COMO ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS

Hebreos 3:15 Nueva Traducción Viviente (NTV) 

Recuerden lo que dice: «Cuando oigan hoy su voz, no endurezcan el corazón como hicieron los israelitas cuando se rebelaron» 

Uno de los más comunes errores de las personas que pretenden tener una relación con Dios, es el pensar que todo se trata de ellas. Como lo hemos comentado en las pasadas semanas, nuestro desconocimiento de Dios nos orilla a que solamente nosotros y nuestros asuntos sean tema de conversación entre Dios y nosotros, ya que no tenemos otra cosa de qué hablar, pero Dios si tiene mucho de qué hablarnos, porque no solo conoce el universo y la creación, sino nos conoce a nosotros y el papel que jugamos en su Reino y es justo de eso de lo que nos quiere hablar. Pero es cuando no escuchamos "esa" respuesta que queremos, que decimos no escuchar su voz y nos cerramos a todo hasta no recibir la respuesta anhelada y solemos incluso negar el que nos hable. 

Creo que no hay día que alguien me pregunte "cómo escuchar la voz de Dios?", mi respuesta es en todos los casos "cómo no escuchar la voz de Dios, si es lo más fuerte y mas evidente que hay?", solo que debemos de entender que la voz de Dios no se trata de nosotros, se trata de nuestro papel y nuestra función en el Reino de Dios. Es justo ahí donde la famosa cita de Mateo 6:33 se hace verdadera "buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás les será dado por añadidura", esto es algo similar a ir a trabajar todos los días, en nuestros trabajos, velamos por los intereses de nuestro amo o patrón y éste se preocupa por entregarnos regularmente un salario que cubra nuestras necesidades económicas, y con Dios sucede algo similar, ya que no estamos trabajando para alguien ajeno y no es un intercambio lo que hacemos con Él, sino trabajamos en y para el Reino del cual somos coherederos. 

Por tanto solo debemos de procurar momentos de tranquilidad a lo largo del día y conocer la palabra de Dios y nos daremos cuenta que la voz de Dios está ahí todo el tiempo, y que todo el tiempo Dios tiene palabras de vida para nosotros como lo promete en su palabra, pues cada vez que actuamos conforme a la voz de Dios, nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu se vivifican, ya que están haciendo aquello para lo que fueron creados. Hay quienes pierden la noción de quienes son y creen que Dios está ahí para convencerles ó rogarles y se atreven a decir "dame una señal para comprobar que existes", como si tuvieran derecho a ello, y es probable que Dios se las de, ya que nada es imposible para Él, y su amor va más allá de nuestro entendimiento, la pregunta del millón, es que haremos una vez que hayamos recibido la señal, ya que todo lo que sale de la boca de Dios, tiene un propósito y ese propósito es eterno, de modo que solo dará señales a aquellos que estén dispuestos a ser transformados por su voz y su señal, quienes no, son simplemente necios que no tienen idea de quienes son, ni el Dios que tienen, sus corazones están endurecidos a causa de su necedad. 

Por tanto, la respuesta a la pregunta "cómo hago para escuchar la voz de Dios?" es simple, debemos de estar abiertos a que Dios nos habla todo el tiempo, pero no nos hablará de nosotros, nos hablará de sus propósitos y de aquello en lo que nos hacemos parte de su Reino, ya que necesita que confiemos en Él para que a su vez Él pueda cumplir lo que ha prometido, y para saber que es lo que espera de nosotros y qué es lo que nos ha prometido, debemos de conocer su palabra, para que no confundamos su voz con nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, ya que es algo común entre las personas. 

Hay quienes viven bajo el moto de "nadie escarmienta en cabeza ajena", Dios opina diferente, y precisamente por eso no dejó su palabra, para que aprendiéramos de los errores y aciertos de los hombres y mujeres de la Biblia y vivamos una vida de acuerdo a su plan, que es siempre en crecimiento y siempre hacia adelante, es su decisión si vive como Dios manda, o si prefiere como necio experimentarlo todo por usted mismo y tardar mucho tiempo en entender algo que Dios le puede revelar en segundos para que viva usted mejor.

