GRACIA Y MÁS GRACIA...

La gracia no exige nada. Solo da. Y desde nuestra perspectiva siempre le da a la persona equivocada. Vemos esto una y otra vez en los Evangelios, Jesús siempre les está dando a las personas equivocadas: prostitutas, cobradores de impuestos, mestizos. Los pecadores más extravagantes de la época de Jesús recibieron su más compasiva bienvenida. La gracia es una vulgaridad divina que pone de cabeza la precaución. Se rehúsa a evitar los riesgos y guardar para después. 

La gracia es temerariamente generosa, incómodamente promiscua. No utiliza varas, zanahorias o tarjetas de puntualidad. No lleva la puntuación. Como dice Robert Capon: “La gracia funciona sin exigir nada de nuestra parte. No es cara. Ni siquiera es barata. Es gratuita”. Se rehúsa a ser controlada por nuestro sentido innato de justicia, reciprocidad y equidad. Desafía la lógica. No tiene nada que ver con ganar, hacer méritos o merecérsela. Es opuesta a lo que se debe. No espera un retorno sobre las inversiones. Es una contradicción liberadora entre lo que merecemos y lo que obtenemos. La gracia es aceptación incondicional dada a una persona que no lo merece por un dador que no tiene la obligación de hacerlo. Es amor en una dirección.

Piense en su propia vida por un momento. Existe la probabilidad de que haya captado un atisbo del amor en una dirección en algún punto, y eso marcó la diferencia. Alguien lo dejo ir cuando menos se lo esperaba o se lo merecía. Un amigo suspendió el juicio en un momento clave. Su padre fue indulgente cuando usted chocó su coche. Su maestra le amplió el plazo de entrega, aunque ella sabía que usted había estado siendo indolente. Usted le dijo algo insensible a su cónyuge, y en lugar de responder, se quedó callado y de alguna manera no lo guardó en su contra al día siguiente. Si usted está casado, existe la posibilidad de que la persona con la que terminó casado le mostró este tipo de amor en algún punto a lo largo del camino.

No obstante, el amor en una dirección es raro y siempre viene como una sorpresa. Gracias a Dios, los atisbos que recibimos en las relaciones son solamente un presagio del amor de Dios por nosotros. Son como pequeñas saetas que señalan al mismo corazón del universo, lo que Dante llamó “el amor que mueve el sol y las demás estrellas”, el amor que recibió su expresión plena en la persona y obra de Jesucristo. Cuando Juan escribe que “Dios es amor”, está hablando acerca de Jesús (1 Juan 4:8-9). De hecho, si vamos a explorar este tema a cualquier profundidad, no hay mejor telón de fondo que la vida y enseñanza de Jesús. 

Cuando se rompe la cadena de quid pro quo (algo por algo), todo tipo de cosas maravillosas suceden. El amor en una dirección tiene el poder único de inspirar generosidad, amabilidad, lealtad y más amor, precisamente porque remueve todos y cada uno de los requerimientos para cambiar o producir. Como algunas de las historias testificarán, es lo único que ha tenido poder en mi propia vida. Ha sido la diferencia entre el gozo y la tristeza, la gratitud y el sentirse merecedor, la vida y la muerte. De hecho, entre más envejezco más me doy cuenta de cuánto mi vida es un largo testimonio de esta verdad permanente. No estoy exagerando cuando digo que descubrir el mensaje del amor en una dirección de Dios en toda su gloria radical ha salvado mi matrimonio, mi relación con mis hijos y mi ministerio. Así que este no es un tema abstracto para mí. El amor en una dirección es mi sustento vital.

Y aun así, tan hermosa y salvadora como la gracia pueda ser, a menudo la resistimos. Por naturaleza, sospechamos de las promesas que parecen demasiado buenas para ser verdad. Nos preguntamos los motivos ulteriores del excesivamente generoso. Nosotros hace tiempo que dejamos de abrir esos correos electrónicos y cartas que nos decían que “ya habíamos ganado”. ¿Cuál es el truco? ¿Cuáles son las letras pequeñas? ¿Qué ganan ellos con esto?

La gracia es un regalo puro y simple. Podríamos insistir en tratar de pagar, pero ya se ha pagado la cuenta (¡y nuestro dinero no sirve!). Por supuesto, incluso si somos capaces de aceptar el amor en una dirección cuando se nos presenta, tenemos problemas si le llega a otras personas, especialmente aquellos que nos han ofendido. La gracia ofende nuestro sentido de justicia por ser al mismo tiempo inverosímil e injusta.

