A LO BUENO, MALO; A LO MALO, BUENO....


CRISTIANISMO Y LIBERALISMO


EL RESTAURACIONISMO APOSTÓLICO



Esta obra es una de las pocas que rebate el restauracionismo apostólico de nuestros días. La idea de que debe haber apóstoles en la iglesia hoy en día ha ganado terreno desde finales del siglo 20. Es muy común encontrar a líderes de muchas iglesias llamándose a sí mismos «apóstoles», aunado a este hecho encontramos conceptos y actividades como el «ministerio quintuple», las «redes apostólicas» y la «cobertura apostólica». 

En este libro, el autor demuestra que el oficio de apóstol tal como se entendía en el primer siglo no es algo que la Biblia enseñe para hoy en día, para probarlo nos presenta este estudio concienzudo del tema. La obra está dividida en tres partes. 

En la primera, encontramos un análisis del tema en el cual se define el restauracionismo apostólico tal como se entiende en la actualidad, sus orígenes modernos, los principales representantes actuales y sus afirmaciones principales. 

En la segunda parte, el autor nos hace un análisis histórico del tema, desde el siglo primero al dieciséis, pasando por los padres de la iglesia, continuando con los siglos 16 al 19 y culminando con la época actual. 

La tercera y última parte es un estudio exegético de los textos bíblicos más sobresalientes y que usan los defensores del restauracionismo apóstólico para sustentar su posición. Se nota un trabajo exhaustivo por parte del autor, prueba de lo cual es que esta obra nació de su tesis de grado para optar por el título de Maestría en teología.

EL YUGO DE JEZABEL: CONTROL Y MANIPULACIÓN

“¡Ella es una Jezabel!”. Con mucha frecuencia asociamos esa frase familiar y el nombre de Jezabel del Antiguo Testamento a mujeres que son de naturaleza seductora, con rostros muy maquillados o a mujeres que son demasiado agresivas, controladoras y manipuladoras. 

En tanto que esta descripción no es del todo inexacta, la Jezabel histórica, como esposa del rey Acab, era la reina de Israel, pero era mucho más que una persona controladora: Jezabel estaba inspirada por el engañador, el mismo Satanás, a fin de establecer la idolatría fenicia a gran escala en la corte de su esposo. Para impulsar su causa, hizo que los profetas de Jehová se desviaran, asesinó a cientos y luego amenazó la vida del profeta Elías.
Jezabel también es mencionada en el Nuevo Testamento. Apocalipsis 2:20 describe una influencia al estilo de Jezabel que operaba en la iglesia de Tiatira. Jesús se dirigió a la iglesia de Tiatira y la reprendió por permitir a la mujer Jezabel, que se llamaba a sí misma profetisa, enseñar y seducir a los siervos de Dios. Los intentos de Jezabel en aquella iglesia neotestamentaria, igual que hoy, eran apagar la voz de los verdaderos profetas de Dios. Obviamente, esta no es la misma mujer mencionada en el Antiguo Testamento, que era la reina de Israel. Pero sí el mismo espíritu malvado seduciendo a los creyentes en la Iglesia.
Identificar los espíritus malvados
Al mencionar a Jezabel, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, podemos concluir que esta malvada influencia de Satanás, que operaba a través del espíritu de Jezabel, vive y opera incluso en la actualidad. Este espíritu malvado continúa buscando individuos, ya sean hombres o mujeres (el espíritu no tiene género), a quien pueda influenciar, tanto en la Iglesia como fuera de ella. El espíritu de Jezabel opera a través de diferentes vías. Por el momento, me gustaría que te quedara claro que control y manipulación son dos de sus características más identificables. En la iglesia local, este espíritu puede encontrarse tanto en el liderazgo como en la congregación.
En el trabajo, el espíritu de Jezabel se puede manifestar a través de un jefe controlador o un competidor seductor. En el hogar, el espíritu de Jezabel puede operar no solo a través del esposo o de la esposa, sino a través de un niño controlador.
Otra característica identificable es la profecía falsa. Recuerda que Jezabel se llama a sí misma “profetisa”. Todos nosotros nos hemos visto afectados por la falsa profecía a través de los engaños de Jezabel y de las mentiras del engañador.
¿Le has dicho alguna vez a otras personas: “Parece que no puedo encontrar mi lugar”? ¿Has pasado por momentos en los que parece que no “encajas” en tu iglesia local? ¿Te cambias de una congregación o ministerio a otro para “encontrar tu lugar”? ¿Has notado que te es difícil tener un sentido de paz o de realización en la vida?
Todos estos son síntomas de que el espíritu de Jezabel y sus herramientas de engaño y tentación trabajan en contra de tu libertad.
El espíritu de Jezabel intenta engañarte para que creas que tú no encajas o que los demás te rechazan continuamente. Todos nosotros nos enfrentamos a ella en alguna ocasión.
Permíteme que te formule algunas preguntas más: ¿sufres de insatisfacción crónica? Con esto me refiero a si buscaste el gozo y sientes como si lo tuvieras, pero luego te das cuenta de que simplemente era un sentimiento de felicidad efímero. ¿Estás frustrado con tu vida y contigo mismo? En algunas ocasiones, ¿realmente crees que nunca te sentirás amado y aceptado? Otra vez, si es así, es muy posible que hayas sido engañado para creer que no puedes confiar en Dios para tu realización completa. Quizás has confiado en dioses falsos sin darte cuenta. El espíritu de Jezabel es un fuerte promotor de la idolatría.
Es posible que tú hayas sido tan influenciado por el espíritu de Jezabel que sientes como si tu vida girara fuera de control. O quizás te levantaste una mañana y te enfrentaste al hecho de que tu vida era un caos. La palabra caos se usa para describir confusión absoluta y completo desorden. Espiritualmente, sabemos que Dios no es el autor de la confusión, sino el enemigo. Cuando un espíritu de Jezabel apera en nuestra vida, es probable que experimentemos caos, confusión y desorden. Es posible que en esta instancia también esté operando un espíritu de ausencia de ley.

