EL ALCANCE DE LA BENDICION


Si usted es hijo de Dios nacido de nuevo,su identidad, su capacidad y su llamado son parte de la Bendición.

Para entender el verdadero alcance de la Bendición, debemos escudriñar su origen bíblico en el primer capítulo de Génesis. La Bendición aparece por primera vez en lo que considero un momento sin igual de la creación divina. En los seis días que precedieron a la Bendición, Dios creó la Tierra por su Palabra. Él dijo: “¡Sea la luz!”, y fue la luz. A su voz de mando aparecieron en su lugar el sol, la luna, las estrellas y el mar. Las plantas, los animales y la vida marina surgieron por la Palabra de Dios. Todo estaba preparado para la creación suprema:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra” (Gn 1:26). En cuanto a mí, creo que en ese momento hubo silencio en todo el universo, mientras los ángeles y las huestes celestiales miraban y esperaban la aparición de un ser semejante a Dios que estaba a punto de ser creado. Toda su atención se centró en aquel ser llamado “hombre”, a quien se le daría autoridad sobre la Tierra. ¿Cuál sería el aspecto de tal criatura? ¿Qué clase de poder tendría? ¿Qué obra le
encomendaría Dios? Todos esos interrogantes quedaron resueltos al instante con lo que sucedió a continuación. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo
Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra (vv. 27-28).

Las primeras palabras que Adán oyó

Con esas palabras Dios confirió a Adán, a Eva y a toda la humanidad la Bendición. Les dijo quiénes eran: los amos de la Tierra que Él había creado a su imagen para que la dominaran y la gobernaran. Les dijo lo que debían hacer: llenar la Tierra, sojuzgarla y hacer que se cumpliera en ella la voluntad perfecta de Dios. Les dio también el poder para llevar a cabo esa tarea. Bendecir significa en realidad “facultar”. De manera que las primeras palabras que Adán oyó, el primer sonido que hizo eco en sus oídos fue la voz de Dios que le confería la capacidad divina y creativa de gobernar la Tierra y hacerla un reflejo perfecto de la voluntad suprema y perfecta de
Dios. ¿Cómo sabía Adán cuál era la voluntad perfecta de Dios para la Tierra?
Solo tenía que mirar a su alrededor. Vivía en el huerto de Edén, un lugar creado y dispuesto por Dios mismo. Ese huerto era la demostración perfecta del plan de Dios para este planeta; era el prototipo de lo que Él deseaba extender por todo el mundo. El trabajo de Adán consistía en ejercer la autoridad que había recibido de Dios y extender ese huerto hasta que abarcara toda la Tierra: ¡ese era el propósito de la Bendición! Facultó a Adán para continuar la obra que Dios empezó en la creación. Lo capacitó con los recursos divinos necesarios para seguir el ejemplo de Dios en cuanto a hablar palabras de unción y llenas de fe que transformaran las partes baldías del planeta en un verdadero huerto de Edén. En otras palabras, la Bendición facultó a Adán para ser bendición dondequiera que fuera. En sentido literal, el huerto de Edén estaba en Adán.

El Dios que nunca desiste

Claro, todos sabemos que Adán y Eva lo arruinaron todo. En vez de obrar conforme a la bendición que habían recibido y bendecir así toda la Tierra, desobedecieron a Dios y se apartaron de Él. Se inclinaron ante el diablo y le dieron acceso a la autoridad que habían recibido de Dios, y así fue como echaron a perder todo. La Bendición se convirtió en maldición. La Tierra, en lugar de prosperar bajo su cuidado, se les opuso y se convirtió en su enemiga. En vez de hablarle y gobernarla como reyes, Adán y Eva la labraron como esclavos, con sudor y esfuerzo que apenas les permitía subsistir. ¡Menuda caída! Adán tuvo el poder suficiente para dominar la Tierra entera y bendecirla; pero después de la entrada del pecado, apenas pudo mantenerse con su propio huerto. Aún así, Dios no renunció a su plan original. Nunca lo hace. No hay sombra de variación ni cambio en Él. Una vez
que se decide hacer algo, no se detiene hasta llevarlo a cabo. No nos sorprende, entonces, que unos capítulos más adelante, en Génesis 12, lo vemos restableciendo la Bendición que Adán desechó. Otra vez aparece ofreciéndosela a un hombre que estuvo dispuesto a obedecerle y a establecer un pacto con Él. Así es como lo encontramos diciéndole a un hombre llamado Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandecerétu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra (Gn. 12:1-3).

