DESPIERTA LA PALABRA QUE DIOS HA PUESTO EN TU VIDA

Una de las cosas que nos ocurre cuando recibimos palabra de parte de Dios, es que pensamos y sentimos que la palabra está dormida. Pensamos que nada ocurre, porque la palabra, a veces, no da explicaciones, ni da consuelo. Esto provoca en el interior algo que no entendemos. Vemos lo que no esperamos, y no se cumple la palabra. Pero, cada vez que Dios dice algo y declara algo desde los cielos sobre tu vida, el la palabra no se haya cumplido, no quiere decir que nada esté pasando para su cumplimiento.
Dios le dijo a José que le haría el primero. Por trece años, ocurrieron sucesos tras sucesos que, aparentemente, eran contrarios a lo que Dios le había dicho. No era que la palabra estuviese dormida y que nada estuviese pasando. Por el contrario, todo lo que estaba pasando era precisamente para el cumplimiento de la palabra. Y llegó el momento en que la palabra despertó en su espíritu y se hizo realidad.
Nuestro consuelo no es la palabra, sino la revelación de la confianza de que, cuando llegue el momento preciso, esa palabra que -aparentemente- ha estado dormida, va a despertar y va a hacer que se cumpla lo que Dios prometió.
Lo mismo sucedió con David: Lo ungieron como rey, y él pensó que ahora todos lo amarían, pero lo enviaron al lugar donde estaba antes, con las ovejas. De allí, sale un gigante. Aquel gigante sale por la unción de David. El gigante no llegó para destruir a Jerusalén, sino porque David estaba ungido para matar gigantes. Había un hombre con una unción escondida que tenía que ser manifestada. Después de eso, David tuvo diferentes situaciones con su familia, pero finalmente lo que Dios le prometió se cumplió.
Aunque pienses que la palabra no se está cumpliendo, no vivas buscando explicaciones, ni buscando consuelo, sino sostenido por una sola cosa: La revelación de la palabra. Si Dios lo dijo, él lo va hacer, y él apresura el cumplimiento de su palabra sobre tu vida.
Despierta la palabra de Dios que ha sido depositada en tu vida.

HUELLAS

La Huella de Dios: Que sepan    
  1. La huella de la Fe.Loida y Eunice . 2° Timoteo 1:5 . El traspaso de una huella espiritual y real a los que me rodean. ¿qué ven ellos acerca de mi fe? ¿Qué saben acerca de lo que creo?
  2. La huella de la Integridad. Hebreos 11:23-25. La vida de Moisés-
  3. 3.La huella de la Fidelidad. Filipenses 3:7-15. 2° Tm. 4:5-7. La vida de Pablo.
  4. 4.La huella de las Prioridades. Hebreos 11:17-19. La vida de Abraham.
  5. 5.La huella del tiempo dedicado. Todo puede esperar, menos las personas.
.- Dios y la salvación
.- La Palabra de Dios
Marcos 12:30 como una bandera bajo la cual todos puedan identificarme.
Para meditar: ¿A quiénes ha hablado de mi fe? Mira a tu alrededor, eres madre, hermana, hija, vecina, trabajadora, jefa, esposa, novia, compañera de curso, de universidad, etc… que saben los que te rodean acerca de tu fe, acerca de tu Señor? ¿Les has marcado con la huella de la fe?
La huella de mi carácter: Que vean
Conforme a lo que la Escritura señala, la raíz de nuestra conducta viene de nuestro carácter. Hay algunos que piensan que nuestro carácter se define por nuestros hábitos, es decir nuestras costumbres de pensamiento y lo que hacemos acostumbradamente. También, nuestro carácter está formado por nuestros valores y nuestros principios. Nuestros valores y nuestros principios deben de venir de la Palabra de Dios. Es así que ayudaremos a evitar la corrupción moral en nuestras vidas. Las Escrituras son nuestra defensa (Salmos 19:11).
“integridad”     : Aquello a que no falta ninguna de sus partes. Persona recta, intachable. Sinónimos: austero, casto, puro, honesto, recto, limpio, de una sola línea. Integridad en el sentido de que se mantenía fiel a sus valores no importaba que situación pudiera estar confrontando. Como mujeres que queremos dejar huellas en otros, debemos mantenernos fieles a los principios que sabemos verdaderos, y si en algún momento nos salimos de esos principios, en vez de justificar nuestras acciones, nuestra integridad deberá alinearnos con lo que es agradable a Dios.
Fiel: compromiso de confianza y obediencia a Dios mantenido a través del tiempo. Una vida fiel a través del tiempo. Podemos comenzar bien… pero… ¿terminaré bien? ¿Será la marca de mi fidelidad lo que impacte la vida de los que me rodean? Ver canción: “Fuimos Fieles” en power.
La palabra prioridad hace referencia a la anterioridad de algo respecto de otra cosa, ya que sea en tiempo o en orden. Aquel o aquello que tiene prioridad se encuentra primero en comparación con otras personas o cosas.
Para meditar: ¿Qué o quién ocupa el primer lugar en mi vida? Marcaré la vida de otros y dejaré huellas profundas viviendo una vida donde mi prioridad sea siempre Dios.
La huella de mi entrega a otros: que experimenten
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.   Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.” Mateo 5:14-15
Como luz debemos dedicar tiempo a las personas, nuestras vidas deben dejar huellas, la luz se pone sobre el candelero para que alumbre y no se la guarda, implica tiempo y permanencia para cumplir su función en otros
:
  • La luz alumbra en silencio: No hace ruido…simplemente brilla. Es como un faro en una costa escarpada. Mientras gira lo único que hace es brillar atrayendo a otros a ella.
  • La luz da dirección: No necesita decir palabras ni pronunciar sermones. Jesús dice que otros “vean” nuestras acciones, pero no dice nada de que sean oídas.
  • La luz llama la atención: Cuando se enciende en un cuarto oscuro….inmediatamente capta la atención de todos.
  1. 6.La huella del amor. El ejemplo de Pablo.
“ Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por    amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.” 2°Co.12:15
A veces damos amor, y esperamos que a cambio nos amen. Pero, ¿cuándo madura el amor? Cuando estoy dispuesto a gastar todo lo mío, y aún yo mismo estoy dispuesto a gastarme. El amor encuentra su placer en amar incondicionalmente. 1° Corintios 13

