LA BATALLA DE CADA MUJER JOVEN

Los muchachos no son los únicos que pelean una batalla por la pureza. El mundo en el que vives promueve la relación sexual como la respuesta a casi todas las cosas. La presión de ir con la corriente es cada vez mayor, y es fácil ceder a cosas pequeñas que son mucho más dañinas de lo que parecen. 

Puede ser que tú y tus amigos queden atrapados en relaciones destructivas o actividades sexuales sin saber siquiera cómo llegaron allí. Solo quieres ser normal: tener un sitio, ser querida, ser atractiva para el sexo opuesto. 

Sin embargo, ¿estás pagando un precio demasiado alto? Este homólogo del premiado libro La batalla de cada hombre joven puede ayudarte a: Aprender cómo la batalla sexual comienza en tu corazón y en tu mente. Entender tu necesidad de atención por los muchachos. 

Reconocer y evitar las posibles dificultades que le esperan a las jóvenes en el viaje hacia la adultez y el posible matrimonio. 

Descubrir cómo los medios de comunicación, las novelas, la moda, las salas de charla y las obsesiones con el cuerpo y la belleza influyen en tus elecciones sexuales, y lo que puedes hacer al respecto. Proteger tu mente, tu corazón y tu cuerpo contra las concesiones sexuales y emocionales. Desarrollar un nivel de intimidad más profundo y satisfactorio con Dios. 

Ya sea que te hayas protegido hasta ahora en lo emocional y los sexual, que sientas que te han privado de la pureza, o que hayas cedido a la tentación de alguna manera, este libro puede ayudarte a lograr o a recuperar la integridad sexual. 

También puede guiarte a través de las tentaciones y las presiones del comienzo de la vida adulta mientras te demuestra cómo puedes vivir al máximo, sin reproches.

CUENTAME UN CUENTO

La imagen de una madre o un padre leyendo un cuento a su hijo, en la cabecera de la cama, es entrañable y se repite generación tras generación. No obstante, con el auge de la televisión, y el ritmo acelerado de la vida cotidiana familiar, el momento de contar cuentos empieza a ser cada vez menos frecuente. Sin embargo, se han realizado estudios muy interesantes que insisten en subrayar la importancia de leer cuentos a los niños, por el beneficio que de tal costumbre se deriva en su desarrollo del lenguaje y el pensamiento creativo. No debemos perder la sana y tradicional costumbre de contar cuentos. 

A continuación destaco muy brevemente lo que aseguran los especialistas sobre los principales aportes de tal actividad en la formación del niño, así como algunos consejos para sacarle todo el partido posible. 

 ¿QUÉ APORTAN LOS CUENTOS AL DESARROLLO DE TU HIJ@? 

- Aprende a imaginar:Cuando el pequeño ve la televisión, las imágenes le llegan hechas, pero cuando escucha un cuento, necesita imaginar a partir de las palabras que oye. Esa actividad le ayudará posteriormente en el colegio cuando empiece a oír explicaciones orales sobre diferentes contenidos. 
 - Recibe información sobre valores y comportamientos: Es una forma de conversar con tu hijo y de hablarle a través de las historias que le cuentas sobre temas que le ayudarán a entender su entorno y a comprenderse mejor a sí mismo y a los que le rodean. Al ser una actividad lenta y relajada, hay tiempo de volver sobre un mismo hecho, y observar la actitud y la reacción del pequeño ante situaciones emocionales que quedan reflejadas en el cuento. 
 - Combate sus propios temores:En muchos de los cuentos, tu hijo se sentirá identificado con las emociones de los protagonistas, y el conocer el desenlace y lo que le va ocurriendo a lo largo de la historia supone tener argumentos para afrontar sus propios miedos, con una sensación de mayor control. 
 - Fomenta la intimidad y la complicidad entre tu hijo y tú: Además de compartir emociones derivadas de la historia relatada, el niño se percata del tiempo que le dedicas y se siente atendido y mimado. 
 - Le ayuda a crear su propio hábito de lectura:No hay nada más efectivo que el ejemplo, y cuando un niño ha visto a sus padres leer, y ha compartido tiempo de lectura con ellos, crecerá asociando factores positivos a los libros. 

