UNA CARTA A MIS HIJOS ACERCA DE 50 SOMBRAS DE GREY

Créanme cuando les digo que el amor ni siquiera tiene una breve aparición en esta película.
Este artículo fue originalmente escrito por Michelle Lewsen para Scary Mommy. 

Mis adorables niños,

Esta noche sucumbí a la presión social (exactamente lo que siempre les advierto que no hagan) y fui con un grupo de amigas a ver 50 Sombras de Grey. No le hice caso a la pequeña voz en mi cabeza que imploraba que no lo hiciera. Porque, después de todo, es sólo una tonta película, ¿no?

Bueno, me gustaría haberle hecho caso porque tenía razón. Por otro lado, lo bueno de haber ido es que ahora tengo estas palabras para ustedes.
Un día, en un futuro no muy lejano, voy a parpadear cuando me de cuenta de que son lo suficientemente grandes como para ver películas como 50 Sombras de Grey. Tengo que aceptar la dura realidad que sus ojos y sus pensamientos van a ver esta tontería tarde o temprano.

Escribo esto para cuando llegue ese día, reconozcan a esta película como lo que es, en lugar de lo que pretende ser.

Permítanme comenzar diciendo lo que 50 Sombras de Grey no es:
No es una historia de amor.

Se hace un trabajo bastante convincente para aparentar que lo es, pero por favor, créanme cuando les digo que el amor ni siquiera tiene una breve aparición en esta película.
Tampoco es un cuento de hadas romántico con un poco de malicia inofensiva espolvoreada por encima.

De hecho, el romance brilla por su ausencia. En esta pieza ‘inofensiva’ de Hollywood, un hombre guapo, rico y con experiencia utiliza su poder para seducir y manipular a una joven estudiante inocente para hacer un montón de cosas que son muy incómodas.

Es una película sobre los deseos sexuales de control y violencia de un hombre narcisista y que se cree con el derecho de usar y abusar del cuerpo y la mente de una mujer joven y vulnerable como herramientas para su propia gratificación. Todo gira en torno a sus necesidades, junto con la expectativa arrogante que ella debe cumplir, a pesar de su incomodidad, para complacerlo.

Me senté en el cine y miré a mi alrededor a cientos de mujeres comprando esta “historia de amor sexy” y me sentí enferma. Si todo un cine lleno de mujeres no era capaz de ver lo perjudicial que es esta línea argumental, ¿cómo diablos se supone que lo hagan las niñas y los adolescentes?

Por favor, mis hijas, no permitan que esta idealización sexual las engañe sobre el abuso doméstico, creyendo que deben permitir ser tratadas como Anastasia Steele. Por favor, hijo mío, no veas esto un día y creas que está bien intimidar, manipular o faltarle el respeto a una mujer como el ‘héroe’ Christian Grey.Nadie, hombre o mujer, quiere o merece ser manipulado o tratado de manera sexual en contra de sus deseos.

Espero que, cuando llegue el día en que hayan crecido lo suficiente como para estar en una relación, entiendan que lo que sucede detrás de las puertas del dormitorio siempre debe ser placentero para ambos, independientemente de sus gustos. Espero que entiendan que el consentimiento dado por la fuerza no es consentimiento para nada. Espero que exijan respeto y que entreguen respeto a cambio.

Esta noche, salí del cine sintiéndome aterrorizada y un poco triste por su generación. Si esta es la película en la que basan sus ideales de amor y romance, entonces tengo que dejar algunas cosas muy claras y espero que estén escuchando.

Si alguien quiere estar con ustedes, aparecer en sus trabajos sin avisar y actuar de forma posesiva cuando un compañero de trabajo les habla NO es romántico. Es espeluznante.

Si las sigue cuando salen a bailar y las lleva a su hotel cuando están demasiado borrachas como para tomar una decisión racional, y luego las desviste y las pone en su cama, eso no es ser protector. Es acoso. De hecho, acoso es sólo el comienzo de lo que en realidad es.