LUCAS, EL ESCRITOR


Al releer las memorias de Gabriel García Márquez  (Vivir para contarla)  puse atención a la obsesión del personaje por aprender a escribir cuentos y novelas desmenuzando los libros de autores que lo cautivaron en su juventud. García Márquez narra cómo desentrañaba ávidamente obras de, entre otros, William Faulkner. Se apropia de estas influencias, las recrea y sitúa en un mundo original y propio.

El crítico literario mexicano Emmanuel Carballo acertó cuando hizo una evaluación de la obra publicada de García Márquez hasta 1967, cuando aparece  Cien años de soledad. Carballo fue uno de los primeros en comprender el universo de García Márquez, y explicó la desfronterización de Macondo que, por el genio de su creador, pasó a ser un lugar con el que se han identificado millones de lectores y lectoras de  Cien años de soledad. 

La novela de García Márquez comenzó a circular a mediados de 1967. Carballo tenía conocimiento de ella porque su autor lo incluyó en el pequeño grupo de personas que leyó avances del mecano escrito. Unos meses después de haber sido publicada la primera edición de  Cien años de soledad,  Carballo escribió un amplio artículo en la  Revista de la Universidad de México  (noviembre de 1967). Reproduzco un párrafo que me parece central: “En novelas y cuentos, García Márquez de tanto insistir y merodear en los mismos temas, en los mismos personajes y en el mismo paisaje ha dado a las letras hispanoamericanas lo que dio Faulkner a las letras de Estados Unidos, un mundo novelesco autosuficiente y convincente. Para el lector de lengua española Macondo y un pueblo próximo y menos pequeño cuyo nombre nunca se menciona tiene el mismo interés, la misma prodigiosa diversidad, el mismo impresionante aliento que posee para el lector de lengua inglesa el condado de Yoknapatawpha. Macondo puede ser y es de hecho, en progresivos estratos de significación, un oscuro y miserable pueblo de Magdalena, la gran metáfora tras de la que se esconde Colombia y la invención mítica que reconstruye el pasado y el presente de la América Latina y avizora su porvenir incendiado por las llamas”.

Sabiéndolo o no, García Márquez siguió la ruta de un escritor que lo precedió casi dos milenios. El autor de  Cónica de una muerte anunciada  fue, como Lucas, un lector voraz. Porque todo escritor es, primero, un lector; aunque no todo lector es un escritor. Lucas, lo denota en el Evangelio cuya autoría se le adjudica, leyó y releyó una gran cantidad de materiales. Muchos de éstos no llegaron a sus manos, él debió ir en busca de los manuscritos y, en algunos casos, hacer copias de ellos para leerlos cuidadosamente y usar la información al redactar el rollo imperecedero en el que presentó a Jesús en toda su humana divinidad y humanidad divina.

Un estudio minucioso de la cocina de la escritura de Lucas, de la arquitectura que le permitió construir un monumento literario y teológico, revela denodado trabajo para hacerse de información precisa. Esto se desprende de la lectura de los primeros cuatro versículos de su Evangelio. El proceso de inmersión que debió hacer Lucas, que era gentil, para capturar en su Evangelio el mundo en el que se desarrolló el ministerio de Jesús, es una lección permanente para quienes investigamos e intentamos poner por escrito nuestros descubrimientos.