 ¿CÓMO CONTARLES CUENTOS DE FORMA EFICAZ? 

- Procura hacer un rito de tal momento. Algo que el niño y tú esperen con agrado. Sobre todo en niños muy pequeños, es importante repetir varias veces las diferentes escenas del cuento procurando utilizar las mismas palabras. - Interpreta lo mejor que puedas a los personajes que hablan en el cuento. 
 - No te limites a una lectura impersonal. Te está escuchando un niño y su imaginación está receptiva a todos los matices de voz. Deja que se impregne de las emociones que brotan de la historia para que la viva con más intensidad. 
 - Mientras lees pon atención a las reacciones del niño, a sus movimientos, y haz pausas todas las veces que sea necesario para escuchar sus preguntas o para comprobar si está entendiendo el relato. 
 - Déjale participar lo más posible, tanto a la hora de elegir el cuento a leer (te puede dar muchas pistas esa elección, sobre sus intereses o preocupaciones), como a la hora de las interrupciones. Cuando el niño esté cansado no le fuerces a continuar. Es muy importante que sea una actividad gratificante para él, nunca una obligación. 
 - De vez en cuando, cambia la acción de leer cuentos por la de oír cuentos juntos, por ejemplo, en un CD. Será una pequeña aventura también para ti, pues tendrás que ponerte a la altura del niño que escucha y eso creará una corriente afectiva y de gran complicidad entre los dos. 
 - En otro momento del día, pídele que dibuje alguno de los personajes o escenas del cuento que hayan leído el día anterior. Así podrás comprender mejor a tu hijo, pues en su dibujo quedarán expresados los miedos, las expectativas y los intereses que le mueven. 

CUENTOS CON VALORES, HISTORIAS BÍBLICAS... La mayoría de los padres y madres estamos interesados en dar a nuestros hijos buenos principios en la vida. Estoy segura de que todos sabemos que esto supone mucho más que meramente suministrar alimento y ropa, llevar a un buen colegio o a las actividades que consideremos importantes para una buena educación. Para enfrentarse con éxito a la vida, los niños necesitan guía moral, principios por los cuales vivir. Y los necesitan desde sus años más tiernos. En muchos hogares, los padres se van distanciando de sus hijos a medida que estos van cumpliendo años. 

Al ir creciendo, a los padres se les hace cada vez más difícil hablarles de las cosas importantes; este proceso de distanciamiento suele tener su culminación en la etapa de la adolescencia, donde a menudo escuchamos a los padres y las madres expresar que “no reconocen a sus hijos”. 

Por eso es muy importante comenzar con esta actividad de lectura conjunta cuanto antes, mejor; desde la cuna. Los niños lo vivirán como un hábito más de la rutina familiar.  Hay infinidad de libros con historias inspiradas que podemos usar para este fin.

