ENFOCATE

Pablo estaba muy enfocado.  Nos dice, en Filipenses 3: Una cosa hago: olvido lo que queda atrás y me extiendo hacia el supremo llamamiento de Dios.
La persona que no se puede mover al futuro y lograr su máximo potencial es la que está contando todo lo que ha perdido, lo que no ha logrado y las decepciones de la vida.  El enemigo ha logrado cambiar el enfoque de esta persona.  Cuando tu enfoque es a todo lo que has perdido, no puedes moverte hacia adelante.
La mente, en momentos de soledad, quiere siempre llevarte a tus fracasos.  Una mente en ocio es una mente peligrosa.  Nadie puede negar que a la mente llegan recuerdos de lo que se perdió y lo que no ha sucedido.  La mente hace esto como una manera de mantener el control.  Es por esto que la biblia dice que tenemos la mente de Cristo; porque en la mente de Cristo no hay nada de tu pasado, ni nada negativo y nada de tus frustraciones.  En la mente de Cristo lo único que hay es el supremo llamamiento que te quiere mostrar.  Aunque estés pensando que estás como Lázaro, que no hay forma de levantarte de donde estás, en la mente de Cristo hay vida, y vida en abundancia para ti.  La vida no se trata de cuántos cantazos das, sino de cuántos recibes sin paralizarte, manteniéndote en pie y siguiendo hacia adelante.
Toda tu vida debes buscar, no todo lo que tú quieres ser, sino todo lo que él quiere que tú seas.  Dios te ha equipado con talentos, y te ha guardado, y no ha sido para solamente llevarte al lugar donde estás.  ¿Tienes el espíritu, el anhelo, de buscar y perseguir lo que Cristo quiere hacer contigo?  Es bueno que sepas hasta dónde puedes llegar, pero debes querer ir por más.  Olvida lo que ha pasado, y enfócate para lograr lo que Dios quiere que tú hagas.
Quita tu enfoque de lo que has perdido, quita el enfoque de lo que no has logrado y muévete a lo que Dios quiere para tu vida.  Muévete a un futuro de victoria, de poder y bendición.  No podrás alcanzar todo lo que Dios tiene para ti, sino hasta que digas como Pablo: Todo lo doy por pérdida, todo lo he dejado atrás, para alcanzar el máximo potencial.
Olvida tu pasado.  La mente te lo va a traer a memoria para que te quedes estancado, pero Cristo no pagó el precio en la cruz del Calvario para que te quedes en el lugar en que te encuentras.  Tú eres su hijo amado.  Él tiene algo más grande y poderoso para tu vida.  Cada mañana que te levantes, levántate diciendo: Déjame ver lo que Dios tiene para mi vida.
Enfócate en una sola cosa; no en lo que queda atrás, sino en lo que Dios tiene adelante, y permítele llevarte a tu máximo potencial.

FE Y EXCELENCIA

Marcos 11:7-9 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 

Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino.Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: !!Hosanna! !!Bendito el que viene en el nombre del Señor!

Hay muchas personas que hablan de la fe ciega, es decir de la fe que cierra los ojos y lo deja "todo" en manos de Dios y decide confiar en que Dios sabe lo que nos conviene, y con ello deciden "acercarse" al Dios en el que dicen creer. Otras personas deciden creer que Dios quiere cosas buenas para ellas y que cuando las cosas "se van dando", es porque la mano de Dios esta de por medio, aunque no estén del todo seguras de ello. 

El asunto es que en nuestra fe, siempre dejamos las cosas de Dios en lo informal y en lo casual, ya que olvidamos constantemente quien y como es Dios, abrimos iglesias en bodegas y cocheras, hacemos actividades de limosnas, y muchas cosas suelen ser improvisadas, de hecho pretendemos que otras personas nos den un mejor precio en lo que compramos ya que es "para la obra de Dios", de manera que nada de lo que hacemos para Dios pareciera merecer lo mejor y lo primero. 

La Biblia nos habla justo de todo lo contrario, lo primero y lo mejor debe de ser siempre para Dios, ya que Dios siempre nos ha dado lo primero y lo mejor, empezando por su Hijo quien dio su vida por nosotros y todo aquello que esta en nuestra vida cotidiana. Es precisamente porque nosotros no tenemos esa consideración con Dios y porque no estamos dispuestos a dar lo primero y lo mejor, que muchas veces nos conformamos con decir "Dios por algo hace las cosas" y frases por el estilo, ya que nuestra consciencia nos acusa todo el tiempo, ya que en nuestra naturaleza esta el hacer como Dios nos indica, aunque nuestra mente y nuestro corazón nos traicionan todo el tiempo. Ya que las cosas de Dios quedan en un segundo y tercer plano todo el tiempo, suelen ser improvisadas y con una naturaleza contraria a la de Dios, piense en esto, Dios planeó la cruz antes de crear al hombre, es decir, somos parte de un plan perfecto y eterno, todo esta planeado, ya que Dios pretende que no nos perdamos de absolutamente nada y que podamos ejercer nuestro papel de herederos de lo mejor. 

La cita de hoy habla de Jesús, quien venía a cumplir su papel en el plan perfecto de Dios de salvar a la humanidad, y como hijo del Dios vivo, no pretendía entrar a Jerusalem como ladrón y por la puerta trasera, por el contrario, lo hizo por la puerta principal y anunciando su llegada, y fue precisamente por eso que aunque las personas no entendían exactamente de qué se trataba este evento, celebraban en su corazón que el día de su salvación estaba cerca, ya que estaba escrito en la palabra de Dios y en la copia de su palabra que sembró en nuestro corazón, por tanto el evento hacía total lógica y llenaba de júbilo a todos los que estaban ahí. De igual manera, es nuestra naturaleza a imagen y semejanza de Dios, la que nos da la capacidad de hacer cosas excelentes, extraordinarias, perfectas y que reflejen a Dios en todo, siempre que tengamos un plan y siempre que lo pongamos delante de Dios, este va a ser perfecto y va a ser celebrado como la entrada de Jesús a Jerusalem, el vivir bajo la idea de un Dios que "por algo" hace las cosas es mediocre y antibíblico, el planear es parte de nuestra naturaleza, el ver las cosas con anticipación es parte de nuestro diseño y tanto Dios como la naturaleza están esperando ansiosos el celebrar la ejecución gloriosa de cada uno de nuestros planes, tal como la entrada de Jesús a Jerusalem.

DESDE DONDE ESTES

Nehemías 7, nos relata cómo Dios envía al profeta Nehemías a restaurar las murallas.  La ciudad era grande y espaciosa, pero no había sido reedificada.  Lo curioso es que tanto el templo como el servicio a Dios ya habían sido reedificados.
Podemos involucrar nuestra vida en reconstruir el servicio a Dios, pero es necesario que entendamos  que las murallas también deben ser reconstruidas.  Por mucho tiempo, el énfasis en muchas iglesias ha sido restaurar el culto a Dios; venir a la casa de Dios, adorarle, ofrendar, diezmar.
Para que una nación sea transformada no es solamente necesario reconstruir el templo y el servicio a Dios, sino que también hay que restaurar las murallas de la ciudad.  Lamentablemente, la mentalidad que ha permeado es la de crear una burbuja.  Es cierto que no podemos obligar a todo el mundo a que sea cristiano, pero sí podemos, en el lugar donde Dios nos ha posicionado, llevar la experiencia que Dios nos ha dado.  Entonces, a través de nuestras vidas, podemos transformar a los que nos rodean.
Los hombres y mujeres que nosotros predicamos y celebramos, ninguno tuvo que ver con un llamado sacerdotal. Abraham, David, José, Daniel, Rahab, Deborah, Ester, etc., no eran apóstoles, pastores, evangelistas, maestros; eran creyentes, pero ninguno ejerció un llamado ministerial eclesiástico para que los admiremos.  Ester fue enseñada para ser una reina, no una pastora.  Y, desde esa posición de reina, era que Dios la iba a usar para preservar a un pueblo.
Hay un sin número de llamados en la iglesia para que, desde la iglesia, llevemos hacia afuera el verdadero mensaje de transformación.  Dios quiere usarte desde tu profesión, desde tu trabajo, para restaurar las murallas de la ciudad.
Nehemías no tan sólo restauró las murallas sino también las puertas de la ciudad.  En aquella época, los negocios se hacían en las murallas y en las puertas de la ciudad.  En toda la biblia, aun en la mayoría de las parábolas de Jesús, lo que se utilizó fue el negocio.   Dios utilizó el diario vivir de la gente para dejarles saber que aun en el lugar en que se encuentran podrían hacer la gran diferencia.  En el reino de Dios, ninguno es más grande que otro por los títulos, sino que el más grande es aquel que sirve, siguiendo el ejemplo de Aquel que no vino a ser servido, sino a servir.
El traer la gente a la iglesia es una pequeña parte de lo que Dios quiere que hagamos, porque no vamos a restaurar la ciudad trayendo a todo el mundo a la iglesia.  La biblia no dice que llamó a algunos apóstoles, pastores, evangelistas, maestros y profetas para hacer más apóstoles, profetas, pastores, evangelistas, maestros.  En el libro de Efesios, lo que nos dice es que Dios dio estos cinco ministerios para la perfección de los santos.
Cada vez que vienes a la iglesia, Dios lo que hace es perfeccionar a un santo. La gente piensa que ser santo tiene que ver con pureza y sin errores. En Jeremías 1, Dios dice: Antes que naciese te conocí y te santifiqué.  En el original, es te separe con un propósito.  Todo aquel que sabe que ha sido separado con un propósito se cuida de no estar haciendo lo incorrecto.  Somos santos, y no es porque seamos perfectos, sino porque él pagó un alto precio en la cruz del Calvario.  Aun por encima de tantos problemas, Dios te ha guardado, porque te ha santificado, te ha separado para un propósito.
Nunca permitas que alguna iglesia, pastor o líder de la iglesia, y mucho menos el mundo, menosprecien el llamado de Dios para tu vida.  Tan importante es aquel que día a día tiene que trabajar en el mundo secular, como aquellos que tienen posiciones eclesiásticas.  Desde donde estés, en lo que labores, hazlo con excelencia, de manera que, cuando el mundo te vea, vea la diferencia que hace Dios en tu vida.

