AUTORIDAD

En Lucas 24:36, Jesús se le aparece a los discípulos, y estos se atemorizan, pues piensan que es un espíritu. Jesús les dice que no temieran y que palparan las heridas de sus manos y pies. Cuando estudiamos la biblia, podemos ver que se hace muchas referencias sobre los pies de Cristo. Por ejemplo, en Mateo 15, nos narra que traían a los enfermos y los ponían a los pies de Jesús; el Gadaleno, se tiró a los pies de Cristo; la mujer adultera estaba a los pies del Maestro; María, la hermana de Lázaro, siempre estaba a sus pies escuchándole; cuando Cristo fue a la casa de Simón, le dijo: No me diste nada para lavarme lo pies; Cristo dice que, el que esté limpio de corazón, lo único que hace falta es que alguien le lave los pies.
Hay algo de mucho valor en la actitud de ir a los pies de Cristo.
En el Antiguo Testamento, también podemos ver referencias bíblicas acerca de los pies. En Génesis 3:15, donde menciona la enemistad entre la mujer y la serpiente, entre varias cosas, Dios le dice a la mujer que heriría en la cabeza a la serpiente, y la serpiente la heriría en el calcañar. El calcañar es el talón, donde en realidad se pone la fuerza cuando vas a caminar. También, cuando Dios le habla al pueblo de Israel, le dice que, dondequiera que ellos pusieran la planta de sus pies, todo lo que pisaran sería de ellos. En otra ocasión, cuando van a cruzar el Río Jordán, Dios les dice que, tan pronto los sacerdotes pusieran los pies en el agua, se abriría el Jordán y cruzarían en seco al otro lado.
Los pies representan nuestra autoridad sobre el enemigo y la oportunidad que Dios nos da de salir de todo lugar en que hemos estado esclavizados. Representan el tener autoridad y poseer lo que Dios nos ha prometido. No podemos cumplir el propósito de Dios y poseer, si no tomamos autoridad. Las instrucciones que Dios nos ha dado son: Ir a las naciones, y predicar el evangelio. Y la única forma de cumplir es que te pongas en pie, tomes autoridad, y se abrirán puertas. Por esto, les dijo a los discípulos: Todo el que te recibe, la paz quedará en ese lugar. Pero, el que no te recibe, sacúdete el polvo de los pies y sigue caminando, porque llegarás al lugar donde se te abrirán puertas.
Tienes que sacudirte el polvo de los pies, porque llegó el momento en que vas a entrar a una nueva dimensión en tu vida y, cuando llegues a ciertos lugares, puertas se abrirán delante de ti. Esto es la gracia y el favor de Dios sobre tu vida. No te molestes cuando no te reciban en algunos lugares. Dios te dice: Sacúdete el polvo de los pies y sigue adelante. Por causa de lo que hizo Jesús en la cruz del Calvario, tendrás dominio y autoridad y, dondequiera que vayas, dondequiere que pisen tus pies, será tuyo.
Se acabó el momento de dar vueltas y vueltas en el desierto. Llegó la hora en que entrarás a tu tierra prometida. Gente abrirá puertas delante de ti. Hay dos maneras de dar vueltas en el desierto. La primera, sin saber para dónde vas. Pero la otra manera es dar vueltas alrededor de Jericó, porque se caerán las murallas y entrarás para poseer, porque sabes que Dios te lo ha entregado.
Una cosa es caminar sin saber la autoridad que tienes y sin saber para dónde vas; otra, caminar sabiendo que Dios te ha dado autoridad.
El favor y la gracia de Dios vienen sobre tu vida. Tomarás autoridad y te atreverás a caminar a lugares donde nunca habías ido. Dios comenzará a abrir puertas con gente nueva y, el que no te reciba, te sacudes el polvo de los pies y sigues hacia adelante. No permitirás que ningún rechazo te paralice y te detenga, sigue caminando porque, cada paso que das, Él va contigo. Esta es la única manera de cumplir el propósito de Dios en tu vida; tomando la autoridad y caminando con seguridad.

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