Si aparece en el interior de su apartamento sin haber sido invitado, no es romántico. Es allanamiento de morada.
Si le dicen que no están interesadas y le piden que se vaya y él responde atándolas a la cama, teniendo sexo violento con ustedes incluso cuando en repetidas ocasiones dijeron que “no”, a la vez que amenaza con empeorar las cosas si hacen ruido, eso no es pasión. Es abuso.

Si vende sus vehículos y les compra uno nuevo sin su permiso “para sorprenderlas”, no es romántico. Es robo y manipulación.
Si él controla sus llamadas telefónicas, él no está enamorado de ustedes. Él está abusando y controlándolas.

Si las golpea con un cinturón de cuero mientras que lloran, porque eso es lo que le da placer y les pide que lo hagan a pesar de su dolor, porque así se excita y luego se hace la víctima explicando todo, no hay banda sonora en el mundo que pueda acallar esa voz en sus cabeza que grita que el amor y el romance nunca estuvieron presentes en esta película y nunca lo estarán.
Hijos míos, esta película me preocupa mucho, y tengo la experiencia de la vida de mi lado. Me estremezco al pensar que van a crecer con historias como esta modelando sus relaciones y que piensen que son algo “normal”.

Por favor, mis preciosos hijos, tengan claro esto: El amor es suave. El amor nunca toma. El amor no exige. El amor es consentimiento mutuo. El amor no necesita paseos en helicóptero y regalos caros. El amor es suficiente.

Cuando hay amor, la voz en sus cabezas no grita. Porque no hay motivo.
Hijos míos, por favor háganme caso.
Y, si deciden no hacerlo, entonces escuchen a la voz en sus cabezas.
Con abundante amor,
Mamá