Echar fuera a Jezabel
En mi Quebrar el cordón demoníaco de tres dobleces, escribí ampliamente sobre el espíritu de Jezabel y su relación con dos cómplices seductoras, Atalía (su hija) y Dalila. Mi búsqueda de información actualizada del obrar de este espíritu me llevó a comprender los distintos yugos que Jezabel utiliza y cómo liberarse de su opresión.
Reitero, cuando escribo sobre Jezabel de ninguna manera afirmo que luchamos contra la misma mujer cuya historia se cuenta en 1 de Reyes 16-21 y 2 de Reyes 9, la reina que dio muerte a los profetas de Dios e hizo que Elías huyera a una cueva. Tampoco sugiero que ella “persigue” gente actualmente, como si fuera un fantasma que busca vengarse de los cristianos. Jezabel es uno de los poderes malvados en la jerarquía mencionada por Pablo en Efesios 6 y su inclinación es destruir al Pueblo de Dios. Al avanzar en la lectura comprenderás mejor las formas en que este espíritu manipula a los individuos a fin de ganar autoridad y mantener el control.
Cuando los israelitas entraron a la Tierra Prometida, se les dieron instrucciones de que no hicieran ningún pacto ni llegaran a ningún acuerdo con sus enemigos. Se les dijo que “destruyeran todo”. Esa es la regla de comportamiento que nosotros también debemos seguir. Debemos echar la influencia malvada de Jezabel de nuestra tierra. No debemos mostrar ninguna misericordia ni tampoco tolerar de ninguna manera a este espíritu.
Si has sido atado con el espíritu de Jezabel, tendrás que sacarlo de tu vida por completo o de lo contrario, las raíces de este espíritu irán aun más profundo y te robarán más de tu futuro. No tengas misericordia de este espíritu. Permite que el Espíritu de Dios te alerte de cualquier área en la que necesitas arrepentirte y entrar en el plan de Dios para tu vida.
Si deseas cumplir con esta regla de comportamiento ahora mismo, le mostrarás al demonio que ¡tú no le renuevas el contrato de arrendamiento a Jezabel en tu territorio! Querido lector, créeme: los demonios asociados a Jezabel tratarán de convencerte de que los dejes tranquilos y no los expulses (ver Marcos 5:7). A Jezabel le encantaría permanecer en tu vida y al mismo tiempo ganar más terreno.
Después de todo, ella convenció a su esposo, Acab, de hacer un lugar en Israel para sus ídolos, y de este modo llevar a toda la nación a la idolatría. Esto es algo serio y el diablo lo sabe. Cualquier cosa que hagas, permanece ante Dios con una determinación divina de que cumplirás tu destino. Tu enemigo te mentirá.
Amados, no podemos permitir que ningún espíritu de engaño, especialmente el de Jezabel, controle nuestras vidas. Muchos me habrán escuchado decir: “Si le pides al diablo que venga a cenar, llega con una valija”. ¡Es verdad! Conozco esto por  experiencia personal. Le agradezco a Dios por la sangre de Jesús que me lava y por su poder sobre cualquier influencia demoníaca que trata de controlar mi comportamiento.
 El “test” del yugo de Jezabel
¿Estás unido en yugo por un espíritu de Jezabel? Marca cada casilla que se relacione contigo, tu cónyuge o cualquier familiar.