Nos sentimos incómodos porque la gracia nos voltea la mesa, aliviándonos de nuestro precioso sentido de control. Rompe en dos la tarjeta de puntualidad en la que estamos contando para tener la seguridad de ese jugoso y lindo cheque el viernes. Nos fuerza a depender de la bondad de Otro, y eso, queridos amigos es simplemente aterrador.

La idea de que hay un amor incondicional que alivia la presión, perdona nuestras faltas y remplaza nuestro temor con fe parece demasiado buena para ser verdad. Anhelando esperanza en un mundo de publicidad falsa, el Evangelio de Jesucristo son las noticias que hemos estado esperando toda nuestra vida: Dios ama a la gente real como usted y como yo, lo cual demostró al enviar a su Hijo real para liberar a la gente real.

Jesús vino a liberarnos del peso de tener que hacerlo por nosotros mismos, de la exigencia de dar el ancho. Vino a emanciparnos de la carga de tenerlo todo bien, de la obligación de arreglarnos, encontrarnos y liberarnos. Jesús vino a liberarnos de la esclavizante necesidad de tener la razón, ser recompensado, considerado y respetado. Como Jesús vino a liberar a los cautivos, la vida no tiene que ser un esfuerzo inalcanzable para establecernos, justificarnos y validarnos.

El evangelio de la gracia no es demasiado bueno para ser verdad. ¡Es verdad! Es la verdad más verdadera de todo el universo. Dios nos ama independientemente de lo que traigamos a la mesa o no. ¡Sin trucos! Sin “y si”, “y” o “pero”. Sin calificativos o condiciones. Sin necesidad de equilibrio. La gracia es la realidad más peligrosa, destructora de expectativas, creadora de sonrisas y contraria al sentido común que existe.

UNA RENOVACIÓN EXTREMA

“Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea  la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Ro. 12:1-2
Una “Renovación Extrema”  no puede realizarse si primeramente no tengo una disposición a presentar mi vida a los pies del Señor, para que El haga de acuerdo a lo que desea para mí.
¿Vieron alguna vez el programa televisivo Extreme Makeover? Ellos dejan totalmente su casa en manos de aquellos que remodelarán todo, confiando en que nadie puede hacerlo mejor y que los resultados serán increíbles. La disposición y entrega  de todas las llaves de mi vida (mi casa) al Señor para que Él vaya “remodelando” cada una de las habitaciones y edificando nuevas donde sea necesario.
¿Estamos listas? ¿Quieren una “renovación total” y una “Renovación Extrema”?
La construcción en esta renovación parte primeramente con entender  sobre qué fundamento se edifica y  que esa base o cimiento es Cristo.  Cuanto más profunda es la base, más alto será la edificación…Poner a Dios en mi vida en el lugar que debe estar y dejar que pueda renovarme en todos los aspectos.

RENOVANDO MI CORAZÓN

Según la Biblia, el corazón es el motor de la actividad humana, el querer del ser humano radica en el corazón, se ve como el centro que gobierna toda la vida de las personas. Todo lo que el hombre hace es dictado por el corazón.
La concepción hebrea de la palabra “corazón” lo señala como el centro que gobierna todo el ser y, por consiguiente, todas sus acciones. La Biblia usa la palabra corazón para referirse a los aspectos emocionales, intelectuales y volitivos, entre otros usos. Sabemos que estas tres partes se encuentran en el alma, por lo tanto, bien podría decirse que el corazón es también el alma, de acuerdo a las Escrituras. En el Nuevo Testamento, la palabra corazón es sinónimo de persona
¿Quién tiene mi corazón? ¿En manos de quién está? ¿En las mías o en las de Dios?Quién tiene tu corazón…te tiene a Ti.
  • “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida” Prov. 4:23  contrapartida con Jeremías  17:9. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
  • “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos” Proverbios 23:26
  • “Oye, hijo mío, y se sabio, y endereza tu corazón al camino” Prov.23:19
¿Qué es guardar? Habla de cuidar, proteger, mantener, conservar, poner en seguridad una cosa. Es importante que guardemosel corazón porque somos lo que hay en él. Lo que soy y hago sale de mi corazón. En la Biblia corazón es sinónimo de alma- Prov. 23:7
Empecemos con la Renovación Extrema de nuestro corazón… para llegar a tener un Corazón como el de Cristo y debo hacerlo limpiando mi corazón del pecado: Despojarme del pecado.