AUTORIDAD

En Lucas 24:36, Jesús se le aparece a los discípulos, y estos se atemorizan, pues piensan que es un espíritu. Jesús les dice que no temieran y que palparan las heridas de sus manos y pies. Cuando estudiamos la biblia, podemos ver que se hace muchas referencias sobre los pies de Cristo. Por ejemplo, en Mateo 15, nos narra que traían a los enfermos y los ponían a los pies de Jesús; el Gadaleno, se tiró a los pies de Cristo; la mujer adultera estaba a los pies del Maestro; María, la hermana de Lázaro, siempre estaba a sus pies escuchándole; cuando Cristo fue a la casa de Simón, le dijo: No me diste nada para lavarme lo pies; Cristo dice que, el que esté limpio de corazón, lo único que hace falta es que alguien le lave los pies.
Hay algo de mucho valor en la actitud de ir a los pies de Cristo.
En el Antiguo Testamento, también podemos ver referencias bíblicas acerca de los pies. En Génesis 3:15, donde menciona la enemistad entre la mujer y la serpiente, entre varias cosas, Dios le dice a la mujer que heriría en la cabeza a la serpiente, y la serpiente la heriría en el calcañar. El calcañar es el talón, donde en realidad se pone la fuerza cuando vas a caminar. También, cuando Dios le habla al pueblo de Israel, le dice que, dondequiera que ellos pusieran la planta de sus pies, todo lo que pisaran sería de ellos. En otra ocasión, cuando van a cruzar el Río Jordán, Dios les dice que, tan pronto los sacerdotes pusieran los pies en el agua, se abriría el Jordán y cruzarían en seco al otro lado.
Los pies representan nuestra autoridad sobre el enemigo y la oportunidad que Dios nos da de salir de todo lugar en que hemos estado esclavizados. Representan el tener autoridad y poseer lo que Dios nos ha prometido. No podemos cumplir el propósito de Dios y poseer, si no tomamos autoridad. Las instrucciones que Dios nos ha dado son: Ir a las naciones, y predicar el evangelio. Y la única forma de cumplir es que te pongas en pie, tomes autoridad, y se abrirán puertas. Por esto, les dijo a los discípulos: Todo el que te recibe, la paz quedará en ese lugar. Pero, el que no te recibe, sacúdete el polvo de los pies y sigue caminando, porque llegarás al lugar donde se te abrirán puertas.
Tienes que sacudirte el polvo de los pies, porque llegó el momento en que vas a entrar a una nueva dimensión en tu vida y, cuando llegues a ciertos lugares, puertas se abrirán delante de ti. Esto es la gracia y el favor de Dios sobre tu vida. No te molestes cuando no te reciban en algunos lugares. Dios te dice: Sacúdete el polvo de los pies y sigue adelante. Por causa de lo que hizo Jesús en la cruz del Calvario, tendrás dominio y autoridad y, dondequiera que vayas, dondequiere que pisen tus pies, será tuyo.
Se acabó el momento de dar vueltas y vueltas en el desierto. Llegó la hora en que entrarás a tu tierra prometida. Gente abrirá puertas delante de ti. Hay dos maneras de dar vueltas en el desierto. La primera, sin saber para dónde vas. Pero la otra manera es dar vueltas alrededor de Jericó, porque se caerán las murallas y entrarás para poseer, porque sabes que Dios te lo ha entregado.
Una cosa es caminar sin saber la autoridad que tienes y sin saber para dónde vas; otra, caminar sabiendo que Dios te ha dado autoridad.
El favor y la gracia de Dios vienen sobre tu vida. Tomarás autoridad y te atreverás a caminar a lugares donde nunca habías ido. Dios comenzará a abrir puertas con gente nueva y, el que no te reciba, te sacudes el polvo de los pies y sigues hacia adelante. No permitirás que ningún rechazo te paralice y te detenga, sigue caminando porque, cada paso que das, Él va contigo. Esta es la única manera de cumplir el propósito de Dios en tu vida; tomando la autoridad y caminando con seguridad.

