MEJOR SOLA, QUE MAL ACOMPAÑADA


Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; Heb. 13:5

Mejor sola que mal acompañada es un dicho que nos han inculcado nuestras abuelas… ¿hemos pensado detenidamente en qué significa, su justo valor y si lo aplicamos en nuestra vida cotidiana?

Hay dos tipos de soledad: la externa y la interna. Se suscita un conflicto cuando la soledad externa te pesa internamente. Si te sientes solo, ninguna compañía externa cambiará esto. Serán solo paliativos momentáneos que te generarán cierta dependencia de la otra persona, ya que tú CREES que no toleras la soledad… Estoy segura de que conoces quienes viven tranquilos sin pareja, que tienen intereses en sus vidas, y que en algún momento, si aparece la persona que los hace más felices, deciden cambiar su estado por una pareja enriquecedora.


La soledad, si estás en paz con ella, es un momento espectacular para rearmarte, para darte cuenta de lo que realmente quieres en tu vida y de aquello que ya no deseas, te permite ver opciones que antes no notabas, y te da la posibilidad de elegir. Es como tener delante de ti un lienzo en blanco en el que puedes pintar el paisaje que más te guste o lo que desees, con los colores que más te agraden.

También, ten en cuenta que si la soledad es interna, por más personas que tengas al lado tuyo, te seguirá acompañando como un fantasma: estará siempre latente. Y harás cosas contrarias a tu esencia para alejarte lo más posible de esa soledad, sin tener en cuenta que anida en ti. De más está decir que hay mucha gente que defiende lo indefendible y tolera más de lo que debería para estar rodeado (o rodeada) de alguien en especial, por miedo a quedarse solo: piensan que es mejor estar mal acompañado, que solo. Si este es tu caso, te propongo que pienses en todo lo que te rodea: nadie está en soledad absoluta si se desprende de una compañía dañina. Valora a tu familia, tus amistades, tu trabajo, a quienes te acompañan en tu camino. Ellos te apoyarán en los momentos de transición hacia una realidad más feliz.

Además, hoy en día la soledad es una elección bien válida, no está mal visto tener cierta cantidad de años y no tener pareja, o estar separado. Nuevamente, la soledad te da la oportunidad única de elegir bien en el futuro, a la persona que merezca estar al lado de alguien tan valioso como tú.

REFLEXIONES SOBRE EL FARISEO Y EL PUBLICANO


Dos hombres vinieron a orar a la casa de Dios. Aparentemente no se conocían. Espiritual y socialmente pertenecían a dos mundos aparte, o al menos así es como se veían a sí mismos. (¡Algunos grupos sociales les dan mucha importancia a esas distinciones!) Estos dos hombres representan a dos grupos de personas que siempre han llegado a la casa de Dios para orar.

Uno de ellos era considerado como un ciudadano básicamente bueno y respetable. Pertenecía a la “clase media”. Vivía una vida decente y es probable que se veía a sí mismo como un modelo digno de ser imitado. Sabía con claridad qué estaba bien y qué estaba mal. Por lo menos así lo creía. El otro era considerado un estafador; su conducta no se veía favorecida al ser expuesta. En realidad, era un personaje despreciable. Uno era tenido en alta estima, el otro, ciertamente, no. Al uno se lo describía como “fariseo”; al otro, como “publicano” o recaudador de impuestos.


Para que tú no te sientas turbado por la inferencia de que las personas que entran en la casa de Dios para adorar y orar pueden fácilmente dividirse en estos dos grupos, permíteme decirte inmediatamente que las cosas no se dan así. A nosotros nos sería difícil encontrar a muchas personas con la firmeza, el celo y la disciplina de un fariseo. Y probablemente no muchos de los que vienen a la iglesia se han hundido en las profundidades del proverbial publicano. Sospecho que en la mayoría de nosotros hay algo de los dos, un poco del publicano y un poco del fariseo; a veces más del fariseo y a veces más del publicano. Pero entre los dos probablemente tenemos un promedio de la gente que viene a orar.

El mensaje básico de este relato contado por Jesús y registrado en Lucas 18:9-14, es un mensaje tanto de juicio como de salvación. El juicio está dirigido primariamente contra aquellos que tienden a compararse con otros en la iglesia, y al hacer eso terminan sintiéndose muy bien. Se ven a sí mismos como realizados y exitosos, en contraste con los que tienen una autoestima negativa. Al expresar los dos hombres sus pensamientos y sentimientos ante Dios en oración, resulta clara la percepción que tenían de sí mismos.

