se descubrió la Iniquidad?
En Ezequiel 28:15 “perfecto eras en todos tus caminos, hasta que se halló en ti la Iniquidad…”

Esta fue la caída de Satanás a causa de la iniquidad. ¿Cómo entró aquí la iniquidad? ¿Qué significa que alguien allá sido perfecto en todo y luego entró iniquidad? Algo se torció dentro de Él, lo sacó de su lugar, de su propósito.

Iniquidad: significa “torcido” “desviado” 

“Porque Yo Soy Yahvé tu Dios que visita la Iniquidad de los padres Sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” Éxodo 20, 5

La Iniquidad es como un cordón o DNA espiritual en donde se van grabando todos los PECADOS NO CONFESADOS del hombre y lo que será su herencia a la siguiente generación. La iniquidad es transmitida al hombre desde su concepción y va a impregnar el corazón de sus pensamientos e intenciones que se oponen a la justicia, la verdad, al amor y a todo lo que Dios es. 

La Iniquidad se manifiesta en el alma formando densos velos.

Debido a que la Iniquidad se opone a la justicia divina, por estar torcida de ella, esto va a ocasionar un continuo choque con la rectitud de Dios. La justicia divina tiene como fin juzgar todo lo que se opone a ella. 

El propósito de los juicios de Dios es “alinear” (purificar) todas las cosas según su Justicia. Esto significa que donde hay caminos torcidos va a haber una continua acción divina tratando de alinear a la persona con él. Esto se va a manifestar en pruebas, juicios, tribulaciones, desiertos, etc. 
Si lo comparamos con un árbol podemos afirmar que la Iniquidad es el tronco con su raíz y sus ramas, mientras que el pecado representa los “frutos” de ese árbol. Este árbol se irá robusteciendo de generación en generación conforme haya una manera de vivir “torcida” o “desviada” según la voluntad de Dios. 

La Iniquidad es la verdadera raíz de donde surge todo el mal en nosotros y es ahí donde debemos echar el hacha. La gran mayoría de los creyentes confiesan sus pecados a Dios pero jamás le han pedido que borre sus iniquidades. 
Y por esta causa siguen padeciendo la consecuencia de maldiciones de todo tipo (familiares, financieras, sentimentales) o enfermedades familiares incurables, destrucción de la familia, divorcios, accidentes y tragedias que no deberían ocurrir estando bajo la protección de Dios. 
En el libro de Isaías, capítulo 53, 4-5 podemos leer: 
“Más El fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestras Iniquidades… y por sus llagas fuimos sanados” 
Con su sacrificio en la Cruz Cristo nos redime de toda iniquidad, pecado y de toda cárcel del alma y del espíritu. 

En Malaquías 2, 16 leemos: 

“Porque Yahvé ha dicho que aborrece el repudio y al que cubre de iniquidad su vestido. Guárdense pues en su espíritu, no seais desleales.” 
En el Salmo 51, el rey David expresa: 
“….en Iniquidad he sido formado y en pecado me concibió mi madre…” 

Las obras de la carne manifiestan la Iniquidad: adulterio, fornicación, idolatría, pleitos, herejías, envidias, homicidios, orgías… (Gálatas 5, 19-21) 

Es importante saber que NO es la voluntad del hombre la que deshace las obras de la carne, sino el Espíritu de Dios. 

Debemos entender que para que el Espíritu Santo venga sobre nosotros, es fundamental tomar primero la decisión de alejarse de la “Iniquidad”. 

Esto sucede cuando hay una plena convicción en la cual con todo mi corazón decido CAMBIAR mis caminos para alejarme de la iniquidad y vivir en JUSTICIA. La mente NO alcanza porque si bien reflexiona y acepta, CARECE del poder para romper estructuras de comportamiento. 
“Porque con el corazón se cree para Justicia y con la boca se confiesa para Salvación”. Romanos 10,10


FRUTOS DE LA INIQUIDAD

RESENTIMIENTO:

Amargura: “Amargura” proviene de una palabra que significa punzar. Su raíz hebrea agrega la idea de algo pesado. Finalmente, el uso en el griego clásico revela el concepto de algo fuerte. La amargura, entonces, es algo fuerte y pesado que punza hasta lo más profundo del corazón. La amargura no tiene lugar automáticamente cuando alguien me ofende, sino que es una reacción a la ofensa o a una situación difícil y por lo general injusta. No importa si la ofensa fue intencional o no. Si el ofendido no arregla la situación con Dios, la amargura le inducirá a imaginar más ofensas de la misma persona.
Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados; Hebreos 12:15

Falta de perdón: es un sentimiento muy doloroso en el ALMA, acompañado de constantes malos pensamientos, palabras destructivas y actitudes violentas hacia aquellos que nos hicieron daño, hacia uno mismo y hacia los demás. "Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino..." SAN MATEO 5:25

Asesinato, Odio de varias formas, Destrucción, Violencia, Venganza: Ira, Mal genio
FALSA CARGA:
IDOLATRÍA MENTAL:
VOLUNTAD PROPIA:
ORGULLO:
IDOLATRÍA:
CONTROL:
A ABANDONO:
RECHAZO:
INSEGURIDAD:
ACCIÓN Y COMPULSIÓN:
PASIVIDAD:
ESCAPE:
ESPIRITISMO:

QUE HACEMOS PARA TRATAR CON LA INIQUIDAD Y SER LIBRES DE ELLA?
TITO 2:11‐15 RENUNCIAMOS A TODA IMPIEDAD (iniquidad) Y A TODO DESEO MUNDANO, VIVAMOS AHORA SOBRIA JUSTA Y PIADOSAMENTE.

Cristo llevó nuestras iniquidades, confesando las iniquidades.

1. Debemos orar y pedirle al Espíritu Santo que nos revele las iniquidades ocultas de nuestros antepasados

2. Confesarlas delante del Señor en oración (eso es sacar a la luz) al sacar lo oculto a la luz, pierde derecho legal
sobre mi vida el reino de las tinieblas.

3. Renunciar voluntariamente a lo que por ignorancia hacíamos y practicábamos

4. Arrepentirme es cambio radical, es metanohia es Metamorfosis, es transformación, cambio de mi manera de
pensar,

5. Cancelar sobre mis generaciones esas iniquidades y bendecir a mis hijos, nietos, etc hasta una cuarta generación.

6. Orar para ser llenos del Espíritu Santo de Dios y vivir en obediencia

7. Es el proceso de sacar un árbol desde la raíz, de lo contrario si solo pasamos la vida sacando los frutos, nunca el
árbol dejara de dar frutos, hasta que no arranquemos la iniquidad, nunca seremos libres de las rebeliones y los
pecados generacionales.

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