DIOS Y LAS HERIDAS

Uno de mis dichos favoritos es "para pelear hacen falta 2" y tiene que ver con el hecho de que muchas personas suelen recibir heridas y son lastimadas porque así lo deciden, ya que su contraparte ni idea tiene de que sucedió tal cosa, le ha sucedido?? 

 El detalle radica en que las heridas del corazón producen sentimientos que no son del todo útiles en nuestra vida de fe, no son sanos, el rencor, la desconfianza, el desaliento y todas esas cosas hacen que nuestro corazón se inunde de inmundicia (se que suena un poco religioso, pero así es) y lo peor del asunto es que lo llena tanto al grado que no podemos evitar que todo ese sentimiento salga por nuestras bocas y bueno, el resto de la historia lo conoce, no? Familias se han distanciado, parejas han roto, incluso guerras se han iniciado por un corazón roto o un sentimiento generado por una herida que no ha sido sanada adecuadamente y que el tiempo jamás sanará (por si pensaba que con el tiempo podría suceder). 

 La cosa se torna interesante cuando las personas recurren a Dios y piden algo respecto a esta herida, ya sea venganza, sanidad o que sé yo, la mente pareciera volverse más hábil al momento de estar heridos, creo que incluso la Biblia se puede convertir en un arma peligrosa en manos de una persona herida, ya que usará cualquier recurso para desquitar su sentimiento. 

Cuando estamos enojados o heridos y recurrimos a Dios, olvidamos una cosa, olvidamos que aquello que habita en nuestro corazón no comulga con aquello que hay en la presencia de Dios y aunque tenemos la posibilidad de acercarnos cubiertos de inmundicia delante de Dios, jamás llegaremos a su presencia de esa manera. Por tanto Dios previó esta situación y nos dio un nombre al cual podemos recurrir en momentos de dolor, nos dijo que Yahvé Rafá (Éxodo 15:25-27) es el nombre que nos alivia de toda herida, tanto emocional como física, para que podamos de esa manera entrar puros, dignos y preparados para tener comunión con Él. Es importante señalar que no hay herida que se cure con la intención de que quien nos hirió reciba castigo, o siquiera reciba nuestro perdón, cuando Dios nos sana, nos sana para Él, no para los demás de modo que la herida no solo es quitada, sino es desechada para la eternidad de modo que jamás podamos ser afectados por ella de nuevo. 

Es como si Yahvé Rafá nos cubriera con una capa de bálsamo y de protección futura, que no nos permite ver al pasado por tanto dejamos de tener necesidad de pasar por el proceso de perdón que tanto trabajo nos cuesta a veces, sino que al ser sanados por Él, podemos ver a quien nos hirió como si nunca lo hubiera hecho. 

 Como todas las cosas con Dios, lo único que hace falta es nuestra voluntad, ya que sin ella, Dios no puede actuar en nosotros, y tenemos que estar dispuestos a que todo sea quitado, al grado de no tener que hablar de ello de nuevo. Es como con las enfermedades físicas, hay personas que no sanan, porque no están dispuestas a que el efecto de Dios sea inmediato, sino que esperan que sea poco a poco, pues si no, luego de que viven?, si se alimentan de la lástima y compasión de los demás día a día. 

Yahvé Rafá es el nombre que tiene un mayor impacto en nosotros (según mi opinión), ya que es el que nos permite gozar de Dios y disfrutar de Él en el momento menos esperado y nos divorcia del pasado, es el nombre que pone los ojos en nuestra eternidad y no en nuestras circunstancias, es el nombre que declara lo absoluto e ignora lo relativo. 

De modo que si está usted dispuesto a vivir una verdadera vida en comunión con Dios, le es indispensable el ponerse en contacto con Yahvé Rafá de manera continua, hasta que su corazón esté tan limpio que no haya nada que pueda afectar lo que su boca declare y salga de ella cosas tan poderosas, como las que Dios habla.