Uno se alaba a sí mismo y a Dios por lo que es y por lo que es capaz de hacer. No tiene deseos de ser diferente. No tiene nada que pedirle a Dios. Sus ayunos, su vida de oración, sus contribuciones de diezmos y ofrendas son impresionantes. (“¡Seguramente, Dios, tú reconoces eso!”) Su mente está concentrada en qué puede traer a Dios, no en qué ha recibido de Dios. Y en eso radica su primer gran defecto.

En contraste, vemos al otro individuo, de aspecto miserable, que se siente completamente fuera de lugar. Su mismo trabajo (recaudador de impuestos) era algo que iba en su contra. La gente decente no escogía esa profesión. Socialmente, no era aceptado. Muchos lo veían como un “leproso” moral. De modo que lo más adecuado era que se quedase “lejos”, como dice el texto.

Uno podría preguntar: ¿Será posible que tengamos en esta historia a un hombre básicamente recto, convertido injustamente en víctima de una profesión con un estigma social? ¡No, ni por asomo! Era una persona corrupta y estafadora. Su postura y sus palabras, todo reflejaba su verdadera condición. Todo andaba mal en su vida. No había nada en él que lo recomendase.

Pero, precisamente en eso radicaba su salvación. Tuvo el valor de ser honesto consigo mismo y con Dios. Al estar delante de Dios, no encontró nada en sí mismo de lo cual sentirse bien. Sólo veía fracaso y miseria. Con sentimientos que evocaban los de David muchos años antes (“Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí”, Salmo 51:2-3),* clama por ayuda.

Leyes de la vida espiritual

De esta historia memorable se extraen tres leyes importantes de la espiritualidad.

Primera ley: La persona que confiesa sinceramente su pecado ante Dios está más cerca de Dios que aquella que cree que no tiene nada que confesar. Dios puede encargarse de los pecados; lo hace todo el tiempo. Es muy competente en eso. (“Es quitada tu culpa, y limpio tu pecado”, Isaías 6:7.) Pero la ceguera de la arrogancia es difícil de curar.

Uno puede preguntarse: ¿Cuál fue el criterio del fariseo para sentirse tan logrado y exitoso espiritualmente? ¡Se comparó con un individuo por quien no tenía sino desprecio! El compararnos con otros, lo que hacemos a menudo, generalmente ayuda poco. Las conclusiones que extraemos en esas circunstancias son inseguras. Y eso nos conduce a otra ley de la espiritualidad.

Segunda ley: La persona que admira su propia espiritualidad por lo general encuentra correspondientemente difícil ver lo bueno en otros. Se nos recuerdan las palabras de advertencia de Pablo: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12). Al estar en la presencia de Dios, probablemente no hay sentimiento más arriesgado para acariciar que éste: “Señor, mientras otros quizás no sean capaces, te agradezco que yo lo soy”. Esto trae a nuestra mente el pensamiento bien conocido: “Mientras más nos acerquemos a Jesús, menos nos sentiremos inclinados a ensalzarnos a nosotros mismos. Aquellos a quienes el cielo reconoce como santos son los últimos en alardear de su bondad” .

Los verdaderos peregrinos no encuentran satisfacción en proclamar su propia espiritualidad. La humildad es su perfil característico (ver Filipenses 2:3). Un verdadero peregrino conoce por experiencia personal la fragilidad de la humanidad; entiende y toma tiempo para dar una mano a compañeros de travesía que encuentran difícil el camino.

Tercera ley de la espiritualidad: Mientras los seres humanos aclaman natural y espontáneamente a los ganadores, Jesucristo se interesa espontánea y profundamente por los perdedores. La historia de Lucas 18 nos habla acerca de la solidaridad de Cristo con aquellos que luchan y encuentran todo demasiado difícil. El dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5:32). El también declaró a través del profeta: “Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes” (Isaías 57:15).

La maravillosa verdad es que ante Dios nadie necesita desesperarse. David oró: “Oh Señor, ninguno hay como tú. Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia” (Salmo 86:8, 15). Las buenas nuevas para todos nosotros es que Dios puede proveer el bálsamo de Galaad a fin de encontrar sanidad para nuestras heridas (Jeremías 8:22).

