LA BENDICION QUE VIENE POR PEDIRLA


Pedir lo que necesitamos o deseamos de Dios es un principio fundamental de nuestra relación con Él como Rey y Señor de todo. Él acude a nuestro llamado. Mateo 7:7–11 lo aclara: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Los líderes del pacto de Dios comprendieron este aspecto de la relación de la humanidad con Dios y lo llevaban a cabo cuando entraban en su presencia.

Jabes: “Oh, si me dieras bendición”

La historia de Jabes solamente abarca dos versículos (1 Crónicas 4:9–10), y es un poderoso recordatorio de la eficacia de la oración ferviente. La Biblia dice que Jabes era un hombre honorable, más ilustre que sus hermanos. Ser honorable y tener un corazón puro delante de Dios, siempre será importante para la manera en que Dios responde nuestras oraciones. Veremos este tema a lo largo del libro. No se trata de ser perfecto, sino de ser santo, como lo revelaremos más tarde.

La historia de Jabes muestra más tarde que él invocó al Dios de Israel pidiéndole bendición y Dios le otorgó lo que pidió. Dios le respondió a Jabes. Él no oró durante mucho tiempo, recitando la Torá y utilizando palabras extravagantes. Simplemente se presentó ante Dios y dijo: “¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera contigo, y me libraras del mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que le pidió (v. 10). Él le pidió a Dios que se lo otorgara. Así de simple.

·Esto nos enseña que podemos pedirle a Dios que nos bendiga y que Él nos otorgará lo que pidamos. Jabes le pidió a Dios que lo bendijera y Él lo hizo. Dios es la fuente de la bendición y su naturaleza es ser bueno con su creación. El salmista dice: “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia” (Salmos 100:5). Una revelación de la bondad de Dios producirá fe para obtener sus bendiciones.

·Jacob: “No te dejaré, si no me bendices”

·Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices (Génesis 32:24–26).

Este acontecimiento en la vida de Jacob vino después de que luchó por la mujer de sus sueños. Él trabajó diligentemente por su esposa Raquel durante catorce años. Muchos de nosotros oramos una vez y nos enfadamos inmediatamente con Dios cuando Él no nos da aquello por lo que oramos. Jacob no lo hizo, él se asió de lo que sabía que Dios tenía para él al final de su trabajo. Él tenía sus ojos fijos en la bendición y no la dejaría ir hasta tenerla.

Aquí vemos a Jacob una vez más en medio de la batalla, pero esta no es una batalla física. Él está peleando con lo sobrenatural. Abraham e Isaac, los padres de las generaciones anteriores, le habían enseñado acerca del poder y la provisión del único Dios verdadero. Él sabía que al tener comunión con Él, tendría una invitación abierta para hacer una petición de bendición. Y obtuvo bendición. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma (Génesis 32:27–30).

Jacob no solamente se encontró cara a cara con Dios, sino que, por haberlo pedido, también fue bendecido con un nombre, un propósito, un futuro y un destino nuevos. Su identidad fue cambiada. Eso es lo que Dios desea hacer cuando usted se acerque a Él para obtener bendición. Él desea darle más de lo que pide, porque Él es bueno y porque sabe cómo otorgarles dádivas a sus hijos. Lo que usted le pide es solamente el comienzo de lo que Él desea hacer en su vida.

Moisés: “Te ruego que me muestres tu gloria”

Moisés anhelaba la gloria del Señor. Él deseaba habitar al abrigo del Altísimo. Buscó al Señor y Él lo conocía íntimamente: “ . . . por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre” (Éxodo 33:17). De manera que cuando llegó el momento de que Moisés pidiera ver la gloria de Dios, no tuvo que presentar un argumento de cuán cercanos eran Dios y él. Dios conocía a Moisés por nombre. ¿Dios conoce su nombre?

·Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia enmis ojos, y te he conocido por tu nombre. El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y

verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro (Éxodo 33:17–23).