EL SELLO DEL ESPIRITU

La palabra sello, o sellar, tiene básicamente cinco significados. Primero, se refiere a lo que autentifica o comunica autoridad. Establece la validez o autenticidad de un documento o declaración. Un sello indicará si un documento, o una firma, es real o falso. 

Segundo, es una marca de propiedad. Indica que algo le pertenece a otro, que es propiedad de alguien. El sello tiene una imagen particular en él, demostrando que pertenece sólo a esa persona. En el antiguo Oeste, los rancheros marcaban su ganado con su sello para demostrar que eran de su propiedad. 

Tercero, un sello también se usa para propósitos de seguridad. Un sello se puede poner en un paquete, por ejemplo. Pero si ese sello se rompe, usted sabrá que ha sido alterado. Cuarto, un sello puede indicar aprobación. 

Hablamos del “sello de aprobación”. Esto significa que aprobamos a una persona en la que ponemos nuestro sello. Quinto, a veces hablamos de que el destino de alguien está sellado. Quizá decimos que una persona “selló su destino” mediante un comentario que hizo. Se refiere a la posibilidad de un destino inmutable, una vez que se ha puesto en ello el sello. Todos los hijos de Dios tienen el sello de Dios en ellos. En pocas palabras: Todos los que tienen fe salvadora están sellados con el Espíritu Santo. “El fundamento de Dios es sólido y se mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: «El Señor conoce a los suyos»” (2 Timoteo 2:19). 

Primero, Él nos autentifica. Hemos recibido autoridad para convertirnos en hijos de Dios (Juan 1:12). 

 Segundo, Él nos posee. No somos nuestros; hemos sido comprados por precio (1 Corintios 6:20). Sin duda, Dios “nos selló como propiedad suya” (2 Corintios 1:22). 

Tercero, el sello de Dios sobre nosotros garantiza nuestra seguridad. “Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos” (Salmo 91:11). 

Cuarto, no hay nada más grande que tener la aprobación de uno cuyo poder, autoridad e integridad importan. Timoteo tenía la aprobación de Pablo. “No cuento con nadie como Timoteo” . . . él “ha dado muestras de lo que es” (Filipenses 2:20, 22). Finalmente, nuestro destino eterno está sellado. Pablo dijo: “No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención” (Efesios 4:30).  

EL REINO DE DIOS

Si preguntaras a cien cristianos diferentes lo que es el reino de Dios, probablemente recibirías unas cincuenta respuestas diferentes. La creencia más común es que el reino de Dios es la Iglesia. Aunque esto sea en parte verdad, no es toda la verdad. La verdad es que la Iglesia está en el reino, pero que el reino es mucho más amplio que la Iglesia. La Iglesia es el factor principal, su representante con la autoridad del reino; pero el reino de Dios es mucho más que la Iglesia. Engloba todo lo del reino de Dios en el cielo y en la Tierra. Esta es tal vez la verdad más malentendida en la Biblia y es algo que el enemigo ha hecho para causar confusión a la Iglesia respecto a su misión. Por amor a la claridad, déjame definir el término reino (Kingdom). En inglés* proviene de dos palabras—king (rey) y domain (dominio). 

La Biblia nos enseña en Apocalipsis 19:16 que Jesús es el Rey de reyes. Apocalipsis 1:5 llama a Jesús “el príncipe de los reyes de la tierra”, refiriéndose a los gobernantes en la tierra ahora mismo. Jesús declaró ser rey en Juan 18:37. Pablo le llama el “único Potentado, el Rey de reyes, y Señor de señores” (1 Timoteo 6:15). Efesios 1:21 dice que Jesús está muy por encima de todo principado y poder, y fuerza, y dominio y de todo nombre que es nombrado, no solamente en este mundo, sino también en el venidero. Filipenses 2:10-11 ordena a toda rodilla a arrodillarse y a toda lengua a confesar que Jesucristo es Señor en el cielo y en la Tierra. El Salmo 24:1 nos dice que “la tierra es del Señor”. Salmo 96:10 declara que Dios reina entre las naciones. Numerosos salmos han declarado el gobierno de Dios sobre la Tierra una y otra vez. Siendo las Escrituras tan claras en este asunto ¿por qué entonces la confusión? ¿Por qué tantos cristianos viven y actúan como si el gobierno de Dios sólo fuera para la Iglesia o para la próxima vida? ¿Podría ser porque hay una mala interpretación de las Escrituras? Vamos a ver algunos ejemplos: 

En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados, en los cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia. En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos. Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios" (Efesios 2:1-3). "Sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno" (1 Juan 5:19). Estos versos nos enseñan básicamente que actualmente el sistema mundial está siendo influenciado y controlado por el enemigo; ¡pero en ningún sitio de las Escrituras dice que Satanás tenga el derecho a continuar haciendo esto! Yo sostengo que Jesús nos dijo en la oración del Señor que hagamos que la Tierra refleje el cielo: buscando primero su reino y su justicia. 

Creo que esto significa que nuestra misión no es simplemente discipular a las personas con tal de que lleguen al cielo, sino también echar por tierra el sistema satánico actual y declarar: “El reino de Dios ha venido”—ha sido inaugurado ahora—(ver Mateo 4:17; 12:28). Esto significa más que solamente echar fuera demonios de la gente, también significa echar fuera demonios del sistema, de las familias, del vecindario, de comunidades, ciudades e incluso ¡naciones! Según Colosenses 2:15, Jesús ya ha desarmado a Satanás. ¡Ahora depende de la Iglesia el “desplazarle”! Aquí tenemos otra escritura malentendida: “De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor. Todo esto te daré si te postras y me adoras. ¡Vete, Satanás! le dijo Jesús. Porque escrito está: Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él” (Mateo 4:8-10). 

Se dice que porque Jesús no discutió lo que decía Satanás, en el fondo estaba diciendo que el diablo es el dueño del mundo. Déjame repetir mi declaración de antes: Satanás tiene influencia sobre sistemas políticos y sociales, ¡pero Jesús nunca dijo que tuviera el derecho! ¡De hecho, Jesús dijo lo contrario! Le dijo a Satanás en el contexto de los reinos del mundo que las Escrituras nos enseñan que debemos alabar (no significa cantar canciones, sino someterse) al Señor nuestro Dios. No sólo estaba hablando sobre sí mismo o del diablo, ¡sino que se estaba refiriendo a los reinos de este mundo! Jesús estaba diciendo aquí claramente ¡que los reinos del mundo deben alabar (someterse) a Dios! 

A QUE TE LLAMO DIOS

En Filipenses 3, Pablo dice que él mismo no lo había alcanzado todo, pero una cosa hacía: Moverse hacia adelante, extenderse a la meta del supremo llamamiento de Dios. Pero, ¿qué es ese supremo llamamiento? ¿Qué es el llamado de Dios para tu vida?
Hay quienes piensan que el supremo llamamiento es entrar a algún ministerio eclesiástico, cuando en realidad, hay personas que su llamado es a ser doctores, políticos, empresarios. El supremo llamamiento de Dios para tu vida no necesariamente es ser pastor o ministro; no si esto requeriría que te salieras del lugar al que Dios te llamó, del área en la que Dios te ha preparado, para entonces entrar en una vocación ministerial para la cual probablemente Dios no te ha llamado. Si confundes estas cosas, vives una vida de insatisfacción.
Claro que Dios puede llamar a un abogado a ser pastor; la pregunta es si realmente es eso lo que Dios quiere para ti. Si la respuesta es sí, gloria a Dios. Pero si no es ese tu llamado y te empeñas en ser pastor, entonces estarías menospreciando lo que Dios te ha dado, el llamado que Dios ha hecho a tu vida y, por consecuencia, vivirás una vida a la mitad, no tendrás el éxito que Dios tiene preparado para ti.
Pablo estaba enfocado en alcanzar aquello para lo cual Dios lo había llamado. En el verso 14, de Filipenses 3, Pablo nos dice que el supremo llamamiento de Dios está en Cristo Jesús. El llamamiento de Dios del que Pablo nos habla, no es el llamado a salvación. Pablo no buscaba alcanzar la salvación, sino que, con celo, buscaba alcanzar su máximo potencial.
Cuando se nos habla de la historia de Lázaro y se nos dice que Jesús dijo: Lázaro, ven fuera; la escritura utiliza la misma expresión que usa Pablo cuando habla de alcanzar nuestro llamamiento, y se refiere a salir de la condición en que nos encontramos y llegar a la vida, levantarnos de la tierra, de las cosas naturales y alcanzar la vida que Dios tiene para nosotros.
No menosprecies el lugar al que Dios te ha llamado. No menosprecies la vocación, el trabajo. Un ministro no es ni más ni menos que nadie en el reino de Dios. En el reino de Dios no hay posiciones, sino que hay llamados, hay dones; y todos somos importantes dentro del reino de Dios.
Tu supremo llamamiento no es ser algo en específico, sino alcanzar quien tú eres en Cristo Jesús. Tu supremo llamamiento es que, en tu área, prosigas hasta alcanzar todo lo que Cristo puede hacer en ti.

PERFECTAMENTE IMPERFECTOS

Santiago 5:16 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. 

Existe una falsa idea que el acercarnos a Dios nos hace perfectos, pero no es así, el acercarnos a Dios nos perfecciona continuamente y nos pone un rumbo y un estándar hacia donde crecer, que es la estatura de Jesús mismo, pero las cosas no suceden por arte de magia ni mucho menos. Este tipo de pensamientos ha puesto una gran carga sobre todo tipo de persona que se acerca a Dios y sobre todo sobre los líderes religiosos, llámese Sacerdotes, Pastores, o cualquier cargo que guste usted mencionar. Nos debe de quedar muy claro, que el pecado es lo que nos mantiene en la tierra, esa es la condición de la tierra y el mismo Jesús nos lo dijo, no hay quien esté libre de pecado, ni uno, obviamente, la intención es que no sigamos cayendo repetitivamente en el mismo pecado constantemente, sino que vayamos dejando el pecado atrás y sea cada vez menos lo que pequemos. 