¿COMO OLVIDAR UN AMOR QUE NO PUDO SER?


Parece un tema sacado de una novela, pero no podemos negar la realidad, vivimos un periodo en donde los fracasos sentimentales están a la orden del día. En donde los valores del verdadero amor se han perdido y en donde el patrón a establecer es la falta de sensibilidad entre la pareja.

A diario recibo correos de personas pidiendo consejeria para olvidar un amor que no pudo ser. Es triste ver como los jovencitos y jóvenes mayores se embarcan en relaciones sentimentales dejados llevar más que por la voluntad de Dios, por sus propias emociones humanas, lo que conlleva a un casi seguro fracaso.

Y es que es hora de levantar la cabeza y dirigir nuestra mirada al Señor, quien tendría que ser Dueño y Señor de nuestros sentimientos, los cuales se tendrían que canalizar por medio de su voluntad y no la nuestra. Mientras los jóvenes no comprendan este principio, será difícil evitar que nuevos fracasos aparezcan en sus vidas sentimentales.

No hay que ir muy lejos para darnos cuenta que la mayoría de

relaciones amorosas entre cristianos hoy en día son impulsadas por “lo que creo que es de Dios” y no por LO QUE REALMENTE DIOS QUIERE DE MI.

Realmente hay una gran diferencia entre “lo que yo pienso que es” y lo que “Dios piensa que es lo mejor para mi”, pero mientras no sepamos distinguir estas dos frases, seguiremos creyendo que lo que nosotros pensamos, es lo correcto, olvidándonos de esta manera de lo que realmente Dios quiere para mi.

Y es que el amor es ciego y la locura lo acompaña, reza un dicho que algo de verdad ha de tener. Si el amor es ciego porque cuando no proviene de Dios te siega en sentimiento engañosos que lo único que hace es dañar fuertemente tu corazón, y si que es locura, porque entre mas te das cuenta que la relación no funciona, mas intentas seguirla, para seguirte dañando, sí que es un locura TOTAL.

Ahora bien, si por “a” o “b” motivo no te fue bien en el amor y hasta el día
de hoy no has podido superar ese incidente, el cual uno que otro día al recordar te saca una lagrima o en donde vives esperanzado o esperanzada a que un día volverá, tu desesperación por ese amor que no fue te lleva a preguntar: ¿Cómo olvidarlo y superarlo?

A continuación te doy algunas claves que personalmente considero que te serán de gran ayuda para tratar de olvidar el mal momento que viviste en el amor:

1. Tienes que entender que este será un proceso: No hay una clave mágica para levantarte el día de mañana y creer que ya todo esta olvidado. No te engañes y no nos engañemos, esto es UN PROCESO que comenzaras a partir de hoy. Lo que quiero decir con esto es que en el camino, vendrán recuerdos, sentimientos encontrados, suspiros y de todo lo que te puedas imaginas en este proceso, pero no quiere decir
que NO LO PODRÁS OLVIDAR. Por esa razón no tienes que desanimarte en este proceso que te voy a tratar de explicar. Quizá un día sentirás el deseo casi imposible de controlar de llamar por teléfono a ese amor que no pudo ser, de escribir un mensaje de texto o simplemente de ir y visitarlo, y en algún momento quizá caerás, pero no te desanimes, es parte del proceso. Es casi imposible que luego de estar acostumbrado a una persona y tener una rutina de vida, no vayas a sentir el deseo de saber de esa persona, pero trata de todas las formas posibles ir reduciendo estos deseos.

2. Es importante la DETERMINACION: Tu puedes decir que quiere olvidar, pero mientras no halla en ti una verdadera DETERMINACION de hacerlo, lo siento, tus palabras solo son eso: “palabras”. Cuando hablo de determinación hablo de QUERER y HACER lo imposible por tratar de olvidar, digo esto, porque la gran mayoría de personas dicen querer olvidar un amor q
ue no fue, pero dentro de si saben muy bien que no quieren olvidarse. Por esa razón tu deseo de OLVIDAR tiene que salir de un corazón que tenga la convicción firme y la DETERMINACION TOTAL de querer olvidar de una vez por todas, pues mientras no halla esto, será difícil poder olvidar.