El Señor hizo que su bien pasara delante de Moisés. “Bien” es la palabra tuwb, que significa bienes, cosas buenas, propiedad, justicia, belleza y prosperidad. El Señor es abundante en bondad y desea darles buenas dádivas a sus hijos. Dios nos ha saciado de bienes (bendiciones). Si lo conocemos y Él nos conoce, todo lo que debemos hacer es pedírselo. Sus bendiciones son para sus hijos.

¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! (Salmos 31:19).

BENEFICOS DE LA FELICIDAD



Según Rich Bayer, Ph.D., director general de Upper Bay Counseling and Support Services, Inc., las personas felices tienen más contacto social y mejores relaciones sociales que sus homólogos infelices. Estudios de perso


nas positivas muestran que están más alto en la escala de tener buenas relaciones con ellos mismos y con los demás. Su vida amorosa también es mejor. Las personas felices tienden a ser más amables con los demás y a expresar empatía con más facilidad.


Desde luego, las personas felices no tienen “más suerte” que otras personas. Experimentan su parte de tragedia y dificultad, pero los estudios muestran que realizan una mejor tarea a la hora de redefinir. Recuerdan los buenos acontecimientos en sus vidas más rápidamente, y cuando suceden cosas malas, creen que las cosas finalmente se arreglarán. Ellas tienen esperanza.

La felicidad es una de las claves para una vida larga y satisfactoria. L

os estudios también muestran que las personas felices tienen men

os problemas de salud. Las investigaciones entre personas mayores indican que quienes tie

nen emociones positivas viven más tiempo que sus homólogos

a

margados. Se mostró que las personas felices tienen la mitad de probabilidad de sufrir discapacidad que las personas tristes en el mismo rango de edades. Y las personas felices tienen un umbral de dolor más elevado que quienes están tristes.

Cuando usted se ríe, potentes sustancias químicas llamadas endorfinas, que actúan de modo muy similar a la morfina, se liberan en el cerebro. Las endorfinas desencadenan un sentimiento de bienestar por todo su cuerpo y alivian el dolor. En el departamento de medicina conductiva de la facultad de medicina de UCLA, un hombre llamado Norman Cousins realizó una amplia investigación de los beneficios físicos de la felicidad.

Él estableció Humor Research Task Force, que coordinaba la inve

stigación clínica mundial sobre el humor. Su investigación demostró de modo conclusivo que la risa, la felicidad y el gozo son antídotos

perfectos para el estrés.

Una buena risa puede:

  • Disminuir las hormonas del estrés, lo cual le ayuda a relajarse
  • Mejorar la calidad del sueño
  • Aliviar el dolor
  • Descender la presión sanguínea
  • Mejorar el sistema inmunológico
  • Fortalecer la función cerebral
  • Aumentar la longevidad
  • Proteger el corazón y evitar ataques al corazón
  • Conectarle con los demás
  • Prevenir el divorcio
  • Elevar el humor y ayudar a liberar la ansiedad y la depresión

Trabajar de modo similar al ejercicio según la asociación para el humor aplicado y terapéutico: “Sin humor, los procesos de pensamiento tiene

n probabilidad de quedarse estancados y estrechamente enfocados

, conduciendo a una mayor angustia”.

Escoger una buena actitud no disminuye la cantidad de sufrimiento en su vida o en el mundo, pero ayuda a aligerar la carga. Incluso cuando sufrimos, podemos escoger estar gozosos porque Dios está con nosotros. El Dr. Lee Berk y su colega investigador, el Dr. Stanley Tan de la Universidad Loma Linda en California, estudiaron los efectos de la risa en el sistema inmunológico, y encontraron una disminución general en hormonas del estrés que constriñen los vasos sanguíneos y suprimen la actividad inmunitaria en personas expuestas al humor.

