PACTO DAVÍDICO

Resultado de imagen para PACTO DAVIDICOCuando hablamos del Pacto que Elohim hizo con David, nos referimos a uno de los más grandiosos pactos que haya presenciado el mundo entero, puesto que a través de David vendría el libertador de Sion, el Rey Ungido, el Mesías que trae libertad y redención no solo a Israel sino también a la humanidad entera, es hasta este Pacto que se vislumbra al Ungido especial de Elohim, la persona con un cargo especifico designado y especial. Por ende, el linaje que podemos observar hasta ahora es el de Set, hijo de Adán y Eva, después Noé, a través de su hijo Sem, después se ratifica el pacto con Abraham, Isaac y Jacob, y posteriormente escoge a David como Rey para que en su simiente nuca falte trono, en este caso Yeshua, hijo de David hereda el trono de manera sempiterno.
Aunque el Pacto Davídico en muchos círculos teológicos sea tomado como un pacto incondicional, nosotros diferimos también de ello, puesto que Yahweh nunca ha escogido a alguien impío para ser un pacto con él, aunque sabemos que el impío se puede arrepentir de sus malos caminos, lo que pide primero Elohim es un corazón contrito y humillado, el cual fue el caso de David, Di-s tuvo que tratar con él a fin de perfeccionarlo, además la Escritura afirma que el andaba conforme al corazón de Dios (1 Sam. 13:14, Hech. 13:22) y que guardo sus mandamientos (1 Rey. 14:8), es decir, que Elohim hizo un Nuevo Pacto con David pero no sin antes que David haya guardado el Pacto de sus Padres y que Dios haya probado su Fe.
Ahora, el pacto de David también era un pacto nacional y por consiguiente estaba íntimamente relacionado con el pacto anterior con Moisés. Tal como Salomón dejó claro, las promesas de Dios hacia David dependían de la fidelidad a la Torah de Moisés. Como leemos allí:

2 Crónicas 6:16 Ahora, pues, el Adon Elohim de Israel, cumple a tu siervo David, mi padre, lo que le has prometido, diciendo: Nunca faltará en mi presencia uno de los tuyos, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino andando en mi Torah.

2 Samuel 7:8 Ahora pues, así dirás a mi siervo, a David: Así dice Adonai Sebaot: Yo te tomé del redil, de seguir tras el rebaño, para que fueras caudillo sobre mi pueblo, sobre Israel,
9 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado de tu presencia a todos tus enemigos, y te haré un gran nombre, como el nombre de los grandes de la tierra.
10 Asimismo he dispuesto un lugar para mi pueblo, para Israel; y lo he plantado para que habite en él, y no sea más removido, ni los hijos de iniquidad continúen oprimiéndolo como al principio,
11 como desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel, y te daré descanso de todos tus enemigos. Además, Elohim te hace saber que te edificará casa.
12 Cuando tus días sean cumplidos y duermas con tus padres, entonces levantaré a tu descendiente después de ti, el cual saldrá de tus entrañas, y afirmaré su reino.
13 Él edificará casa a mi Nombre y Yo afirmaré el trono de su reino para siempre.
14 Yo le seré por padre y él me será por hijo. Cuando haga mal lo corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombre.
15 Pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, a quien quité de delante de ti.
16 Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante ti, y tu trono será estable eternamente.
17 Conforme a todas estas palabras, y según toda esta visión, así habló Natán a David.
Estas promesas tienen sólo una condición: la desobediencia en la familia davídica traerá el castigo sobre ella, pero no la abrogación del pacto (Sal 89:20-37; Is 24:5; 54:3). El castigo vino; primero en la división del reino bajo Roboam y Jeroboam, y finalmente en los cautiverios de Asiria y de Babilonia (2 Rey. 17:24, 18 y 25:1-7).
Después del Reinado de David y Salomón, vino el hijo de este último; Roboam, debido a su pecado fue castigado por Elohim y le dio el reinado de solo 2 tribus en el Sur, en Jerusalén, quitándole 10 tribus en el Norte, en Samaria dándoselas a su vez a Jeroboam su siervo. Después de la división del Reino de Israel en dos casas, la de Judá, con 2 tribus y de Israel con 10 tribus – también conocida como Efraín- y después de que fue invadido, destruido, dispersado, llevado al cautiverio, Israel nunca más  se volvió a restaurar la monarquía, y peor aún, la Casa de Judá si volvió nuevamente a la Tierra, pero la Casa de Israel (Efraín) no, de hecho, la Casa de Israel se mezcló entre los Asirios y fue dispersada entre las naciones, tal como estaba profetizado, perdiendo totalmente su identidad. Nunca más, a la fecha, Israel ha vuelto a ser una sola y única nación con las 12 tribus ni tampoco ha vuelto a habitar en la Tierra, la profecía marca que esto acontecerá cuando el Mesías llegue (Am. 9:9-14, Hch. 15:14-17, Isa. 11:1-13, Jer. 23:1-8, Ez. 34, 37:21-28)
No obstante, sabemos que Elohim sigue siendo fiel en sus promesas, y aun cuando tanto Judá e Israel (Efraín) transgredieron el Pacto, Di-s promete establecer un Nuevo Pacto con ambas casas.
De la misma manera en el Pacto Davídico no existe tampoco ninguna señal, ni nada que se le parezca.