CARTA DE UNA PSIQUIATRA A LOS JÓVENES RESPECTO A 50 SOMBRAS DE GREY

No hay nada gris en las 50 Sombras de Grey (Gris, en inglés).
Es todo negro.
Déjenme que les explique. Me dedico a ayudar a la gente que está rota por dentro. Al
contrario que los médicos, que usan rayos X, o analíticas de sangre para determinar qué le pasa a alguien, las heridas que a mi me interesan están ocultas. Hago preguntas, y escucho con cuidado las respuestas. Así es como descubro que la persona que tengo delante está “sangrando”
Años de escuchar con cuidado me han enseñado mucho. Una de las cosas que he aprendido es que los jóvenes están totalmente confundidos en el amor – encontrándolo y manteniéndolo. Escogen bastante mal, y acaban perdidos y dolidos.
No quiero que sufras como la gente que veo en mi consulta, de ahí esta advertencia sobre la nueva película “Cincuenta sombras de Grey”. Incluso si no ves la peli, su mensaje tóxico está calando en nuestra cultura, y puede sembrar ideas peligrosas en tu cabeza.
“Cincuenta sombras de Grey” se estrena por el día de San Valentín, con lo que puedes pensar que es un romance, pero no caigas en eso. La película, en realidad, va de una relación enfermiza y peligrosa, llena de abusos psicológicos y emocionales. Tiene glamour porque los actores son atractivos, con coches y aviones caros, y canta Beyonce. Puedes creer que Christian y Ana son geniales, y que su relación es aceptable.
¡No te dejes manipular! La gente que está detrás de la película quiere tu dinero; no les preocupa para nada ni tú ni tus sueños.
El abuso ni gusta ni está genial. Nunca está bien, bajo ninguna circunstancia.
Ésto es lo que necesitas saber de “Cincuentas sombras de Grey”. De niño, a Christian Grey lo desatendieron horriblemente. Él está confundido en el amor porque nunca lo ha experimentado. En su mente, el amor se mezcla con sentimientos malos como el dolor y la dignidad. Christian disfruta dañando a las mujeres de las formas más raras. Anastasia es una chica inmadura que se enamora del físico y la riqueza de Christian, y tontamente consiente en sus deseos.
En el mundo real, este cuento hubiera acabado mal, con Christian entre rejas, y Ana en una institución, o en el depósito de cadáveres. O Christian hubiese seguido pegando a Ana, y ella lo soportaría y se quedaría. En cualquier caso, sus vidas no hubieran sido, desde luego, un cuento de hadas. Créeme en ésto.
Como doctora, te ruego: NO veas las “Cincuentas sombras de Grey”. Infórmate, aprende de los hechos, y explica a tus amigos porqué no la deberían ver tampoco.
He aquí algunas de las ideas peligrosas que fomenta las “Cincuenta sombras de Grey”.
1. A las chichas les gustan tipos como Christian que les dan órdenes y consiguen lo que quieren.
¡No! una mujer psicológicamente estable evita el dolor. Se quiere sentir segura, respetada y cuidada por un hombre en el que pueda confiar. Sueña con trajes de novia, no con esposas.
2. Los tíos quieren chicas como Anastasia, que es sumisa e insegura.
Falso. Un hombre psicológicamente estable quiere una mujer que sepa cuidar de sí misma. Y si su comportamiento no es aceptable, quiere que ella le ponga los puntos sobre las íes.
3. Anastasia es libre de elegir cuándo permite que se la hiera, de modo que nadie puede jugzar sus decisiones.
Lógica flaqueante. Anastasia escoge libremente – y escoge mal. Una decisión autodestructiva es una mala decisión.
4. Anastasia decide sobre Christian de forma objetiva y meditada.
Dudoso. Christian proporciona constantemente alcohol a Anastasia, afectando su juicio. Además, Anastasia se vuelve sexualmente activa con Christian – su primera experiencia – poco después de conocerle. La neurociencia  sugiere que los encuentros íntimos podría desatar sus sentimientos de apego confianza, antes de que ella esté segura de que él los merece. El sexo es una experiencia poderosa – sobre todo la primera vez.
Para terminar, Christian manipula a Anastasia para que firme un acuerdo que la prohíbe decir a nadie que él es un abusador crónico.
Alcohol, sexo, manipulación – difícilmente son ingredientes de una decisión objetiva y meditada
5. Los problemas emocionales de Christian se curan con el amor de Anastasia.
Sólo en las películas. En el mundo real, Christian no cambiaría en lo más mínimo. Si Anastasia se sintiera realizada ayudando a gente emocionalmente trastornada, se hubiera hecho psiquiatra o trabajadora social.
Es bueno experimentar con la sexualidad.
Quizá para adultos en una relación sana, longeva, comprometida y monógama, también conocido como “matrimonio”. De otra forma, te arriesgas a enfermedades de transmisión sexual, embarazos, y agresión sexual. Lo sensato es tener cuidado de quién dejamos que se nos acerque, física y emocionalmente, porque un simple encuentro te puede desviar de tu camino y cambiar tu vida para siempre.
La conclusión: las ideas de “Cincuenta sombras de Grey” son peligrosas, y pueden llevara  confusión y malas decisiones en el amor. Hay una inmensa diferencia entre una relación sana e insana, pero la película muestra esas diferencias borrosas, de modo que empiezas a preguntarte: ¿qué es lo sano en una relación? ¿qué es enfermizo? ¿ hay tantas sombras de grises?… no estoy segura.
Escucha, es tu seguridad y tu futuro de lo que estamos hablando. No hay sitio para las dudas: una relación íntima que incluya violencia, consentida o no, es completamente inaceptable.
Ésto es blanco o negro. No hay tonos de grises aquí. Ni siquiera uno sólo.

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QUIERO LLEVAR TUS MARCAS SEÑOR

