BARRO EN SUS MANOS

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:1-2
Pablo está diciendo: No te conformes a este siglo; mira la idea de Dios para ti. 
Cuando observamos estas palabras, nos damos cuenta que es el deseo de Dios que sus hijos realmente conozcan cuál es la idea que Él siempre tuvo para sus vidas. Es interesante, si miras la palabra del Señor y tú vida, verás que tu identidad es  formada por varias cosas.
La identidad es, en parte, influenciada por varios factores como el lugar de nacimiento, actitudes de familiares, actitudes de nuestros padres, y las circunstancias. Pero, cuando claramente miras la palabra del Señor, en Génesis 1 y 2 podrás ver que Dios fue quien formó la identidad. En Génesis 1 se ve la idea del corazón de Dios, cuando dice: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Entonces, en el capítulo 2, Dios moldea su idea para manifestarla con barro. Comienza a poner sus manos sobre esa idea y aprieta ese barro, poco a poco, hasta crear al hombre a la imagen que tiene dentro de él.
Hay dos cosas muy importantes y valiosas para la identidad: La forma que tienes hoy, y la idea de Dios para tu vida. La forma que tienes hoy, probablemente, no te agrada y tampoco le agrada a Dios. Tal vez tu vida, hoy, no refleja la idea original de Dios para ti; aun así, la idea de Dios sigue siendo la misma.
Lo grande del Dios Todopoderoso es que, cuando le surge una idea, Él no se queda sin ejecutarla. Él no dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, y no hizo nada al respecto. Dios no es como algunas personas que tienen buenas intenciones de hacer muchas cosas, pero nunca hacen nada. Tienen las mejores intenciones de comenzar a bajar de peso, leer algún libro, u organizar sus finanzas para poder comprar una casa, entre otras cosas, pero, cuando comienzan, ven todo lo que tienen que hacer para alcanzar su idea y lo piensas dos veces. Les entra la pereza cuando ven el barro, el sucio, y piensan: ¿Cómo comienzo esto? En cambio, Dios, cuando pensó  hacer al hombre, no se quedó con la idea, sino que, tan pronto la tuvo, la ejecutó, porque Él sabe que las cosas no suceden con tan solo desearlas.
Hay gente que dice: Quisiera tener un mejor matrimonio, mejores hijos, empresas, finanzas, pero todo queda en un anhelo. El problema es que, cuando ven las herramientas que tienen para formar su idea, lo piensan, porque es barro y se les ensucian las manos.
Puede ser que tu vida este hecha un problema y puede ser que esté totalmente deforme, pero, mientras no hagas nada, ni le permitas a Dios meter la mano en ese barro, nunca podrás alcanzar la idea de Dios para tu vida.
No importa cuán regada esté tu vida, permite que Dios ponga sus manos en tu barro para que te forme a su imagen y recibas la victoria que has esperado. La imagen de Dios para ti siempre ha permanecido y Él está dispuesto a meter la mano en el barro para darle forma a la vida que Él tiene para ti.