PACTO ABRAHÁMICO


Resultado de imagen para PACTO ABRAHAMICOEn este pacto veremos una revelación demasiado importante hasta el momento, puesto que se establecen una serie de promesas no solo para la descendencia de Abraham, hijo de Sem, sino también para la salvación y redención de la humanidad. 

A partir de Abraham comienzan los Pactos nacionales. Abraham se le conoce como un hombre de Fe (Rom. 4), pero su Fe correspondía con sus obras (Stgo. 2:21-24) y su obediencia a los mandamientos de Dios (Gen. 26:5), es decir, le creyó a Elohim sus promesas, pero obedeció a su voz al hacer lo que Él le demandaba.

Así mismo Él le prometió a Abraham y a su simiente.
Gen 12:1 Ahora bien, Elohim había dicho a Abram: Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
3 Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré al que te maldiga, y en tu Simiente serán benditas todas las familias de la tierra.
En esta sección Di-s le formula 7 promesas dentro del Pacto:
1.- Una tierra prometida
2.- Una nación grande
3.- Engrandecer el nombre de Abram
4.- Ser de bendición para los demás.
5.- Bendecir a Abram tanto espiritualmente como materialmente.
6.- Bendecir a los que bendigan a Abram así como maldecir a aquellos que hagan lo mismo.
7.- Y que en su simiente serán benditas todas las familias de la tierra.
Esta última, es cumplida cuando aparece Yeshua como Mesías el cual bendecirá a todas las familias de la tierra (Gal 3:16), así dando reafirmación a la promesa de la simiente de la mujer y restauración al hombre caído en Gen. 3:15. De la misma manera, una vez que Abram obedece de ir al lugar donde Dios le ordenaba, Dios reafirma la promesa:
Gen 13:14 Y después que Lot se separara de su lado, Elohim dijo a Abram: Alza ahora tus ojos y mira del lugar donde estás hacia el norte y hacia el Neguev, y hacia el oriente y hacia el mar,
15 porque toda la tierra que tú ves te la daré a ti y a tu descendencia para siempre.
16 Haré a tu descendencia como el polvo de la tierra: si se puede contar el polvo de la tierra, tu descendencia podrá ser contada.
17 Levántate, recorre esta tierra a lo largo y a lo ancho, pues a ti te la daré.
Nuevamente Di-s le recuerda que su descendencia seria incontable como el polvo de la tierra así como todo el territorio que podía observar a su alrededor seria suyo. Así mismo Di-os vuelve a reafirmar que será Padre una nación, y aunque su esposa Saray era estéril y ambos de avanzada edad, Di-s afirma que el fiel en sus promesas y no miente en su palabra, y que lo que Él ha dicho será cumplido.
Gen 15:1 Después de estas cosas, fue la palabra de Elohim a Abram en visión, diciendo: No temas Abram, Yo mismo soy tu escudo y gran galardón.
2 Y respondió Abram: Adon, ¿qué me has de dar?, pues yo continúo sin descendencia, y el heredero de mi casa será ese damasceno Eliécer.
3 E insistió Abram: Mira, no me has dado descendiente, y de seguro es un criado de mi casa quien me va a heredar.
4 Pero, he aquí la palabra del Adon a él, diciendo: No te heredará éste, sino que te heredará uno que saldrá de tus entrañas.
5 Y lo sacó fuera, y le dijo: Contempla ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia.
6 Y creyó a Elohim, y le fue contado por justicia.
7 Entonces le dijo: Yo soy Adon, que te saqué de Ur de los caldeos para darte en posesión esta tierra.
Posteriormente, Di-s ratifica el pacto con Abram, esta vez además de reafirmar sus promesas, que sería grande su descendencia y que de su esposa Saray saldría un hijo, así también establece una señal del pacto que es la circuncisión, dicha señal es tanto para Abram como para sus descendientes, de la misma manera a Abram se le cambia el nombre a Abraham, que significa “padre de multitudes”, así como a Saray, se le cambia de nombre a Sara que significa de la misma manera “madre de naciones”.
Gen 17:1 Era Abram de noventa y nueve años cuando YHVH se le apareció a Abram, y le dijo: Yo soy ’El-Shadday, anda delante de mí, y sé perfecto,
2 y estableceré mi pacto entre Yo y tú, y te multiplicaré en gran manera.
3 Entonces Abram se echó de bruces, y ’Elohim le habló diciendo:
4 En cuanto a mí, este es mi pacto contigo: Serás padre de una multitud de pueblos.
5 Y no se llamará más tu nombre Abram, sino tu nombre será Abraham, porque te he constituido padre de una multitud de pueblos.
6 Te haré fecundo en gran manera, haré naciones de ti, y de ti saldrán reyes.
7 Yo establezco mi pacto entre Yo y tú, y tu descendencia después de ti en sus generaciones como alianza eterna, para ser el Elohim tuyo y el de tu descendencia después de ti.
8 Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti la tierra de tus peregrinaciones, toda la tierra de Canaán, por posesión perpetua, y seré su Dios.
9 Dijo además ’Elohim a Abraham: Y tú guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti, en sus generaciones.