En otras palabras, el que sepamos que el pecado nos es condición para habitar la tierra, no nos da pretexto ni excusa para pecar libremente, ya que lamentablemente nos es imposible dejar de pecar, pero si podemos dejar de pecar deliberadamente. Es decir, todo esto es un asunto de consciencia, de quienes somos y hacia donde vamos, la Biblia nos enseña que todo nuestro pecado, aun el que no hemos cometido fue perdonado por Jesús en la cruz, por tanto, nos es necesario recurrir a Él constantemente en búsqueda de ese perdón y poder regresar a ser purificados continuamente. Cuando hacemos de Jesús el Señor y salvador de nuestra vida, todo nuestro pecado pasado es borrado, a eso se le llama "nacer de nuevo", por tal regresamos a nuestro estado original y es justo ahí a donde debemos de regresar diariamente por medio de la sangre de Jesús y de la confesión de nuestros pecados. Para gobernar para Dios nos es necesario mas que otra cosa el estar siempre conscientes de quienes somos, de quien dependemos y qué es lo que necesitamos para llegar al siguiente nivel, eso quiere decir que para gobernar nos es necesario dejar a un lado ese estilo de fe inconsciente en el que simplemente lo dejamos todo en manos de Dios desentendidamente y donde nuestra oración se trata solamente de pedir. 

Una de las características mas tangibles de Dios es su justicia, y por justicia entendemos el cumplimiento de la palabra de Dios, Dios la cumple y si nosotros queremos o pretendemos ser justos, nuestra principal preocupación y ocupación debería de ser el ser cumplidores constantes de la palabra de Dios y para ello nos sirve la cita de hoy. Piense en esto, constantemente vamos a la presencia de Dios o a lo que entendemos como tal y pedimos perdón por nuestros pecados pero en realidad solo nos sentimos mal, pero no siempre nos arrepentimos, ya que recurrimos en ese pecado una y otra vez, el arrepentimiento genuino nos debe de llevar a estar dispuestos a nunca mas pecar de nuevo o bien a nunca mas cometer ese mismo error de nuevo. 

Por tanto y haciendo un ejercicio de consciencia, y pretendiendo ser imitadores de Jesús, deberíamos de tener en nuestro corazón la libertad de confesar nuestros pecados en voz alta y ante otros hombres y mujeres justos de nuestra confianza, no para que perdonen nuestro pecado, sino para que sean testigos de nuestro arrepentimiento genuino y oren para que no caigamos de nuevo, así se cumple el que seamos guardas los unos de los otros. Cualquier persona que pretenda gobernar para Dios, debe de tener esa libertad de reconocer su pecado y de confesarlo, para vivir bajo el constante perdón de Dios y sea como ejemplo a los demás, donde su avance sea observado y la semejanza a Jesús sea cada día mas evidente.

FE Y GOBIERNO

Deuteronomio 11:24 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 

Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Eufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio. 

Estamos en un año en el que Dios nos ha hablado de gobernar, y cuando hablamos de gobernar, no hablamos de hacerlo como en el mundo sucede, donde un pueblo le da autoridad a una persona para administrar a un pueblo, sino donde un amo le da autoridad a un mayordomo de administrar, engrandecer y cuidar sus bienes, por tanto el gobernar para Dios se convierte en un acto de fe, pues tiene que ver con el creer. 

Y pareciera que creer es una cosa fácil, ya que todas las personas dicen creer en Dios, pero la fe no tiene con el creer en Dios, sino con el creerle a Dios, es decir, si no conocemos a Dios y no sabemos que es lo que ha dicho y las instrucciones que nos ha dado, no podemos creerle y por tanto nos es difícil tener fe. Esto se lo cuento, porque la fe nos tienes que llevar a la acción, es decir, una fe que solo es pasiva no tiene efecto, es estéril, no da fruto y termina por conducir a la locura, pues quien dice tener fe, se frustra por no recibir respuestas de ese dios en el que dice creer. Hay muchas personas que dicen tener fe en las cosas que Dios va a hacer, y por lo general esas cosas que esperan que Dios haga, están mas relacionadas con ellas que con Dios, por tanto lo más probable es que no sucedan y no porque Dios no las quiera hacer, sino porque el Reino de Dios que está descrito en la Biblia funciona de manera distinta y no como muchos de nosotros quisiéramos. 

En otras palabras, la fe se trata de la palabra de Dios, es decir, en lo que debemos de creer es en lo que está escrito y el Dios de la Biblia es un Dios congruente, quien no hace excepciones, porque todo lo que pudiéramos necesitar en nuestra vida esta considerado ya en nuestra voluntad, por ello su palabra (la de Dios) incluye miles de promesas que solo tenemos que conocer y reclamar, pero que a su vez tienen siempre una condición que es la que nos lleva a la acción, para que al prepararnos para recibir una promesa, primeramente regresemos a esa imagen y semejanza de Dios y seamos activos y dinámicos como Dios lo es y no pasivos como lo solemos ser. Una de las características más interesantes de Dios es que Dios es un Dios territorial, y así como los reinos de la antigüedad que las historia nos cuenta, Dios está a la constante conquista y siempre está buscando expandir sus territorios y busca que seamos nosotros sus hijos quienes nos encarguemos de eso, de ir a todo lugar establecer su Reino, reclamar todo lugar para su gloria y hacer que las cosas funcionen en la tierra, como funcionan en aquel lugar donde Dios habita y esto requiere de mucha fe, como de muchas acciones, no es solo un acto de apretar nuestros ojos y alguna otra parte de nuestro cuerpo para "creer". 

Por tanto nuestra fe debe de incluir el acto físico de ir y pisar aquel lugar que queremos conquistar para Dios y también incluye que conozcamos lo que Dios ha dicho de los lugares en los que habita para que sepamos que esperar que suceda ahí una vez que hayamos conquistado ese lugar para Dios. Dios es un conquistador y espera que nosotros lo seamos también, Dios espera que gobernemos la tierra para Él, para que un día se la podamos entregar, por tanto Dios espera que conquistemos la tierra con el conocimiento de su Reino, para que seamos capaces de distinguir sus obras en todo tiempo y portadores de su gloria por ende. 

Este año en el que Dios nos pide que gobernemos y pone en nuestras manos su poder, su autoridad y su gracia, tenemos que empezar por reclamar nuestras casas, nuestros lugares de trabajo y todo lugar que Él nos indique y propiciar en ellos el ambiente necesario para que la voluntad de Dios sea hecha siempre y podamos vivir en ese Reino que Dios nos promete aquí en la tierra y no tener que esperar a morirnos para averiguar como es que era la cosa.

TODO OBRA PARA BIEN

Lo que más tortura al corazón de una persona, cancelando el potencial y el propósito de Dios en su vida, es pasar toda una vida tratando de entender y darle significado a las cosas que le han sucedido. Tienes que dejar que sea Dios el que haga la definición correcta de las cosas que te han pasado.
Pablo decía, en Romanos 8:28: Sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. La pregunta en el día de hoy es si tú lo sabes. No se trata de que te lo hayan dicho, ni que lo hayas leído solamente. Pablo decía: Sabemos; en otras palabras: Estoy convencido; ya lo sé. Había algo dentro de él que le decía que todo iba a salir bien. Dios lo hizo con Abraham, con José, con Moisés, con David, con Pedro, con Jesús, y esto nos da referencia que no importa lo que el mundo haga, ni que piense que estás en las últimas, porque es ahí donde está tu mayor victoria.
Cuando el mundo pensaba que había enterrado a Cristo, lo que hicieron fue que lo sembraron para que se multiplicara al tercer día. Jesucristo es el mayor ejemplo de que, por encima de toda circunstancia adversa, todo, todo, todo va salir bien. No importa cuán difícil lo veas, Dios se va a glorificar.
Hay quienes se pasan pensando si tal situación proviene de Dios o no. No se trata de quién lo trajo, se trata de que Dios va a utilizarlo para su gloria. Muchos preguntan por qué están en una situación tan difícil. Quizás no sepamos el por qué estás en esa situación, no sabemos por qué la gente te hizo lo que te hizo, pero sí sabemos que todo va a obrar para bien. Ahí es que debe estar puesta tu confianza. Deja de buscar explicación para lo inexplicable.
Muchos van a cuestionar cómo es que sigues sirviendo a Dios, si aún sigues en esa situación. Y tu respuesta debe ser que tú sabes que todo va salir bien. Que si lo tienes a él, tu final será diferente, tu final será de victoria. La traición que te hicieron, el despido del empleo, la quiebra, el error que cometiste, el abandono de tus padres, el fracaso que tuviste, todo, todo, todo va a obrar para bien. Aun los peores capítulos de tu vida, Dios los va a utilizar para tu mejor historia.
Pablo decía: Sabemos que todas las cosas… En medio de todas las cosas hay alguien que está obrando a favor tuyo. La biblia dice que no duerme el que guarda a Israel. Aunque no veas nada, confía; Dios está obrando. Él no descansa, hasta ver que todas las cosas obren para tu bien. Ese es el Dios al que le servimos.
Para alcanzar el propósito de Dios para tu vida, tienes que tener la certeza de que, en medio de todo lo que ocurre en tu vida, él está obrando a tu favor. Si verdaderamente sabes esto que Pablo sabía, no hay razón para vivir en ansiedad, ni con preocupaciones, ni peleando con personas innecesarias, ni hay razón de cuestionar el por qué de las cosas.
Muchos piensan que lo que nos quiere decir la palabra en Romanos 8:28 es que debemos aceptar los problemas, o que estas plabaras son base o licencia para cuestionar a Dios con cinismo, para vivir irresponsablemente, o vivir conformándose. Pero Romanos 8:28 es para aquellos que aman a Dios, que saben que están bajo la providencia del Dios Todopoderoso, que saben que todo va a obrar para bien porque él les tiene guardados en sus manos y todo, todo, todo va a obrar para bien.