„…Porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.”
Gálatas 6:17b
El Apóstol Pablo llevaba en su cuerpo físico las marcas del Señor Jesús. Eran cicatrices causadas por la persecución que había sufrido como soldado de la Cruz de Cristo. Fue apedreado hasta casi la muerte, maltratado y perseguido, su riesgosa actividad había dejado en él marcas, sin embargo estas cicatrices en la carne eran sólo un vestigio de las profundas marcas que la Cruz había dejado en su interior.
En su epístola a los Gálatas Pablo escribe: “Porque por medio de la ley yo he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo he sido crucificado, 20 y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí.” (Gálatas 2:19-20)
El pecado y la muerte se encuentran íntegramente relacionados a lo largo de toda la Escritura. Son causa y efecto. La ley establece la muerte como pena por el pecado y Pablo había comprendido muy bien algo: “He sido declarado culpable”. La ley exige mi muerte.
Es justamente allí, ante esta deuda impagable para el ser humano, que Dios interfiere con su plan de redención para el hombre. La ley ha sido satisfecha, Cristo ha pagado con su vida, la deuda ha sido saldada. Es en este contexto que Pablo afirma: “Con Cristo he sido crucificado,  y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí.”
El perseguidor de cristianos, el fariseo, el en cuanto al cumplimiento a la ley irreprochable, ese Pablo ya no vive, sino que es Cristo quien vive en él.
Esto sucede en la vida de toda persona que comprende su posición delante de Dios, se sabe perdido e incapaz de remediar su situación. La salvación es sólo por la Gracia de Dios por medio de la fe en Jesucristo. Como Pablo hemos sido crucificados con Cristo y nuestra motivación para seguir viviendo no podría ser más conmovedora: la vida que ahora vivimos, la vivimos por la fe en el Hijo de Dios que nos amó y se entregó a la muerte por nosotros.
Sin embargo las implicancias de la Cruz en la vida del creyente son mucho más profundas y vastas.
Pablo escribe a los gálatas más adelante en la misma epístola: “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.” (Gálatas 5:24-25)
Pablo se refiere aquí a la constante lucha del creyente: la carne en oposición al Espíritu, el hombre viejo en contraposición al hombre nuevo.
Si con Cristo hemos sido juntamente crucificados (pasivo), hemos nosotros mismos (activo) de crucificar nuestra naturaleza carnal con sus pasiones y malos deseos.
En su libro “La Cruz de Cristo”, John Stott nos llama una reflexión muy interesante sobre esta porción del texto bíblico.
La crucifixión era una forma de ejecución cruel y horrorosa. Para el crucificado no había misericordia ni consideración. El crucificado era un maldito para el cual no existían consideraciones ni perdón.
Ésta, dice Stott, es una metáfora asombrosa de cómo debe ser nuestra actitud frente a la propia naturaleza carnal.
No debemos subestimarla, ni confiar en ella. No debemos hacer lugar a sus caprichos, ni alentarla o aún tolerarla. ¡Más bien debemos rechazarla con toda nuestra energía!
Los cristianos muchas veces estamos muy ocupados crucificando la naturaleza carnal del hermano, dejando que la propia haga y deshaga a gusto, en nuestras relaciones, en nuestra familia y en nuestra iglesia.
Si no somos conscientes de esta lucha en nuestro interior y de la actitud correcta que debemos tener frente a la naturaleza pecaminosa que vive en nosotros, ella se enseñoreará de nuestras vidas y lejos estaremos de manifestar los frutos del Espíritu.
Las marcas que Pablo llevaba en el cuerpo, eran un estigma de Cristo que lo validaban como un verdadero soldado y esclavo de Jesucristo. Tal vez en el lugar en donde vivimos no seamos apedreados, golpeados o encarcelados por predicar la Cruz, de modo que nuestro cuerpo no lleva esas marcas que Pablo y muchos cristianos perseguidos llevan hoy en su cuerpo físico. ¿Pero qué hay de nuestro interior? ¿Puedes ver las marcas de la Cruz en tu espíritu? ¿Eres un despiadado soldado romano en lo que a tu naturaleza carnal respecta?
Tomás dijo a los discípulos cuando éstos le contaron que habían estado con el Cristo resucitado: “Si no veo la señal de los clavos no creeré.”
Esto mismo dice el mundo de hoy que no conoce a Cristo a la Iglesia: “Si no veo la señal de los clavos no creeré.” Esto mismo te dice a ti, tu amigo, tu pariente, tu compañero de trabajo, tu vecino a ti: “Si no veo en ti la señal de los clavos no creeré.”
Es mi deseo que el Espíritu que mora en ti, plante este anhelo en lo profundo de tu corazón:
¡Quiero llevar tus marcas, Señor!