Gen 17:15 Dijo también ’Elohim a Abraham: A tu mujer Saray no la llamarás Saray, sino que su nombre será Sara,
16 y la bendeciré y también te daré un hijo por medio de ella. Sí, la bendeciré y haré de ella naciones, y reyes de pueblos procederán de ella.
Hasta este momento, lo que a Abraham le interesaba era el tener un heredero, un hijo, no obstante debido a su desesperación tanto de Abraham como de Sara, decidieron tener un hijo pero a través de Agar su sierva, pero Di-s estableció de manera muy clara que la promesa solo vendría a través de su esposa Sara y no de otra mujer más. Abraham tuvo un primogénito, Ismael, y aunque a él no le correspondía la promesa, Di-s en su infinita bondad y misericordia y debido a que no era su culpa sino la desobediencia de su padre Abraham, Di-s lo bendijo y le dio una porción de heredad. No obstante, el pacto seria continuado a través de Isaac, y después Di-s trataría con Jacob, cuyo nombre seria cambiado a Israel, del cual saldrían las 12 tribus y se crearía una nación, la nación de Israel.
Gen 17:19 Pero dijo ’Elohim: De cierto Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y tú llamarás su nombre Isaac, y estableceré mi pacto con él por pacto perpetuo para su descendencia después de él.
20 En cuanto a Ismael, te he oído: He aquí lo bendeciré, lo haré fecundo y lo multiplicaré en gran manera, engendrará doce príncipes y haré de él una gran nación.
21 Pero mi pacto lo confirmaré con Isaac, que te parirá Sara, por este tiempo, el año próximo.
Hasta este momento el linaje escogido va tomando forma, a fin de que llegara el segundo Adán que redimiría al mundo entero, Di-os escoge a Set, hijo de Adán y Eva, luego a Noé, luego a Sem, después a Abraham, luego a Isaac y después a Jacob (Israel), y después escogería alguno de sus 12 hijos, como tribus para así reducir la persona escogida y ungida por El Eterno. No, obstante, aún no sería cumplida la promesa de la gran nación que saldría de Abraham, Di-s había profetizado que sus descendientes serian esclavizados y oprimidos en una tierra extranjera por 400 años, esto le sucedió al Pueblo de Israel en Egipto (Gen. 13:15).
En tiempos de Abraham la única manera de poder acceder a las promesas era a través de este Pacto, si uno quería formar parte de la familia de Elohim era a través de la circuncisión y que guardaran los mandamientos de Elohim.

PACTO DE LA TIERRA

Davids-kingdom_with_captions_specifiying_vassal_kingdoms-derivative-workElohim también fue muy específico al declarar que si Israel se apartara del Pacto, El los esparciría entre las naciones (Deut. 28) y los castigaría pero nunca se olvidaría de ellos. Lo cual nos lleva a otro Pacto, que es el Pacto de la Tierra.
Este Pacto es una reconfirmación de lo antes dicho en el Sinaí, pero ya era una nueva generación la que habitaba en la tierra de Canaán, este Pacto tiene elementos condicionales para cualquier generación en particular. La promesa dada a Abraham en Gen. 12:7, y reafirmada luego a través de las Escrituras, sería que la simiente de Abraham poseería la tierra.
Gen. 12:7 Y apareció Elohim a Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Elohim, quien le había aparecido.
Jacob y sus descendientes vivieron en Egipto 400 años antes del Éxodo. Después ellos volvieron y poseyeron, por lo menos, una porción de la tierra. Además, nuevamente les recuerda que si desobedecen, serian esparcidos a todos los confines de la tierra
Deuteronomio 29:1 Estas son las palabras del pacto que Elohim mandó a Moisés que celebrara con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que estableció con ellos en Horeb.
29:9 Guardad, pues, las palabras de este pacto y ponedlas por obra, para que os haga prosperar en todo lo que hagáis.
10 Hoy todos vosotros estáis ante la presencia de Adonai vuestro Elohim: vuestros jefes, vuestras tribus, vuestros ancianos, vuestros oficiales, todos los hombres de Israel,
11 vuestros pequeños, vuestras mujeres, y el extranjero que está dentro de tus campamentos, desde el leñador hasta el que saca tu agua,
12 para que entres en el pacto con Adonai tu Elohim, y en su juramento que YHVH tu Dios hace hoy contigo,
13 para confirmarte hoy como pueblo suyo, y que Él sea tu Dios, tal como te ha hablado y como juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
14 No con vosotros solos hago este pacto y este juramento;
15 ciertamente es con los que están hoy aquí con nosotros en presencia de YHVH nuestro Dios y también con los que no están hoy aquí con nosotros.
Lo que es asombroso es que Elohim hace este Pacto no solo para esa generación, sino con todos aquellos que no estaban presentes en ese momento, es decir para nosotros también que nos hagamos parte de Israel. Es importante recalcar que en este Pacto no hay ninguna señal mencionada. Ni tampoco parece indicar algo semejante.

