BENDICIONES

Es difícil para una persona aceptar el amor y el cariño después de haber sido abusado y maltrato por mucho tiempo.  En Egipto, las cosas que le daban al pueblo de Israel, se las daban con mala gana, abusos y maltratos.  Más adelante, en la tierra prometida, lo que les daban era con amor, y esto era difícil de entender. 
Aun cuando el pueblo de Israel se quejaba, Dios continuaba bendiciéndole.  Podemos ver la historia del pueblo de Israel como una historia de amor, porque vemos cómo Dios siempre trató de enamorar a su pueblo.  Si tenían frío, Dios les calentaba; si tenían calor, él les daba la sombra; tenían hambre, les daba comida;  tenían sed, les daba agua.  Hay que liberarse de toda culpa, creer que somos hijos, y no todo lo que quieres alcanzar, lo tienes que sudar, porque al Dios que le servimos quiere regalarte, y poner cosas en tus manos para que lo disfrutes, pero hay muchos que se les hace difícil creer esto.  Esto no se trata de lo que hagamos, sino por su amor y su misericordia.
Las bendiciones se obtienen por el amor y la gracia de Dios.  La salvación, la sanidad, la libertad financiera se recibe por la gracia de él.  Aprende a recibir porque lo que Dios te va a dar es tan grande que no son suficientes las horas que trabajas.  Esto no es que no se trabaje y se esfuerce, sino que trabajes y te esfuerces con descanso en tu mente, sin estrés, porque él multiplicará las bendiciones en tu vida.
La Biblia dice que, en la tierra prometida, Dios se encargaría de regar la tierra con su lluvia.  El hombre sembraba, y Dios era quien regaba.  En Egipto, por el contrario, tenían que cavar y hacer que el río se saliera de su cauce para lograr que el agua llegara al lugar donde habían sembrado.  O sea, que el agua llegaba como producto de su trabajo.  En la tierra prometida, estaban en sociedad con Dios.  Ellos sembraban y Dios regaba. 
En la tierra que fluye leche y miel, Dios es tu socio.  Él se encargará de que tu trabajo y esfuerzo sea maximizado.  Mientras trabajas y siembras, Dios se encargará de enviar la lluvia a su tiempo, para que puedas cosechar.  No tan solo llevará agua a tu siembra, sino también a tus ganados y a todo lo que es tuyo.