EXTIENDE TU MANO

En el huerto del Edén, el hombre tenía a su mano todo lo que necesitaba. No tenía que pedir nada. Pero, desde el día en que el hombre extendió su mano para comer del árbol que era prohibido, desde el día que extendió su mano para tomar aquello que Dios no le había dado, desde ese día, la mano del hombre, de la humanidad, se acortó, se secó. Ahora, como vemos a través de la historia, al hombre se le hace difícil alcanzar todo lo que Dios tiene para su vida.
De ahí el sentido de insatisfacción del hombre; porque no está a su alcance todo lo que necesita.
Más adelante, vemos que todo lo que el pueblo de Israel necesitaba ver para tener la victoria en batalla, era las manos levantadas de Moisés. Las manos levantadas eran señal de victoria para el pueblo de Israel. Por eso, en el libro de Hebreos, capítulo 12, dice: Levantad las manos caídas.
Haz señal de victoria. Levanta tus manos en adoración, en señal de que vas hacia adelante.
En Lucas 6, se nos habla del momento en que Jesús sanó a un hombre que tenía la mano seca. Las palabras que Jesús dijo al sanarle fueron: Extiende tu mano. Y, dice la biblia, que su mano fue restaurada. Si fue restaurada, significa que su mano fue devuelta a su estado original. O sea, la mano de aquel hombre había estado extendida anteriormente. Algo le secó su mano, acortándole el potencial de alcanzar lo que Dios tenía para él.
Hay cosas, experiencias en tu vida, que han acortado tu brazo, tu alcance. Esas experiencias han secado tu mano a tal grado que no has podido extenderte hasta alcanzar todo lo que Dios tiene para ti. Pero, lo grande es que, Dios no solo restaura tu mano, sino que, cuando lo hace, no lo hace en secreto. Cuando Dios restaura tu alcance, lo hace delante de aquellos que han hecho que tu mano se seque.
Jesús puso a aquel hombre en medio de todos los presentes, conociendo los pensamientos que tenían. Dios conoce los pensamientos que tiene la gente de ti, y te pondrá en medio de ellos, y será allí que extenderá tu mano y serás restaurado.

POR SU LLAGA

Históricamente, se ha hablado de que Cristo recibió 39 azotes. Pero, cuando leemos la biblia, en los evangelios no nos dice que recibió específicamente 39 azotes. ¿De dónde sale este número? Esto sale de 2 Corintios 11:24 y de Deuteronomio, donde está la ley para castigar a un judío. 

En el Antiguo Testamento, la ley especificaba que se podía castigar a un judío con 39 azotes; no más de cuarenta, porque, cuando un judío castigaba a otro, no podía azotarlo más de 40, porque se consideraba avergonzar al hombre y en realidad la idea era castigar, no avergonzar al judío.
Por esto, Pablo en 2 Corintios 11 nos dice: 40 menos 1; que es un total de 39 azotes, pero aquí se refiere a la ley judía. Cristo no fue azotado por los judíos, sino por romanos, y estos no se regían por la ley judía. Cuando los romanos azotaban, se aseguraban de que fuera lo suficiente, no para matarlo, pero sí para que sufrieran. Jesucristo fue azotado en varias ocasiones por los romanos; antes de ser llevado ante Pilato, y cuando caminaba con la cruz.
Ahora bien, así hubiese sido un solo azote, hubiera sido suficiente para que recibiéramos libertad; porque no es importante la cantidad de veces que fue azotado, sino por qué fue azotado.
Dice la palabra, en Isaías 53:4-5,Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores;y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Por esto, ante cualquier enfermedad, declaramos que somos sanos, porque en esos azotes él llevó cada enfermedad. Si en tu familia hay condiciones, padecimientos de alguna enfermedad, no olvides que, hace dos mil años atrás, por la sangre de Cristo, tenemos un ADN diferente, hay una nueva sangre; reclama esa sanidad.
Tenemos que creer en esto, porque todos, en un momento dado, tenemos que batallar con esto. Necesitamos entender y creer lo que él hizo por nosotros en la cruz del Calvario.
Si te han dado un diagnóstico de enfermedad, si te han dicho que tienen que operarte, que vas a perder la vida, que el cáncer que tienes es terminal, declara que el poder de la llaga de Cristo se manifiesta en tu vida. 

Decláralo y recíbelo, en el nombre poderoso de Jesús. Por lo que él hizo por nosotros en la cruz del Calvario, reclama la sangre de Cristo sobre tu vida. La diabetes desaparece, el cáncer se seca, todo se ordena, se arregla, y recibes el milagro que has estado esperando. Él llevó tus enfermedades en la cruz del Calvario. Cada azote, fue para hacerte libre de toda enfermedad, de todo dolor. Declárate sano por las llagas de Cristo