PACTO MOSAICO

Resultado de imagen para PACTO MOSAICOCuando nos referimos al Pacto Mosaico, hay que entender que nos referimos no a un Pacto que Di-s haya hecho con Moisés, sino con el Pueblo de Israel, Moisés trabajo como mediador, así como el Mesias Yeshua sería el mediador de otro Pacto. Después de que el Pueblo de Israel fue esclavizado en Egipto por 400 años, tal como se había profetizado, Di-s usa a Moisés, un descendiente de Levi, hijo de Jacob, para liberar al Pueblo a través de proezas y milagros. El Pacto Mosaico es una enmienda que establece Elohim con Israel, para reafirmar las promesas dadas a Abraham.
Cuando vemos el pacto que Di-s hizo con Moisés, rápidamente notamos que se estructuró de una manera muy similar a los tratados Imperiales de Vasallaje del cercano Oriente en la antigüedad. En el mundo antiguo, grandes reyes como los Faraones de Egipto, los reyes poderosos de los Hititas o los Emperadores Asirios extendían sus reinos conquistando o anexando naciones y ciudades-estado más débiles. Por supuesto, no todas las relaciones internacionales se manejaban exactamente de la misma manera, pero muchas de ellas fueron formalizadas y se manejaron a través de lo que ahora nosotros llamamos Tratados Imperiales de Vasallaje. Los rasgos formales de estos tratados antiguos siguieron un modelo triple predecible. Primero, los tratados fueron introducidos por un enfoque en la benevolencia real, el favor que el emperador había mostrado a sus vasallos. Ellos empezaron con un preámbulo en el que el rey se identificó él mismo como glorioso, un rey digno de alabanza. Y en ciertas fases en la historia, el preámbulo fue seguido por un prólogo histórico en el que el rey describió muchas cosas buenas que él había hecho para las personas. La segunda se enfocó en el requisito de lealtad vasalla; expusieron los tipos de obediencia requeridos de los vasallos del emperador. Se desplegaron listas de reglas y normas para explicar cómo se esperaba que los vasallos vivieran bajo el dominio del imperio. La tercera llamó la atención a las consecuencias de lealtad y deslealtad de los vasallos. Se les prometieron grandes bendiciones o premios a los siervos fieles, pero a los siervos infieles se les amenazó con maldiciones o diversos castigos de parte de sus emperadores.
Ahora, también aparecen otros elementos en estos tratados. Por ejemplo, se constituyó la provisión para mantener seguro el documento del tratado y se pedía la ayuda de testigos divinos para vigilar que ambas partes de los tratados los cumplieran.
De la misma manera en Éxodo capítulo 19 versículos 4 al 6 Dios comenzó su pacto a través de Moisés con Israel de esta manera como en los tratados Imperiales de Vasallaje tenían tres cuestiones principales: la presentación de la benevolencia real, el requisito de lealtad vasalla, y las consecuencias de lealtad y deslealtad.

Éxodo 19:4-6 Vosotros visteis lo que hice con los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águila y os he traído a mí. Ahora, pues, si dais oído a mi voz y guardáis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. Vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente santa.


El Pacto que Elohim establece con Israel es un pacto condicional como todos los otros, dependía de que los Israelitas obedecieran las condiciones que Dios había establecido (los mandamientos) para que pudieran ser prosperados tanto espiritualmente como materialmente.
En Éxodo, y ampliado en muchas otras porciones de las Escrituras, Di-s le dio a Moisés la Torah que era para gobernar su relación con el pueblo de Israel. Los aproximadamente seiscientos mandamientos específicos están clasificados en tres divisiones principales:
  1. Los 10 mandamientos, conteniendo la voluntad expresada de Dios. Éxodo 20:1-26
  2. b) Los juicios, relacionados a la vida social y cívica de Israel. Éxodo 21

De la misma manera, dicho Pacto fue ratificado por parte del Pueblo, ellos se comprometieron a cumplir su parte, así también el Pacto fue ratificado con sangre, algo que veremos más adelante con el pacto que hizo Yeshua. Así mismo la señal del Pacto entre Dios e Israel es el día de reposo. (Ex. 31:13).

El día de reposo, el shabat, ya era guardado por los israelitas antes del Pacto Mosaico, solo que Di-s lo uso para que fungiera como señal de Pacto entre Israel y El. Es decir, tiene función doble.

Éxodo 24:3 Y Moisés regresó y contó al pueblo todas las palabras de Elohim y todos los decretos. Y todo el pueblo respondió a una voz, y dijeron: Cumpliremos todas las palabras que Elohim ha hablado.

Éxodo 24:5 Y envió a los jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos e hicieron sacrificios de becerros: ofrendas de paz a Adonai.
6 Y Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en tazones, y la otra mitad de la sangre la derramó sobre el altar.
7 Luego tomó el rollo del pacto y lo proclamó a oídos del pueblo. Ellos dijeron: Cumpliremos y obedeceremos todo lo que Elohim habló.
8 Entonces Moisés tomó la sangre y la roció sobre el pueblo, diciendo: ¡He aquí la sangre del pacto que Elohim ha concertado con vosotros sobre todas estas palabras!