  • Patrones de desolación, esterilidad, falta de realización o desesperanza.
  • Patrones de temor, terror o ataques de ansiedad.
  • Adicciones o desórdenes alimenticios.
  • Inseguridad e inferioridad.
  • Problemas para someterse a la autoridad.
  • División en las relaciones y organizaciones.
  • Celos extremos.
  • Ministerio profético que se utiliza para manipular a fin de obtener dinero o posición, o para llamar la atención.
  • Murmuraciones y falsas acusaciones.
  • Comportamiento codependiente y necesidad de controlar las relaciones o de ser controlado por otros.
  • Seducción sexual para obtener control.
  • Negativa a arrepentirse o a pedir perdón. También negarse a perdonar a otros a fin de permanecer en control.
  • Manipulación de las personas a fin de controlarlos.
  • Historia de insatisfacción crónica.
  • Interés extremo en actividades que consumen la mayoría del tiempo, como el éxito o los deportes.
  • Luchas con la duda y la incredulidad respecto de la fidelidad de Dios y de su Palabra.
  • Orientación al desempeño y el perfeccionismo.
  • Necesidad continua por “probar” la propia valía.
Si respondiste sí a alguna de las preguntas anteriores es muy probable que hayas sido atado en yugo con un espíritu de Jezabel. Debido a que es una atadura generacional, su aparición en cualquier lugar en tu familia indica la posibilidad de que también resultes atado. Estimado lector, el Redentor está presente para liberarte de todo yugo que te ata. Decide hoy.
 El yugo de desolación de Jezabel
“Ahora bien, Elías, el de Tisbé de Galaad, fue a decirle a Acab: ‘Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te juro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene’” (1 de Reyes 17:1).
Desolación. Esto es lo que el profeta Elías predijo cuando pronunció estas palabras a Acab, el rey de Israel. ¿Ni rocío ni lluvia? Para el rey Acab, el mensaje era claro: sufrimiento, pérdida, muerte, aflicción… Podemos imaginarnos que el rey creyó la predicción que se le dijo aquel día. Aunque ya hacía mucho que había abandonado al Dios de sus padres, Acab conocía la dolorosa historia de Israel que Dios comunicó a través de sus profetas. No, no tenía sentido discutir. La desolación vendría y con seguridad podía imaginar en su mente los resultados catastróficos: pérdida del ganado debido a la sequía, pérdidas de las cosechas e incluso la posibilidad de que los ciudadanos se levantaran en protesta pidiendo comida y agua.
¡Espero que no vengan al palacio pidiendo que resuelva sus problemas! Acab sabía que sus guardias iban a defender los pozos del palacio y los jardines. Él y su esposa tendrían sustento. Al pensar en su esposa, el rey hizo una pausa. ¿Cómo reaccionaría ella durante los tiempos difíciles? “Jezabel no reaccionará bien ante la pérdida”, concluyó. Pero luego, se sintió animado: “Algo se le va a ocurrir para salvarnos. Siempre sabe cómo manejar las situaciones difíciles. Probablemente avisará a los profetas para que hagan más sacrificios a Baal, el dios nuestro que controla la lluvia. Después de todo, ¿qué puedo hacer yo sobre este problema? Lo dejaré en manos de ella”.
Podemos deducir de Las Escrituras que Acab tenía más confianza en su esposa que en Jehová Dios. Las palabras del profeta Elías tenían el propósito de despertar su conciencia a fin de alertarlo del peligro de seguir volcándose a los falsos dioses de Jezabel. Se le había dado la oportunidad de renunciar a la idolatría. Pero hacía mucho que Acab había abandonado la fe en Dios Todopoderoso: él tenía un pacto —estaba unido en yugo— con Jezabel. Y el resultado último de un yugo con Jezabel es la devastación. Era un día oscuro en Israel. Ya no se prestaba más atención a la voz del profeta. Esto era lo que Jezabel deseaba, su objetivo principal era acallar las bocas de los profetas legítimos y santos, a fin de llevar a las personas a un pacto con ella.
Cuando ya no se escucha a un profeta y por consiguiente La Palabra de Dios es cortada, es más fácil para Jezabel deslizar su yugo alrededor de individuos confiados y los resultados son catastróficos: desolación en todas las áreas de la vida.
La historia de Acab unida en yugo con la idolatría de Jezabel nos ayuda a entender que nuestra propia asociación en alguna manera con ese espíritu malvado que la impulsaba —el espíritu conocido como “Jezabel”— lleva finalmente a la desolación.
 Escuchar el mensaje de arrepentimiento
Amigo, ¿le estás permitiendo al Espíritu Santo que te revele cómo este espíritu maligno puede poner yugo a cualquiera de nosotros? Piensa en eso. A veces, ¿te preocupas demasiado de cómo nos presentamos? Alguna vez, ¿criticas la forma en la que se visten los demás, las ciudades que ellos representan o los ministros a los que están asociados? Aquellos de nosotros que somos ministros, ¿sentimos algunas veces que tendremos mayor influencia si sacamos nuestra lista de “quién es quién en el ministerio” para probar nuestra credibilidad?
Caminar con Jezabel conduce a la desolación, en parte, porque conlleva una disminución de la capacidad de ver los yugos que nos ponen en el cuello. Por favor, tómate un momento y piensa en esta confrontación inicial entre el profeta de Dios y el rey. Dios buscaba de Acab las siguientes palabras: “Dios, realmente lamento mi pecado de idolatría. Te pido perdón. Por favor, reconsidera esta maldición de destrucción”.
Debemos leer entre líneas. Las palabras de Elías demandaron arrepentimiento, pero el corazón de Acab rehusó recibir ese mensaje. Eso se debe a que el yugo de Jezabel siempre resistirá el arrepentimiento.
Apocalipsis 2:21 dice: “Le he dado tiempo para que se arrepienta de su inmoralidad, pero no quiere hacerlo”. Lo mismo puede ser cierto para ti y para mí. Cuando un espíritu de Jezabel está activo y nosotros le damos lugar en nuestras vidas, el orgullo personal siempre se levantará y cegará nuestros corazones a las advertencias del Espíritu sobre el pecado de tal pacto.
Cuando decidimos alinearnos de alguna manera con el enemigo, este bloquea nuestra habilidad para ver. Así es como comienza el engaño: nos sentimos solos, aislados, desanimados (todos signos de desolación y del yugo de Jezabel) y en poco tiempo no podremos ver nuestro futuro. El espíritu de Jezabel y sus engaños nos ciegan a la verdad. Comenzamos a dudar de nuestro discernimiento para conocer los asuntos del Señor. La ceguera espiritual roba nuestra visión y nuestro destino. Pero Dios promete que si lo buscamos, lo encontraremos. ¡No pierdas las esperanzas! Dios está de nuestro lado.
Si a medida que lees el Espíritu Santo te muestra formas en las que estás en yugo con un espíritu de Jezabel, ten confianza de que podrás ser libre. Dios siempre brindará oportunidades para el arrepentimiento. El engañador nos miente y nos dice que somos demasiado impuros y que por lo tanto somos poco dignos para pedir perdón a través del arrepentimiento. Sin embargo, Dios siempre nos alienta a que vayamos a su presencia por cualquier razón. Cuando Dios habla y nuestros corazones sienten arrepentimiento a causa de su verdad, tenemos una oportunidad de correr hacia Él. Cada segundo de cada día ofrece una oportunidad de golpear a las puertas del cielo y hablar con el Padre.