De generación en generación

No hay duda al respecto. No fue cualquier bendición lo que Dios le ofreció a Abram. Era la Bendición, la misma que recibió Adán, la misma capacidad divina y unción creativa que permitió el florecimiento de toda virtud y prosperidad dondequiera que Adán iba. Al igual que en Génesis 1, Dios volvió a ofrecerle a un hombre el poder de bendecir la Tierra entera.
Abram no respondió como Adán. Él no dejó escapar la bendición, sino que la recibió con reverencia y empezó a obrar conforme a ella por fe. Incluso la enseñó y la transmitió a sus hijos. ¿Cuál fue el resultado? Las condiciones del huerto de Edén empezaron a desarrollarse en la vida de Abram. Así
como Dios aparecía en el huerto para gozar de la compañía de Adán y Eva, Dios empezó a visitar a Abram y a hablar con él. Su relación era tan fuerte e íntima que Dios se refirió a Abraham (el nombre que Dios le puso) como
su amigo. El cuerpo de Abraham también empezó a reflejar las condiciones del huerto. La Bendición lo renovó y rejuveneció hasta el punto de que él y Sara, su esposa estéril, pudieron tener un hijo cuando ella tenía 90 años y él 100. La gran abundancia material característica del huerto de Edén también empezó a manifestarse en la vida de Abraham. Se hizo muy rico en ganado, plata y oro. Dondequiera que él iba, prosperaba en sus finanzas. Por causa de la Bendición, Abraham y los miembros de su casa aprendieron a hacer lo que antes no podían realizar. Por ejemplo, sin entrenamiento militar formal, los siervos de Abraham se convirtieron en guerreros expertos. Abraham venció con apenas 318 siervos a una gran alianza de ejércitos enemigos. Luego liberó a los prisioneros y se llevó todo el botín. La Bendición produjo una y otra vez esa clase de resultados en la vida de Abraham, y no solo él las disfrutó, sino que prosiguieron en la vida de sus descendientes, porque Dios dijo específicamente: “Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti” (Gn 17:7). En virtud de esa promesa, podemos encontrar la Bendición a lo largo de generaciones en las páginas de la Biblia. Podemos verla en la vida de Jacob, el nieto de Abraham, que prosperó y creció contra todo pronóstico. Incluso quienes se propusieron engañarlo en sus empresas solo pudieron aumentar la riqueza de Jacob. Su familia llegó a ser tan numerosa que la región en la que vivían no podía contenerlos. José, el hijo de Jacob, tuvo el mismo éxito a pesar de
enfrentar obstáculos aún mayores. Por ejemplo, cuando sus hermanos lo vendieron como esclavo, la Bendición lo facultó para convertirse en el capataz de todas las propiedades de su amo. Más adelante, cuando fue encarcelado debido a las mentiras de una mujer inescrupulosa, la
Bendición lo exaltó hasta que estuvo a cargo de todo el lugar. Al fin, cuando la cárcel no podía detenerlo más, la Bendición lo llevó al palacio, donde llegó a ser la mano derecha de faraón y primer ministro de toda la nación de Egipto.

¿Quiénes son la descendencia de Abraham?

Después de la muerte de José, la revelación de la Bendición empezó a desvanecerse y los descendientes de Abraham padecieron 400 años de esclavitud en Egipto. Pero Dios, que nunca desiste, levantó a un hombre llamado Moisés, sopló aliento fresco en esa revelación y le enseñó a una generación entera de israelitas a andar de nuevo en la Bendición de Abraham.