Dicho Pacto fue hecho al tercer mes (Shavuot) de la salida de los Israelitas de Egipto (Ex. 19) y fue en ese momento cuando Di-s entrega las Tablas de la Torah, los mandamientos y las ordenanzas que los Israelitas debían seguir para cumplir su parte del Pacto, no obstante, el Pueblo peco y comenzó a adorar a un becerro de oro y Elohim los castigo, en ese día murieron 3 mil Israelitas, no empero,  la tribu de Levi fue la que se apartó de dicho pecado (Ex. 32:26) y por eso Elohim escogió a la tribu de Levi para ser sacerdotes que ministraran el Tabernáculo.
En ningún momento Elohim quería escoger a una casta sacerdotal que fuera intermediaria en el Pueblo y El, fue hasta después de que el Pueblo peco al adorar al becerro de oro que se hizo esta separación. Elohim desde siempre quiso habitar en medio de Su Pueblo, y no solo esto, desde un principio Adonai quería que TODO el Pueblo fuera un Pueblo de Sacerdotes (Ex. 19:6) y que fuera Luz a las naciones (Isa. 49:6), y que todos fueron un Templo vivo del Ruaj Hakodesh, ni tampoco que se apartaran del camino de la obediencia y de la santidad. Hemos de notar que Elohim, cuando hizo el Pacto con Israel en el Sinaí, fue un contrato matrimonial (Ketuvah), Di-s quería que recibieran un don, el cual es el Ruaj HaKodesh (Espíritu Santo), en un principio les dio las Tablas de la Torah, los Mandamientos, pero nunca podrían obedecerlos si no tenían un Nuevo Nacimiento, una regeneración en sus vidas, no quisieron recibir ese don, al contrario quisieron ir en pos de la idolatría, por ende, quedo una Boda pendiente que después aclararemos.

PACTO NOÉDICO

Noah-Preaching-e1487169126712le.jpgDesde Adán hasta Noé, la humanidad vivió bajo el Pacto Adámico, no obstante, y a pesar de que en la tierra se había llenado hasta el hartazgo de pecado y de corrupción, Di-s hallo gracia en Noé (Gen. 6:8) y por ello fue elegido para este Nuevo Pacto que consiste en una reafirmación del Pacto Adámico pero con un serie de enmiendas. 
Entendamos que aunque no se diga abiertamente que no hay una Torah entre la generación de Adán y Noé, si se implica que debido a la maldad, es decir, debido al pecado, la transgresión de la Ley de Di-s (1 Juan 3:4) es que el Todopoderoso decidió eliminar a la humanidad que no se quería arrepentir y volver su mirada hacia el creador. En ese entonces, según el libro de Yashar, se indica que Noé predico por 120 años a esa generación, y pasando este tiempo cayo un diluvio que arraso con toda la humanidad.
Este pacto, aun cuando muchos teólogos afirmen que fue un pacto incondicional, diferimos de ello, puesto que Di-s afirma a Noé que para establecer dicho Pacto con él tiene que primero hacerse de un arca y entrar en ella él y su familia, es decir, obedecer primero, de este modo cuando Di-s viera su obediencia, haría una promesa a Noé, su familia y sus descendientes, es decir la humanidad misma. Nótese que Di-s afirma antes de establecer el Pacto en el capítulo 9 de Génesis, dice primero en
Génesis 6:18 Pero estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca, tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo.
Y posteriormente especifica que animales deben entrar en el arca, aves, bestias y reptiles, animales limpios e inmundos, Noé ya sabía de animales limpios e inmundos antes de que apareciera el mandamiento escrito en Levítico 11.
Una vez que cesan la lluvia y el agua, y después de que toda humanidad ha sido destruida, Di-s renueva el pacto, y decreta lo siguiente:
Génesis 9:1 Y bendijo ’Elohim a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.
2 Y el temor y pavor de vosotros sea sobre todo animal de la tierra y sobre toda ave de los cielos, y en todo lo que se mueve sobre el suelo y en todos los peces del mar. En vuestra mano son entregados.
Todo lo que se mueve y vive os servirá de alimento. Lo mismo que la hierba verde, os lo he dado todo.
Sólo que no comeréis carne con su vida que es su sangre,
5 pues ciertamente demandaré vuestra sangre así como vuestras vidas, la demandaré de mano de todo ser vivo, y de mano del hombre, de mano de cualquier hermano suyo, demandaré la vida del hombre.
6 El que derrame sangre de hombre, por los hombres su sangre será derramada, porque a imagen de ’Elohim hizo ’El al hombre.
7 Y vosotros, sed fructíferos y aumentad en número, reproducíos en la tierra, y multiplicaos en ella.
8 Y habló ’Elohim a Noé, y a sus hijos que estaban con él, diciendo:
He aquí, Yo mismo establezco mi pacto con vosotros y con vuestra descendencia después de vosotros,
10 y con todo ser vivo que está con vosotros: con el ave, con el ganado y con todo animal terrestre que está con vosotros, todos los que salieron del arca, todos los animales de la tierra.
11 Estableceré, pues, mi pacto con vosotros: No será aniquilada ya más ninguna carne por las aguas del diluvio, ni habrá ya diluvio para destruir la tierra.
12 Y dijo ’Elohim: Esta es la señal del pacto que os doy entre Yo y vosotros, y entre todo ser viviente que está con vosotros, por generaciones perpetuas:
13 He puesto mi arco en la nube, y será por señal del pacto entre Yo y la tierra.
14 Pues sucederá que cuando Yo cubra con nube la tierra, entonces aparecerá el arco en la nube,
15 y me acordaré de mi pacto entre Yo y vosotros y entre todo ser viviente de toda carne, y no habrá más aguas de diluvio para destruir a todo ser vivo.
16 Estará, pues, el arco en la nube, y lo miraré para recordar el pacto eterno entre ’Elohim y entre todo ser viviente de toda carne que está sobre la tierra.
17 Luego dijo ’Elohim a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre Yo y toda carne que hay sobre la tierra.
En este pacto, Di-s reafirma el gobierno humano sobre todo ser viviente y el ser fructífero y multiplicarse, es decir la procreación tal como en el pacto adámico; de hecho la palabra hebrea “estableceré” de Génesis 6:18 realmente significa “confirmar algo previamente establecido”, por lo cual se entiende que ya había un Pacto anterior, y este nuevo pacto sería más bien una continuación del anterior. Se decreta también en este Pacto que no se puede comer la sangre de ningún animal, también se establece una venganza por parte de Di-s a todo aquel que tome justicia por su propia mano, todo aquel que derrame sangre inocente su sangre también será derramada, como vemos es un pacto condicional, y el hecho de no cumplir con esta parte Di-s determina la vida del ser humano. Se decreta también que Elohim no volverá a destruir a la humanidad con otro diluvio, sino al contrario, establece como señal de dicho pacto el Arco en el cielo, el cual aparece siempre que llueve. Además, es importante señalar la declaración profética que hace Noé sobre su hijo Sem, el cual tendrá una estrecha relación con el Todopoderoso, y dicho de otro modo, el linaje que Di-s escoge para la venida del Mesías se va acortando, primero Adán y Eva, luego Set, después Noé, y hasta ahora Sem.