Lucas se puso en las sandalias de las múltiples personas que interactúan en su narración. Le da más espacio que Marcos, Mateo y Juan a los niños y las mujeres. Contrapone desde el inicio la naturaleza del reinado de Jesús a la hegemonía de los poderes económico y político que mantenían marginada a la gran mayoría de la población.

El capítulo dos del Evangelio según Lucas es una pieza literaria magistral. Desde la perspectiva de este médico y escritor el sencillo espacio en el que acunaron a su hijo María y José fue, y es, un desmitificador de todos los poderes humanos. Desde ese inaudito lugar donde reposó el Verbo encarnado, como lo llama otro evangelista, Juan, se prefiguró el carácter del reinado del Príncipe de Paz, título mesiánico que aparece en el capítulo nueve del profeta Isaías y que musicalmente plasmó en forma sublime George Handel en 1742. El del rey del pesebre sería un reinado libre del dominio déspota, y marcado por el amor, la misericordia, el perdón, la justicia y la redención.

Lucas se refiere a dos personajes diametralmente opuestos: el emperador Augusto César y un niñito parido en las circunstancias más adversas. Acostumbrado a que sus órdenes fueran obedecidas por todos en sus vastos dominios, la cabeza del imperio romano decide desde el centro del poder realizar un censo general. La medida repercute dramáticamente en los más remotos lugares bajo la hegemonía romana, tiene consecuencias para todos los habitantes pero son los pobres quienes más sufren el edicto controlador dado en Roma.

Lucas le da centralidad a la imagen del pesebre. Recurre a ella en tres ocasiones, la repetición tuvo por objetivo, estoy convencido, contrastar vívidamente el poder de la fragilidad con la ostentación del poder monárquico de entonces. La primera vez que Lucas refiere el pesebre lo hace para mencionar que María se vio obligada a dar a luz en un lugar paupérrimo, tras lo cual “envolvió en pañales [a Jesús] y lo puso en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón” (2:7). La segunda es cuando un ángel anuncia a los pastores, quienes "velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño" (Lucas 2:8), que vayan a ver al niño "envuelto en pañales, acostado en un pesebre" (versículo 12) porque ese recién nacido es un Salvador y Cristo el Señor. Los pastores obedecen y presurosamente se dirigen a Belén. La escena que encuentran debió ser impactante para ellos. Y aquí viene la tercera mención lucana del ilógico espacio en el cual descansaba el neonato: "y hallaron a María, José y al niño acostado en el pesebre" (versículo 16).

¿Por qué subraya lo del pesebre? Estoy persuadido que para resaltar la naturaleza radicalmente distinta del rey que ahí yacía. Hay una conmovedora línea de continuidad entre el niño del pesebre, el maestro que conforma un círculo de discípulos inconcebible por las rígidas divisiones sociales de su época, el profeta que llora por Jerusalén, el narrador de historias sencillas (las parábolas) que echaba mano de elementos de la vida cotidiana, el Cristo crucificado y el cordero inmolado cuya imagen es poéticamente descrita en Apocalipsis 5. El pesebre no es una bonita anécdota. Es la imagen misma del reinado de Jesús, a quien con excelsitud se refirió Isaías como "Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz" (9:6).

Las tres parábolas que Lucas agrupa en el capítulo 15 son deslumbrantes, sobre todo si las leemos en conjunto y no separadamente como usualmente se hace. Allí hay tres pérdidas y tres hallazgos. El mural de tres escenas, cuyo tema general es el irrefrenable gozo de encontrar lo perdido, crece en intensidad. Si fuese una obra musical, una sinfonía, la oiríamos embelesados y en arrebato tanto por la forma en que inicia como en la que avanza y concluye, en una hermosa conjunción de instrumentos que crean un clímax sublime.

La intensidad narrativa en el capítulo 15 de Lucas, el ascendente dramático que recorre tal sección, inicia con la pérdida de una oveja en un rebaño de cien. Continúa una mujer que tenía diez monedas y pierde una. Concluye con la conocida como Parábola del Hijo Pródigo, donde un padre ha perdido a un hijo de dos. Tras haber incurrido en un gravísimo despropósito, pedir a su padre la herencia mientras éste aún vivía, dilapidarla y padecer miseria; el hijo regresa y su padre haciendo a un lado los convencionalismos sociales y culturales corre a recibirle. Escena conmovedora y perenne lección de amor, perdón y reconciliación.

Lucas nos anima a escribir con todo el ser. Su dedicación, dones y recursos se conjugaron con la acción del Espíritu Santo para darnos páginas luminosas e iluminadoras.