ROMPE CON LAS MALDICIONES GENERACIONALES

Uno de los males más grandes que enfrenta la sociedad es el egoísmo.  El egoísmo es una condición del corazón, donde no hay cuidado de que la acciones afecten a los demás.  Hay cosas que se pueden hacer pero no se deben por el efecto que esto puede traer a los que nos rodean.  Una persona que no es egoísta es aquella que se cuida, se guarda y toma control de sus pensamientos, para actuar bajo la dirección de Dios y no afectar negativamente a aquellos que le rodean.
Muchos están pagando las consecuencias de errores de padres que no tomaron en cuenta el alcance de sus decisiones, y vemos ese efecto negativo en las generaciones.  Es necesario que seas libre de todas estas cosas, para que alcances todo lo que Dios te ha prometido.
En Gosén se culmina la maldición generacional y se levanta la generación que tomará un nuevo rumbo. 
En Génesis 15:13, leemos la profecía que Dios le da a Abraham de que su generación pasaría cuatrocientos años viviendo en tierra ajena y estaría sirviéndole a otro pueblo, pero él los sacaría de esta opresión.  Esto ocurre por una mala decisión que tomó Abraham, cuando baja a Egipto en un momento de hambre sin consultar con Dios.     
En la biblia, vemos cómo Dios dice que las consecuencias de una mala decisión se pueden transmitir hasta la cuarta generación.  La economía de hoy es producto de las malas decisiones de nuestras generaciones pasadas.  No es Dios desquitándose contigo por los errores de las generaciones pasadas, sino que cada generación tiene que tomar una decisión delante de Dios.  Dicho esto, no es menos cierto que todas las generaciones tenemos que trabajar con los errores cometidos en el pasado. 
La biblia nos enseña que basta con que se levante una persona que decida amar a Dios, sus leyes, sus estatutos, par que Dios diga: Cuando se levante tal generación, habrá justicia.
Sé tú la persona que se pare hoy y diga: Hasta aquí llega el efecto de las malas decisiones de nuestros antepasados.  Sé tú la persona que diga: En mi familia, todos se han divorciado, o ninguno ha terminado sus estudios, pero hasta hoy. Di: Me levantaré, amaré a Dios sobre todas las cosas y encontraré la bendición de Dios para mí y los míos.

NO HUYAS AL LLAMADO DE DIOS


Una de las maneras en que se manifiesta una maldición generacional es a través de la cultura, a través de hábitos.  Dios nos llama a vivir de una manera, y el mundo, de otra manera.  Lamentablemente, nos han hecho pensar de una manera incorrecta, dándonos a entender que somos nosotros los creyentes los que estamos en contra de la corriente.  

Aún así, hay algo más difícil que la cultura social, y es la cultura familiar; costumbres que ha adoptado la familia que, en cierta época, le ayudó a sobrevivir, pero puede ser que hoy no sea lo que Dios quiera que hagas y es a ti a quien le corresponde detener aquello que ha paralizado el potencial que Dios ha puesto en tu vida.

Todos tenemos que vivir y luchar con esa parte que está en nuestro interior que a veces no nos deja mover hacia adelante.  Muchos hoy pelean con los enemigos que los padres no eliminaron.  Otros sufren las consecuencias de la esclavitud, consecuencias provocadas por las decisiones de sus generaciones pasadas; heridas espirituales, heridas emocionales.  Hay quienes hasta pagan deudas de decisiones que no tomaron. 

Dentro de ti, sabes que hay situaciones que le han causado problemas a tu madre o padre y, aunque no quieras ser como ellos, te comportas como ellos.  Tú estás consciente de que ese estilo de vida no les dio buenos resultados, ni estaban en orden con el propósito de Dios, pero continúas haciendo lo mismo.  Vives con las mismas ataduras mentales, emocionales y físicas, pero tiene que llegar una generación que se levante y se pare firme y diga: No voy a vivir las consecuencias de los errores de aquellos que no amaron las leyes de Dios.  Ningún padre es perfecto, pero todo padre que ama a Dios le enseña a sus hijos a amar a Dios sobre todas las cosas. 

Gosén siempre estuvo, pero hubo un momento en que la cobertura no estaba porque José había muerto y es entonces cuando Faraón oprime al pueblo.  Dios levanta a Moisés, quien vuelve a reclamar aquel lugar.  Es a través de él que Gosén vuelve a levantarse, y se manifiesta la protección.  Cuando las plagas estuvieron en Egipto, no tocaron a los que estaban protegidos en Gosén.

Hace falta un Moisés, un hombre que tenga una experiencia con el Espíritu de Dios, en el peor desierto de su vida, para que saque a toda una generación de la esclavitud. 

Tienes que entender que tu nacimiento dentro de tu familia no fue casualidad.  Fuiste marcado para un tiempo como este.  Quizás hoy estás viviendo en el desierto porque estás huyendo, y no te atreves a enfrentar a esos enemigos.  ¡Basta!  ¡Hasta hoy! Párate firme en el nombre de Jesús.  En tu mano está el poder, no solo para liberarte tú, sino para sacar familias completas de la esclavitud.