  1. UN CORAZÓN LIMPIO:  Salmos 51:10
Toma un momento para identificar tus pecados, aquellos pecados especiales y regalones que guardamos, esos pecados que sólo tú sabes que están. La idea es pesar mi corazón en la balanza de Dios…recordando como dice el salmista en Sal.139:2  que NO están ocultos al Señor. 
David vivió la tristeza de mantener pecado en su corazón y experimentar la miseria de estar alejado de Él. Cometió los pecados más atroces que podemos pensar…y a pesar de esto, fue el hombre de quién Dios dice: “un corazón conforme al corazón de Dios” Hechos 13:22
 La confesión contrita es el puente por el cual cruzamos hacia Dios y hacia la restauración a un corazón limpio. 1° Juan 1:9
2. UN CORAZÓN RENDIDO.      Fil 3:7-14

 El ejemplo de Pablo, rendido a lo que realmente era importante: Dios mismo.
  • Rendido al Señor
  • Rendido a Su Voluntad
  • Rendido a Su Palabra
  • 3-UN CORAZÓN SINCERO:       Hebreos 10:22
Cuando nos acercamos al Padre nuestro corazón debe ser sin – cera, es decir, que no haya ningún hueco tapado con cera, como solía hacerse con algunos productos que se vendían en la antigüedad, los cuales, parecían estar en perfectas condiciones y no mostraban defecto, el vendedor fraudulento cubría las rajaduras de los productos de cerámica con cera dando la impresión de que estaban en perfecto estado, cuando en realidad tenían huecos que en poco tiempo dañarían por completo el producto.
Por eso cuando los compradores iban a adquirir uno de estos productos se cercioraban que estuvieran si defecto, sin cera. Un corazón sincero es un corazón que no oculta nada delante de Dios, que se presenta tal como es, que no se viste con el ropaje del legalismo o una aparente santidad, sino que muestra ante el Padre la verdadera condición, las hendiduras y los huecos que aún persisten. La palabra griega usada para sincero tiene una connotación de verdadero. El corazón del adorador debe ser genuino, verdadero, auténtico, sin falsedad oculta. El corazón sincero identifica a “una persona que es honesta, genuina, comprometida, confiable y sin engaño”
El corazón sincero es aquel que abandona toda confianza en sí mismo y se rinde por completo ante los méritos de la sangre de Cristo y confía solamente en esto para entrar al Padre, pues, sabe que no tiene la capacidad para limpiar su corazón de sus perversiones, sino que confía de manera plena y absoluta en la obra de Cristo en la cruz. Un corazón sincero es aquel que se somete al Señorío total de Cristo sobre su vida.

DEJA IR TODO LO MALO QUE PASÒ

Una razón práctica de por qué los pensamientos son tan decisivos es porque toda emoción es precedida por un pensamiento. Como piensas, así te sientes. Tu conversación interna condicionará tu estado anímico. Tus pensamientos son algo muy, pero que muy poderoso. Las investigaciones revelan que en un día común las personas tienen pensamientos negativos en un ochenta por ciento. ¡Imagínate en un día malo!

Los pensamientos suelen transformarse en palabras. Las palabras que utilizamos tienen un tremendo impacto. De hecho, la Biblia nos habla del poder que hay en nuestra lengua y de lo que sale por nuestra boca (Proverbios 18:21). Tenemos impacto sobre los demás, pero el impacto mayor es sobre nosotros mismos.

Te invito a que cada día repitas estas palabras. No te canses de hablarlas hasta que sientas que dejas ir eventos dolorosos, en el poderoso nombre de Jesús.



Yo soy libre de todo dolor, iras y temores, 
en el nombre poderoso de Jesús.

Decido que reacciono como si hubiera encontrado un tesoro 
porque perdono.

Dejar ir me hace sentir feliz y sin cargas.

Decido no sufrir más por cosas que ya no tienen importancia.

Decido no sufrir más por cosas que ya no puedo cambiar.

Dejo ir, sin resentimiento.

¡Vivo libre, vivo feliz!

ESCUCHE LAS VOCES CORRRECTAS

¿Qué es lo que parece estar creciendo en el jardín de su mente en este momento? ¿Acaso no sería maravilloso si los pensamientos en nuestras mentes se asemejaran a un jardín encantador y bien cuidado, lleno de pensamientos refrescantes y de esperanza, pensamientos que siempre vieran lo mejor en otros, en nuestras circunstancias y en nosotros mismos? El jardín secreto de nuestra mente puede florecer con colores vibrantes y enriquecedores, pero muy a menudo las monótonas y apagadas hierbas del desaliento, la desesperación y la duda de nuestras propias capacidades parecen asfixiar nuestros pensamientos buenos y veraces.