PACTO ADÁMICO

Este pacto es un pacto teológico, en el sentido de que aunque no se mencione la palabra “berit” si se intuye que Di-s desde un principio deseaba que Adán permanecería en su estado espiritual y de santidad para heredar la vida eterna y adquirir todas las bendiciones que conllevaba estar en el Edén. Desde un principio Elohim le menciono una condición: «porque el día que de él comieres, morirás» (Gen. 2:17). Hay muchos creyentes que afirman que no existe un Pacto como tal en los 3 primeros capítulos de Génesis, no obstante las condicionales de un Pacto si están, aunque no exista la palabra “berit”. Así mismo, tenemos otra evidencia en el Libro de Profeta Oseas que dice:
Oseas 6:7 Pero ellos, cual Adán [o la humanidad, como podría traducirse], violaron el pacto; allí han pecado contra mí.
Este pasaje compara la maldad de Israel con el pecado de Adán en el jardín de Edén y habla de que ambos rompieron el pacto. Israel había roto el pacto de la misma manera que la humanidad lo había hecho en el Jardín de Edén.
Al no cumplir la parte del Pacto, Adán no obtuvo las bendiciones y promesas que tendría si obedecía y no comía del árbol del conocimiento del bien y del mal, al contrario vemos que Di-s ordeno una serie de decretos que tanto Adán como Eva debían seguir una vez que habían pecado.
Gen. 1:26 Y señoree (el hombre) en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra…
28 Y los bendijo Elohim, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 
29 Y dijo Elohim: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer.