LOS 10 MANDAMIENTOS DE FACEBOOK


Los principios éticos de Dios son vinculantes para todas las esferas de la vida. Aquellos de nosotros que nos llamamos discípulos de Cristo debemos estar dispuestos a someternos a las exigencias del Señor tanto en lo público como en lo privado.

Hoy quiero aplicar los Diez Mandamientos a nuestra actividad en Facebook.

1-. No tendrás dioses ajenos delante de mí.

¿Te ocupa Facebook más tiempo que tu comunión espiritual con el Señor? ¿Se han convertido las redes sociales en algo más estimulante para ti que la presencia de Dios? De ser así, el Espíritu te llama al arrepentimiento. Nada debe tomar el lugar de Dios en el corazón del creyente.

2-. No te harás imagen, ni ninguna semejanza.

Hacerse una imagen de Dios tenía que ver con desvirtuar el carácter del Todopoderoso. A los israelitas se les prohibió hacerse imágenes físicas del Señor. Estas imágenes eran una distorsión de lo que el Señor realmente era. De la misma manera, muchas veces el  Dios Facebook  de hoy día nos hace tropezar pues no hay nada en él que tenga que ver con el Soberano del relato bíblico. La deidad de las redes sociales es un  Jesús Barbie  o un  Jesús osito de peluche  que sólo te quiere abrazar y besar y acariciarte todos los días de tu vida. Este – me temo – no es el maravilloso Señor de la Escritura.

3-. No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano.

El nombre del Señor es tomado en vano durante horas en Facebook. ¿Cuántas veces al día se puede leer de gente frívola que sube comentarios diciendo: “Dios me ha dicho...” cuando Dios nunca dijo una palabra? Eso es falsa profecía. El nombre de Dios también puede ser burlado por esos carteles sin sentido que manipulan a la gente a hacer clic en  Me gusta  diciendo, “Haga clic en 'Me gusta' y envíe esta imagen a diez personas para que Dios te bendiga”, etc. No es otra cosa que blasfemia.

4-.Acuérdate del día de reposo para santificarlo.

El cuarto mandamiento nos muestra que debemos descansar del ordenador. ¡Demasiado tiempo sentado frente al portátil no es bueno para ti! Nuestros cerebros y cuerpos necesitan un descanso de estímulos electrónicos. ¿Cuándo fue la última vez que tomaste un poco de tiempo libre para pasar el día con tus seres queridos y mirarles a los ojos para mostrarles lo mucho que los quieres? ¡Ciertamente las personas son más importantes que las máquinas! ¿O me equivoco? No sacrifiques las relaciones de la vida real por las cibernéticas.

5-.Honra a tu padre y a tu madre.

Voy a ser muy directo: Facebook no es el lugar para lanzar ataques a tu familia. No me lo puedo creer cuando mis contactos dicen cosas terriblemente dañinas a través de sus estados para que todo el mundo los vea. Asuntos familiares privados se suponen que deben seguir siendo privados. Es ser un verdadero cobarde publicar algo humillante acerca de tu familia para que todo el mundo lo vea. ¿Por qué no ser un verdadero hombre o una mujer de verdad y hablar las cosas cara a cara antes de llegar a tu teclado? Debes reconocer a tu familia también en la red y difundir las cosas buenas de ellos a los demás. ¿Te gustaría que tus seres queridos subieran comentarios hirientes acerca de ti para que todos lo vieran?

6-. No matarás.

Jesús explicó que el asesinato es odiar. Los cristianos, no sólo debemos estar en guardia a fin de respetar a nuestras familias, sino que también estamos llamados a respetar todos los hombres y mujeres, independientemente de su condición. Todo ser humano está hecho a imagen de Dios y ese hecho teológico por si solo significa que son dignos de nuestra paciencia, amor, perdón y bondad. ¡Incluso cuando vierten insultos para hacernos daño! Siempre debemos estar listos para perdonar y no para matar a los demás con nuestras lenguas.

7-. No cometerás adulterio.

