CHARLANDO CON EL ENEMIGO

¿Alguna vez te has sentido sin fuerzas espirituales?, hablo de esos momentos en los que por alguna razón te sientes triste, solo y con una extraña sensación dentro de ti que no te permite sentirte a gusto.
La mayoría de veces que nos sentimos así es cuando las cosas no nos han salido bien, cuando las situaciones de la vida se nos ponen en contra o cuando hemos tenido un roce o un percance con alguien cercano.
Creo que todos hemos experimentado lo que es un bajón espiritual, de esos que aparecen cuando menos piensas y que son producto de muchas situaciones acumuladas.
Tú no te vas a sentir triste o solo, cuando todo va bien, por lo general todo sentimiento o sensación rara y que nos lleva a desanimarnos provienen después de un episodio triste o difícil en nuestra vida.
Y ¿Está mal sentir un bajón espiritual?, personalmente considero que mal no está, ya que como seres humanos que somos, tendemos a sentirnos tristes, solos, desamparados y atribulados, lo malo está en que en esos momentos de bajón espiritual muchas veces tendemos a CHARLAR CON EL ENEMIGO.
Charlar con el enemigo es prestar atención a la conversación que quiere entablar con nosotros en especial en esos momentos de bajón espiritual. Estoy seguro que todos en algún momento de nuestra vida hemos experimentado esas charlas con el enemigo.
Hablo de esos momentos en lo que les prestas tus oídos al diablo para que meta toda clase de basura y te haga sentir más mal de lo que te sientes.
Si vamos a la Biblia encontraremos que cuando nos permitimos charlar con el enemigo, las cosas terminan mal.
En el huerto del Edén una charla con el enemigo tuvo como consecuencia la desobediencia del hombre, la serpiente comenzó a charlar con Eva y la mujer contesto a la charla.

“Entre los animales salvajes que Dios creó, no había otro más astuto que la serpiente. Un día, la serpiente le dijo a la mujer: —¿Así que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? La mujer le contestó: —¡Sí podemos comer de cualquier árbol del jardín! Lo que Dios nos dijo fue: “En medio del jardín hay un árbol, que no deben ni tocarlo. Tampoco vayan a comer de su fruto, pues si lo hacen morirán”. Pero la serpiente insistió: —Eso es mentira. No morirán. Dios bien sabe que, cuando ustedes coman del fruto de ese árbol, serán iguales a Dios y podrán conocer el bien y el mal”.

Génesis 3:1-5 (Traducción en lenguaje actual)
Todos conocemos el resultado que propicio esta charla, y es que una charla con el enemigo puede propiciarnos resultados muy malos para nuestra vida.
Quizá en los últimos días te has sentido muy mal emocionalmente, sentimentalmente y espiritualmente. Te sientes triste por alguna razón, sientes que las fuerzas se te han ido, sientes que nada es lo mismo, consideras que no eres el hijo o la hija que Dios quisiera que fueras y todo este estado de ánimo te ha encaminado a entablar una charla con el enemigo.
Sí, una charla porque sin darte cuenta estas prestando tus oídos para que el diablo susurre cosas que no son de Dios.
Quizá en los últimos días a tu mente han venido frases como las siguientes:
“Eres un derrotado”, “Eres un hipócrita”, “Y dices que eres hijo de Dios”, “Lo que estás haciendo es engañándote a ti mismo, tu jamás entraras al cielo”, “Lo que hiciste no tiene perdón de Dios”, “Dios ya se canso de tus errores”, “Siempre haces lo mismo, no tienes arreglo”, “Eres un pecador, no mereces ser hijo de Dios”, “Tus pecados aun no han sido perdonados, ¿Quién te crees que eres?”, “Dios no existe, es un invento tuyo”, “Prometiste y no cumpliste otra vez, Dios esta aburrido de ti”, “Vienes de pecar y ¿Vas aun así a la Iglesia?”, “Yo que tú no tuviera cara para presentarme delante de Dios”, “¿Quién te dijo que has cambiado?, sigues siendo el mismo”, “Dios no ha podido cambiarte”, “Si Dios no te responde es porque no te ama”, “Dios se olvido de ti, no le importas”, “¿Por qué Dios no te ayudo?, porque esta casando de ti”, “Con lo que hoy hiciste, Dios jamás te volverá a perdonar”, “Dios ya te borro del libro de la vida”, “No te mereces estar con Dios”, etc.
Si frases como estas o similares han estado viniendo a tu mente los últimos días es porque el enemigo quiere entablar una charla contigo, obviamente todo lo que esas frases dicen o quieren dar a entender son una total mentira del enemigo porque Dios nunca se cansa de ti, Él jamás te abandona aun estés pasando los momentos más difíciles de toda tu vida, Dios sigue estando allí contigo.
Quizá muchos de los que hoy me leen, han hecho caso a alguna frase que el enemigo en su charla está lanzando, cada frase a tu vida es como un dardo envenenado, que lo único que quiere es destruir tu vida espiritual. Lastimosamente muchos han creído las mentiras del enemigo, creyéndose indignos de estar con Dios, pensando que Dios jamás los perdonara o que no son lo suficientemente buenos como para ser hijos de Él, pero en esta hora Dios quiere que dejes de creer las mentiras del diablo y comiences a creer las verdades de Él pues Él te AMA CON AMOR ETERNO.
¡Vamos!, no permitas que el enemigo siga charlando contigo, cierra tus oídos a sus mentiras y comienza a creer en las verdades de Dios. Dios te ha perdonado totalmente si de corazón sincero se lo has pedido, Dios tomo tus pecados y los echó al fondo de la mar y ya no se cuerda mas de tus errores, no tienes por qué estar recordándolos.
Tú eres especial para Dios, vales la sangre de su Hijo, su deseo es que cuando sientas tropezar o tropieces, que puedas levantarte y buscarlo, porque Él está allí mismo contigo extendiendo su mano, sus misericordias son nuevas cada mañana sobre tu vida, su anhelo es verte triunfar, pero eso solo lo lograras poniéndote en pie cada vez que tropieces, pero sobre todo buscándolo con corazón sincero y tratándolo de agradar cada día.
Deja de charlar con el enemigo, no creas mas a sus mentiras y cuando comiences a escuchar en tu mente nuevamente esas frases que no vienen de Dios, comienza a recordar y a pronunciar las verdades que la Biblia nos habla acerca de Dios.
La Biblia te dice:

