EL LIBRO DE TU VIDA


¿Sabe quién es usted y lo mucho que Dios le necesita para cumplir su destino de avanzar su causa aquí en la tierra? ¿Le sorprende que el Padre celestial dependa de usted? ¡Dios ha diseñado específicamente toda una vida para usted! Toda su vida fue desarrollada antes de que usted naciera. El salmista declara: Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara (Salmos 139:16, NTV).


Dios escribió un libro acerca de usted incluso antes de que sus padres pensaran en tenerle, antes de que un solo día pasara. Los famosos y los gobernantes no son los únicos con libros que cuentan la historia de su vida. No, su historia también ha sido escrita, pero la asombrosa realidad es esta: fue Dios el que la desarrolló y escribió antes de que usted naciera.

Quizá proteste, diciendo: “John, ¡no tienes idea de con quién estás hablando! Mi vida ha tenido baches, golpes e incluso naufragios a causa de mis malas decisiones. ¿Planeó Dios todo eso?”. No, ¡y mil veces no! Dios planeó nuestras vidas, y nos toca a nosotros decidir tomar buenas decisiones para caminar en el estimulante camino que Él creó para nosotros. Las malas decisiones nos pueden desviar, pero el arrepentimiento genuino puede enderezar el barco. Quizá se pregunte de nuevo: “Pero me han ocurrido cosas terribles que no fueron resultado de malas decisiones. La vida me ha deparado golpes muy duros. ¿Acaso planeó Dios esas decepciones y dificultades?”. ¡Otra vez, no! Vivimos en un mundo caído y, por consiguiente, Jesús dijo que tendríamos tribulaciones y que sufriríamos adversidades. La buena noticia es que como Dios sabía qué tipo de males vendrían sobre usted antes de que naciera, en su sabiduría preparó caminos para escapar e incluso salir triunfante. Por eso en su Palabra llama a los creyentes implacables “vencedores”.

Hebreos 12:1 nos exhorta a todos: “corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Dios ha puesto delante de usted, de mí y de todos sus hijos una carrera. Para que pueda terminar la carrera bien tendrá que correr con paciencia, o siendo implacable. No se puede terminar de ninguna otra manera. Es interesante observar que esta es la única virtud que destaca este pasaje. El escritor no dice: “Corramos con alegría” o “corramos con propósito” o “corramos con seriedad”. No me malentienda; la felicidad, el propósito y la seriedad, como muchas otras virtudes, son importantes en el caminar cristiano, pero la virtud clave aquí es implacable.

Es necesario un espíritu implacable para poder terminar bien. Para terminar bien se necesita paciencia y aguante. Me encanta el pasaje de Hebreos 12:1 en una versión de la Biblia que dice: deja lo demás, empieza a correr, ¡y nunca abandones! Terminar nuestra carrera es crucial no sólo para nosotros sino también para todos aquellos a los que debemos influenciar. Es importante no darnos la vuelta ni desviarnos del camino que Dios ha puesto ante nosotros. Si usted es un hijo de Dios, ¡tiene todo lo que necesita! Dios ha puesto dentro de usted ese poder que le capacita, el Espíritu Santo. Si se mantiene firme, podrá declarar con el apóstol Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7).

Quizá esté sufriendo la adversidad en su matrimonio, familia, empleo, empresa, escuela, finanzas, salud o en cualquier otra área. Su situación puede parecerle desesperante y sin solución: corrientes de aguas que intimidan y agotadoras que intentan forzarle a abandonar y navegar con la corriente. La buena noticia es esta: “Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios” (Marcos 10:27). No importa lo difíciles que sean sus circunstancias, no son imposibles para Dios. Pero Jesús puso un calificativo importante en esta promesa. “Si puedes creer”, dijo Jesús, “al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23). Para ver que lo imposible se convierte en posible es necesario que la persona sea un cristiano implacable. De esto se trata este mensaje: estar frente a algo que sobrepasa su capacidad humana y, por la fuerza y la gracia de Dios, ver que lo imposible se hace posible.

¡Escúcheme! Dios desea llamarle “grande delante de Dios” (Lucas 1:15). Él está de su lado, y nadie quiere que usted tenga éxito en la vida más que Dios mismo. Él ha preparado para usted una vida fabulosa y anticipa un gran final en el que usted dejará un legado de fe, significado y grandeza para beneficio de otros. Pero todo depende de que usted sea un creyente implacable.

Quizá esté pensando: Pero John, honestamente, yo no soy exactamente una persona decidida. No tengo un historial de permanecer firme en las situaciones difíciles.

Si esto le describe a usted, tengo más buenas noticias. Su historial no importa, porque por la gracia de Jesucristo usted no está destinado a repetir el pasado. No me cabe duda de que es posible que usted se convierta en un creyente implacable y que termine bien. Usted es un candidato para el gran gozo al ver un fin deseable. Ya sea para un capítulo corto de su vida o para toda su vida, usted está destinado a ser grande delante de Dios. ¡Esta es su promesa!

No hay manera de escapar de la adversidad que nos espera a todos si seguimos el camino de Jesús. Las probabilidades son altas, y las recompensas eternas de valor incalculable. Usted tiene un enemigo despiadado que, hablando claro, quiere destruir su influencia y arruinar la misión que Dios le ha encomendado. Por lo que respecta a Satanás, usted es una amenaza y él debe detenerle; sin duda que él se alegrará cuando usted esté “muerto”. Pero debido a lo ocurrido en la cruz, ¡Satanás es un enemigo derrotado! Todas las batallas que libremos contra él ¡ya están ganadas de antemano! Pero aun así tenemos que luchar contra él, contra sus ejércitos y su influencia, de manera implacable. Juntos aprenderemos cómo.

Usted ha sido creado para marcar la diferencia en este mundo. Es un hijo del Rey, destinado a gobernar en su nombre. ¡Las llaves del Reino están en su bolsillo! Si camina cerca de Él y comprometido a ser implacable en su fe, Él le dará toda la fuerza y guía que usted necesite para vencer las fuertes corrientes que fluyen en contra de usted.