LIBRES DEL MIEDO

En la incomparable  novela  Los hermanos Karamazov, de Dostoyevsky,  la acusación de la Iglesia—representada  por el Gran Inquisidor—en contra  de Jesús que ha regresado  a la  tierra es: «¿Por qué has venido a molestarnos?».
Después  de mil quinientos años la Iglesia institucional  en lugar de proclamar a Jesús le ha suplantado. Las tradiciones eclesiásticas y las leyes hechas por los hombres  le han usurpado  a Jesús su lugar, y la Iglesia estaba viviendo el éxito de su ingeniosidad.
Había demasiada luz y verdad en Jesús. Su palabra: «Conocerán la verdad, y la verdad les hará libres», era intolerable.  Los ancianos decidieron  que  los hombres  y las mujeres  no  eran  capaces de  ser libres, y por lo tanto  la Iglesia se arrogó  la protección de las almas que se le confiaban, sólo para dispensarla cuando fuera absolutamente necesario. La gente común  no podría soportar  el peso de la libertad, por lo cual la Iglesia se apropió  de la misma, por el bien de la gente.  Porque,  sostuvieron,  las personas sólo podrían  hacer mal uso de la libertad, abusando  de ella. Librados de la ansiedad y el tormento  de la decisión personal  y la responsabilidad,  la gente  se sentiría feliz y segura en la obediencia  a la autoridad.
«“Se  sorprenderán ante  nosotros”, dice  el Gran  Inquisidor a Jesús, “y pensarán que somos dioses porque  nosotros,  que los guiamos, estamos dispuestos a soportar la libertad, esta libertad de la que huyen  horrorizados; y como  estamos  preparados  para gobernarles, les parecerá muy terrible ser finalmente libres. Pero diremos que te estamos obedeciendo y que gobernamos únicamente  en tu nombre. Nuevamente, les estaremos  traicionando  porque  no dejaremos  que tengas nada que ver con nosotros”. Por cierto: “¿Por qué has venido a molestarnos?”. El Gran Inquisidor quiere tomar a este Jesús que ha  vuelto,  trayendo nuevamente   la libertad,  para  quemarle  en  la hoguera  en nombre  de la Iglesia».
La  pregunta   no  es:  «¿Qué  dice  Jesús?», sino: «¿Qué  dice  la Iglesia?». Aun hoy, muchas personas siguen preguntando esto.
Es triste, pero cierto: algunos cristianos quieren ser esclavos. Es más fácil dejar que otros tomen  decisiones, o apoyarse en la letra de la ley.
Resucitado de entre los muertos,  Jesús sigue presente en la comunidad de discípulos como el camino a la libertad.  El Reino de Dios es un reino  de libertad.  Jesús nos invita y desafía a entrar  en este Reino, a andar  el camino  real de  la libertad,  a ser libres por medio del amor del Padre.
Jesús llama a los andrajosos (los que dependen enteramente de la misericordia de Dios y aceptan el evangelio de la gracia, los pobres de espíritu) de todas partes a librarse del miedo a la muerte, a librarse del miedo  a la vida, a librarse de la ansiedad por nuestra salvación.