“No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien”

Romanos 12:21 (Traducción en lenguaje actual)

¡Tú vales mucho para Dios, por eso Él te escogió desde el vientre de tu madre!

“Yo soy Dios, tu creador; yo te formé desde antes que nacieras, y vengo en tu ayuda. »No tengas miedo, querido pueblo mío, tú eres mi fiel servidor, tú eres mi elegido.”

Isaías 44:2 (Traducción en lenguaje actual)

DIOS HA DE RETRIBUIR

En el ejemplo del hombre de Proverbios 30, vemos que, para él, no había virtud en las riquezas porque se podía perder, pero tampoco había virtud en la pobreza por lo mismo. 

En la Biblia hay más de 300 versos bíblicos en referencia a la pobreza y en ninguna Dios la exalta como una virtud. La escasez no es el deseo de Dios para sus hijos. Dios quiere posicionar a su iglesia, a sus hijos en el lugar correcto para ayudar aquellos que se encuentran en estado de escasez. Una de las primeras misiones de la unción es liberar a la gente de la pobreza. En Lucas 4, Jesús entra en una sinagoga y lee en el libro del profeta Isaías: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Pobreza no es tan solo no tener lo necesario físicamente, también es no tener acceso a la educación e información. Por eso es que se sabe que, si un pueblo se educa, sale de la pobreza. Otra definición que tiene pobreza es la falta de desarrollo, de expansión y de libertad para vivir. Bíblicamente hablando, Dios siempre ha tenido cuidado de los pobres y oprimidos. Él no es ignorante a la necesidad del hombre, y no celebra la pobreza. 

El hecho de que Dios cuide y haga provisión a los pobres no significa que lo celebre. Todo lo contrario, quiere que el hombre no tenga necesidad alguna. Dios le da órdenes a la iglesia de atender a los pobres. Una de las cosas más grandes que Dios nos ha llamado a hacer es cuidar de los pobres. La iglesia debe ayudar a personas no tan solo a nivel local, sino tan lejos como pueda llegar su alcance. Como iglesia, debemos orar y procurar aún más prosperidad de parte de Dios, para seguir ayudando a más personas, pues este es nuestro deber. La prioridad es dar el alimento espiritual para que las vidas en necesidades comiencen a transformar y cambien sus pensamientos para salir de la pobreza. En Jeremías 22:3, nos dice que, como pueblo de Dios, debemos ser protectores de los necesitados. Hay grandes bendiciones para aquellos que ayudan a los necesitados. 

La Biblia dice que el que le da al necesitado, a Dios le presta. También dice que hay salud para aquellos que ayudan al necesitado. ¿Quieres salud? Ayuda al necesitado, ¿Quieres riquezas? Ayuda al pobre. Para llegar a ese nivel de libertad financiera, tienes que creer que Dios te quiere libre. Dios te ha dado una posición de autoridad para ayudar al necesitado y él va a retribuir en tu vida todo lo que haces a favor de ellos.