Fue esa Bendición lo que abrió a su paso el Mar Rojo, los guió y los guardó durante 40 años en el desierto. Fue la Bendición lo que derribó los muros de Jericó e introdujo a los israelitas en la Tierra Prometida. Fue la Bendición lo que dio a Sansón la fuerza para derrotar a mil filisteos con una sola mano, y lo que dotó a David de coraje y gracia para matar a Goliat. Fue la Bendición sobre Daniel que cerró la boca de los leones cuando estuvo en el foso. Todos ellos gozaron de los beneficios de la Bendición en virtud de la promesa que Dios hizo a Abraham.

Todos experimentaron parte de sus resultados porque Él había prometido no solo darle la Bendición a Abraham sino también a su descendencia.Usted podría decir: “Eso es maravilloso, hermano Copeland, pero yo no soy judío. ¿Qué tiene que ver eso conmigo?” Si usted es creyente, tiene todo que ver con usted porque el Nuevo Testamento dice que cuando Dios dio la Bendición a Abraham y a su descendencia: “… [Él] no dice: Y a las descendencias, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu descendencia, la cual es Cristo” (Gálatas 3:16). En otras palabras, cuando Dios habló a Abraham y a su descendencia se refería directamente a Jesús. Él le daba a Jesús (por medio de Abraham) la Bendición que le había
sido conferida a Adán. Por eso Jesús se llama “el postrer Adán” (1 Co 15:45). Él fue el verdadero heredero de esa Bendición; todo su ministerio terrenal fue una demostración de esta. Dondequiera que iba traía bendición. Por eso, cuando los enfermos lo buscaban, Él los sanaba. Él llevó a cabo la
misión que le había sido encomendada a Adán. Liberó el poder de la Bendición que había en Él para extender el reino de Dios y reproducir la voluntad perfecta de Dios como se manifestó inicialmente en el huerto de Edén. En el huerto de Edén no hubo enfermedad, así que la sanidad es parte de la Bendición y Jesús sanó en toda oportunidad. En el huerto no hubo pobreza ni hambre, de modo que la prosperidad es parte de la Bendición. Por eso Jesús multiplicó los panes y los peces para alimentar
multitudes hambrientas que venían a oírlo. En el huerto no hubo condiciones climáticas peligrosas, así que cuando la tormenta amenazó con destrucción, Él habló y todo se calmó. Esa fue la Bendición en acción.

Es nuestra herencia

Pero Jesús no se limitó a hacer solo eso. Después de demostrar el poder de la Bendición en su propia vida, fue a la cruz y pagó el precio por el pecado de toda la humanidad. Él venció la maldición, se levantó de los muertos y recuperó la Bendición para que usted y yo pudiéramos heredarla. Como dice Gálatas 3: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los
gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu… Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa (vv. 13-14, 29). ¿Se da cuenta de lo que dice este pasaje? Nos dice que por medio de Jesús, usted y yo somos herederos no solo de
una bendición, o de algunas bendiciones, o de muchas bendiciones, ¡sino herederos de la Bendición! Hemos recibido de Dios el poder para crear, para administrar bendición y para vencer todo obstáculo a fin de que se manifiesten las condiciones del huerto de Edén no solo en nuestra vida
sino en la de los demás.¡Esa es nuestra herencia! Somos herederos de todo lo que Dios hizo en el huerto. Hoy día, nuestra labor consiste en ayudar a extender ese huerto y hacer nuestra parte para llenar la Tierra con su bendición. Esa fue la voluntad de Dios para el primer Adán, y esa voluntad está vigente otra vez por medio de Jesús, el postrer Adán. Algunas personas dicen que no debemos fijar nuestra atención en la Bendición, sino en Jesús. Pero la verdad es que es imposible separar a Jesús de la Bendición. Eso es lo que Él vino a restaurar, lo que demostró y entregó a otros cuando ministró en el mundo, y es a lo que nos ha llamado, como discípulos, para que andemos en ella y la demos a otros en su nombre. Creo que hoy día los ángeles también aguardan con ansias poder ver esta nueva raza de hombres que son criaturas nuevas y que han recibido la autoridad sobre la Tierra en el nombre de Jesús. Están esperando nuestras órdenes mientras vamos por todo el mundo haciendo las obras de Jesús y contando a todos los que quieran oír que Él pagó el precio para que todos podamos heredar la Bendición... por medio de Jesús, usted y yo somos herederos no solo de una bendición, o de algunas bendiciones, o de muchas bendiciones, ¡sino herederos de la Bendición