3. Tienes que valorarte: La mayoría de fracasos amorosos terminan con palabras y frases desagradables como: “Yo nunca te quise”, “no eres lo suficiente para mi”, “no me mereces”, “no eres tan bello o bella”, “estuve contigo por lastima”, etc. Frases que crean en el corazón del receptor un concepto de si mismo(a) que vale poco. Realmente estas frases no pueden salir de un corazón que realmente ama a Dios, esas frases solo pueden salir de una vida influenciada por el enemigo, por lo que querrá destrozarte. Recuerda que el enemigo odia la imagen de Dios en tu vida, por esa razón tratara por todos los medios posibles desanimarte y desvalorizarte para que acabes alejándote de Dios. Mas sin embargo tienes que saber que tu vales mucho ERES UN PRÍNCIPE Y UNA PRINCESA DE DIOS, vales la SANGRE DE CRISTO, ¿Es poca cosa esto?, definitivamente NO. Por esa razón debes valorarte, si el amor que no pudo ser te trata mal cada vez que lo buscas o lo llamas, ¿Para que lo sigues haciendo?, la voluntad de Dios no es que te desvalorices, al contrario TU ERES LA PERLA DE GRAN PRECIO del Señor, El te compro a precio de sangre, y no es posible que mientras El te de valor, tu te des
valorices sola o solo. No permitas que te sigan desvalorizando, ten dignidad y sobre todo ENTIENDE que a Dios no le agradan esos episodios, por lo que no los busques mas.

4. Tienes que entender que NO ERA LA PERSONA PARA TI: Muchos se hacen la pregunta: ¿Y si era el que Dios me quería dar y lo perdí? No mi amado hermano o hermana, definitivamente NO ERA PARA TI, ¿Cómo vas a creer que Dios te iba a dar una persona que lejos de amarte, te desvaloriza, te hace sentir mal y para colmo te dice palabras que no son las de un hijo de Dios?, es descabellado pensar que si esa persona te trataba así en el noviazgo, ¿Cómo te pudo tratar en un matrimonio?, no me vengas con el cuento que podía cambiar, si ya no esta contigo, es porque a DIOS NO LE PARECIO esa relación y por eso sucedió lo que sucedió. Es que tienes que entender que a Dios nada se le escapa, una relación que no se basa en amor, sino
que en malos sentimientos JAMÁS será de Dios. Dios es amor y no desamor. No puedes pasarte la vida pensado que si era el que Dios te había dado, porque con convicción y Dios no me dejara mentir te digo: NO ERA PARA TI. No sigas queriendo descifrar cosas que están tan claras a simple vista. La voluntad de Dios no es que sufras en el amor, la voluntad de Dios es que encuentres en tu pareja la AYUDA IDÓNEA, y no la ayuda errónea. Dale gracias a Dios que te libro de un martirio con esa relación y que gracias a El pronto volverás a sonreír y de eso te quiero hablar en el quinto punto.

5. Tienes que entender que DIOS TIENE ALGUIEN PREPARADO(A) PARA TI: Es difícil asimilarlo al corto tiempo de terminar una relación, pues los sentimientos por el amor que no pudo ser talvez siguen a flor de piel, pero aun cuando no lo entiendas en el momento, lo entenderás tarde o temprano y es que: DIOS YA TIENE A TU PRÍNCIPE AZUL o TU
PRINCESA DE LOS SUEÑOS. Así es Dios, es que El no hace nada mal, TODO es perfecto y parte de su plan es darte a ti, la persona INDICADA, esa que te amara mas de lo que un día te imaginaste que alguien te podía amar, esa personas que respetara cada idea y plan tuyo y que sin duda te respaldara, esa personas que te aceptara tal y como eres sin importar tus errores y defectos, esa persona que al verla a los ojos sentirás algo indescriptible y que solo los que nos hemos enamorado de verdad sentimos. Esa persona de la cual te enamoraras como nunca y la cual estará enamorado de ti como nunca, en donde la base de su relación será DIOS y en donde el amor que Dios ha depositado en sus vidas será compartido entre los dos.