ENTENDAMOS LA PALABRA

En Romanos 8:28, dice que, a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien; esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Nunca podrás entrar en el llamado de Dios para tu vida, sino hasta que estés claro, consciente de que no importa las circunstancias que lleguen, todo va a obrar para bien.
Hasta que no tengas la confianza de que todo va a obrar para bien, no trates de hacer nada en tu vida; ministerios, matrimonio, negocio, etc.  Tienes que tener la seguridad de que no importa la dificultad que encuentres en el camino, puedes estar tranquilo, porque todo va a obrar para bien.
Seguramente, has tenido la experiencia de que algo parece bueno, y lo has aceptado como bendición, pero luego resulta ser la peor pesadilla.  De la misma manera, todos hemos tenido la experiencia de que, cosas que no parecían tan buenas, de repente se ponen muy bien.  Por un momento, reusaste aceptar esas cosas, pero era lo que Dios quería para ti.
El problema es que el ser humano se deja llevar por lo que percibe; pero los cristianos no debemos dejarnos llevar por lo que percibimos naturalmente, sino por nuestra fe en el Señor; por lo que creemos: Que todo va a obrar para bien.
No hemos sido llamados para aceptar los problemas como nuestro final.  No fuimos llamados para anestesiarnos y que no experimentemos lo que Dios tiene para nosotros.  No fuimos llamados para ser irresponsables.  Fuimos llamados para vivir con fe y con expectativas de que, de una forma u otra, todo será para gloria y honra de nuestro Dios; expectativas de que, cuando termine la carrera, podamos decir: Dios usó todo en mi vida para darme victoria y él llevarse la gloria.
El problema está en que, sin darnos cuenta, queremos tomar la posición de Dios.  Vemos a José, que pasó por momentos difíciles, pero cumplió todo el propósito de Dios.  En Génesis 50, cuando muere Jacob, padre de José, sus hermanos tuvieron temor de que él tomara venganza, pero este estaba tan claro de que Dios había hecho que sus circunstancias le ayudaran a bien, que les contesta: ¿Acaso estoy yo en el lugar de Dios?  Ustedes pensaron mal de mí, pero Dios lo encaminó a bien, para preservar a mucho pueblo.
Cuando el hombre no toma la actitud correcta ante las circunstancias adversas de la vida, trata de controlar todas las cosas, trata de tomar la posición de Dios, trata de controlar el destino de los que le rodean, trata de manipular la situación.
En Romanos 8:28, no dice que todo lo que pasa lo trajo Dios a tu vida y que por esto lo aceptes.  Dios no es la causa de todas las cosas que pasan.  El no causó que tomaras malas decisiones y entraras en ciertos problemas.  Él no causó que envidia entrara a cierta gente y te hiciera daño.  Es un error decir que Dios tiene el control de todo; pero todo lo que pasa, él lo está mirando, y está esperando que alguien se pare y diga: Señor, yo sé que tú puedes ayudarme a cambiar todas las cosas a mi favor.
La palabra de Dios es clara, y dice que todo obra para bien para aquellos que están en Cristo Jesús.  No importa lo que esté sucediendo o haya sucedido, el llamado de Dios para tu vida es seguro, si crees en la providencia del Dios Todopoderoso.
¿Ha sido lo suficientemente clara la palabra de Dios en tu vida, como para que tengas la misma certeza que José tenía, de que Dios lo había encaminado todo a bien?

QUE DICE MI BOCA?

Proverbios 18:21 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 

La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos. 

En muchas ocasiones pedimos cosas a Dios y en realidad vemos imposible el que cumpla nuestra petición por tal decidimos darle una "ayudadita" a Dios e incluimos en nuestra oración las instrucciones de cómo es que Dios debe de proceder para cumplir eso que pedimos, le ha sucedido? Esto no es algo anormal, es algo que sucede de manera continua y lamentablemente no es otra cosa que una pérdida de tiempo, ya que no es esa la manera que Dios procede, Dios no cumple caprichos y mucho menos sigue instrucciones, Él es el todopoderoso, el que todo lo sabe y quien sabe mejor que nosotros lo que necesitamos. 

Lo que nos lleva a un segundo plano, cuando no recibimos lo que pedimos, a pesar de las instrucciones específicas que le dimos a Dios, nos conformamos con la idea de pensar que Dios nos da las cosas que necesitamos y no las cosas que queremos, y tendemos a pensar que Dios tiene algo en fila para nosotros, pero pocas veces nos preocupamos por aquello que pensamos que Dios sabe que necesitamos, y poco nos cuestionamos el hecho de por qué Dios no habría de decírnoslo, lo ha pensado? Por qué Dios habría de tener planes ocultos para nosotros?, por qué Dios sabe lo que necesitamos y nosotros no?, por qué seguimos pidiendo equivocadamente a un Dios que parece cada vez más ajeno y mas lejano?, que es eso que necesito que no sé? 

Si lo pensamos detenidamente, esto que vivimos a diario no esta descrito en la Biblia, por el contrario, continuamente Dios habla con los hombres y mujeres de la Biblia y les revela el futuro para que puedan actuar adecuadamente, nunca se ha puesto a pensar que en ningún pasaje esta mencionado que Abraham pidiera a Dios un hijo?, es más, creo que los hombres y mujeres de la Biblia no pedían, y sabe por qué?, sencillo, ellos escuchaban la voz de Dios, conocían la voluntad de Dios y sabían que así como Dios lo declara, antes de que abramos nuestra boca, Él ya sabe lo que diremos, por tanto, invertían más tiempo en orar (escuchar la voz de Dios) que en pedir. Ahora bien, el detalle importante es saber que hacer con aquello que Dios nos hable, eso si viene reflejado en la Biblia, pero solemos ignorarlo, cada vez que Dios revelaba algo a los hombres y mujeres de la Biblia, lo siguiente es que estos tenían que hablarlo ellos también, tenían que usar la autoridad que Dios les Dios para posteriormente declarar las cosas que habrían de suceder. 

 Y esto es muy fácil de entender, si recordamos que fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios, tenemos que entender que las cosas que Dios hará por medio de nosotros, las hará de la misma manera que las hace Él, y Él todo lo hizo, todo lo hace y lo seguirá haciendo por medio de su palabra a la cual Él es fiel. Por tanto, debemos de cuidar nuestra boca, pues es el instrumento que Dios quiere usar en nosotros y la verdadera fuente del poder de Dios, es ahora donde hacen sentido todas las citas de la Biblia que hablan acerca de la boca, como aquella que dice que de una misma fuente no puede salir maldición y bendición, o bien que cuidemos nuestro corazón, ya que de lo que abunda en el, es de lo que hablará nuestra boca. Podemos entender ahora cuantas oraciones no han obtenido respuesta, por no entenderlas de la manera adecuada y por no utilizar los medios y los canales adecuados, todo lo que Dios espera que hagamos es que funcionemos como Él funciona y que hagamos las cosas como Él las hace, así de sencillo. 

Por tanto, debemos de hacer un alto en nuestro caminar y reflexionar acerca de lo que sale de nuestra boca, y también de como esperamos interactuar con Dios, ya que si mantenemos nuestra boca en limpieza y santidad y además de esto nos preocupamos por escuchar la voz de Dios antes de hablar o declarar algo, estaremos siempre al 100% seguros de que todo lo que hablemos será hecho, tal y como sucede cuando Dios habla, y seremos un reflejo de Él en esta tierra y tendremos sus beneficios y su estilo de vida, gobernemos con nuestras palabras e imitemos a Dios para que pueda venir pronto!

LO QUE NO ES

En 1ra. Corintios 1:26-29, dice: Mira tu vocación, no tienes mucha sabiduría, no eres muy poderoso, ni tienes influencia política, sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios de este mundo. Y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.
Ante el llamado de Dios, siempre lo primero que viene a la mente es “¿Cómo lo voy a hacer?” y “Yo no puedo”.  Pero dice la biblia que Dios precisamente nos escoge con todas nuestras debilidades para que nadie se jacte.
En estos versos, hay una frase que se repite tres veces: Escogió Dios.  Tu poder viene de que alguien te escogió.   Tu seguridad no viene de quién tú eres, ni de tus habilidades, sino de quién te escogió.  No se trata de ti; se trata de Él.  Él te escogió y te llamó, por encima de otras personas.   Aunque haya personas más preparadas, él te escogió a ti.
La escritura continúa diciendo: Pero por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención, para que, como está escrito: «El que se gloría, gloríese en el Señor.»  No se trata de tu habilidad ni de tus talentos.  Dios te llama por tus debilidades, porque se trata de él en tu vida.
Por encima de lo que el mundo opine de ti, él te escogió a ti.  Él sabe tu pasado, de dónde vienes y todos los problemas y, con todo eso, te escogió para que la gloria sea toda de Él.  No se trata de ti, sino que se trata de que, en medio de tus debilidades, su poder se perfecciona en ti.  Se trata de que, en medio de tu debilidad, cuando dices no puedo más, él dice,ahora es porque no es con espada ni con ejército, sino con su Santo Espíritu.
Para que entres en el llamado de Dios para tu vida, es necesario entender que no se trata de tu potencial sino que se trata de lo que él va a hacer contigo y a través de ti.  Se trata de que, en medio de tus debilidades, el poder de Dios se perfecciona.  En medio de tu necedad, Dios va a mostrarse para avergonzar a los sabios de este mundo.
Deja la frustración ante el llamado de Dios para tu vida.  Hasta hoy.  Alcanza lo que Dios ha dicho, por encima de tu poco talento porque, al fin y al cabo, él se va a llevar la gloria.  Cuando los que te rodean vean, tendrán que decir: Solamente Dios puede hacer algo así.  No se trata de que te sientas bien contigo mismo, se trata de que entiendas lo que Cristo hizo por ti en la cruz del Calvario, cuando nadie daba un centavo por ti.
Muchos tendrán que reconocer lo que Dios ha hecho en tu vida.  No sigas más frustrado.  No pretendas que el mundo lo entienda.  No se trata de ti; se trata de que él.  En medio de tus debilidades, él se va a llevar toda la gloria.  Dios va a orquestar todo, de tal manera que tendrán que reconocer que ha sido él quien lo ha hecho.

BAJO AUTORIDAD

Lucas 7:8 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 

Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.


Es interesante ver como cada persona hace sus propios mitos acerca de lo que es Dios y sin darse cuenta se pierden de la mejor parte de Dios, ya que prefieren vivir apegados a su propia fantasía que a la verdad. Hay personas que tienen miedo a conocer a Dios porque pareciera ser un "cambio de religión", siendo que no entienden de lo que trata, religión, viene del vocablo latín "religare", que significa reconciliarse con Dios, por tanto si su religión no le funciona y no está usted constantemente recibiendo los beneficios del Reino de los Cielos y escuchando la voz de Dios todo el tiempo, le urge un cambio de religión, es decir, tiene que encontrar otra manera de reconciliarse con Dios, pues la que tiene, no le funciona, pero el cambiar de religión, no tiene que ver con el ir a otra iglesia, la iglesia y la religión no tienen nada que ver la una con la otra. 