COSAS POSITIVAS DE LA ADVERSIDAD


1. La adversidad crea resistencia, le hace fuerte. Dice pablo en hebreos: Que nosotros nos hacemos fuertes en la batalla ¿Nos hacemos fuertes en qué? En la batalla. Cuando usted no tiene desafíos reales, usted es como un tallarín, no tiene espina dorsal, no tiene identidad. Usted no puede saber cuánta grandeza hay dentro de usted, hasta que no venga la adversidad.

Muchas veces Dios permite la adversidad para que usted pueda conocer sus fundamentos. No hay posibilidad de saber dónde estamos parados hasta que el viento le golpee, hasta que la prueba venga. Usted se conoce en la adversidad. Los problemas no le hunden, los problemas no le levantan, los problemas revelan lo que hay dentro de usted. Y la forma que usted tiene de describir el problema es como se describe usted. Si usted se levanta un día y dice: Que día más horrible, usted se está describiendo por dentro. Nunca olvide eso. Cada vez que usted describe un problema, se está describiendo a usted mismo.

La mejor manera para conocernos a nosotros mismos es en la adversidad. Nosotros creamos resistencia en la adversidad. ¿Sabe cómo se vence el miedo a volar en avión? Volando. Usted nunca vencerá el miedo a volar, sentado en un sillón viendo televisión. ¡Uy!, que miedo volar, ¡Señor, quítame el miedo a volar! Dios te dice: Súbete al avión y se te va a quitar.

Estamos ungidos para el problema, no para ser sacados del problema Cuando el Señor viene a su vida, no viene necesariamente para sacarle del problema, sino a darle fuerzas para el problema. Estamos ungidos para el problema, funcionamos en problemas.

Estamos ungidos para trabajar en ambientes hostiles, para trabajar en la adversidad. Podemos cantar donde otros se suicidarían, podemos reír donde otros llorarían, podemos caminar con optimismo donde otros se deprimirían. Estamos ungidos para ser diferentes. Podemos caminar donde otros se hunden, podemos criar hijos que otros no criarían`, podemos soportar ambientes hostiles donde otros abdicarían en una semana y usted puede estar allí porque está ungido, está ungido para el problema.

Pablo podía cantar en una cárcel. Después que lo habían golpeado, diez minutos más tarde era el líder de la cárcel, por qué vino un terremoto y la sobrenaturalidad actuó en su vida y fue el líder de la cárcel ¿por qué? porque Pablo estaba ungido para cantar en medio de la adversidad. Ese es el punto. Nosotros nos hacemos fuertes en la batalla. Se nos desarrollan los músculos, crecemos.Tome el principio es probable que una adversidad le esté haciendo orar más, depender más del señor y generar otras cosas. Pero la adversidad siempre dejará algo positivo en usted.

2.- La adversidad siempre hará que usted madure.

El Apóstol Pablo en hebreos 5: 14 dice que el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez ¿para quiénes? para los que han alcanzado madurez.

Hebreos 5:14
5:14 En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual. La adversidad ayuda a que desarrolle madurez.

¿Qué es una persona madura? Es una persona que cuando hablan de él, no se enoja, es una persona que cuando lo critican no se altera, está seguro, es maduro. Una persona madura, es una persona que puede vivir al lado con gente que no se parece a ellos celebran la diversidad. Hay muchas mujeresque quieren hacer a sus maridos a su imagen y semejanza. ¡Tú tienes que ser como yo! La mujer quiere que el hombre sea como ella que tenga los mismos gustos…y después de 20 años de casados se da cuenta de que su marido nunca será igual que ella y llega el momento en que después de tantas peleas usted madura y ya no se molesta, sino que comienza a celebrar la diversidad.

¿Cuántos hombres han deseado que sus mujeres sean a su imagen y semejanza? O sea, una especie de mujer masculina. ¡Tienes que parecerte a mí! ¡Tienes que tener mis gustos! y nunca va a ser así.