Por desgracia, uno de los mayores problemas de las redes sociales tiene que ver con las fotos. Algunas de ellas simplemente rayan en lo pornográfico. Con los años he borrado varios contactos por subir basura a la red. Se vistieron como un pedazo de carne y compartieron la foto en internet para así obtener la atención de los perros. ¿Por qué una persona que se precie (por no hablar de una persona que teme a Dios) actuaría de esa manera? Debes ser celoso de tu cuerpo. A fin de cuentas, no es tuyo, sino de Dios. Estás llamado a glorificarlo con tus miembros, no a llamar la atención sobre ti mismo. Ninguna de nuestras fotos debe provocar pasiones impías en otros.

8-. No robarás.

“Robar” significa tomar lo que no es tuyo sin permiso. Creo que es un buen principio ético “dar honor a quien honor merece” o “dar al César lo que es del César”. Si una cita en particular atrapa nuestra atención, entonces siempre es una buena idea hacer mención de la persona que estamos citando (y lo mismo podría decirse de cualquier otra cosa).

9-. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

Falso testimonio es mentir, chismear y calumniar. Este tipo de actividades se encuentran siempre entre los perezosos (Pablo hizo esta conexión en 2ª Tesalonicenses 3:11-12). No hay que malinterpretar las palabras de las personas sin entender el contexto en el que se expresaron. Y también hay que tener cuidado con las noticias espurias de última hora que están totalmente fabricadas por los alborotadores. Cada creyente debe verificar las fuentes de cada historia para asegurarse de que son dignas de confianza y auténticas.

10-. No codiciarás la casa de tu prójimo.

Y, por último, la codicia. Hay algunas personas en internet que sólo quieren conseguir ser conocidos y hacerse un nombre. En lugar de regocijarse cuando otra página cristiana progresa y utiliza su influencia para las Buenas Nuevas, alguna gente se vuelve locamente envidiosa e inventan asuntos artificiales para conseguir que sus propios nombres brillen. Dios nos exige que nos conformemos con lo que tenemos. Facebook es para la interacción social, no para la auto-glorificación.

Autores: Will Graham

CREYENTES ATORMENTADOS

En Mateo 15, Cristo salió del circuito de su ministerio para dirigirse a dos ciudades costeñas en el norte: Tiro y Sidón, ubicadas en las cercanías del Líbano, un área gentil fuertemente pagana. A pesar de ello, se topó con una mujer cananea que parecía haber escuchado del ministerio de Cristo, pues lo llamó “hijo de David”, una frase que los judíos devotos asociaban con el Mesías, quien descendería del linaje de la tribu del rey David. Su petición no era para ella, sino para su hija, quien estaba siendo “atormentada por un demonio”. “Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio”. (Mateo 15:22). 

En el Nuevo Testamento se usan tres palabras para identificar la obra del diablo o de los demonios en las vidas de las personas. 1. El nivel de control más fuerte es la posesión demoníaca, que proviene de la palabra griega daimonizomai, que significa “ser poseído o controlado totalmente por un demonio”. 2. La Biblia usa la palabra diablo, la cual proviene del griego diabolos, que significa “acusador” o “calumniador”. 

El diablo es un nombre que le queda perfecto a Satanás (Lucas 4:2–6). Sin embargo, la misma palabra griega también se usa para identificar a espíritus malignos e impuros individuales (Mateo 9:32; 12:22; Lucas 8:29). Hay un diablo, pero también muchos diablos individuales que actúan bajo la autoridad directa de Satanás. Para los griegos de la antigüedad, un daimon era una deidad inferior, tanto buena como mala. Algunos sugieren que la palabra daimon proviene de la raíz da, que significa “genio”. Cuando un individuo está “poseído”, pierde el control sobre sí mismo y es como una marioneta que cumple los pensamientos y deseos del demonio que lo posee. 

Una de las descripciones más gráficas de una persona poseída, es la del gadareno en Marcos 5. Este hombre era atormentado al punto de que no podía dormir en las noches, y de cortarse a sí mismo, tal vez inducido por el demonio para que cometiera suicidio. Gritaba en medio de su tormento. Nadie podía someterlo físicamente, y la comunidad le temía (Marcos 5:1–9). Estaba poseído por un espíritu llamado “Legión”. Esta palabra era la que se utilizaba para describir a un escuadrón grande de soldados romanos que en esa época se dividían en grupos, siendo el mayor una legión de entre cinco mil y seis mil hombres. La palabra legión viene del latín legio que significa “reclutamiento”. Durante los primeros tres siglos, el ejército romano tuvo de veinticinco mil a treinta mil legiones. 