Los niveles de la hormona del estrés epinefrina eran menores en el grupo tanto antes del humor como después de la exposición al humor. Los niveles de epinefrina siguieron bajos durante todo el experimento. Como dije anteriormente, yo recomiendo a todos mis pacientes reírse a carcajadas diez veces por día. Receto videos de Carol Burnett, de Sanford and Son y otros de humor sano (algunas comedias hispanas sanas podrían ser las películas de Cantinflas y los programas de El Chavo del Ocho) a mis pacientes. Cree un hábito de felicidad en lugar de un hábito de preocupación. Su felicidad no está a merced de otras personas o de circunstancias y acontecimientos de la vida. El corazón alegre es su mayor arma contra el estrés.

--Extracto tomado del libro La nueva cura bíblica para el estrés por Dr. Don Colbert.

GRACIA VENIDERA


Corte la raiz del pecado.El pecado de nadie se justifica. Pecamos porque queremos.

Los pecados prometen felicidad y nosotros creemos esa mentira.¿Cómo podemos cortar la raíz del pecado en nuestras vidas? El pecado debe ser penado por la justa sangre de Cristo y el poder del pecado debe ser roto por la promesa de Cristo.
Las mediaciones de John Piper están enraizadas en la roca sólida de la reflexión bíblica. Capítulo por capítulo, uno para cada día del mes, el autor revela cómo al abrazar la promesa de Dios, se puede romper el poder de la ansiedad, el desánimo, la codicia, la lujuria, la amargura, la impaciencia, el orgullo, la vergüenza perdida y más.Esta es una propuesta, la de revitalizar una cristiandad americana decadente, que solo sabe hacer trampas a la gracia y a la fe. Penetrado por la Biblia, saturado de Dios, profundamente evangélico y apasionadamente humano, Piper llena la olvidada dimensión de fe, esperanza, alegría, estabilidad y santidad, el aprecio y la alabanza a Dios, con una mano maestra.Es un enriquecedor y sabio libro; para atesorar y releer.

EL LEGADO DEL GOZO SOBERANO


Cuando Agustín entregó el liderazgo de su Iglesia en el año 426, su sucesor estaba tan abrumado por lo inadecuado que se sentía, que declaró: El cisne guarda silencio, temiendo que la voz de aquel gigante espiritual se perdiera para la historia. Sin embargo, durante mil seiscientos años, Agustín no ha guardado silencio, como tampoco lo han guardado los hombres que fueron fieles heraldos de la causa de Cristo después de él. Sus vidas han inspirado a todas las generaciones de creyentes, y nos deben impulsar a nosotros asentir una pasión mayor hacia Dios.

Agustín. Lutero. Calvino. Leemos sus libros, sus comentarios, sus sermones, y los admiramos por su grandeza. Los miramos como unos gigantes de la fe casi perfectos, encerrados pacíficamente dentro de su estudio, escribiendo sin descanso, sin que los molestaran, que disfrutaban de una unión mística con Dios que solo ellos podían conocer.Sin embargo, John Piper recoge la verdad: Su experiencia de la majestad y la gracia de Dios en su debilidad, y frente a una cantidad incontable de injusticias y adversidades, fue la que lo cambio todo en sus vidas. Fue la que llevó a Agustín a abandonar los frívolos gozos del mundo, a Lutero al estudio continuo de la Palabra, a Calvino, o solo a una predicación bíblica infatigable, sino también a proclamar: Preferiría morir cien veces, a someter a Cristo a... asquerosas burlas. Y puede tener ese mismo efecto en la vida de usted.
Si alguna vez se comienza a sentir satisfecho con el pecado, si alguna vez pierde el gozo de Cristo, si alguna vez lo embotan las influencias del mundo, la vida de estos hombres lo puede ayudar a captar de nuevo las maravillas de Dios. Y por eso, John Piper lo lleva hasta los tiempos de Agustín, de Lutero y Calvino, invitándolo a observar sus imperfecciones, leer acerca de su transformación y contemplar el reflejo de Dios en su vida, para que la suya se sienta inspirada a una pasión mayor por la gloria de Dios