Muchas veces estamos en grupo y hay una persona calladita que no habla nada y el que habla mucho le dice: ¡y tú di algo, siempre tan callada…!¿Qué tiene que sea callada? Déjala ¿te molesta a ti? Acepta que sea diferente. Y si el otro habla mucho…¡este que habla tanto! ¿Cuando se callará? ¡Déjalo que hable! Es felíz hablando.

Celebre la diversidad. A lo mejor usted ha querido que todo el mundo se parezca a usted y ha metido la pata, se ha quedado solo, porque nunca va a ser así. La prueba y la adversidad desarrollan madurez en nosotros.

3.- La adversidad amplía el marco de lo que usted considera rendimiento aceptable.

Lo explicaré: Yo pensé que esto era bueno. Yo pensé que esto era lo mejor que yo podía hacer las cosas, pero cuando vino el problema, cuando vino la adversidad. Usted se dio cuenta que usted podía mejorar significativamente su rendimiento por causa del problema..

O sea, cuando le persiguen se vuelve veloz. Cuando estamos en adversidad, cuando las cosas nos salen mal, cuando vienen los tiempos difíciles, desarrollamos una capacidad de rendimiento máximo.

¿Por qué existen las artes marciales, el judo, el karate, el taekowndo? porque cuando esos países fueron invadidos, les quitaron las armas, no tenían ni cucharas para comer, por eso comen arroz con palitos. Ellos no tenían armas no tenían nada, así que las armas fueron sus manos. Pero fíjese el poder que desarrollaron por la adversidad. Usted sería tan flácido como un tallarín cosido no hubiera forma de pararlo, si no hubiera adversidad.

Dios sabe que usted necesita adversidad, porque usted es un guerrero, es un luchador. Es un guerrero de Dios.

4.- La adversidad provee mayores oportunidades.

Fíjese que en la segunda guerra mundial ha sido devastadora. Murieron 48 millones de civiles, 6 millones de judíos. Pero en medio de esa adversidad se inventaron los medicamentos, los antibióticos, el teléfono, la radio. Todo lo que hoy conocemos como el mundo moderno, la mayoría de esas cosas se inventaron en las guerras. Cuando usted está enfrentado a la adversidad, usted comienza a ver otra clase de oportunidades.

5.- la adversidad le lleva a la innovación.

A hacer cosas, a crear nuevas cosas, y ver otras oportunidades. Cuando viene el problema, cuando a usted se le quebró el negocio, usted dice ¿en qué fallé?, cuando usted se levantó un día y a veces tiene solo una taza de te y no tiene nada que comer y usted dice tengo que hacer algo y comienza a abrirse, Dios envía las ideas y comienzan a aterrizar en su mente yo he visto los mayores negocios surgir en medio de los problemas más tremendos que la gente ha vivido ¿por qué? Porque se empieza a generar un espíritu innovador.

6.- La adversidad hace que usted descubra beneficios inesperados. ¡Ahí irrumpe Dios en su vida!

Cuando a José lo vendieron sus hermanos, Dios proveyó que lo comprará un general egipcio y ese general fue como el instrumento para que José se hiciera conocido en Egipto.

La adversidad hizo que Pablo fuera llevado ante el César Romano.
La adversidad siempre trae recursos inesperados. Y yo quiero decirle a usted que en medio de esa crisis debe de estar expectante porque uno de estos días Dios le va a sorprender con algo que usted no tenía en su agenda, algo que no tenía considerado en su programa. Dios irrumpe extra progamáticamente con algo que usted no tenia considerado. De algún lado vendrá algo sobrenatural a su vida. Yo hablaba hace un tiempo atrás acerca de los favores de Dios.

¿Qué es un favor de Dios? Es cuando Dios asigna sobrenaturalmente gente para que le resuelva problemas a usted que usted no puede resolver por si mismo. Dice la palabra que: el favor de Dios está sobre los fieles y a ellos dará a conocer su pacto.