La décima legión romana fue la que finalmente rodeó y destruyó Jerusalén en el año 70 d. C. Cuando los espíritus impuros fueron expulsados del hombre, entraron en una manada de dos mil cerdos, los cuales reaccionaron inmediatamente lanzándose violentamente al mar y ahogándose. Esto sugiere que el espíritu de este hombre estaba invadido por dos mil espíritus malignos. Su vida estaba arruinada, su mente era atormentada, y su cuerpo abusado. Vivía entre los sepulcros, un lugar de muerte y de recuerdos. ¡Cuando Cristo pasó por allí, este hombre fue liberado y finalmente pudo salir de su sepulcro!  
La posesión demoníaca es el nivel de dominación más fuerte. La segunda forma de ataque es la opresión demoníaca. Hechos 10:38 dice: “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”. La palabra traducida como oprimidos en griego significa “ejercer poder sobre algo”. Posesión demoníaca es cuando el espíritu mora en el espíritu humano, mientras que la opresión demoníaca es también un control del espíritu, pero se trata más de un control de la mente y los pensamientos. Quienes lo han experimentado lo describen como tener una banda apretada alrededor de la mente que no deja pensar claramente, o como una sensación de desesperanza, oscuridad y desesperación. En la narrativa de Mateo 15, la hija de la mujer estaba siendo “gravemente atormentada” por un demonio. En Lucas 6:18, muchos estaban “atormentados” por espíritus impuros. La palabra traducida aquí como atormentados es ocleo, que significa “perturbar, angustiar”. Este tormento puede ser espiritual, mental o físico, ya que todo ser humano está compuesto de cuerpo (físico), alma (su mente) y espíritu (1 Tesalonicenses 5:23). 

Si es físico, el espíritu impuro puede ser un espíritu de enfermedad, cuya presencia causa padecimientos en el cuerpo (Lucas 13:11– 13). Si el ataque es mental, afectará su razonamiento, originando pensamientos negativos y depresivos. Desde una perspectiva espiritual, a los espíritus se les ha ordenado mantener a los individuos alejados de la luz y de la verdad del evangelio. La razón para revelar las diferentes formas de acoso espiritual, mental o físico es entender que tanto creyentes como no creyentes pueden estar bajo los ataques y la opresión de espíritus malignos. Esto es importante, especialmente cuando tratamos el asunto de la indisposición al perdón en la vida de un creyente. 


En la parábola de Cristo del siervo que no estaba dispuesto a perdonar, cuando el rey se enteró de que el siervo a quien él le había perdonado una enorme deuda no le quiso perdonar una pequeña deuda a un compañero, el rey se enojó y mandó a que lo arrestaran y lo echaran en prisión, no solo hasta que aprendiera cómo perdonar, sino hasta que perdonara. “Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas”. (Mateo 18:34–35). 

La Nueva Versión Internacional de la Biblia dice que el hombre fue entregado a sus “carceleros” para que lo “torturaran”. En el contexto en que fue enseñada esta lección, la gente que escuchaba a Cristo habría entendido el significado de ser entregado a sus “carceleros”. En el sentido más severo, el carcelero que torturaba era aquel que en la prisión usaba látigos o cualquier herramienta que fuera necesaria para obtener la verdad de la persona a quien estaba torturando. Esto lo hacía colocando a la persona en un armazón o cepo, y golpeándola hasta que confesara el crimen o revelara la información que se le exigía. 

La palabra que se usa en esta cita particular del Nuevo Testamento es basanistes, y solo se usa en Mateo 18. No olvide el contexto de la historia de Mateo 18. Un siervo que había sido perdonado por el rey se niega a perdonar a otro siervo igual a él. El siervo indispuesto a perdonar es entregado para que sea torturado hasta que pague por el error que ha cometido. Creo que hay una manera en la que una persona que no está dispuesta a perdonar podría experimentar una consecuencia similar. Cuando un cristiano creyente en la Biblia se niega a actuar, sabiendo que debe perdonar, está renunciando a su cerco de protección espiritual.