Existe otro grupo de personas que tienen miedo a aprender cosas nuevas acerca de Dios por miedo a traicionar a su familia y aquello que les "inculcaron", como si la tradición familiar pudiera salvarles y darles vida eterna o pudiera perdonar los pecados que solo Jesús a su único y particular modo puede hacer, que dista mucho de lo que a esas personas les "inculcaron". Esto me lleva a pensar a esa famosa frase de "te prefiero en la cárcel o en las drogas a que seas cristiano", y no termino de entender que es eso tan malo que tiene el acercarse a Dios que las familias tradicionales tanto repelen. Y por favor no piense que estoy hablando de hacerse cristiano, ni defendiendo a los cristianos, lo que le quiero compartir va mucho, pero mucho mas allá de eso, recuerde que estamos hablando acerca de gobernar para Dios en esta serie, sea paciente y vamos a llegar al punto en un momento. La cita de hoy habla de un Centurión Romano, traducido a términos actuales, algo así como un General del Ejercito, el cual estaba muy angustiado por su siervo judío que estaba muy enfermo y decidió acudir a Jesús para que le sanara, pero había un pequeño detalle, no llevó al siervo consigo, por tanto Jesús asumió que el Centurión pretendía que Jesús fuera con el para sanarle, pero la respuesta del Centurión es aquello de lo que le quiero hablar. Piense en esto, los Romanos no creían en Dios, ellos tenían entre otros dioses a Nimrod (dios del sol y originalmente nieto de Noe), y el Centurión no tuvo mas que escuchar a su siervo y ver las obras de ese Dios vivo (Yahvé) en el para poder creer no solo que era un Dios vivo, sino para empezar a hacer aquello que estaba escrito en su palabra y por tanto también creyó en Jesús quien habitaba la tierra en ese tiempo. El detalle no es creer en Dios, sino creerle a Dios, aún los budistas, los musulmanes y muchos otros creen en Dios, mas eso no los pone en bajo sus efectos, el beneficio se recibe cuando se le cree al Dios que todo lo puede. 

El Centurión no tuvo que cambiar de religión (probablemente le hubiera costado la vida si lo hacía), pero tuvo el interés de buscar a Dios por medio de su palabra y creerle a la palabra de Dios para que esta tuviera efecto en el, de modo que aprendió que Dios no nos hace independientes y él mas que nadie supo que NADIE puede tener una relación con Dios "a su manera", ya que Dios nos dio un modo y un orden para tener una relación con Él, para que los beneficios de ese modo y ese orden se manifestaran en su vida. Y fue cuando eso le quedó claro, que se dio cuenta que Jesús no necesitaba ir físicamente a sanar al siervo, sino solo tenía que hablar sanidad y esta iba a suceder, ya que tanto el Centurión como el siervo se entendían bajo la autoridad de Dios y esta tendría su efecto en ellos por ende. Hay muchas personas que oran, rezan o piden cosas que por lo general no saben si las recibirán, y sabe por qué es esto?, sencillo, porque oran, rezan y piden sin saberse bajo la autoridad de Dios, ya que piden cosas que les interesan a ellos, pero que por lo general no glorifican a Dios, no se dan cuenta que lo que piden por lo general ya está contenido en alguna promesa de la Biblia, la cual tiene una condición y que Dios estará más que gustoso en cumplir en cuanto nos entendamos bajo su autoridad. Por tanto el secreto no está en cambiar de religión como muchos lo entienden, sino en cambiar de religión como lo entiende Dios, en reconciliarnos con Él, ya que nuestro pecado nos enemista con Él y solo su palabra nos asegurará el no caer de nuevo constantemente como hacemos hoy. 

La Biblia nos promete poder, el cual estará contenido en nuestras bocas, seremos capaces de declarar y decretar cosas todo el tiempo, milagros, sanidades, finanzas, y qué se yo, pero siempre y cuando tengamos a Dios quien nos respalde agradándose de nosotros por vivir como Él lo dicta, tal como hizo el Centurión, quien entendió que la autoridad que salía de el, no tenía poder si no estaba el bajo la autoridad de Dios de quien sale el verdadero poder de la eternidad.

VIVE BAJO EL PODER DE DIOS

La razón por la cual mucha gente queda paralizada en la casa de Dios, y no completa el llamado de Dios en su vida, es que, ante un gran llamado, experimentan frustración porque lo que se hace más presente en su vida no es su potencial, sino sus debilidades.  Muchos dicen: Yo podría hacer tantas cosas, pero no han hecho nada.  Y es que los cristianos no debemos vivir bajo el potencial, sino bajo el llamado que Dios nos ha dado.
Vivir bajo el potencial es explotar tus habilidades naturales, espirituales y emocionales para alcanzar lo que crees que puedes alcanzar.  Vivir bajo el llamado de Dios hace que uses tus debilidades para su gloria.
La persona que se enfoca en potencial, se enfoca en lo que puede hacer para sentirse bien.  Y comienza a hacer un inventario de habilidades y debilidades en su vida, un inventario de lo que puede hacer y lo que no.  Pero lo grande es que Dios no nos llama basado en nuestro potencial.
Está bien que sepas cuáles son tus habilidades, debilidades y fortalezas.  Debes saber tus fortalezas, porque son las que te van ayudar a vivir el llamado de Dios en tu vida.  Pero no hagas de tus fortalezas tu llamado, porque entonces serían tus  fortalezas las que determinarían el destino de Dios para tu vida, y estas siempre son limitadas.  Estarías viviendo bajo tu potencial, y no bajo el poder de Dios.  Tu vocación, tu llamado, no se cumple por tu potencial, sino por lo que Dios puede hacer contigo, con esas partes que ti mismo que no crees que sirvan para algo.
En la biblia, vemos que siempre que Dios llamó a alguien para hacer algo grande, estas personas siempre presentaron a Dios sus debilidades.  Dios le dice a Abraham: Serás padre de multitudes; y este le contesta: ¿Cómo, si no tengo hijo?  Dios llama a Gedeón: Varón esforzado y valiente.  Y Gedeón le contesta: ¿Cómo yo, siendo el más pequeño de la tribu, de la familia?  María vas a quedar embarazada, y María contesta: ¿Cómo, si no conozco varón?
Hasta que no te atrevas a salir en fe y caminar en autoridad para vivir, no bajo tu potencial, sino bajo tu llamado, no alcanzarás el destino que Dios tiene para ti.  Hasta hoy, has vivido lo que has podido hacer, pero no has alcanzado todo lo que Dios puede hacer contigo, y no es lo mismo.  El gran reto es hacer lo que Dios ha dicho que hagas, aunque en tu mente creas que no puedes hacerlo.
Dios llama a Moisés y la primera pregunta que Moisés le dice es: ¿Quién soy yo?  Moisés quería que Dios lo definiera.  Dios le contesta: Ve; Yo estaré contigo.  Dios no le dijo a Moisés quién era.  Este ha sido el problema del hombre; que siempre quiere saber quién es.  Para cumplir el llamado de Dios, no es importante saber quién tú eres, sino saber que Dios va contigo.  Luego, Moisés le dice: Señor, no me van a creer, porque no tengo marca de que me has hablado.  Dios le contesta: ¿Qué tienes en tu mano?
La marca está en tus manos.
Lo que hay en tu mano, que también está en las manos de otra gente, no funciona con los demás como va a funcionar en tu mano.  La marca de que Dios está contigo y de que se te apareció son los resultados que Dios va a dar a través de tus manos.  Tienes que creerle a Dios que, con lo que hay en tu mano, él va a mostrarle al mundo que él te llamó y te escogió.
Continúa Moisés diciéndole a Dios: Es que no sé hablar.  Vemos cómo se magnificó la debilidad de Moisés.  Cada vez que Dios te llama, la presión está en tus debilidades.  Dios no te llama por tus habilidades, por tu potencial, ni por tus talentos.  Tienes que entender que Dios sabe quién tú eres, lo que puedes o no puedes hacer.  Y, por encima de lo que no puedes hacer, él te escogió.
Es importante entender que no se trata de tu potencial, sino el saber que Dios irá contigo.

LAS CIRCUNSTANCIAS NO TE DEFINEN

En 2da. Corintios 4:7-18, Pablo nos aclara que los cristianos no estamos exentos de dificultades; pero, si creas la conciencia correcta en tu interior, de todas las situaciones, Dios te va a librar con éxito y alcanzarás el llamado de Dios en para tu vida.
Pablo dice que, para ser tenaz y no desmayar, no puedes permitir que las circunstancias definan tu condición.  Él decía: Estoy derribado, pero no destruido.  En otras palabras: Las circunstancias no definen quién yo soy, cómo yo estoy o dónde yo estoy.  Las circunstancias no definen tu vida, tu carácter, tu posición.  El hecho de que no tengas trabajo no quiere decir que eres pobre y no vas a tener éxito.  La definición de tu vida la determinas tú.
No se trata de que seamos irrealistas, sino de que veamos las cosas a través de la palabra de Dios.  Puede que estés derribado, pero no estás destruido.  Hay personas que dicen: Desde que pasó tal problema, ya no soy la misma persona.  Estas personas se convierten en víctimas de los problemas.  Basta ya.  Como Pablo, derribado, pero no destruido.  Para tener tenacidad, no puedes permitir que un problema defina tu condición.
Pablo minimiza el problema y maximiza la recompensa, cuando nos dice: Esta leve y momentánea tribulación, trae un eterno peso de gloria.  La persona que desmaya es aquella que ve un grande problema y poca recompensa.  El problema es que muchos maximizan el problema diciendo: Esto no es fácil, esto es muy duro, esto es muy fuerte y demasiado grande.  Los cristianos no vivimos por una recompensa presente, sino por una recompensa eterna.  Nuestra manera de saber que estamos ganando no es por un estado temporero, sino por el impacto que podemos lograr, que va más allá que un tiempo aquí en la tierra.  Eres tú quien determinas cómo ver las cosas.  Se trata de que digas: Saldré de este problema, porque Dios me dará la victoria.
Pablo realizó, a través de su vida, que los problemas y las crisis lo impulsaban y lo promovían al nuevo destino.  Te vas a dar cuenta que, cuando no hay problemas o resistencia en tu vida, es porque te estás quedando en el mismo sitio.  En todo lugar hay problemas normales de la vida, pero, pero son aquellos que se convierten en crisis los que te mueven a un nuevo nivel.  Son aquellos que han sido difíciles, pero cuando sales de ellos recibes promoción, aumento, te llevan a otro nivel.
Pablo nunca habla en singular en estos versos, sino en plural.  Dice: No desmayamos; estamos derribados, pero no estamos destruidos.  Si hay algo que da tenacidad al hombre, es conectarse y tener conexiones divinas.  El problema está en aquellos que se aíslan.  En las conexiones divinas, hay fortaleza.  Por esto nos congregamos y vamos a la iglesia.  Es ahí que escuchamos la palabra de Dios y, en medio de las dificultades, en vez de huir, nos conectamos con aquellos que dicen: Lo vamos a alcanzar; Dios tiene cosas más grandes; Dios nos va a dar la victoria.
Dios te da la tenacidad para completar su propósito en tu vida.  Párate firme, sigue hacia adelante.  Tus ojos no se cerrarán hasta que veas lo que Dios te ha prometido.