Una   de  las  líneas  más  bellas  que   haya  leído   pertenece  al Hermano  Roger,   el  prior  de  los  monjes  protestantes  de  Taize, Francia.  «Asegurada  tu  salvación  por  la  gracia  única  de  nuestro Señor Jesucristo». Aún encuentro difícil leer esto sin lágrimas en los ojos.  Es  maravilloso.  Cristo  tomó   mis  pecados,  tomó   mi  lugar, murió  por mí, me libró del miedo  a andar por el sendero  de la paz que lleva a las Doce Puertas.
Tristemente, muchos hoy no sienten lo que Pablo llama «la gloriosa libertad de los hijos de Dios» en Romanos  8:21.  El problema básico es el que presentamos  en el primer capítulo de este libro: aceptamos  la gracia en teoría,  pero no en la práctica. Vivir por gracia, y no por la ley, nos hace salir de la casa del miedo para entrar en la del amor: «En el amor no hay temor,  sino que el perfecto  amor echa fuera el temor;  porque  el temor  lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado  en el amor» (1 Juan 4:18).
Aunque profesamos nuestra fe en el amor incondicional  de Dios, muchos de nosotros  seguimos viviendo en el miedo. En su libro Lifesigns, Intimacy, Fecundity and Ecstacy in Christian Perspective, el autor Henri J.M. Nouwen  observa: «Vemos  la cantidad  de  “si”  que  enunciamos  en  nuestra  vida: ¿Qué  haré  si no  encuentro marido,  casa, trabajo,  amigos,  ayuda? ¿Qué haré si me despiden,  si me enfermo,  si tengo  un accidente,  si pierdo  mis amigos,  si mi matrimonio no  funciona,  si hay guerra? ¿Qué pasará si mañana es un día feo, si hay huelga de trenes, o si hay un terremoto? ¿Qué ocurrirá  si alguien me roba  mi dinero,  viola a mi hija, saquea mi casa o me mata?».
Cuando estas preguntas  guían nuestra  vida, estamos hipotecando la casa del miedo.
Jesús dice simplemente: «Permaneced  en mí, y yo en vosotros» (Juan 15:4).  Es decir, que hagamos nuestra casa en Él, así como Él hace de nosotros  su casa. Nuestro  hogar no es una mansión celestial en el más allá, sino un lugar seguro en medio de nuestro  mundo ansioso: «Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos  a él, y haremos morada con él» (Juan 14:23).
Nuestro   hogar   es  ese  lugar  sagrado —externo   o  interno—donde no precisamos sentir miedo; donde estamos confiados de la hospitalidad  y el amor. En nuestra sociedad hay muchas personas sin hogares que viven no sólo en las calles, en refugios, o en pensiones brindadas  por  el Estado,  sin que  hay vagabundos  que  huyen,  que jamás encuentran hogar dentro  de sí mismos. Buscan un lugar seguro en el alcohol o las drogas, o en la seguridad  del éxito, la competencia, los amigos, el placer, la notoriedad, el conocimiento y hasta en  una  religión  pequeña.  Se han  vuelto  extraños  a ellos mismos, gente  con domicilio pero sin hogar,  gente  que jamás oye la voz del amor, que nunca siente la libertad de los hijos de Dios.
A quienes viven huyendo,  que tienen miedo de dar la vuelta por temor   a  encontrarse   a  sí  mismos,   Jesús  les  dice:  «Tienen   un hogar…Yo soy vuestro hogar…clamen a mi como su hogar… encontrarán que  ese lugar  íntimo  en  donde  yo vivo…está  justo donde  están ustedes, en la intimidad  de su ser… en su corazón».

