ABUSO EMOCIONAL

El subtítulo de este libro es: Cuando tu pareja quiere moldearte a su imagen y semejanza. En él la autora analiza las relaciones adictivas entre el hombre y la mujer. 

En primer lugar, describe las características de los hombres y las mujeres que integran parejas con las problemáticas mencionadas. En segundo lugar, proporciona herramientas, técnicas y ejercicios para promover la independencia afectiva y aún asíeguir amando. 

Luego de leer y poner en práctica el contenido de este libro, tu manera de pensar será cada vez más madura, así como también lo será tu manera de amar. Vas a sentir que ya no tienes tanto miedo a la pérdida y tu necesidad de posesión será reemplazada por la dicha de tener sueños por conquistar. 

Muchas mujeres viven encerradas en relaciones adictivas, pese al maltrato que reciben de su compañero, la dependencia aumenta. La ausencia de su compañero, o no poder tener contacto con él, les produce el -síndrome de abstinencia- y tienen un deseo persistente de dejarlo pero realizan intentos que no dan ningún resultado. 

¿ESTÁ DIOS CON NOSOTROS?


"Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová?" Éxodo 17:2b

¿Qué quiere decir tentar a Jehová? Según el diccionario de la real academia española, uno de los significados de la palabra tentar es: Probar a alguien, haciendo examen de su constancia o fortaleza. Así que Moisés reclama al pueblo su interés en probar y juzgar al mismo Dios. De hecho más adelante el pasaje bíblico nos indica que:

"Y llamó (Moisés) el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová…" Éxodo 17:7a

La Nueva Versión Internacional sustituye la palabra tentar por provocar, de hecho la palabra hebrea Masah significa prueba o provocación y la palabra hebrea Meriba significa altercado.

¿Por qué fue el altercado? El pueblo hebreo partió del desierto de Sin y acampó en Refidim, un lugar seco: no había ni una sola gota de agua para beber. Esto hizo que el pueblo reaccionara contra Moisés exigiéndole que les diera agua. ¡Cuántas veces provocamos a Dios actuando igual que el pueblo judío, exigiéndole a Dios que nos provea de algo! Y ojo que no estamos hablando de cosas frívolas: sin agua, el pueblo judío podría perecer, sin embargo, aun siendo una necesidad primordial, exigirle a Dios agua se consideró como una provocación.

En este pasaje aprendemos una lección muy importante, muchas veces vendrán dudas a nuestro corazón, dudas acerca de la presencia de Dios, dudas acerca de su palabra, dudas acerca de nuestras experiencias con Dios, pero eso no nos debe llevar a exigirle cosas a Dios para "salir" de dudas, no debo "examinar" a Dios para ver si es verdad todo lo que me ha dicho. Las promesas de Dios se cumplirán SÍ o SÍ.

La batalla de la fe no es una batalla entre nosotros y Dios, es una batalla interna que se libra en nuestra mente, debemos creer. Debemos prestar atención a las palabras que salgan de nuestros labios. Por supuesto que podemos y debemos pedirle a Dios aquello que necesitamos:
 
"No tenéis lo que deseáis, porque no pedís" Santiago 4:2

Pero si detrás de mis peticiones se encuentra la pregunta ¿Está pues Dios conmigo, o no?" entonces debo tener cuidado: ¡puedo estar juzgando a Dios!

LA MUERTE DUELE, PERO CON ESPERANZA SI CONOCES A DIOS...

La muerte es de las cosas más dolorosas que experimenta el ser humano.
Esa separación física de un ser querido. Ese regresar a casa para encontrar todas las posesiones del difunto como antes, pero sin su presencia. Ese primer cumpleaños sin él, ese primer aniversario, esa primera navidad, ese primer logro sin su presencia…
He estado en entierros en donde yo también me quisiera morir. Un pariente grita desconsolado “Para qué quiero la vida ahora. ¡Me quiero morir, pero ya!”.
Y es que para la mayoría de aquellos que definen la muerte, como la cesación de la existencia, cuando pierden a un ser querido, experimentan una muerte doble. La del difunto y la de ellos, ya que resultan estar, muertos en vida. Algunos se consuelan diciendo que es el curso de la vida.
¿Por qué los cristianos enfrentan la muerte con dolor, pero continúan viviendo?, ¿Por qué, aunque los cristianos enfrenten una enfermedad terminal y ya prácticamente ante la muerte tienen esperanza?
Creemos las palabras que inspirado por el Espíritu Santo escribió el apóstol Pablo: “¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él.” 1 de Tesalonicenses 4:14 
Los cristianos somos ciudadanos del cielo y extranjeros en esta tierra. Comprendemos que Jesús les prometió a sus discípulos que se iría para prepararles un lugar y regresar por ellos. Sabemos que nos espera la eternidad. Eternidad que pasaremos con Dios en un lugar donde hay justicia y no hay ni sufrimiento, ni dolor.
Existe un error que algunos cristianos cometen. Y es llegar a la funeraria y animar a los cristianos a ya no llorar. Lo consuelan con palabras como: “Ya está en la presencia del Señor. Ya dejó de sufrir. No llore”.
Los cristianos no negamos los sentimientos, no ignoramos el duelo que debemos enfrentar, no minimizamos el dolor, sino que, en medio del mismo, nos consuela la promesa de la resurrección.
Lo mejor que puede hacer usted cuando alguien ha perdido a un ser querido, es llegar y abrazarlos. Estar ahí para ellos y ponerse a las órdenes para lo que necesiten. Posterior al entierro, ponerse a las órdenes de nuevo para cuando quieran hacer lo que quieran. Y usted cuando pierda a un ser querido, pase por su luto, pero páselo con esperanza.
¿Por qué los cristianos, aunque son pecadores, viven constantemente queriendo complacer y agradar a Dios? Porque sabemos que esta vida no lo es todo, sino una nada comparado con la eternidad, entonces vivimos con las miras del juicio de Dios. No vivimos con temor al juicio, porque cuando nos arrepentimos de nuestros pecados – tenemos un cambio de nuestra dirección en nuestras vidas, por un cambio de pensamiento que Dios obra en nosotros que nos lleva a amar lo que antes odiábamos y a odiar lo que antes amábamos – y creemos en el sacrificio de Jesús en la cruz como el único camino para reconciliarnos con nuestro Dios justo y santo que no tolera el pecado y recibir el pecado, comprendemos que ahora somos hijos y estamos sellados con la marca del Espíritu Santo hasta el día de nuestra redención. Vivimos para santificarnos a Dios. Alejarnos del pecado y consagrarnos a él. Y si pecamos, doblamos rodillas y comenzamos de nuevo. ¿Cómo no amar a aquel que lo entregó todo por nosotros?, ¿Cómo no reconocer y adorar al Creador cuyas instrucciones de vida son perfectas y el producto de vivir en ellas paz?
Por eso los cristianos no vivimos como nos place. Porque sabemos que el Creador, el perfecto, diseñó este mundo para operar de cierta manera. Y salirse de su perfecta voluntad, es encontrar y dar golpes. Porque buscar crear un camino recto, como los seres humanos pecadores que somos, es una mentira. Hay quienes caminan y creen que caminan bien, pero van derecho a la muerte. Como dijo el sabio: “Hay camino que al hombre le parece derecho;


Pero su fin es camino de muerte.” Proverbios 14:12

Así es que la muerte es inevitable. Todos pasaremos por ella y tendremos que llorar y sufrir cuando nuestros parientes pasen por ella. Pero a los cristianos nos duele, pero nos duele con esperanza.