RESPETO

En Levítico 19, dice: Delante de las canas te levantarás y honrarás el rostro del anciano. Padre y madre merecen honra; el hombre tiene que darle honra a la mujer; la mujer tiene que dar honra al hombre; y todos les debemos honra a las personas mayores.
Las canas se respetan. La experiencia de una persona se respeta. Dice la biblia que te levantarás delante de las canas.
1 Timoteo dice que debemos dar honor a las viudas, y que los ancianos que gobiernan sean tenidos por dignos de doble honor. ¿Quiénes son estos? Tu jefe; el gobernador que, aunque tú no hayas votado por él, merece todo tu respeto, y no tan solo una dosis, sino doble porción de honor.
Tenemos que enseñar respeto y honor. La iglesia tiene que levantarse y enseñar lo que dice la palabra del Señor acerca de la honra que debemos.
Puedes diferir de la opinión del Gobernador, pero no le puedes faltar el respeto. Puedes diferir de la orden que estás recibiendo de tu jefe, pero no le puedes faltar el respeto. Puedes diferir de la opinión de tus padres, pero no les puedes faltar el respeto.
Exigir tus derechos, no significa que tengas que faltar el respeto.
Quizás, en alguna ocasión, tuviste una mala experiencia con un maestro, porque no todos los maestros son perfectos, pero los maestros se merecen respeto. Y muchos jóvenes no respetan a sus maestros.
En el verso 17, dice que más respeto aún se debe tener por aquellos que nos enseñan la palabra del Señor. Tu pastor merece respeto. Cuando tengas un problema que quizás el gobierno no te vaya a poder resolver, y que quizás en tu casa no se pueda resolver, probablemente, ese problema se va a resolver desde el altar. Más vale que tú hayas guardado la estima y hayas enseñado a tus hijos a respetar el altar.
Las personas que Dios ha puesto en autoridad en nuestras vidas, los que predican, lo que nos enseñan, merecen respeto.
La sociedad se burla de aquellas cosas que la palabra nos dice que merecen respeto. En una comedia, en una parodia, ¿de quién se burlan? De los padres, de los políticos, de los pastores. ¿O acaso no es esto lo que vemos y nos produce gracia? Pues no debería causarnos gracia, porque la deshonra tiene consecuencias que hacen que un hogar se destruya. 

HONRA

Cuando la palabra habla al hombre acerca de honrar a su mujer como vaso más frágil, continúa diciendo: Para que tus oraciones sean sin estorbo. Hay estorbo, hay interrupción, hay un corte de comunicación entre Dios y tú, cuando falta honra. Quizás tú no lo puedes ver, pero, cuando uno es irrespetuoso, cuando faltamos en dar honor a quien honor merece, se interrumpe la comunicación, hay estorbo en nuestra relación con Dios. Y, ¿cómo se restituye esa relación? Con honra.
En Isaías 61, vemos la escritura que Cristo citó cuando entró a aquella sinagoga en Nazaret: Yo he venido para traer buenas nuevas a los pobres, para levantar a los quebrantados, al cautivo, para sanar a los enfermos. Y, en esa misma escritura, más adelante, dice que, en lugar de confusión y deshonra, “os alabarán en sus heredades, por lo cual en sus tierras poseerán doble honra.”
Una de las cosas que Jesús vino a hacer fue, no tan solo a restaurar la honra, sino a darnos una doble porción.
Esta escritura dice: Reedificarán las ruinas antiguas. A veces, nos encontramos con ruinas en nuestra familia, con cosas que han sido destruidas. Y, cuando miramos, la destrucción ha sido por pecado, por malas decisiones que, generalmente, están ligadas con el honor. Quizás te encuentras con ruinas, pero Dios te dice: Esas ruinas pueden reedificarse.
La escritura continúa, diciendo: Levantarán los asolamientos. La falta de honra trae soledad a nuestra vida. Puedes ser la persona más inteligente, pero, cuando te expresas con deshonra hacia los demás, vas a terminar solo. Nadie quiere andar con alguien que habla mal de otro. Si hablas mal de tu jefe, un día hablarás mal de tu compañero. Si te comportas mal con tus padres, un día le fallas a algún amigo. Y todo esto trae consecuencias de maldición sobre nuestra vida.
El asolamiento es una consecuencia de maldición, pero Dios dice que se va a acabar, que se levantarán de los asolamientos y restaurarán ciudades. Mucho más que la restauración de un hogar, Dios tiene restauración de ciudades completas para los hogares que traen honra.
Cuando se levanta una iglesia que sabe honrar a Dios, que sabe honrar a los ministros, que sabe honrar a las autoridades, a la familia, a los cristianos, ciudades completas son restauradas. Y, dice la biblia que, para ellos hay doble honra.
En Isaías 61, dice que, cuando se reedifica, cuando se levanta y se restaura, no hay más confusión, sino que hay doble honra.
La confusión llega a los hogares, cuando no tenemos claras las líneas de autoridad, cuando no tenemos clara la honra que debe haber. La confusión viene cuando no hemos sido enseñados correctamente, o cuando no hemos enseñado correctamente.
Quizás hoy puedas reconocer las consecuencias que tu familia ha vivido por la falta de honra. Pero los que creemos en el Señor no estamos sin esperanza, sino que hay una palabra que nos dice que seremos reedificados, levantados y restaurados, que no habrá más confusión, y que habrá doble honra.
Dios puede levantar tu hogar. Dios puede quitarte ese sentimiento de soledad que te hace pensar que no tienes a nadie con quien puedas contar, y Dios puede restaurar tu familia completa, cuando la honra está en el lugar correcto.