CANSADO DE DAR VUELTAS

¿Alguna vez te has sentido cansado de dar vueltas?   Jacob tenía 130 años y estaba cansado de dar vueltas.  Por muchos años, había estado triste, llorando, sin esperanza, creyendo que su hijo José estaba muerto.  Un hombre que era soñador, por una mentira, dejó de soñar.  Le llegó la gran noticia de que José estaba vivo y que estaba en Egipto, y lo quería ver.  Aunque aquello era algo tan anhelado, Jacob decide esperar un momento más e ir a Beerseba.
Muchos, cuando reciben la noticia de que se acerca el cumplimiento de lo que han esperado por muchos años, no se atreven a esperar un momento más, pero hay momentos en que tienes que esperar.  Hay momentos en la vida donde llegan oportunidades y a veces nos desenfocamos a tal gado que nos tiramos a actuar, sin esperar.  Antes de actuar y dar un paso, debemos detenernos y consultar a Dios, para asegurar si ese paso es con su bendición.  Si no es con la bendición de Dios, no vayas a Egipto. Si no es con la bendición de Dios, no firmes el contrato. Si no es con la
 bendición de Dios, no debes hacer negocios. 
Esto hizo Jacob; se detuvo e hizo sacrificio delante de Dios.  Ofrendas y diezmos son sacrificios que presentas en el altar.  Cuando diezmas y ofrendas, estás posponiendo – muy seguramente – aquello que deseabas comprar.  Ante el altar, le estás diciendo a Dios: Puedo comprarlo, pero decido posponerlo, por el momento, porque me he dado cuenta que, si no recibo tu bendición en todo lo que hago, entonces no tendré paz en lo anhelado.
Beerseba es un lugar especial que tiene un gran pasado.  La biblia reseña de Beerseba en varias ocasiones anterior a esta ocasión. Beerseba significa “lugar del pacto” y también significa “el pozo de los siete”.  En este lugar, fue donde Abraham sacrificó siete corderos para hacer pacto con Abimelec, quien era el rey de Egipto para aquel entonces.  Aquel fue un pacto de paz, de no más conflictos para las próximas generaciones de Abraham.   También fue en este lugar que habitó Abraham con su hijo Isaac, luego de subir al monte dispuesto a sacrificarlo ante Dios.
En cada decisión, en cada lugar al que vayas, asegura un Gosén en tu vida. Aún a tu familia, a tus hijos, enséñale que, antes de ir a Egipto y entrar a Gosén, deben detenerse en el camino y rendir sacrificio a Dios, para asegurar que él descenderá con ellos. 
No te muevas, hasta que Dios te diga: Voy contigo.  No tomes una decisión más en tu vida, sin ir al lugar divino, donde puedes conectarte con él y permitirle te hable y ratifique el pacto contigo, y te asegures que Él ira contigo. 

UNA META TANGIBLE

Filipenses 3:14 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. 

El hombre fue hecho y se ha acostumbrado a vivir cumpliendo metas y alcanzando sueños, no solo los sueños y metas "estándar" como casarse, tener hijos y formar una familia, sino todo tipo de sueños y metas desde pequeños hasta grandes. Hablando de sueños y metas estándar, es interesante platicar con las personas al respecto, hay quienes aún no tienen planes de casarse o de formar una familia, pero tienen la certeza de que llegará el día que lo hagan y sus ojos se llenan de un un brillo que reflejan la certeza de que así sucederá aunque no saben aún cómo es que esto sucederá y es de algo similar de lo que le quiero hablar. 
Todas las personas tienen una consciencia y tienen la idea de que deben de tener una mejor relación con Dios, sin embargo, la mayoría de las personas no tienen una idea de cómo es esto y siempre lo posponen, aquí es donde ese brillo que genera la certeza de cumplir un propósito como casarse o tener hijos se ausenta, pues no existe tal certeza y a veces falta incluso el interés de que así suceda. 
La fe de las personas se ha llenado de mitos, y muchos de esos mitos ni siquiera tienen una explicación dentro de la mente de las personas, alguien les dijo que todo va relacionado con la famosa "eternidad" y ante no ver esa eternidad alguien decidió que la eternidad comienza el día que muramos y muchas personas han decidido adoptar esta idea, de modo que todo se trata del día que muramos y que recibamos la gran recompensa de ver de nuevo a la abuela que tanto extrañamos ah!, y de paso ver a Dios. Fue precisamente eso lo que Jesús vino a enseñarnos que no es así, obviamente llegará el día que muramos y durmamos para despertar hasta el día que Jesús venga de nuevo, pero la meta a alcanzar no es el famoso Armagedón y luego saber cual fue nuestra suerte si nos fuimos al cielo o al infierno (que de paso eso tampoco dice la Biblia), existe una meta, una medida y una garantía de vivir realmente como viviremos en la famosa "eternidad" desde hoy si así lo decidimos, solo que nadie nos lo ha contado y además tenemos pereza de leer la Biblia que es donde dice esto. 
Pablo el Apóstol sabía esto, y hablaba de ello constantemente, mas muchos tienen la idea de que Él sólo se veía en el cielo para dejar de estar en la cárcel y que anhelaba con los tiempos "celestiales" para dejar de vivir esta vida, pero no podemos dejar de entender que su llamado era distinto, él estaba fundando la Iglesia junto con el resto de los Apóstoles, su meta era diferente y aquello que veía en su futuro, no era a Dios dándole la bienvenida al Reino de los Cielos en algún lugar extraño, sino veía a las personas como usted y como yo viviendo una vida gloriosa desde aquí en la tierra y siendo parte de esa famosa "eternidad" desde ahora, sin necesidad de morir físicamente para ello. Pedro el Apóstol escribió detalladamente sobre esa vida, Pedro no solo la alcanzó, sino la describió, para que tuviéramos un parámetro de a donde llegar y cómo vivir de esa manera, en otras palabras, dejó la meta mas clara, para que no nos confundiéramos, pero para eso, tenemos que pasar del libro de Génesis en nuestros famosos intentos por encontrarnos a nosotros mismos en la Biblia en vez de a Dios. 
Cuando nos quede claro esto, el convertirnos en verdaderos hijos de Dios y parte del Reino de los Cielos, será una meta tan clara como casarnos, como tener hijos y ser parte de una sociedad productiva, solo alguien tiene que ponernos el ejemplo y aclararnos que tenemos que encontrar esto en nuestra intimidad con Dios y no solo reflejado en los demás para que sea aspiracional, no lo cree?