AYUDAMOS A DIOS?

Génesis 21:13 Nueva Traducción Viviente (NTV) 

Yo también haré una nación de los descendientes del hijo de Agar, porque él también es hijo tuyo. 

Tal vez lo haya usted escuchado con otro tipo de palabras que no vale la pena mencionar, pero dicen por ahí que no existe peor cosa que un ignorante con iniciativa, ya que normalmente hace las cosas desde su entendimiento limitado acerca de las cosas y muy probablemente desde su sentimiento. Y sabe, hay quienes incluso coronan este tipo de pensamiento con frases espirituales y justifican sus hechos en una buena intención, tal como aquel que se atrevió a decir "Dios dijo, ayúdate que yo te ayudaré", lo puede creer?, lo más insólito es que encima de todo le atribuyan la autoría de la frase a Dios, cuando es completamente contraria a todo lo que Dios habla y dice a lo largo y ancho de la Biblia. 

La Biblia nos habla de todos los atributos de Dios, entre ellos y uno de los más emocionantes (ya sé, no hay ninguno que no lo sea) el ser todopoderoso, por tanto no necesita ni de su ayuda ni de la mía, la diferencia radica que es su intención el manifestar su poder por medio de nosotros, pero esto solamente sucederá a través de la obediencia y no de nuestra inteligencia. 

Piénselo de esta manera, Dios prometió a Abraham que le daría un hijo, del cual haría una nación grande y poderosa, no importaba si esto sucedía con Sara su mujer o con cualquier otra, de modo que a Sara, al no ser la portadora de la promesa y queriendo echarle una "ayudadita" a Dios, le sugirió a Abraham que tuviera relaciones con Agar su sierva para que Abraham pudiera tener ese hijo que tanto anhelaba y que Dios le había prometido. El detalle está en que Dios puso su poder en Abraham, de modo que la promesa de iba a cumplir, aun cuando el hijo que tuvo con Agar, no fuera el hijo que Dios planeó y prometió a Abraham, de modo que Ismael, el fruto de esta sugerencia de parte de Sara, también se convirtió en un pueblo grande y poderoso que es ahora el pueblo Musulmán. 

Es mi opinión que en la mayoría de las ocasiones estamos mas emocionados y mas interesados en las cosas que Dios hará por nosotros que en Dios mismo, y es por eso que vemos las soluciones a nuestros problemas y el cumplimiento de nuestros anhelos como algo ajeno y lejano, lo cual hace que nos desesperemos al no ver la manera de como se vayan a dar las cosas y decidimos intervenir y actuar con la buena intención de "ayudar" a Dios. Es aquí donde interviene la ignorancia, pues no conocemos a Dios y por ende no nos conocemos a nosotros mismos, todo parte desde el mismo punto, desde el principio y en un principio Dios dijo "hagamos al hombre a imagen nuestra y con la capacidad de reflejar nuestra naturaleza" (semejanza), de modo que cada vez que Dios pretenda hacer algo por nosotros, siempre lo hará por medio de nosotros, es decir, somos nosotros el medio por el cual Dios actuará, su poder infinito será manifestado en nosotros y por medio de nosotros, pero no para que opinemos en el asunto, sino para que obedezcamos y por medio de nuestra obediencia, demos gloria al Dios que todo lo puede y todo lo quiere a nuestro favor. 

Por tal, en ocasiones solo necesitamos sujetarnos a la autoridad tanto de Dios, como de quien quiera que Dios haya puesto sobre nosotros, piénselo de esta manera (y esto es solo mi deducción), era mas que un hecho que Sara no era una mujer sujeta a Dios, ya que si lo fuera, hubiera ido a la intimidad con Dios a preguntar que papel jugaba ella en el asunto de tener al hijo que se convertiría en un pueblo, por tanto, podemos asumir que la misma Sara, no era una mujer sujeta a su marido, por tanto, no importaba cuantas veces en cuantos años hubiera él depositado su semilla en ella, ella simplemente no la recibía, pues no la entendía como parte de la autoridad que Abraham ejercía en ella, y no fue sino hasta que obedeció a Dios y obedeció a Abraham, que tuvo un hijo a la edad de 90 años en contra de toda ley natural y de acuerdo a todo efecto del Reino de los Cielos. 

Por tanto, nos queda como experiencia que la obediencia es mas importante que la inteligencia misma y que es nuestra responsabilidad el usar el poder que Dios deposita en nosotros adecuadamente, porque de lo contrario, podríamos estar creando pueblos enteros que son ajenos a Dios, como sucedió con el hijo de Agar, por andar haciendo las cosas a nuestro modo y no al de Dios, no lo cree?