COMO ORAR ANTE LA DECAPITACIÓN DE CRISTIANOS A MANOS DE TERRORISTAS

El 15 de febrero en Libia militantes enmascarados vinculados al grupo terrorista ISIS (por sus siglas en inglés) llevaron a 21 egipcios cristianos a las orillas del  mar Mediterráneo y los hicieron arrodillarse. Luego los yihadistas islámicos tomaron sus cuchillos y decapitaron a cada uno de los hombres.
Mientras el agua de mar creó una espeluznante marea roja, uno de los militantes emitió una amenaza a todos los occidentales: “Lucharemos todos juntos. En el mar que escondieron el cuerpo del jeque Osama Bin Laden, juramos por Alá, que lo mezclaremos  con la sangre de ustedes”.
Una reciente ola de decapitaciones islámicas—grabadas y colocadas en la internet—le recuerda al mundo que ISIS y otros grupos ultraviolentos musulmanes no han desaparecido. En  el 2014, los terroristas de ISIS decapitaron soldados sirios y libaneses, periodistas estadounidenses, al periodista japonés cristiano Kenji Goto, trabajadores humanitarios y hasta niños de familias cristianas. Ahora su terror se ha esparcido mucho más allá de la frontera de Siria. 
Los terroristas declaran que están llevando a cabo la voluntad de Alá y citaron un pasaje del Corán (Sura 47:4) para justificar su brutalidad: “Cuando te enfrentes a los no creyentes, hiérelos en el cuello hasta causar matanza”. Los musulmanes más pacíficos han condenado este comportamiento extremo de ISIS, pero esto no ha convencido al Oeste de que no estemos en peligro de peor violencia.
El arroyo de sangre que vimos en el 2014 puede que se convierta en un río este año, y los cristianos en el Oriente Medio son los más vulnerables.
¿Qué podemos hacer? Es muy probable que sea necesaria la acción militar, especialmente si el terror llega a nuestras costas. Pero antes que los terroristas suicidas ataquen Dallas o decapiten  personas en las calles de Pittsburgh, la comunidad cristiana tiene que despertar a la necesidad de la oración de emergencia. Aquí están seis maneras bíblicas en las que puede orar:
1. Ore por denuedo para dar testimonio del Evangelio en medio de la persecución. La persecución era una realidad en la iglesia del Nuevo Testamento, pero no detuvo a los primeros discípulos de difundir el evangelio. Después que Pedro y Juan fueron arrestados y se les dijo que dejaran de predicar, ellos anunciaron: "No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hechos 4:20). Ore para que los cristianos perseguidos no sean intimidados o silenciados por los actos de terror.
2. Ore por milagros sobrenaturales que confirmen el evangelio. Cuando la iglesia primitiva se enfrentó a la oposición, oraron no sólo por la audacia, pero también por una manifestación del poder de Dios. Ellos oraron en unidad en Hechos 4:29-30: “Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús”. Ore para que Dios extienda su brazo santo y le muestre al mundo que Él es real, especialmente a los militantes musulmanes que no conocen al Salvador.
3. Ore para que la semilla de los mártires produzca una cosecha de creyentes. Cuando una multitud enfurecida apedreaba a Esteban, el primer mártir de la Iglesia primitiva, él gritó de rodillas: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” (Hechos 7:60). Su muerte fue trágica, pero no fue en vano. Un gran derramamiento del Espíritu Santo siguió su martirio. Cuando un cristiano nacido de nuevo da su vida por Jesús, Dios toma nota y responde. Este podría ser el momento de mayor despertar espiritual en el Oriente Medio.
4. Ore para que una gran convicción caiga sobre aquellos que persiguen la Iglesia. Saulo estaba empeñado en detener y matar a los primeros discípulos, y vio como fue martirizado Esteban. Sin embargo, poco después que Saulo lanzó su campaña de terror, cayó sobre su rostro en el camino a Damasco y se convirtió de manera espectacular (ver Hechos 9:3-4). Este mismo milagro puede suceder hoy a los líderes de ISIS. No limite el poder de Dios ni haga oraciones de venganza y juicio sobre estas personas. Oremos para que los  más feroces militantes perseguidores  de la iglesia tengan un encuentro de frente con el Hijo de Dios.
5. Ore por protección angelical e intervención divina. Durante una ola de persecución contra la iglesia del Nuevo Testamento, un ángel se apareció en la celda de la prisión donde estaba Pedro, lo despertó e hizo que sus cadenas cayeran (ver Hechos 12:7). Más tarde, después de que el rey Herodes se negó a detener su régimen de terror, un ángel le hirió de muerte (ver 12:23). La Biblia no dice que la iglesia oró por la muerte de Herodes; nunca debemos orar con un espíritu de venganza, pero debemos dejar lugar a la ira de Dios cuando la misericordia se agote.
6. Ore para que la comunidad cristiana mundial trabaje por la paz y la justicia en el Oriente Medio. No podemos simplemente sentarnos y ver a nuestros hermanos y hermanas ser decapitados por su fe, mientras nosotros disfrutamos de nuestras comodidades del primer mundo. Tenemos que ser solidarios con ellos, no sólo en la oración, sino también en la acción. Debemos apoyar activamente a los líderes del gobierno y de la iglesia que están obrando tras bastidores por la reconciliación, para dar ayuda humanitaria y por la protección de las víctimas de la injusticia.
Nuestra respuesta a esta ola de terror no puede ser el miedo o el odio. No gaste su tiempo maldiciendo las tinieblas. Sea proactivo al orar fervientemente. Pídale a Dios que desate en el Oriente Medio un gran derramamiento del Espíritu Santo, que no sólo traiga a Cristo a los musulmanes pacíficos, sino también a los militantes islámicos sedientos de sangre que estén afilando sus cuchillos para el próximo ataque.