COMO DIOS MANDA?

Mateo 6:13 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.  

Alguna vez ha escuchado la famosa frase que reza "hay que hacer las cosas como Dios manda!"?, yo creo que es una de las frases que mas escucho y tiene su fundamento en el hacer las cosas bien, aunque en la mayoría de las ocasiones no tenemos mucha idea de lo que Dios esperaría, pero se refiere a hacer las cosas bien y con excelencia. 

 El detalle está en que aunque el nombre de Dios es invocado, pocas veces le tomamos en cuenta para saber como es que "manda" que se hagan las cosas y es ahí donde empieza toda una serie de situaciones que nos alejan de Él, de su propósito y de sus efectos en nosotros. 

Cuando no nos queda del todo claro de qué es lo que se trata el tener, mantener y sostener una relación con Dios, empezamos a perder la dimensión y la dirección de las cosas, es decir en vez de nosotros aspirar e imitar a Dios, hacemos o más bien pretendemos que Dios se acople a nosotros.
Piense en esto, Dios por más íntimo que pretenda ser con nosotros, nunca nos ha dado la libertad de llamarle "Dioscito", y sabe por qué es esto?, es simple, no tiene que ver con la confianza, sino con su esencia, Él es sobre todo y él es tan grande que ni el universo mismo lo puede contener, y para que su poder se manifieste en nosotros, tenemos que tener en cuenta esto, de lo contrario, nos quedaremos con una versión pequeña de Él y que no es Él, que a su vez tiene un efecto pequeño en nosotros.

EL PROPOSITO


Génesis 2:5 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra. 

Una de las cosas que ocupan mi oración constantemente es el entender el motivo por el cual estoy en todo momento en cada lugar, es decir, entre más conozco a Dios mas seguro y más consciente estoy de que no existen las casualidades, Dios tiene un verdadero propósito para cada persona que decide vivir asida a Él, de modo que nos convertimos literalmente en sus manos y en sus pies para hacer su obra y aprendemos que la abundancia y la bendición nos vienen como consecuencia al momento de vivir de acuerdo a su voluntad. 

Aunque es una de las cosas más fáciles y sencillas de hacer, requiere de mucha concentración, pues debemos de estar muy conscientes de la voz de Dios y no dejarnos distraer por nuestras emociones provocadas por las circunstancias o nuestros pensamientos que pueden confundirnos. 

 La Biblia nos promete que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Rom 8:28), pero sabe, la mayoría de las personas al leer o repetir esta frase, hace un ejercicio almático, como un esfuerzo de sentir amor a Dios para que esta condición se cumpla y luego se conforman con las circunstancias queriendo entender que la desventura que pasan tenga un propósito en Dios y que de lo malo salga algo bueno, cuando no han entendido en absoluto de lo que se trata esta frase. Note como la cita tiene una condicionante, y no es el hecho de amar a Dios, sino el hecho de ser llamados conforme a un propósito, es decir, primero tenemos que entender el propósito, querer cumplirlo, ser conscientes de el todo el tiempo y luego se cumplirá la condición de esta cita y es justo ahí donde nos queda mas que claro que el amor es una decisión y no un sentimiento, y por tanto el pequeñísimo momento que pasamos queriendo forzar el sentimiento al pensar en esta cita es completamente inútil. Pero por favor no se frustre, el encontrar y entender su propósito no es algo difícil, lo será solo si nunca se ha puesto en comunicación con Dios y nunca ha leído su palabra, pues justo ahí es donde está escrito ese propósito particular que Dios diseñó para usted y donde Dios se lo revelará, por tanto el amor también es una condición, ya que no podemos amar a un Dios al cual no conocemos y no hay otra manera de conocerlo que no sea por medio de su palabra. Ya sé, pareciera que se la pongo más difícil cada vez, verdad?, lamentablemente no soy yo el que dijo así, sino Dios desde el principio de los tiempos y se lo voy a explicar. Hay quienes tienen la falsa creencia de que Adán y Eva fueron los primeros hombres sobre la tierra, lo cual es una absoluta y rotunda mentira, solo hay que leer la Biblia (Génesis 6) para darnos cuenta que quien nos contó esa historia, no tenía idea de lo que hablaba, y sabe por qué es importante esto?, sencillo, hay una gran diferencia entre Adán y Eva y los hombres que habitaban la tierra antes que ellos y esa diferencia se llama propósito. 

Lo que si dice la Biblia, es que Adán y Eva a diferencia de los otros hombres que vivían sobre la tierra, fueron creados a la imagen y semejanza de Dios, y con ello portaban el conocimiento de quien es Dios, y de lo que pretendía hacer por medio de ellos, Adán y Eva eran las personas con mayor conocimiento y mayor inteligencia sobre la tierra y esto no lo perdieron al pecar, sus mentes y su conocimiento acerca de Dios estaba intacto, y sabían que aún en su pecado había un propósito, por tanto, esperaban una bendición de Dios al ser enviados a la tierra y esto sucedió en Génesis 1:28. Aun y a pesar de haber pecado Dios los bendijo y sabe por qué, porque Dios no cambia y la cita que leímos del libro de Romanos promete que todo viene a bien a los que aman a Dios y viven conforme a su propósito, por tanto, ellos tenían una garantía. 