PELEA DEL LADO DE DIOS

Apocalipsis 17:14 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 

Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.

En cuantas ocasiones hemos escuchado a tantas personas asegurar que según Dios es el año de esto o de lo otro y siempre nos animamos al escuchar a todas estas personas hablar con tanto entusiasmo, más no nos queda del todo claro, o más bien en lo absoluto claro como es eso de tener un año de gobierno, de Reino o de lo que sea en el Señor y justo de eso le quiero platicar en los próximos días y a partir de hoy. 

Muchas personas viven bajo el moto de "déjaselo a Dios en sus manos", el detalle es que el desentenderse de las cosas y el dejárselo a Dios en sus manos son 2 cosas muy distintas, pues el mayor de los problemas que enfrentamos en este tipo de asuntos es que nos entendemos diferentes a Dios y también nos queremos entender ajenos a los asuntos, por tanto en muy pocas ocasiones funciona cuando tratamos de dejarle nuestras responsabilidades a Él, alegando mostrar confianza en un Dios a quien no conocemos. Todo es cuestión de identidad, si no nos entendemos tal como fuimos creados, difícilmente llegaremos a donde Dios tiene planeado y a donde nosotros esperamos que podamos llegar, y como es eso?, sencillo, siempre debemos de partir de aquello que Dios dijo antes de crearnos "hagamos al hombre a nuestra imagen y que refleje nuestra naturaleza" (Génesis 1:26), por tanto siempre tenemos que entender que somos semejantes a Dios y es nuestro papel reflejar su naturaleza, y es de esa naturaleza que reflejamos de la cual se tratan los escritos de los siguientes días. 

Hay muchas personas que van por la vida anhelando cosas y cuando no las reciben o las cosas no salen como las planearon, simplemente le echan la culpa a Dios y suelen decir "Dios por algo hace las cosas" y se atreven a poner su destino en las manos de un Dios místico y lujubre que tiene motivos ocultos que suponen que son "mejores" pero que rara vez llegan a entender y a descubrir, pero es una manera altamente "espiritual" de disfrazar su mediocridad y su falta de conocimiento de Dios. Qué motivos tendría Dios de hacernos con capacidades semejantes a las de Él para luego ocultarnos sus modos y sus intenciones, todo parecería que pretendiéramos que Dios se hiciera semejante a nosotros y no nosotros semejantes a Él, no lo cree? Dios es un Dios soberano, es un Dios siempre fiel, la Biblia lo describe como "victorioso" y habla incluso de que ha vencido la muerte y nosotros nos empeñamos en atribuirle a Él nuestros fracasos, no le parece que no hace sentido? La cita de hoy nos habla de que nuestras batallas no las peleamos nosotros, sino que las pelea Dios, pero también debemos de entender que sus representantes en la tierra somos nosotros, por tanto, en muchas de las ocasiones, seremos nosotros por medio de nuestra fe, la cual activa su poder (el de Dios) quienes seremos los actores de sus victorias y las veremos de cerca y entenderemos sus modos y sus motivos para entender no que nos favorece, sino su señorío y su majestad, sin olvidar el efecto mas destacado de su poder, su eternidad, es Él el autor de lo eterno y lo que nunca deja de ser, por tanto sus victorias son siempre absolutas. 

De tal modo que es nuestro trabajo el entendernos semejantes a Dios y con la capacidad de desatar su poder para poder entender que cada cosa que emprendamos tendrá siempre éxito y que ese será nuestro distintivo, ser victoriosos y exitosos como Él lo es y no que parezcamos individuos que mendigan su misericordia y que suponen su intervención y su mejor voluntad dependiendo de lo que les vaya sucediendo.

EL CARTEL DE CRISTO

Saltillo, Coahuila. Esa tarde en que había ido a testificar a un centro de rehabilitación para adictos de Sinaloa, uno de los 40 internos que estaban allí, todos malandros, gente de la peor ralea, puro loco, se levantó y le dijo:
"¡ Ey!, tú no eres de acá…", "no, yo soy del norte, de Saltillo, Coahuila", respondió el ministro, "¡ey!, ¡tú eres de los zetas!", lo encaró el hombre, "no, pérame, yo soy de un cártel mejor", contestó Pacheco, "¿cuál?, ¿cuál?", lo interrogó el tipo bufando y el pastor replicó, sin miedo y con su sonrisa fácil, "soy del cártel de Cristo, y pertenezco al rey de reyes, al que hizo el universo".
En la sala flotó un silencio de tumba y los adictos escucharon sorprendidos el testimonio de aquel predicador.

Semanas después Pacheco regresó a Sinaloa, con 20 de sus hombres, para llevar la Palabra de Dios en las calles y los barrios bajos de allá.
Su campaña duró 25 días, pero no estuvo solo, un comando de narcos, con camionetas, cuernos de chivo y escopetas a la vista, lo vigiló desde lejos todo el tiempo.


No lo tocaron, lo respetaron. Carlos Alberto Pacheco Coronado, el director de la Casa de Rescate "Cristo Vive" de México, no tuvo miedo.
"Noooo, lo que pasa es que Jesús me llamó a hacer este trabajo. He vivido con los peores hombres de todo Coahuila, Muevo León, Tamaulipas y sus alrededores", declara. Su risa es siempre como un reto, como un desafío… que desarma.
Sólo así se puede explicar que en esta casa, en forma de triángulo, plantada sobre la calle de Salazar, en las entrañas de la colonia Landín de Saltillo, un ex - sicario del Cártel del Golfo pueda dormir al lado de otro ex – malandro del cártel de los zetas, y sentarse a comer con un ex militar adicto y un pastor cristiano.
"Tenemos a muchachos que eran de los diferentes cárteles delictivos, hoy los miras en la calle con una hielerita de burritos, hablando de Jesús, uno del Golfo, con uno de los zetas, hablando de Jesús, un militar, con uno de la Línea, de la Familia Michoacana, hablando de Jesús, transformados, perdonados, limpios por el poder de Jesucristo.
"La gente dice, ¿por qué está usando a estos muchachos, para qué los tiene en su casa?, nomás los está manipulado, les está controlando la mente ¿Qué hace con el dinero de los burritos?, de seguro ese pastor Carlos Pacheco ha de vivir en una residencia de una colonia rica, en Los Pinos, no, aquí vivo con ellos", dice Pacheco.


El Pastor Pacheco volvió a Sinaloa por tercera vez, ya no a predicar en las calles tomadas por camionetas de narcotraficantes con cuernos de chivo y escopetas apuntándole desde las ventanillas, sino para abrir allá una casa de rescate.
"Ahorita tenemos a 20 Chapos, puro loco, ya transformados", se ufana.
Estamos en una salita junto al auditorio, donde los servidores de la casa de rescate, acostumbran recibir a los invitados, cantantes de música cristiana o mensajeros de la palabra, que vienen para compartir sus historias de vida y milagros, con los casi 600 niños, hombres y mujeres, en recuperación que duermen, comen, se bañan, visten, viven aquí.
600 adictos que consumen 17 mil 800 platillos de comida gratis, por semana; cuatro toneladas de frijol, cada 40 días; 350 kilos de tortillas diariamente; cuatro cajas de huevo, cada vez que comen huevo, cinco costales de azúcar por semana, con los que endulzan el café y las aguas; y cinco toneladas de fruta y verdura cada mes.
"La gente se sorprende, se asombra, ¿que no fue el mismo señor Jesús, quien nos puso el ejemplo, que con cinco panes y dos peces, dio de comer a cinco mil personas?, ¿por qué nos debe de asombrar que el mismo Jesús lo haga hoy. Esos milagros nada más los puede hacer el Dios que ama a estas almas perdidas", comenta Pacheco.


El director de la casa de rescate señala ahora un muro forrado de fotografías sepia, que resumen, como en una película, los momentos y los personajes cruciales que han dado origen y vida a esta organización, fundada en 1999.
Este muchacho que ves aquí, dice, era un esquizofrénico, que vivía en las calles drogándose, un vagabundo que llegó a la casa de rescate todo lleno de liendres y piojos, hediendo a muerte.
Ese otro vendía drogas afuera de las fábricas; éste andaba con la pandilla de "Los Nacis" de Lamadrid; éste era distribuidor de drogas en los barrios; éste comía desperdicios en el mercado de abastos y dormía en arroyos; éste se inyectaba cocaína: aquel era el peligroso de su barrio, lo conocían porque era malo, malo…

A éste le decían "El Sapo", en el Valle de las Flores, 67 veces estuvo encerrado en la cárcel Municipal por robo, por amenazas, por pandillero, por vicioso."El último comandante de la policía le dijo 'si te vuelvo a agarrar robando o drogándote, greñudo, te voy a sumir en un tambo de tiner, pa que te mueras, porque ya no sabemos qué hacer contigo'", platica Carlos Pacheco.
A este otro su papá vino y lo aventó a la puerta de la casa, como un costal de papas, "a ver qué saben hacer ustedes por éste, – dijo -, para mí ya está muerto".