Gen. 2:16-17 Y mandó Elohim al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
No obstante, para nuestro infortunio, ambos pecaron, transgredieron el mandamiento y con ello, la humanidad se vio desterrada a vivir una vida de corrupción, muerte, pecado y de dolor. La muerte no solo debe ser entendida en el plano terrenal, sino que tanto Eva y Adán habían muerto espiritualmente, y separados totalmente de la gloria de Di-s. Debido a la caída de nuestros padres, El Eterno decretó y maldijo a la tierra por causa de la desobediencia del hombre, a la humanidad y a los seres vivos, condenándolos a morir a causa del pecado, a la mujer a tener dolores de parto, al dominio del hombre sobre la mujer, al hombre a fatigarse al labrar la tierra así como una maldición a la serpiente, no obstante también vemos que Di-s en Su infinita gracia y misericordia promete al Mesías y Su triunfo, al determinar que la descendencia de la mujer herirá a la serpiente (Apoc. 12:9).
Gen. 3:14 Entonces dijo Elohim a la serpiente: Por cuanto has hecho esto, ¡Maldita tú entre todos los animales y entre todas las bestias del campo! Sobre tu vientre andarás, Y polvo comerás todos los días de tu vida.
15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, Y entre tu descendiente y su descendiente. Él te aplastará la cabeza cuando tú hieras su calcañar.
16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces, Con dolor parirás los hijos, Y tendrás deseo de tu marido, pero él te dominará.
17 Y al hombre dijo: Por cuanto has atendido a la voz de tu mujer, Y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: No comas de él, ¡Maldita sea la tierra por causa tuya! Con fatiga comerás de ella todos los días de tu vida,
18 Espino y abrojo te brotará y Comerás hierba del campo.
19 Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que retornes a la tierra, Porque de ella fuiste tomado, Pues polvo eres y al polvo volverás.
De la misma manera, vemos en el versículo 21 del capítulo 3 que Elohim cubre el pecado de Adán y Eva tomando la vida de un animal, probablemente un cordero, esto no solo con el fin de que se cubrieran de su desnudez física, sino porque era necesario derramamiento de sangre porque solo así hay remisión de pecados (Heb. 9:22) además, dicho acto apuntaba al Sacrificio del verdadero cordero de Dios que sería Yeshua el Mesías, cuyo cordero de la misma manera seria provisto por Elohim mismo.
Gen 3:21 Entonces Elohim hizo túnicas de pieles para Adam y su mujer, y los vistió.
El Pacto de Di-s con Adán como podemos observar consiste en dos partes, en el Edén y después de la caída, en ambas clausulas Elohim promete la redención del hombre, el acceso a la vida eterna, la santificación y rescate de la humanidad, y todos los pactos consisten en lo mismo como vamos a ver más adelante, todos tienen la finalidad de hacer volver al hombre al principio de todo, hacerlo volver al Edén, a ser restaurado a como era en su origen antes de que el pecado entrase en él, y cada Pacto consecuente revela una parte del Plan de Redención. Aunque Di-s sabía de antemano que Adán y Eva fallarían, dándoles la libertad y voluntad de escoger entre el obedecer y desobedecer a Di-s pero debido a que Elohim lo sabe absolutamente todo, dejo correr ese riesgo, pero pago ese riesgo a través de su Hijo amado Yeshua el Mesías. En la primera parte del Pacto, Di-s dejo que Adán escogiera entre comer o no comer del Fruto prohibido, al desobedecer, Di-s establece ciertos estatutos para él y su mujer, que tendrían que seguir como parte de la obediencia a Dios y sus decretos, a fin de ser restaurados.
Di-s decretó que Adán y Eva sirvieran como las imágenes reales y sacerdotales de Di-s y extendieran su reino a los confines de la tierra. Ellos fueron probados y fallaron. Sufrieron por su rebelión, pero se les dio esperanza. Para abreviar, el pacto con Adán situó los parámetros de la relación de la humanidad con Di-s por siempre. Estableció los fundamentos de nuestro rol en su reino.
Otro dato importante a resaltar es que casi todos los Pactos Bíblicos conllevan una señal, aunque hay otros que se especifica cual es la señal del Pacto hay otros que simplemente no se dice nada al respecto y solo se pueden intuir. En el caso del Pacto con Adán, parece indicar que la señal del Pacto es el animal, posiblemente un cordero que se inmolo o se “corto” (berit) y de allí se tomase las pieles para cubrir a Adán y a Eva de su desnudez.
Cabe señalar que en el Pacto Adámico están incluidos tanto creyentes como no creyentes, es decir a toda la humanidad se le establece todos los estatutos y decretos que conlleva este primer pacto.

