BRILLA

En Mateo 5:16, dice: Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Nuestro objetivo principal es glorificar al padre que está en los cielos, a través de buenas obras. La biblia nos dice que tenemos que alumbrar a través de ellas. La mujer debe aprender a alumbrar en todo lo que hace. Aprender que la luz de Cristo brille a través de ella para su familia, su trabajo, comunidad, iglesia y todo lo que haga.
En ocasiones, notamos que alguien tiene un problema, está sufriendo en secreto, pasando por una depresión, pasando situación económica, por problemas en el matrimonio o con los hijos. El propósito de la iglesia es lograr que esas mujeres que están pasando por un momento difícil con su matrimonio, sus hijos, que se han sentido menospreciadas y piensan que no pueden hacer algo para el reino de Dios, salgan al mundo encendidas, brillando.
Es importante que una mujer brille para su familia, para la sociedad y el reino de Dios. Cuando tienes a una mujer encendida, brillando, toda la familia brilla. Cuando una mujer brilla tienes negocios que brillan, finanzas en el hogar que brillan, hijos que brillan. Es para el beneficio de toda la familia cuando una mujer recibe bendición y unción del cielo. Entiende que Dios va a hacer cosas grandes en tu vida; tendrás sanidades.
Mujer, si por alguna razón en tu vida has estado detenida, paralizada, has pensado que no hay esperanza para tu vida, que ya no hay futuro, que no vas a poder lograr nada, toma estas palabras como palabras de aliento, palabras de fe, que te dicen que tú también puedes brillar. Levántate del lugar en que estás. Tu luz puede influenciar no tan solo a tu familia, sino a toda tu comunidad y a tu sociedad. Verás el propósito de Dios cumplido a través de ti.
No importa lo que estés pasando, tu destino no se ha cancelado por tus circunstancias presentes. Al contrario, hoy puedes moverte hacia adelante, hacia el futuro que Dios tiene para ti y ver su gloria de manera especial.

MUJER VIRTUOSA

Proverbios 31 nos habla sobre la mujer virtuosa.  Nos describe una mujer que sabía el potencial que Dios había puesto en ella.  Este potencial es la gran influencia para ayudar e impulsar a su esposo e hijos.
La mujer es la sazón de su familia.  Hay un dicho que dice: Si mama está feliz, todos en la casa están felices.  Es la mujer quien propaga el ambiente de un hogar.
La mujer que nos habla Proverbios 31, nos da muchas enseñanzas.  Entre estas: Su buena autoestima, pues nos dice que era mejor que las piedras preciosas.  Pensaba lo mejor de sí misma y no necesitaba que le dijeran si se veía bien o no, pues ella estaba segura que se veía bien.
Esta era una mujer que sabía conquistar el corazón de su esposo, pues nos dice que el corazón de su marido estaba en ella confiado.  También era una mujer que añadía prestigio a su familia y especialmente a su esposo, pues nos dice que su esposo era conocido en las puertas de la ciudad.  Esta mujer sabía dar lo mejor a su familia, pues daba el bien y no el mal todos los días.  Era una mujer trabajadora, productiva, que hacía negocios.  Trabajaba fuera y dentro del hogar.  Tomaba buenas decisiones, pues consideraba la heredad.  También nos enseña que ayudaba a los menesterosos.  Nos señala que se vestía con dignidad, se presentaba correctamente.
La mujer virtuosa vivía con seguridad, tranquila, sin temor y se reía del futuro.  Consideraba el efecto de lo que iba a hablar; por esto, cuidaba de lo que hablaba y se conducía con sabiduría.  Sus hijos le llamaban bienaventurada y su esposo la alababa.
Podemos ver el poder de influencia que tenía la mujer virtuosa de Proverbios 31.  Trabajaba todo a favor de su esposo y su familia.  Dios nos ha dado ese potencial de influencia.  Podemos cambiar el aroma, el ambiente y la atmósfera de todos nuestros familiares.
Los ataques y momentos difíciles que hoy en día vive la mujer es porque el enemigo y el mundo saben el potencial de influencia que hay dentro de cada una.  Pero hoy, mujer, párate en la brecha y declara la salvación sobre tus familiares y tus seres queridos; declara que ninguna arma forjada contra ellos prosperará.  Párate firme, creyendo en las promesas de Dios para ti y toda tu familia, y verás ese giro de 180 grados en toda tu casa.

¿DONDE ESTAS TU?

Cuando un hombre aprende a verse como Dios lo ve, y entiende que Dios lo posiciona en el lugar correcto, su vida cambia para siempre y, por consecuencia, toda su familia.
Tiene que llegar el momento en que digas como Pablo: Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fui hombre dejé lo que era de niño. Antes veía oscuramente, pero ahora veo cara a cara.
Dios está llamando a los hombres, preguntando lo mismo que preguntó a Adán en el Edén, cuando este se escondió de él, tras haber comido del fruto prohibido: ¿Dónde tú estás? ¿Quién te enseñó?
Levántate en el lugar en que te encuentras y créele a Dios, porque se va a desatar sobre tu vida el llamado de Dios para ti y, cuando tú te pongas en orden, tu casa se va a poner en orden, tus finanzas, tu familia, tus hijos.
La unción de Dios va a descender sobre ti y vas a salir del estancamiento, no vas a escuchar más malas noticias, no vas a escuchar más rechazo y menosprecio. ¿Te dejaron? ¿Te abandonaron? Pues tú te vas a sacudir el polvo de tus pies, y te vas a mover hacia adelante. Cree, en el nombre poderoso de Jesús, que viene una nueva temporada para tu vida y que, por el poder de su palabra, se desata el potencial de Dios en ti.
Cuando Dios te ve, no te ve como un niño herido, como un niño maltrecho. Dios te ve como un hombre lo suficientemente grande para llevar en tus hombros la autoridad y el principado que él te ha dado.
Sé libre para hacer todo lo que Dios quiere que tú hagas. Se acabó el llanto, las ataduras, se acabó la parálisis, se acabó el estar – como David – detrás de las ovejas, sin alcanzar el propósito de Dios para tu vida. Se acabó el no tener la autoestima debida, todo porque no has podido comprar un carro, una casa. El Dios al que tú le sirves ha estado llamando tu nombre, preguntando: ¿Dónde estás? Y ha dado la orden de que te saquen de detrás de las ovejas porque, aunque otros te vean como un niño, él te ve como un hombre y te ha llamado para alcanzar algo grande en tu vida.