ORQUIDEAS

En una oportunidad visité una casa decorada con muy buen gusto, entre tantas cosas bonitas que allí podían observarse me llamó la atención una enorme planta orquidácea ubicada sobre el alféizar de una ventana. Sus flores eran hermosas y su tamaño se imponía sobre el resto de las plantas que acompañaban la decoración de aquel rincón.
Pero lo atractivo de esas orquídeas no era solo su belleza, sino también su historia.
La dueña de casa me contó que había comprado esa planta en el sector de rebajas de un establecimiento comercial. Su condición inicial era pobre, sin atractivo, de tamaño normal, nada fuera de lo común, ¡y encima en el sector de rebajas! Nada hacía suponer que esa “plantita” podría ser la belleza que hoy es; excepto que alguien se detuviera a observarla, considerarla y verle el potencial, como lo hizo su dueña a la hora de pagar el precio para su adquisición.
Al escuchar la frase: “la compré porque le vi potencial”, no pude evitar relacionarla con la obra que Dios hace en nuestras vidas.
Dios nos ha regalado la Salvación en Cristo Jesús porque nos ama (no por mérito alguno) y Él es el primero que ve potencial en cada uno de nosotros, sea cual fuere nuestra condición.
Aunque nos sintamos interiormente como en el sector de las rebajas no debemos desesperarnos, pues Él, mejor que nadie, conoce nuestro potencial:
“Yo te formé (...) yo no te olvidaré” (Is 44:21,NVI).
“Así dice el Señor, el que te hizo, el que te formó en el seno materno y te brinda su ayuda” (Is 44: 2, NVI).
La dueña de esas preciosas orquídeas se ha encargado de cuidarlas y regarlas con diligencia. Dios, quien no solo pagó el precio de nuestra Redención en Cristo y nos ve potencial, también nos cuida con celo para que crezcamos espiritualmente saludables y con raíces profundas: “El Señor cuida a todos los que lo aman” (Salmo 145:20,NVI). Nos alimenta a través de Su Palabra y nos fortalece en la hermandad en Cristo.
“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! ¡Son más dulces que la miel a mi boca!” (Salmo 119:103,NVI).
“Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro” (Efesios 4: 15-16, NVI).
Cada uno de nosotros tiene tal vez alguna historia vivida en el sector de las rebajas, ese sector donde parecería que la luz de la esperanza no llega, ese sector casi olvidado o visitado por pocos (recordemos que era el sector de las plantas y no el de indumentaria femenina). Soledad, desesperanza, frustración y olvido podrían ser algunas palabras con las que podríamos pintar ese cuadro. Pero un día esa historia cambió al penetrar la luz de Jesucristo en nuestros corazones, Él nos dio la oportunidad de tener una nueva vida y de desarrollar nuestro potencial. Por tal motivo,te invito a reflexionar sobre todo lo que Dios ha hecho en tu vida y seguro no podrá hacer otra cosa más que darle Gloria, Honra y Alabanza.