El camino a la liberación
Levítico 26:1-13 documenta lo que se requiere de nosotros para tener “lluvia” o bendición y no desolación.
Comprender que la idolatría está prohibida Dios dice a su pueblo “No se hagan ídolos, ni levanten imágenes ni piedras sagradas. No coloquen en su territorio piedras esculpidas ni se inclinen ante ellas. Yo soy el Señor su Dios” (Levítico 26:1).
El pasaje es claro: no podemos adorar ídolos. Debes saber que un espíritu de Jezabel nos presiona para que nos inclinemos a la inseguridad, la inferioridad, el temor al fracaso y otras mentiras o engaños, que son idolatría.
Levítico 26:3-4 afirma lo siguiente: “Si se conducen según mis estatutos, y obedecen fielmente mis mandamientos, yo les enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos”.
Nota que Dios nos da lluvia si caminamos en sus estatutos y guardamos sus   mandamientos, en otras palabras, si nosotros los cumplimos. Querido lector, se trata de permanecer en obediencia, algo que Jezabel se desespera por impedir que consideremos. Si hacemos como Dios nos ordena, tendremos la victoria sobre las desolaciones de Jezabel. Al leer hasta el versículo 13, vemos que si caminamos en obediencia:
  • Tendremos paz en nuestra tierra.
  • No tendremos temor.
  • Estaremos “saciados” de cosas buenas y viviremos seguros en nuestra tierra.
  • Dios perseguirá a nuestros enemigos (eso implica a Jezabel, entre otros).
  • Dios nos mostrará su favor y hará que seamos fecundos y que nos multipliquemos.
  • Dios establecerá y ratificará su pacto con nosotros (el pacto de Dios, como leerás más adelante, quiebra el yugo de Jezabel).
  • Dios habitará en nosotros y en medio de nosotros. Él caminará con nosotros y entre nosotros. Será nuestro Dios y nosotros seremos su pueblo.
Estimado lector, si lo buscamos, Dios promete que se revelará a sí mismo.
Aunque el espíritu de Jezabel trata de destruir nuestro caminar una y otra vez, nosotros aún debemos elegir la senda de la obediencia sin importar dónde esta nos conduzca.
Tener la expectativa de que Dios quebrará todo yugo
Lee lo que Dios dice sobre quebrantar yugos si somos obedientes a Él y nos deshacemos de toda idolatría: “Yo soy el Señor su Dios, que los saqué de Egipto para que dejaran de ser esclavos. Yo rompí las coyundas de su yugo y los hice caminar con la cabeza erguida [como hombre libre]”(Levítico 26:13).
El Señor afirma que Él sacó a Israel de la esclavitud de Egipto y la libró del pesado yugo. También liberó a las generaciones siguientes de los yugos de esclavitud. Él quebró los yugos y los liberó. Dios promete hacer lo mismo por nosotros en la actualidad. Él va a quebrar el yugo del espíritu de Jezabel que te ha tenido cautivo. También quebrará los yugos de engaño y toda forma de esclavitud. Sí, Dios te promete esto hoy.
Decreta que tú has sido librado de los yugos de la esclavitud. Job 22:28 afirma: “Tendrás éxito en todo lo que emprendas, y en tus caminos brillará la luz”. Por lo tanto, debes saber que eres guiado por el Espíritu Santo para hacer un decreto, se ha establecido en el cielo. ¡Estoy contenta de que hayas “decidido” alinear tu corazón con La Palabra de Dios y decretarlo!