Hay personas que están en una encrucijada y que realmente no hay nada que puedan hacer para cambiar el rumbo de su vida. Son problemas tan agudos, tan insolubles que no hay ninguna cosa que ellos hagan para que puedan cambiar las circunstancias, salvo un favor de Dios, salvo que Dios irrumpa en su vida. Y cuando usted mira su vida hacia adelante lo ve tan cerrado, lo ve como un frente de tormenta tan oscuro que no hay manera de salir. Pero yo le digo: ¡Prepárese porque Dios le va a sorprender con su favor! y Dios hará que otros resuelvan problemas que usted no puede resolver por usted mismo. Se va a provocar un evento sobrenatural en su vida..

¿Qué significa evangelio? Buenas noticias.

Ahora, ¿sería una buena noticia que usted va a ser pobre para este año? ¿Sería una buena noticia que usted se enfermará para este año? ¿Sería una buena noticia que su matrimonio se va a disolver, que su hijo se va a morir en un accidente? No, claro que No. El evangelio son buenas noticias.

Si usted recibiera ahora mismo una noticia espectacular, realmente buena y se gane un premio ¿cómo estaría usted? ¿Cómo estaría su cara? Estaría ahogado para contarle a todo el mundo. Ahora si el evangelio son buenas noticias ¿por qué muchos tienen cara de funeral? Hay muchos, que usted les ve la cara y dice: No este nunca ha recibido una buena noticia. Porque tienen una cara de funeral.

7.- las buenas noticias le provocan motivación.

Una buena noticia tiene un poder mágico de cambiarle la cara a la gente. De andar con una cara de funeral, la buena noticia le hace una cirugía plástica. Usted no sabe lo que puede hacer un hombre altamente motivado. No hay nada que pueda pararlo.

Eso es lo que Dios quiere que sea. Pablo dice: Estamos pasando situaciones difíciles, abatidos, pero no destruidos pero dice: Esta leve tribulación momentánea provoca en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. O sea, Pablo tenía tan claro el final de la película que él nunca se desmotivó a mitad de camino. Pablo sabía, tenia tan claro para dónde iba, que él no se desmotivó. Porque él había escuchado la buena noticia.
Quiero concluir con esto. El evangelio para usted es la mejor noticia y le motiva.

Un día Pablo escribió en el libro de los efesios: Bendito sea el señor y padre de nuestro señor Jesucristo. Dios nos bendijo. ¿Sabe usted que significa bendecir? Decir bien.

Dios es la persona que mejor habla de usted. Todo el mundo se ha limpiado la boca con usted, todo el mundo ha dicho algo de usted desde que usted nació hay gente que ha estigmatizado su vida. Yo desde que nací, los tíos, los vecinos, los parientes, marcaron mi vida con nombres, con apodos, con frases, siempre me tiraban hacia abajo. Pero la palabra dice: que Dios habla bien de mí. Eso es una buena noticia.

Dice que: Dios le bendice, Dios es la persona que mejor habla de usted.Cuando usted mismo no se cree. Dios viene para decirle: Eres hechura de mis manos, eres príncipe, eres una obra maestra, eres maravilla, eres extraordinario. Yo soy tu fabricante. Crea lo que el señor dice de usted.


Si usted recibiera una llamada telefónica de una persona que le dijera: te estoy llamando solo para decirte que tú eres una de las personas que más he admirado en mi vida, que tu trayectoria, tu vida me ha inspirado, tu ejemplo me motiva, eres una gran persona. En el mundo, debería haber más personas como tú. Llamaba solo para decirte eso y cuelga.

¿Como seria ese día para usted? Si usted fuera mecánico, usted arreglaría mejor los autos ese día. Claro. Si usted estuviera en la casa señora ¿cómo cocinaría? Mejor. Si fuera mamá ¿como criaría a sus hijos? Más contenta.

Después de esa llamada, el conocimiento que tiene sigue siendo el mismo, pero es simplemente que alguien le dijo que es importante. Todos nosotros necesitamos sentirnos importantes para alguien. Todos nosotros necesitamos saber que hay una persona que puede cruzar todo un mundo, una persona se puede subir en un avión 10 horas y cruzar todo un continente para estar contigo tan solo un día. Todos necesitamos saber que le importamos a alguien.