Si no tenemos cuidado, las malas hierbas pueden adueñarse de los jardines de nuestra mente y podemos convertirnos en personas amargadas, negativas y sin gozo. Afortunadamente, podemos aprender a estar atentos a nuestros pensamientos y las cosas a las que nuestras mentes suelen prestar atención. Es posible desarraigar los pensamientos negativos y alimentar, en lugar de ellos, las verdades que producen vida.

Cada día en nuestra mente se plantan vástagos de pensamientos, algunos buenos y otros no tan buenos. Un pariente criticón, un compañero de trabajo hiriente, un error del pasado, una decepción frustrante, pueden empezar a dominar nuestras mentes y llegar a desanimarnos completamente si se lo permitimos. Es fácil estandarizar lo negativo. Esto se da con mucha naturalidad, así como las malas hierbas. Es por eso que tenemos que ser cuidadoras diligentes de nuestras mentes, plantar semillas buenas y saludables y no permitir que las hierbas de la negatividad y la duda pueblen nuestros cerebros. A.W. Tozer dijo: “Aquello en lo que pensamos cuando somos libres de pensar acerca de lo que queramos, eso es lo que somos o en lo que muy pronto nos convertiremos”. En otras palabras, nuestros pensamientos pronto se convierten en nuestras acciones. La mente es una herramienta poderosa y podemos transformarnos cuando la renovamos.

¿Qué voces está escuchando? ¿Qué voces dirigen su vida? ¿Introducen esas voces la verdad o insinúan el temor, el desaliento y la duda? Tal vez recuerda esta antigua canción de cuna:

María, María la arpía

¿Cómo crece tu jardín?

Con campanas de plata y conchas de hojalata

Y chicas bonitas todas juntitas.

Existen numerosas teorías sobre el asunto al que esta pintoresca rima se estaba refiriendo, pero podemos usarla como un recordatorio del hecho de que debemos cuidar el jardín de nuestra mente con mucho esmero para fomentar lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable y admirable. Aunque María se describe como una arpía, como un personaje antagónico y desagradable, nosotras no tenemos por qué ser así. El jardín de nuestra mente puede ser diferente dependiendo de lo que plantemos en él. Así que tenemos que preguntarnos, ¿cómo crece nuestro jardín? ¿Estamos plantando semillas de verdad o estamos cultivando un jardín basado en suposiciones y preocupaciones?

Podemos convertirnos en mujeres extraordinarias simplemente pensando más allá de nuestras circunstancias diarias. Cuando llenamos nuestras mentes con las verdades de que Dios es fiel y está interesado en cada detalle de nuestra vida, comenzamos a ver la vida desde una perspectiva diferente. Podemos tener paz en medio de la tormenta mientras mantenemos el amor eterno de Dios en la vanguardia de nuestros pensamientos. Tozer también dijo: “Lo que nos viene a la mente cuando pensamos en Dios es lo más importante acerca de nosotros”. Si sabemos y creemos que Dios es verdaderamente bueno, entonces reconocemos que incluso los retos que se presentan en nuestro camino o las oraciones sin contestar que tenemos en nuestras vidas tienen un propósito mayor que lo que somos capaces de ver en el momento presente.

En los últimos años los patrones del clima en América del Norte han estado haciendo algunas cosas locas. Enormes tornados asesinos en los estados del sur y del centro de los Estados  Unidos, una y otra vez. Una pareja de ancianos en Alabama salió en las noticias. La casa en la que se habían casado y donde había vivido toda su vida adulta y tenían todos los recuerdos de su familia había sido totalmente demolida por una de estas tormentas devastadoras. Finalmente habían podido construirla otra vez y estaban a punto de establecerse de nuevo en lo que se asemejaba bastante a la vida que habían tenido, cuando otra gigantesca tormenta pasó ¡y otra vez arrasó con su casa completamente! Cuando los entrevistaron en las noticias, la esposa expresó gentilmente su frustración ante aquella circunstancia (y tenía todo el motivo), pero luego añadió: “Pero sé que Dios tiene un plan más grande y estamos confiando en Él a través de todo esto”.

¡Solo una mente que florece con una visión generosa de la bondad y la fidelidad de Dios puede responder de una manera tan positiva! La fe y la esperanza son flores fuertes y robustas en el jardín de la mente y del corazón de esta mujer. Yo quiero responder de esa manera a los retos de la vida, ¿usted no? Ya sea una pequeña herida que produzcan las palabras hirientes de alguien o un gran desastre que cambie la vida, yo quiero responder con un dolor genuino así como con una gracia y una fortaleza que nazcan de la confianza, en vez de con incertidumbre y desesperación. Todo comienza en la mente cuando consideramos quién es Dios y cómo interactúa con nosotros.