En este momento quizá no lo entiendes, pero CREEME que Dios ya tiene una persona preparada para ti, ¿Cuándo?, no lo se, ¿Cómo será?, tampoco lo se, pero lo que si se es que será en el TIEMPO PERFECTO de Dios y será la PERSONA MAS BELLA que hallas visto en tu vida.
El amor no se busca por nuestra propia cuenta, es puesto por DIOS en el momento idóneo y de la manera menos pensada, solo basta con realizar las siguientes tres acciones con las cuales estarás acercando mas ese momento:

1. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. (Salmos 37: 4)
2. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6: 33)
3. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. (Salmos 37: 5)

No es bueno que pases la mayoría de tu tiempo llorando por algo que no pudo ser y que no estaba en los planes de Dios que fuera. Es momento de levantarte, lavar tu cara y entender que no puedes seguir derramando lágrimas, ni lamentándote toda tu vida por algo que NO IBA A SER.

A partir de hoy tienes que comenzar a vivir cada día para el Señor, con la FE certera de que Dios te recompensara con una persona que SOBREPASARA TUS EXPECTATIVAS y en la cual encontraras TODAS las características que siempre soñaste y de las cuales ni te imaginabas que podría tener.

Es impórtate aclarar que no es la voluntad de Dios que andes probando varias relaciones haber cual funciona. No puedes andar prestando tu corazón a cualquiera que se te pare enfrente. Por esa razón trata la manera de hacer las cosas como a Dios le agradan, esto es en orden, no te dejes llevar por tus sentimientos, deposita tus decisiones en el Señor y básate en su respuesta y su voluntad antes que en la tuya.

Espera en el Señor TODO el tiempo que sea necesario, no le pongas candado a tu corazón creyendo que todos o todas son iguales, al contrario entrégale tus emociones y sentimientos al Señor para que El te guíe a tomar la mejor decisión en tu vida sentimental, si haces esto te aseguro que NO FRACASARAS.
¡Vamos es hora de cambiar la hoja de esa horrible historia que acabas de pasar, y comprender que la siguiente hoja esta llena de BELLOS PLANES de Dios especialmente para ti!

Dedicado a todos los que en algún momento de sus vidas se equivocaron en el amor y que creyeron que jamás volverían a encontrar a alguien que los amara.

EL ORIGEN DE LAS ENFERMEDADES


Desde el momento que surgen las enfermedades, el hombre se enfrenta a los dolores, sufrimiento, tristeza, angustia etcétera. La causa de todos estos males radica en la desobediencia. De este hecho se crea una raíz que da origen a otros muchos problemas más, emocionales, familiares, sociales, y partir de la caída “ cada uno viviría mas para sí mismo que para el otro”, y esto crea otra área de conflictos que aunque no es física, afectara a esta, naciendo el egoísmo, que lentamente socava la vida psíquica, y lleva al ser humano ala desestabilidad emocional que origina los trastornos de la mente, ya que la envidia, temor, celo, soberbia, orgullo, ambición, etcétera, comienzan a minar la salud mental, y sin saberlo degenera sus impulsos hasta convertirse en homicida de su hermano, y presa de sus propios `pensamientos –producido por el complejo de culpa y de temor –comienza a escapar para evadir la realidad, como ocurrió con Caín cuando mato a su hermano Abel, el cual trato de escapar de sí mismo,

buscando caminos falsos que los apartan mas de Dios y de su familia, hundiéndose en una calamidad moral, social y emocional. El pecado, la desobediencia y el juicio divino produjeron daños en toda la creación, tanto en el aspecto humano como en su entorno natural.
Con la muerte entro el envejecimiento, el deterioro lento del cuerpo, la lucha por la supervivencia, las amenazas constantes de los peligros de su medio, y la posibilidad de otras actitudes rebeldes más que produjeron otros tipos de problemas en las relaciones personales. A la hora de clasificar las enfermedades, debemos tener claro que aunque en su origen, todas son producto del pecado, existen en su forma, diferentes causas y manifestaciones como:

Enfermedad por desgaste.

Nuestra existencia está limitada a tiempo y espacio, pues al poner la eternidad, nuestros días de vida estarían contados. Dice el salmo 90:10” los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son de ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan y v
olamos”. Así que como fruto de esta ley de tiempo, nuestro organismo se deteriora, y aparecen enfermedades que más que ataques diabólicos, son desgastes físicos que nos conducen al inexorable camino de la muerte. De algo tenemos que morir, pero debemos recordar que el grano de trigo, después que muere lleva mucho fruto, y así ocurre con los que llevan la esperanza gloriosa de la resurrección. También es cierto que cuanto más ordenadamente vivamos, y más obedezcamos las leyes morales y espirituales, más tiempo viviremos, pues el pecado y la desobediencia al orden divino acortan la vida.