PACTOS DIVINOS BÍBLICOS

La palabra pacto es un concepto multivoco, es decir, es un término que puede definirse con sinónimos, pero que tienen el mismo significado, por ejemplo la palabra, contrato, acuerdo, alianza, tratado, convenio, entre muchos más. Los Pactos son tan antiguos como la humanidad misma, las personas han pactado o han hecho alianzas, contratos mercantiles, civiles, matrimoniales, desde siempre, también las naciones han realizado Alianzas, acuerdos y/o pactos, tal como lo hizo Salomón con el Rey Hiram de Tiro, o como lo hicieron David y Jonatán o incluso, recientemente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre México, Estados Unidos y Canadá y que tanto escuchamos sonar en las noticias actuales.
Para comenzar, entiéndase que un Pacto, en la definición bíblica es el acto jurídico soberano por el que Di-s y los hombres conciertan o convienen un acuerdo, que consiste en asumir determinadas obligaciones y/o derechos comprometiéndose a cumplir cada una de las correspondientes partes, lo cual a su vez es ratificado con un juramento y una promesa que Di-s hace al hombre. En otras palabras, el hombre es quien recibe la bendición por mera gracia, y Elohim es quien la da. Todos los pactos son por gracia y dados de manera soberana pero requieren de unas condiciones de parte del ser humano, aunque no muchos Maestros y/o Pastores coincidan con esta última parte veremos más adelante que si es así, tal como Las Sagradas Escrituras lo declaran.
Estos Pactos que encontramos en la Biblia, pactos divinos-humanos, tenemos que ser muy puntuales en que los mismos han sido dados por y de parte de Di-s hacia el hombre, no al revés, debido a que El Eterno establece las condiciones, el hombre en ningún momento puede condicionar a Dios por ningún motivo, ni mucho menos lo puede coaccionar, Elohim es el que toma la iniciativa por su inmensa gracia y bondad y decreta al hombre a adherirse a sus preceptos, estatutos, mandatos y condicionales.
Los Pactos que hizo Dios con el hombre que están en la Biblia son los siguientes:
  1. Pacto Adámico o Edénico: Dividido en dos partes, antes y después de la caída
  2. Pacto Noedico o Noajida
  3. Pacto Abrahamico
  4. Pacto Mosaico
  5. Pacto de la Tierra
  6. Pacto Davídico
  7. Nuevo Pacto o Pacto Renovado o Pacto Mesiánico
Tenemos que entender también que estos 7 pactos no están separados, sino que cada uno de ellos conlleva una promesa, y que de manera progresiva revelan la voluntad ultima de Di-s, a modo de que podamos entender el plan redentor general que tiene El Eterno con toda la humanidad y que es presentado en las Sagradas Escrituras. Entendamos entonces, que es SOLO 1 PACTO, no 2, ni 3, ni 4, sino que cada nuevo pacto concertado es una enmienda que hace Elohim a sus pactos para redimir al hombre, es decir, es un pacto sobre otro pacto, EN NINGUN MOMENTO CUANDO SE ESTABLECE UN NUEVO PACTO ENSEGUIDA DEL OTRO SE ANULA EL ANTERIOR como vamos a ver a continuación. Cuando entramos a ser Parte del Pueblo de Di-s y decidimos ser seguidores de Yeshua nos comprometemos con su Pacto, no solo con el Nuevo Pacto, sino CON TODOS, todos los Pactos nos aplican (Ef. 2:12)  puesto que solo es uno, ahora que somos parte de Israel, cada pacto contiene una serie de promesas y estamos completamente seguros de que las promesas de Elohim son verdaderas, irrevocables y confiamos en su Palabra porque El no miente, sin embargo Yeshua nos advierte que tenemos que prevalecer hasta el fin, es decir, tenemos que acatar sus requisitos que Él nos prescribe para llegar a heredar la vida eterna y acceder al Árbol de la Vida.
La importancia de los Pactos radica en el hecho de que si nosotros que decimos ser Hijos de Di-s significa que estamos en Pacto con El, y debido a ello debemos estar conscientes de cuáles son las condicionales que El Todopoderoso nos ha dejado, de allí su suma relevancia, de lo contrario estaríamos cayendo en una total ignorancia, creyendo en y viviendo la Biblia sin saber que toda ella es básicamente un Pacto que debemos mirar de no quebrantar.
Ahora, cuando en las Sagradas Escrituras se habla de Pactos se usa la palabra hebrea “berit”1285 תירבִּ berít; de Strong 1262 (en el sentido de cortante [como 1254]); pacto (porque se hace pasando en medio de pedazos de carne):—aliado, confederación, convenir, hacer alianza, pacto, prometer.
Esta palabra al parecer tiene un origen de la palabra “bara” que significa cortar en dos partes, esto puede ser debido a que en los pueblos antiguos era costumbre cortar un animal para sellar un pacto (Gen. 15) además de ser un acto solemne y protocolario el cual ratificaba una promesa de ambas partes y simbolizaba también que quien faltase a lo prometido seria tratado como aquellos animales (Jer. 34:18-19). La palabra Berit en el hebreo en muchas ocasiones también sugiere o significa literalmente “cortar en una incisión para que fluya sangre”.
El método de “cortar el pacto” es muy similar en todo el mundo, pero existen algunas diferencias. En algunos lugares ha degenerado hasta convertirse en un rito de sangre grotesco y horrible. Sin embargo, deriva del mismo pacto de sangre. El tipo de pacto practicado por las tribus nativas de África, por los árabes, por los sirios y por los balcánicos, por ejemplo, cuando dos partes desean cortar un pacto, se reúnen con sus amigos y un sacerdote o un hombre considerado justo. Primero intercambian regalos para indicar que todas sus posesiones materiales serán compartidas por ambos. Tras el intercambio de regalos, el sacerdote hace una incisión en el brazo de un hombre, el cual deja que la sangre caiga en una copa llena de vino. Lo mismo se hace con el otro hombre, que también deja que su sangre caiga en la copa. Se remueve el vino y la sangre se mezcla, y después cada hombre bebe de la copa hasta que se acaba el vino. En algunas ceremonias, también presionan una contra la otra sus muñecas cortadas para que se mezclen sus sangres, o pueden tocar con sus lenguas la herida de la otra persona. Al practicar este ritual, las dos partes se convierten literalmente en “hermanos de sangre”.
Aunque existían otras formas de sellar un pacto y usar dicho sello como memorial del mismo, tal como lo era también hacer un banquete, una comida o bien una cena; las cuales eran formas más serias que se usaban como señales de Pactos, algo parecido a la Pascua (Pesaj) y que Yeshua usó como memorial del Pacto Renovado como veremos más adelante (Mt. 26:26-29; Mr. 14:22-25; 1 Co. 11:23-26; Apoc. 3:20; 19:7-8).
Así mismo, los pactos se dividen en dos secciones generales, pactos universales y pactos nacionales.