El muchacho había estado encerrado en el penal de Saltillo por asaltante y violento, era malo el muchacho.
Éste que está en aquella foto, empezó a fumar mariguana a los 10 años, a los 12 se inyectaba cocaína, estaba en la secundaria y ya era adicto a la cocaína Sus familiares y amigos, que eran adictos a la heroína intravenosa, lo empezaron a inducir.

Llegó a la casa de rescate a los 17 años, con los brazos lacerados por tanta jeringa.

Ese otro era un "Mara Salvatrucha" que se dedicaba a traficar droga con su esposa.

Hoy, dice Carlos Pacheco, todos estos hombres son los líderes de las más de 16 casas de rescate para adictos a las drogas y al alcohol, "Cristo Vive", que se han abierto en distintos municipios y ciudades de la República Mexicana y Centroamérica.

En Guadalajara, en Zacatecas, en Sinaloa, en Chihuahua, en Toluca, en Cuautitlán Izcalli, en Morelos, en Escobedo, Nuevo León, en Parras de la Fuente, en Arteaga, en Ramos Arizpe, en Acuña, en Matamoros (Coahuila), en Lerdo, en Monclova, en Guanajuato y una en San Salvador.
"Eran hombres malos, pero el gran amor de Dios los transformó, cambió sus corazones", dice Pacheco.


Desde entonces, dice este ministro de 47 años, "adicto transformado", y ex – cabecilla de la clica "Los Guajucos" del Ojo de Agua, la noticia de que en Saltillo, una pequeña ciudad del norte de México, miles y miles de adictas y de adictos, criminales y secuestradores, están cambiando, ha traspasado fronteras.
"Aquellos hombres que eran malos, que eran pandilleros, criminales, sicarios, secuestradores, vendedores de droga, Jesucristo lo ha transformado y hoy son hombres de bien".
El pastor muestra ahora otra fotografía sepia en la que se le ve comiendo a la mesa con sus hombres, los primeros ocho adictos que llegaron a la casa de rescate, situada, por aquellos años, en un departamento de la calle Albania 872, en la colonia Oceanía, un barrio de clase media.
La placa le hace recordar aquel pasaje bíblico del día en que los fariseos se le acercaron a Jesús para preguntarle por qué era que comía con borrachos, prostitutas, ladrones y malvivientes.
"Jesús dijo 'porque los sanos no necesitan médico, sino los enfermos', y yo fui uno de los enfermos que necesitó la sanidad de Jesús". Él, dice, que volvió del precipicio.
Él que había crecido en el barrio del Ojo de Agua, uno de los guetos más pobres y violentos del Saltillo de los años ochentas, bajo la influencia del alcohol y las drogas.


Pacheco se había habituado al ambiente pachanguero de su barrio en el despachaban cuatro cantinas y tres expendios de cerveza, más o menos en un tramo de dos cuadras.
"Aunque mi papá fue un hombre muy trabajador, aunque tenía mucha responsabilidad y obligación en mi casa, vivíamos en dos piezas de habitación, había muchas carencias, muchas necesidades y el hábito de la bebida de mi papá hacía que la mayor parte de su ingreso lo terminara de esa forma. Eso hizo difícil nuestra niñez, la mía y la de mis cuatro hermanos.
"Porque después del alcohol vienen los gritos, los insultos, las humillaciones, los golpes, el avergonzar a los hijos, el avergonzar a la esposa y eso causa en los muchachos estrés, resentimiento, ira, ofensa, deseos de venganza, coraje en el corazón, ymi hogar no fue la excepción".
La imagen de los chavos banda que bajaban a trabajar de boleros en la Plaza Félix U. Gómez, con los labios manchados de negro, por tanto drogarse con tinta fuerte, se le había quedado pegada en la memoria.
Se llamaban Los Guajucos y eran tantos, como 300, y tan violentos, que hacía falta la fuerza militar para controlarlos.
Pacheco que había padecido desde su niñez la falta de afecto y el alcoholismo de su padre obrero del Grupo Industrial Saltillo, encontró pronto una familia en las filas de Los Guajucos.
A los 13 años Pacheco se volvió el cabecilla de una banda de adolescentes en la Secundaria 1, especialista en golpear y atracar el lonche y el dinero del recreo a los demás estudiantes.


A la salida de la escuela era darse de golpes contra las bandas rivales de otras secundarias, en los terrenos de la estación del tren, hasta que uno de los dos grupos se rendía. En la punta iba siempre Carlos.
"Era muy aventado, estaba flaco, flaco, pero era muy aventado y me lanzaban adelante. Yo tenía la idea de que para ser un verdadero hombre, tenía que darme a los golpes, tomar mucho tequila para tener fuerzas y andar de noviero en todos lados", narra.
Hasta entonces Pacheco se había tomado solamente unos cuantos tragos de cerveza y dado apenas unas pitadas a los cigarros que sus amigos de la banda le ofrecían, "pa que te hagas hombre", en los guateques organizados en casa particulares, con música de acetatos y focos alrededor, forrados de papel celofán de colores, para dar la impresión de una discoteca.
"Ahí teníamos a uno con el switch, apagando y prendiendo los focos, para hacer acá… ambiente. Era una consolota de discos, de esos negros y salía a relucir lo que habíamos visto en el barrio, en la familia: las botellas.
"Yo recuerdo que algunos tíos me invitaban 'a ver muchacho, pa que se haga hombre, tómese un traguito porque los hombres toman cerveza y usté está muy flaco, pa que se embarnezca bien, porque es cebada…'. No pensé que eso me iba a llevar a 15 años de cerveza, de vino¨.


En la preparatoria Pacheco ya es el líder de una pandilla, con credencial del Ateneo Fuente, que se dedica a amenazar, golpear y vender protección a estudiantes, a cambio de dinero o acordeones para los exámenes.
Pacheco y sus amigos se han vuelto los más temidos de toda la escuela "y aguas, ái vienen aquellos, los cholitos, los malillos", dice la gente cada vez que los ve venir.
"Los compañeros de preparatoria nos tenían miedo porque éramos agresivos".
Los guateques, ya no son solamente de tomar buches de cerveza y tragar humo de cigarros, ahora hay botellas de whisky y tequila al por mayor
Pacheco no ha probado las drogas, piensa que no las necesita, pero en cambio su ansia por el alcohol y la nicotina crece cada vez más.
Andando los años Carlos Pacheco es uno de los caudillos principales de la pandilla Los Guajucos. Se ha dejado crecer el pelo y viste pantalones tumbados.
Su método para golpear gente es usar chacos, cadenas, manoplas. Se ha hecho diestro en los chacos de tanto ver en casa a su padre que entrena judo y artes marciales.
Pacheco está convertido en un golpeador a sueldo y se ha hecho de tanta fama en el bajo mundo que la gente viene a buscarlo para preguntarle "¿cuánto me cobras por ir con aquel que me pegó, porque les des dos, tres cachetadas y lo aplaques?".


Al rato Pacheco se va de parranda con sus amigos a Monterey, un día asaltan un Seven para seguir la borrachera, otro cobran cuotas a los vendedores ambulantes de papas, elotes, churros, porque tienen ganas de más vino, de más centros nocturnos.
"Ya me juntaba con hombres que tenían el pensamiento de asaltar negocios, bancos, personas. Estaba obsesionado por un millón de dólares y dispuesto a secuestrar a cualquier persona por un millón de dólares.
"Yo sé que muchos que van a leer esta historia se van a preguntar '¿qué tipo de hombre es éste que está ahí, qué tipo de vida les está impartiendo a los muchachos'", dice el pastor Pacheco.
A estas alturas el futuro ministro y director de la casa de rescate "Cristo Vive" de México, ha sido expulsado del Ateneo Fuente por mala conducta y luego del CBTIS 97, por forzar la ventana de la cooperativa y meterse a robar con sus amigos un par de cafeteras con las que pensaba comprar una botellas de tequila Charanda.
"Después me vino una depresión, ya no me satisfacían las cervezas, los vinos, los amigos, las parrandas, las carnitas asadas, los borreguitos a la griega, el cochinito al ataúd, ya ninguna parranda o fiestecita satisfacía mi corazón".
A pasar de su alcoholismo él quiere volver a la escuela, terminar la preparatoria y graduarse de arquitecto, como ha soñado desde niño.


Se inscribe entonces en el bachillerato abierto, donde conoce una muchacha que se llama Rossy.
Pacheco se ha enamorado de ella y a la vuelta de los días se ponen de novios. La quiere a la buena y, por primera vez, tiene el deseo de cambiar de vida, pero siente que la escuela no se hizo para él o que él no nació para la escuela y al rato está otra vez en la calle.
Ha transcurrido el tiempo, los años se han ido y cosas inesperadas han pasado: Carlos Pacheco es ahora el jefe de mantenimiento de una constructora importante.
Tiene a su mando 56 trabajadores y dos secretarias, maneja una camioneta del año de la empresa, ya no lleva el pelo largo ni viste tumbado, y gana como si fuera un profesionista.
Carlos se ha casado con su novia Rossy, que ahora es licenciada enadministración.
Le ha comprado una casa bonita y muebles, ahora tienen un carro para cada quien y van de vacaciones a Isla del Padre y Acapulco, dos veces por año.
Pero Carlos no ha podido dejar el alcohol ni el cigarro. Su rutina se basa en trabajar y embriagarse con cerveza y brandy casi todas las semanas.


Diario se chupa dos cajetillas de cigarros.
"No era un borracho que estaba tirado en las calles, que andaba vomitando alcohol, trabajaba porque aprendí de mi padre la responsabilidad del trabajo, pero sentía una depresión, me sentía en angustia, vacío, ya no me satisfacía la comodidad".
Pacheco quiere cambiar, pero una bruja de barrio, una de tantas que ha visitado, le ha dicho que no puede ni podrá, porque tiene las venas cruzadas, "no muchacho, tú no cambias, naciste en viernes 13".
"El mal de alma no lo puede quitar el hombre, sólo Jesucristo, el hijo de Dios", dice el pastor.
Se casa y conoce el infierno, hay discusiones y maltratos, su matrimonio está a una gota de desplomarse. Rossy, su esposa, con la que hasta ahora Carlos ha procreado una hija, Déborah, le grita su decepción: "me decepcionaste Carlos, yo esperaba algo mejor de ti, que fueras una persona diferente, un hombre nuevo, no un violento, un borracho".
"Mi hija chiquita me decía 'papi, ¿por qué eres un borracho?, ¿por qué no cambias papá?, ¿por qué no dejas la cerveza papá?', ella quería a su papá".