Un tiempo para la autorreflexión
No siempre los israelitas se alineaban detrás de Moisés, y algunas veces el mismo Moisés pareció expresar algunos temores de ser incompetente. De todos modos, Dios le dio instrucciones para que les dijera que el “Yo soy” lo había enviado. ¿Hemos perdido de manera similar las directivas proféticas de Dios porque hemos sido engañados por alguna predisposición mental? ¿Hemos sido estrictos o críticos? ¿Queremos recibir una palabra del “profeta” y nos negamos a prestar atención al maestro de escuela dominical?
Recuerda la historia de Elías y del rey Acab: cuando no se le presta atención a una palabra profética, Jezabel puede con más facilidad poner su yugo en individuos desprevenidos y los resultados son catastróficos: desolación en cada área de la vida.
¿Sufres de alguna forma de desolación? ¿Existe la posibilidad de que hayas sido atado en yugo con el espíritu de Jezabel? Tómate unos momentos para pensar en esto. Generalmente, ponemos las opiniones de las personas o las nuestras por encima de lo que Dios dice sobre ellas. Quizás hacemos de la misma manera respecto a nosotros mismos. Quizás Satanás, el engañador, te esté diciendo ahora mismo que no eres merecedor de escuchar de Dios. Quizás mienta y te diga que nadie te escuchará porque no eres un buen orador o porque no eres lo suficientemente brillante como para cumplir la obra a la que Dios te ha llamado.
Las Escrituras llaman mentiras a esos argumentos que deben derribarse. En 2 Corintios 10:3-6 se explica ante qué estamos: “Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. Y estamos dispuestos a castigar cualquier acto de desobediencia una vez que yo pueda contar con la completa obediencia de ustedes”.
Tómate unos momentos y escribe esas mentiras. Después, toma un hacha, que es La Palabra de Dios, y corta esas mentiras desde la raíz y derríbalas. Con esa acción, niegas la mentira del enemigo que intenta abortar tu futuro y causar desolación.