6 EXCUSAS PARA PONER FIN A SU MATRIMONIO

Ben y Marie (no son sus nombres reales) han estado casados por 12 años y tienen tres hijos. Su matrimonio nunca fue perfecto y las discusiones entre sí nunca cesaron, mayormente por no tener suficiente dinero para pagar sus cuentas. Al final Marie decidió terminar su matrimonio simplemente porque alegó que Dios “le dijo” que se divorciara. Unos meses después Dios “le dijo” que se fuera a vivir con otro hombre.

Hoy en día la iglesia está llena de historias como esta.  Mientras sí existen ciertas razones bíblicas y justificables para dar fin a un matrimonio, demasiados creyentes están tomando el camino fácil para divorciarse, allanando así el camino para los demás con sus malos ejemplos.  Esto se ha convertido en un problema especialmente en ciertos círculos carismáticos porque creemos en escuchar la voz del Espíritu Santo. Hoy día es conveniente culpar al Espíritu Santo por nuestras malas decisiones diciendo “Dios me dijo que lo hiciera”.

Aquí están seis de las excusas más malas y comunes que he escuchado recientemente de personas que escogieron el camino fácil del divorcio en vez del camino estrecho de la sanidad:

1. “En primer lugar, nunca nos debimos haber casado”. Las parejas enamoradas pueden tomar decisiones tontas, de seguro. Algunas van y se casan rápido sin tan siquiera tomar clases prematrimoniales, mientras que otras no están financieramente preparadas; muchos matrimonios se convierten en una pesadilla de estrés y facturas pendientes de pago.

2. “Nuestras familias no se llevan”.  Recientemente me enteré de un joven que llevaba dos años de casado—su esposa estaba embarazada—y decidió terminar con su matrimonio porque sus padres nunca aprobaron a su esposa. Eso es ridículo. El matrimonio no es entre familias, es una relación única entre un hombre y una mujer. Génesis 2:24 dice “dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Los matrimonios que permiten que sus padres los controlen van de camino al desastre.

3. “Con el tiempo nos distanciamos”. Este es el clásico comentario, pero lo que en realidad quiere decir es: “Me voy a escabullir”. También es un indicativo que la conexión con la esposa se basa más en un suave sentimiento romántico que en un sólido pacto. A Satanás le encanta dividir; usa la sospecha, la desconfianza, el coraje, la amargura, y las palabras abusivas para crear un ambiente tóxico en el hogar. No le dé al enemigo esa oportunidad (lea Efesios 4:27) al escuchar sus mentiras. Jesús puede reconectar lo que usted ha permitido que se separe.

4. “Discutimos mucho”. Esa es una excusa barata. Muchas parejas en la Biblia tuvieron frecuentes desacuerdos, incluyendo Abraham y Sara, el padre y la madre de nuestra fe. Discutir en realidad es más saludable que enterrar las emociones, siempre y cuando sepan resolver el conflicto y liberen el coraje rápidamente. Si usted y su cónyuge discuten constantemente, puede ser una señal de que no manejan bien el estrés o que uno o ambos necesitan nuevas destrezas de comunicación. Encontrar un nuevo cónyuge no va a solucionar el problema ¡si el problema es usted!

5. “La consejería no ayudó”. Creo mucho en la consejería matrimonial y las parejas en problemas siempre deben tratar de buscar consejería antes de ponerle fin a la relación.  Mas si su matrimonio ha estado en problema por años, tres sesiones de una hora de consejería con un pastor no van a solucionar el problema de la noche a la mañana. Los consejeros no son magos. Sea paciente. Si su matrimonio está en caos tomará tiempo repararlo. Puede que tome meses solo sacar los escombros antes de que pueda  reconstruir. 

6. “Dios me dijo que me casara con otra persona”. Esta es la excusa más absurda e irrisoria que he escuchado, pero hasta pastores la han usado. Un ministro de California se divorció de su esposa y se casó con otra mujer la semana siguiente porque “Dios se lo dijo”. Es triste que le echen la culpa a Dios de semejante insensatez. Si alguna vez cree que Dios le está diciendo que haga algo que claramente contradice la Biblia, está bajo la influencia de un espíritu de engaño. Por favor humildemente sométase y busque ayuda inmediatamente.

Si está teniendo problemas matrimoniales y está pensando que el divorcio es la única solución, detenga todo lo que esté haciendo y respire profundo. Vaya despacio. Antes de precipitarse a abrir la puerta de escape, pídale a Dios que le dirija y busque ayuda de amigos.

Aunque puede que haya ciertas situaciones en las que el divorcio es inevitable, no asuma que esta es su única opción. El amor y la misericordia del Padre pueden sorprenderle.