Dios le dijo a Abraham que serían cuatrocientos años, pero vivieron cuatrocientos treinta años, por dos razones: Moisés comete un error, y se va huyendo al desierto.  Ese es el tiempo que Dios tuvo que preparar a Moisés en el desierto, mientras el pueblo seguía siendo más oprimido.  Durante este tiempo, Moisés estuvo libre prosperando en el desierto.  En el desierto se casó, tuvo ovejas, tuvo ganado, pero Dios no fue quien lo envió.   

Dios te llamó a liberar generaciones completas y no a vivir cómodo en el desierto.  Dios te llamó para que tengas una experiencia con el Espíritu Santo y para que venzas los enemigos y los errores que cometieron las generaciones pasadas y liberes a tu familia. 

Tu familia no fue llamada para ser esclava de la droga, de la fornicación, del adulterio, de la deuda, de la pobreza, de la depresión, de la poca educación, de la amargura.  Dios te creó para seas cabeza y no cola; para que siempre estés arriba y no abajo.

No huyas al llamado de Dios. Párate firme y de ahora en adelante ama a Dios sobre todas las cosas y permite que tus generaciones sean libres y se muevan al destino que Dios tiene para ti y los tuyos.

NO ESCAPES

Puede ser que por mucho tiempo hayas estado huyendo de situaciones difíciles, de problemas, pero el propósito de Dios no es que escapes, sino que seas liberado por su poder.  Puede ser que sientas que la promesa de Dios se ha tardado más de lo que esperabas.  Puede ser que sientas la presión de no tener libertad en tus pensamientos, en tu familia, en tus finanzas, y te sientes en pausa. Pues este es el momento de ser libre de toda atadura y recibir la bendición.
En Génesis 15:13, dice: Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.  Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.
Esta declaración de “saldrán con gran riqueza” es muy importante, no tan solo por lo financiero, sino porque es un principio espiritual.  Esto demuestra la gran diferencia entre escapar y ser liberados.  El que los iba a liberar era Dios, no era que ellos iban a escapar. 
Siempre que escapas de un problema sales en peor condición que cuando entraste a la situación.   Cada vez que escapas y huyes de un lugar tienes que dejar atrás lo que trabajaste, lo que luchaste, todo lo que te pertenece. Cuando escapas tienes que salir corriendo y mirar por encima de tus hombros porque los enemigos te vienen persiguiendo.
Cuando Dios te liberta, los enemigos no te persiguen, sino que pagan por tu salida.  Esta frase es muy importante en el día de hoy porque es Dios diciéndote que basta ya de estar escapando de los problemas que te han afectado por tanto tiempo. Es hora de que creas en la liberación de Dios para tu vida.
¿Cuántas veces, por escapar, en una relación matrimonial has tenido mayores problemas que si hubieras trabajado por los problemas?  ¿Cuántos han huido de un trabajo por algún problema?  Siempre que se escapa se pierde años de esfuerzos, de lucha, de tanto empeño. 
Cada vez que sales corriendo y sales huyendo, todo lo que trabajaste en ese periodo tienes que entregarlo.  Pero, el día que Dios te libera, y el poder de Dios se manifiesta a favor tuyo, cuando sales, sales libre de lo que atormenta y te paraliza, y sales también con cosas en tus manos.  Cuando Dios te libera, lo que has hecho no está perdido.
Hoy en día, muchos están en desesperación y ansiedad en su interior porque ya no tienen más para dónde escapar.  Acabaron con su capital, con los contactos para pedir ayudas y están en un lugar en el que solo queda que Dios haga algo, o Dios haga algo.  Y gloria a Dios que no tienes más para donde ir y a donde escapar, porque es en ese momento en que decides acudir a Dios que se manifiesta su poder en tu vida.
No sigas escapando. Se acabó hoy el estar huyendo y tratando de provocar tu salida, sino que vas a hacer la atmosfera correcta para que Dios te libere y salgas con algo en tus manos.   Cree que Dios te va a liberar y caminarás con la cabeza en alto, delante y en medio de tus enemigos, y ellos te van a comenzar a bendecir y a decirte vete de aquí y te darán algo en tus manos. 
Para que esto suceda, tienes que creer en el poder libertador de Dios.  La venganza de Dios para tus enemigos no es sacarlos del medio, sino bendecirte en medio de ellos.  Esto sucederá, como dice la biblia en Salmo 105:37-38: Los sacó con plata y oro y no hubo en sus tribus enfermo.