CINCELADO POR LA MANO DEL MAESTRO

Dios no ha terminado contigo

¿Te has preguntado si todas las esquinas ásperas de tu fe y carácter serán limadas algún día?


¿Sientes a veces que Dios debe estar frustrado por tu lentitud para aprender lecciones espirituales?


¡No te desesperes! Encontrarás en este retrato contemporáneo de Pedro que el mismo Cristo que transformó al apóstol, puede realizar un milagro similar en tu corazón.


A medida que revivas las experiencias que Cristo usó para moldear y transformar a ese rudo pescador en un gigante de Dios, aprenderás:


Cómo Cristo nos motiva a cambiar el carácter.


Cómo Cristo nos ubica intencionalmente en situaciones estrechas para desarrollar la fe.


Cómo de los errores y pecados pasados, podemos aprender importantes lecciones.


Que la soberanía de Cristo se extienda por encima de todo detalle en la vida de un creyente.


La perspectiva es la habilidad de ver las cosas como realmente son. La serie "VIDA EN PERSPECTIVA", de Erwin Lutzer, nos ayuda a ver las tribulaciones y desafíos terrenales desde el punto de vista divino, por medio de las experiencias de algunas de las más amadas personalidades Bíblicas, tales como David, Pedro, Moisés y otros. 


El Dr. Lutzer está convencido de que nuestros problemas serán menores cuando nuestra concepción de Dios, sea mayor.

SACA LOS ESTORBOS DE RAIZ


En Marcos 11, Cristo dice: El que le dijere a ese monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. En Lucas 17, Cristo dice a sus discípulos que si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a un sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y los obedecería.El monte y el sicómoro se sacan de la misma manera: hablando, y de raíz; y a ambos hay que echarlos a la mar, el lugar del olvido. Ese es el mismo lugar al que deben echarse las raíces de amargura, porque ahí no van a crecer.
Tanto la expresión en Marcos 11, como la de Lucas 17, tienen que ver con las emociones. Jesús viene trabajando con ciertas cosas en el área de las emociones, y es entonces que dice: Si le dices a este monte: Quítate y échate en lo profundo de la mar, obedecerá.
Desarraigar quiere decir “sacar de raíz”. El sicómoro es un árbol, no muy alto, pero con raíces impresionantes. Sus raíces se pegan a las de otros árboles, al punto de secar estas otras raíces. De la misma manera, quizás no muestras mucho por fuera tu coraje, pero por dentro te estás consumiendo. Puedes mostrarte feliz, y por dentro estar frustrado; y esto te estorba, estorba la manifestación de la gracia de Dios en tu vida.
Cristo les dice a los discípulos que saquen de raíz todo sicómoro en sus vidas.
Saca de raíz todo aquello que está queriendo profundizar y detener todo aquello que Dios quiere hacer contigo. Saca de raíz todo aquello que quiere detener la gloria de Dios en tu vida. Y no tan solo lo saques, sino que planta algo nuevo. Jesús dijo: Si tuvieras fe, como un grano de mostaza. En otras palabras, saca el sicómoro y siembra la mostaza.
La mostaza es pequeña, pero es que tú lo que necesitas es un poco de esperanza, un poco de fe de que todo va a estar bien.
En Mateo 13:31, Cristo dice que el reino de Dios es como una semilla de mostaza que es plantada y, a pesar de ser pequeña, crece como un árbol gigantesco, donde las aves vienen a hacer nidos. ¿De qué te sirve tener un árbol que afuera no sirva de nada, pero que tenga raíces bien profundas? Mejor planta un árbol de mostaza, que aunque sus raíces no son tan grandes como la del sicómoro, afuera se convierte en algo que lo que hace es atraer los pájaros, que en la biblia representan prosperidad, libertad, bendición, salud.
Siembra un árbol de mostaza porque, algún día va a anidar esos nuevos pensamientos, esas nuevas ideas de prosperidad, de bendición; pero tienes que sacar el sicómoro de raíz, y sembrar mostaza. Saca aquello que te estorba. ¿Cómo? Con la palabra, con el poder de la palabra. Cristo dijo: Si dijeres.
El perdón comienza diciendo; la libertad comienza diciendo. Y cada vez que venga un pensamiento negativo, una duda, un recuerdo de una herida del pasado, sácalo de raíz, no permitas que haga raíz en tu vida, y declara que tu confianza no está puesta en los hombres, sino en Jehová.

AUMENTANOS LA FE...


En un momento dado, los discípulos le dijeron a Jesús: Auméntanos la fe. Muchas veces tomamos estos  versos para hablar acerca de lo importante de aumentar nuestra fe para prosperar, para progresar, para obtener grandes cosas materiales o naturales en nuestra vida. Curiosamente, esta expresión “auméntanos la fe” es usada por los apóstoles en otro contexto.
No es que esté mal pedirle a Dios que aumente tu fe para prosperar, para progresar, pero en esta ocasión, la razón por la que los apóstoles piden que les aumente la fe es una muy diferente.
En Lucas 17, Jesús dice a sus discípulos que procuren no ser tropiezo para con sus hermanos en la fe, y que, si alguno pecaba contra ellos siete veces al día, y siete veces se fuera donde ellos arrepentido, le perdonaran. Fue entonces que los discípulos dijeron: Auméntanos la fe.
Para perdonar, hay que tener fe. Para amar a la gente, hay que tener fe. Para no ofenderte con la gente, hay que tener fe. Para tú poder ser libre de los tropiezos y de las ofensas, hay que tener fe.
Tú necesitas que Dios te aumente la fe para perdonar, para que no permitas que la gente que trata de ser tropiezo para tu vida se meta en tu corazón de manera tal que estorbe lo que Dios tiene para ti.
Jesús les dijo: Si tuvieras fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería. Y hay cosas en tu vida que tienes que sacar de raíz.
En Hebreos 12:5, dice la palabra del Señor que tengas cuidado no sea que brotando alguna raíz de amargura en tu vida te estorbe el alcanzar la gracia de Dios.
La gracia de Dios alcanza a todos, pero no todos alcanzan la gracia, porque hay cosas que estorban.
Tu peor estorbo para la paz, para el descanso, para el éxito, para la felicidad, no es el diablo. Deja de pelear con el diablo. El diablo no es omnipresente. Hay seis billones de habitantes en todo el mundo, por lo tanto, tú no eres su prioridad.
Tu mayor estorbo no es el diablo, no es el mundo, no son los problemas que hay a tu alrededor, no es la gente. Tu mayor estorbo ante lo que Dios tiene para ti eres tú. Permitiendo que broten raíces de amargura en tu vida, estorbas la gracia de Dios.
Tu mayor estorbo es lo que tú permites que se meta en tu corazón: el rencor, el odio, la falta de perdón, los corajes. Tú sabes que Dios quiere que tú seas feliz, pero hay algo dentro de ti que no te deja ser feliz. Tú sabes que Dios quiere que tú seas libre, pero hay algo dentro de ti que te ata.
Jesús dice que la forma de cambiar todo esto es sacando el árbol de sicómoro y sembrando una semilla de mostaza. No es sacar algo y dejar el espacio vacío. Sacas el sicómoro de raíz, y siembras una semilla de mostaza, con tus palabras.
Tus palabras son las que crean tus raíces de amargura. Lo que está dentro de ti es porque tú lo has dicho, lo has declarado, y eso estorba lo que Dios quiere hacer contigo. La forma de sacar lo que llevas dentro, es de la misma forma en que lo pusiste: hablando.
Comienza a declarar las palabras correctas.