Carlos es el vecino de la calle Albania, en la colonia Oceanía, que anda borracho, echando maldiciones, echándoles la camioneta encima a las familias de la cuadra, pateando los barandales, amenazando de muerte. El tipo problema del barrio.
Pero está desesperado, tanto que ha llegado a pensar que ya no le queda otra salida que el suicidio, dispararse en la cabeza con una 38, dejarse matar en una riña callejera o despeñarse en un barranco con su camioneta.
Carlos se decide por la última, así Rossy y su hija, podrán cobrar el seguro de vida.
Una mañana en vez de ir a su trabajo toma por una carretera, luego por una beche de terracería, hasta que llega al sitio que ha escogido para lanzarse con su vehículo.
Carlos ha estacionado justo a la orilla de un precipicio, mete el acelerador hasta el fondo sin pensarla mucho y cuando está a unos centímetros del vacío se arrepiente y frena. La camioneta derrapa.


Carlos está llorando, le pide a Dios que lo ayude a salir de la angustia, del alcoholismo que tiene a su familia a una copa de la destrucción.
"Empecé a gritarle a Dios que si él existía me ayudara, que estaba cansado".
Alguien lo invita a una iglesia cristiana, pero él no quiere ir.
Días después los congregantes del templo "Nueva Creación", de Saltillo lo ven postrado en el altar, un predicador norteamericano lo ha ungido con las yemas de sus dedos en el pecho.
"Algo sobrenatural pasó, sentí que algo malo salió de mí y entró una paz y una libertad… Le abrí mi corazón a Jesús y en tres segundos me cambió, en tres segundos. Sentí el espíritu de Dios que entró dentro de mí. Cuando me levanté, porque caí al piso, me sentía limpio, perdonado, libre y empecé a abrazar a todo mundo.
"A la primera persona que abracé fue a mi esposa y le pedí perdón, 'perdóname Rossy, por todo el daño que te causé, por los insultos, por los maltratos, por las ofensas, por las veces que quebré tu corazón con mi mala actitud, mi mal comportamiento. Perdóname por mis borracheras' y mi esposa me abrazó.
"El mensaje de aquel pastor fue 'Jesús les dice a los que están cargados, cansados de la angustia de su vida, de andar en el vicio, de estar sufriendo, de su matrimonio destruido, de tener pensamientos de odio y rencor, vengan a mí y yo los haré descansar'", evoca Pacheco.
La gente podría creerlo o no, que la vida de Carlos Pacheco, un hombre sumido en el vicio del alcohol y al tabaco, dio un vuelco radical.
Pacheco había perdido de repente el deseo de beberse una copa más de vino y de fumarse siquiera un sólo cigarrillo.
Era el año 96, Pacheco había recuperado su familia, a su mujer, a su hija.
Meses más tarde a Pacheco le vino la inspiración, como una forma de agradecer y compartir el milagro, de hacer algo para rescatar a los hombres que se hallaban esclavizadas por el vicio del alcohol y las drogas, pero no sabía qué ni cómo.


Hasta que un día, su suegro, el padre de Rossy, otro cristiano convertido, le trajo a regalar un libro ilustrado en la portada con la imagen de un borracho y abajo un título que decían "Clamor en Barrio".
Era el testimonio de Fredy García, un ex adicto, México – americano que tras su recuperación, "por obra y gracia de Dios¨, fundó una casa de rescate para adictos en San Antonio, Texas.
Al cabo de algún tiempo Carlos Pacheco, que había dejado su trabajo de jefe de mantenimiento en la constructora, su esposa Rossy, la pequeña Déborah y su hijos Sarita y Carlos Israel, que recién habían nacido, se hallaban en Estados Unidos entrenándose para abrir una casa de rescate en Saltillo.
"Los primeros meses yo cuidaba alrededor de 50 ó 60 adictos, entre latinos, centroamericanos, chicanos, norteamericanos, negros, italianos, españoles".
A su regreso en 1999 él y su familia estaban viviendo, en su domicilio de Albania 872, de la colonia Oceanía, con más de 10 adictos que habían recogido de los callejones, tapias y arroyos.
"Imprimí volantes, les puse el teléfono de mi casa y empecé a andar solo en las calles, en el Valle de las Flores, en el Ojo de Agua, en la Minita, en el Tanquecito, en las famosas gradas. Iba a hablarles de Jesús a los adictos, ahí donde se estaban inyectando cocaína, fumando mariguana.
"El primero que empezó a vender burritos fui yo. Mi esposa es muy buena cocinera y me los hacía. La razón y el propósito de los burritos es llevar el mensaje de prevención, de esperanza, de libertad, de sanidad, de salvación de Jesucristo.

"Yo me iba a venderlos con los vecinos 'mire aquí le traigo un burrito', '¿quién es usted?', me decían, 'soy un vecino que vive aquí a tres cuadras y estoy ayudando a personas con esta problemática de las drogas y el alcohol' y muchos con mucho entusiasmo me ayudaban.

"Otros 'no, no, no, ¡lárguense de aquí, bola de locos!, qué están haciendo con esos locos, esos no cambian, un adicto no cambia, tú está igual de loco que ellos, ¿qué fumaste?, a lo mejor te drogaste igual que ellos', no me entendían".
Adictos llegaron de todos lados a la casa de rescate, hasta que por la presión de los vecinos y la falta de espacio, Pacheco, su familia y los muchachos, se mudaron a una vivienda más grande en la colonia Magisterio, que el suegro de Pacheco le había traspasado, a cambio de la casa de Albania,

Al rato en casa de los Pacheco vivían ya más 81 alcohólicos y drogadictos en recuperación, salidos de las calles, rescatados del escuadrón de la muerte.
El poderoso cártel de Cristo iba engrosando sus filas y sentando sus reales en la plaza de Saltillo.

"Llegaban a la casa con la bolsa de resistol, con el tinher, con las marcas de que se habían querido suicidar, con el cuello morado, donde se estuvieron ahorcando. Llegaban heridos y lastimados. Otros con las venas llenas de pus, de bolas, donde se estaban inyectando cocaína con jeringas contaminadas. Yo los bañaba, los ayudaba a que se restauraran, se alimentaran, mi esposa les cocinaba y entre todos hacíamos los quehaceres de la casa. Era un trabajo de todos los días con ellos.

"Unos llegaban a la casa llorado y me decían 'pastor, déjeme quedar, tengo muchos años de drogadicto y los últimos meses viviendo en la calle'. Les decía 'es que no tengo una litera para ti muchacho, tengo el cupo lleno', decían 'áy me duermo en el suelo, estoy acostumbrado a dormir en la central de autobuses, en la estación del tren, en las tapias.. Nomás deme un cartón, una toalla, Ya oí que aquí están cambiando a los adictos, yo soy un adicto y quiero cambiar'.

Carlos Pacheco tiene los ojos aguados y la voz ahogada por el llanto,"Eso me quebraba el corazón porque me acordaba cómo había sufriendo yo. Me acordaba como andaba en la calle, buscando ayuda y nadie me daba, buscando quien me tirara la mano, pero en lugar de la mano me daban una crítica, un insulto, una ofensa".

El problema ahora era alimentar, medicar, vestir a los muchachos.
La venta de los burritos y las donaciones de comida por parte de algunos empresarios y comerciantes del mercado de abastos, apenas alcanzaba.
La tarjeta de crédito de Pacheco estaba sobregirada, su liquidación de la constructora y el dinero que había conseguido vendiendo los muebles de su casa, se habían acabado.



"Pero empezó Dios a abrirnos puertas con personas bondadosas, que venían con tortillas, con pan, con alimentos, con higiénicos.. Y así empezó Dios a soportar la casa, con milagros, como lo está haciendo hoy".
Esta vez las quejas de los vecinos de Magisterio, por la presencia de los adictos en la colonia, motivó que la municipalidad diera la orden desalojar la casa.
"Llegaban los muchachos con las bolsas de resistol y otro con un machete en la mano, pos quién no se iba a asustar, venía al adicto rayando el machete, sacando chispas, pero venía porque quería cambiar".
Luego vino un viacrucis, entre que la casa de rescate "Cristo Vive", encontraba un lugar mejor para mudarse.

Hasta el día en que Pacheco se instaló con sus hombres en un terreno en forma de triángulo, con árboles, pozo de agua y una vieja pileta, que un empresario de la ciudad les había regalado, tal y como se lo había revelado Jesús a Pacheco noches antes.

Ese día hicieron una fiesta, prepararon unos lonches de huevo con tomate, varias jarras de agua de sabor y cantaron alabanzas al Señor en señal de agradecimiento.

"¿Y la camionetas de 'Cristo Vive'?, le pregunto, "son donaciones que nos ha hecho la gente agradecida con Jesús,las autoridades. Nos regalaron una Expedition que confiscaron a alguien malo, me veía en la Expedition, que era de muy buen modelo, y la gente no paraba de hablar 'mira, para eso quiere los burritos'".

Ocho meses después los adictos, con sus talentos y habilidades, hasta entonces perdidos, levantaron la casa de rescate donde en los últimos 15 años han vivido, comido y dormido cerca de 18 mil adictos.

"De entre os adictos empezaron a salir los albañiles, los pintores, los carpinteros y entre todos comenzamos a hacer este sueño del corazón de Dios, no era el sueño mío".

Por eso es que al pastor Pacheco no tiene miedo de ir a testificar a los barrios violentos de Sinaloa, donde se pasean los narcos con escopetas y cuernos de chivo.



"Una señora muy distinguida y muy respetada en la ciudad me dijo 'tienes que estar bien loco pata hacer lo que estás haciendo…', le dije 'tiene razón, mi esposa y yo estamos locos por Cristo y nuestro manicomio está en el cielo'", suelta Pacheco.