Enfermedades por violación a las leyes de higiene.

La palabra establece normas, o leyes de conducta, para poder mantener una salud equilibrada. Esta armonía bilógica depende de varios factores; la alimentación, la contaminación, la violación a las leyes físicas, el cuidado de la higiene etcétera.


Muchas enfermedades aparecen cuando adquirimos hábitos de conducta incorrectos, mayormente por costumbres alimenticias y descuido en el cuidado del cuerpo y de la higiene personal o social, por el deterioro y contaminación de nuestro ecosistema, entre las enfermedades que podemos adquirir, como consecuencia de lo expuesto están las anemias ,deficiencias vitamínicas o minerales, infecciones, paracitos, descompensaciones biológicas por abusos de ciertas comidas; como azucares, sales, grasas etcétera. Por descuidos en el sueño y abuso de sustancias dañinas r a la salud; como alcohol, tabaco, drogas, por contaminación del aire, agua, plantas, etcétera.

Enfermedades por causas desconocidas.

No todas las enfermedades obedecen a violación de las leyes físicas biológicas o de descuido. Puede ocurrir que el diablo nos ataque con esta, y sin causa lógica aparezcan como un aguijón en la carne para afligirnos, turbarnos y quitarnos las bendiciones del Señor. Podemos afirmar que existen enfermedades de origen diabólico, que como ataques del enemigo, vienen para destruirnos; y Dios lo permite para perfeccionarnos por medio de la prueba, en la victoria de la fe. Un ejemplo elocuente de el
lo lo tenemos en el libro de Job. También entre las muchas sanidades que hizo Jesús encontramos casos de males que no tenían una explicación, ni justificación científica y biológica[9]. El señor sana todas las enfermedades especialmente aquellas de origen diabólico, de las cuales nos ofrece liberación. Pero debemos tener en mente que puede haber ocasiones en las permita, y se conviertan a pesar de ser un instrumento diabólico, en un medio del señor para perfeccionarnos y mantenernos humillados en alguna área de nuestra vida. Así paso con el apóstol pablo, cuando afirmo que tenía un aguijón en la carne[10] por el cual pidió sanidad pero el Señor le dijo “bástate en mi gracia, por mi poder se perfecciona en la debilidad” por lo cual aquel aguijón le fue dejado.

Enfermedades por causa psicosomáticas.

La medicina moderna a identificado una serie de enfermedades de origen mental producido por problemas emocionales o psicológicos. A esto se le llama” En enfermedades psicosomáticas”. Recordemos que Satanás ataco a Eva en su mente introduciendo el deseo de ser mas que Dios, dando así lugar a la soberbia y la codicia. Por medio de la mente y los pensamientos, el enemigo tiene un tremendo aliado para conducir a los seres humanos a muchas enfermedades que naciendo en la men
te se manifiestan al cuerpo, como dolores de cabeza, parálisis, trastornos digestivos, actitudes hipocondriacas[11] etcétera. Se ha comprobado científicamente que nuestros pensamientos y actitudes mentales nacen muchos males físicos, atreves de técnicas psicológicas y psiquiátricas se resuelven algunas de estas enfermedades, que repercuten muchas veces en el cuerpo. En la palabra de Dios se ratifica la necesidad del hombre para liberarse de todas estas “ataduras mentales” atreves de la sanidad emocional, la cual se obtiene al restituir en nosotros la vida espiritual. Para lograr esto se tiene que liberar nuestro corazón del pecado, e incluso nuestros espíritus de ciertas posesiones demoniacas, que nos oprimen y sumergen en terribles esclavitudes. Es por ello que la biblia enseña que para encontrar liberación de los pensamientos negativos que nos hacen enfermos psicosomáticos, debemos “traer nuestros pensamientos cautivos a la obediencia de Cristo” (2 Corintios 10:5). Debemos saber que este es un conflicto muy grave y que el consejo mundial de salud afirma que el problema más serio que afectara a la tercera parte de la población mundial en los próximos años serán los problemas relacionados con la salud mental.