 La cita de hoy me emociona de gran manera, note como respalda lo que le cuento, la cita de hoy nos dice que en la tierra no había llovido antes de la llegada de Adán y Eva, pues no había quien la labrara, el hombre que vivía antes que ellos en la tierra era recolector y vivía sin propósito, por tanto hasta que Adán y Eva llegaron, empezó a llover y se empezó a labrar la tierra. Cuando entendemos esto, nos damos cuenta que Dios no cambia, hay cosas que no sucederán en nuestra vida, sino hasta que lleguemos al lugar y con la intención correctos, en otras palabras, cuando descubramos nuestro propósito y vivamos conforme a el, empezaremos a recibir aquello que sabemos que nos corresponde y sabemos que viene del corazón de Dios pero no vemos como es que pueda suceder. 

Creo que tras entender esto, se dará usted cuenta lo necesaria y lo indispensable que es la palabra de Dios en su vida y lo urgente que es que tenga contacto directo y no por medio de otros con ella, los Maestros y los Pastores somos de gran utilidad, pero ninguno podrá llevarle a la revelación de la intimidad del conocimiento de Dios. Le invito a que reflexione sobre lo que le cuento y a que persevere a entender ese propósito que Dios tiene para usted, que no es algo turbio ni algo oculto, simplemente es algo que esta ahí esperando que usted lo descubra, para que desate la lluvia así como sucedió con la llegada de Adan y Eva a la tierra.

A PRODUCIR!

Juan 15:8 Reina-Valera 1960 (RVR1960) En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. 

Nuestra imagen ante los demás es algo con lo que batallamos todos los días, hay quienes dicen no les importa mucho, pero en realidad no es así, todos nos alimentamos de alguna manera de lo que otros ven en nosotros o bien de lo que opinan acerca de nosotros. 

Hace un par de día observaba a un grupo de jóvenes, de esos que venden pulseras y dijes en las calles, aquellos que se nombran a sí mismos rebeldes y auténticos, aquellos que dicen querer ser diferentes y no del montón y que tienen "su propio" estilo de vida y al mirarlos detenidamente, me di cuenta que mucho de lo que dicen es hasta cierto punto incongruente, ya que tratan de hacerse diferentes de la sociedad convencional, pero solo se hacen iguales entre ellos, se visten igual, hablan igual y les gustan las mismas cosas, y esto es por una simple y sencilla razón, todos necesitamos aprobación de los demás, por eso hacemos ciertas cosas, o nos vestimos de cierto modo, para que aquellos que apreciamos y nos rodean nos aprueben. 

Esto que le cuento no es en lo absoluto malo, solo es normal, es parte de la manera en la forma que fuimos creados, somos seres gregarios y reflejamos en lo físico y en lo natural aquello que hay en nuestro interior y en nuestra naturaleza espiritual, la necesidad del reconocimiento y la pertenencia. Es justo por eso que muchas personas tienen problemas con la religión, pues en muchas ocasiones, sienten que alguien quiere controlar esa situación o los quiere manipular para cambiar de cierta manera y agradar a otros, siendo que en realidad esa es la parte de nosotros que tiene una necesidad natural de agradar a Dios, pero puede llegar a ser que su desconocimiento de Dios les lleve a querer agradar a otros que entienden (erróneamente) más cercanos a Dios. Lo interesante del asunto, es que tenemos la falsa creencia de que podemos manipular y forzar lo que otros ven en nosotros y en parte podemos, pero será solo temporal y con el tiempo y sin darnos cuenta será exhibida nuestra verdadera naturaleza, ya que las cosas que nosotros hacemos de acuerdo a como son en esta tierra, son como la tierra solo temporales. 

Para poder verdaderamente impactar a los demás acerca de lo que somos nosotros, tendríamos que entender las cosas que Dios entiende, por ejemplo, David el Rey comienza los salmos describiendo a los hombres de Dios como árboles, cuando Jesús sanó al ciego, lo primero que el ciego vio fue árboles y no personas, ya que Dios al sanarle, no solo le permitió ver lo natural, sino lo sobrenatural y le permitió ver a las personas como Dios las ve, como árboles. 

 La Biblia entera nos habla acerca de esto, y tendríamos que entender como funciona la vida de un árbol, el árbol esta plantado en la tierra, pero en realidad lo que lo hace crecer es el agua que le ayuda a asimilar los nutrientes que la tierra le proporciona, de la misma manera, el hombre fue plantado en la tierra, pero no se alimenta de esta, sino del agua, la cual en la Biblia representa la palabra de Dios, de manera que hasta que no dependamos de la palabra de Dios, no asimilaremos adecuadamente aquello que la tierra nos proporciona. 

Lo mejor del asunto es que este estar plantados en la tierra, siendo alimentados por la palabra de Dios, nos hará crecer frutos, que al igual que los de los árboles del campo, son vistosos, coloridos, agradables, dulces y siempre renovados, para que los demás tomen y se alimenten de ellos, y no los podremos ocultar. Por tanto, si lo entendemos como Dios lo entiende, no tenemos porqué esforzarnos por tener una buena imagen ante los demás, nuestra intimidad con Dios y el estar expuestos constantemente a la palabra de Dios hará relucir lo mejor de nosotros y no lo podremos evitar, de esa manera podemos concentrarnos en Dios y nos podemos olvidar de lo que otros piensen de nosotros, sabiendo que siempre seremos inspiradores, agradables y de gran ejemplo.