EL TABERNACULO COMO TIPO DE CRISTO



El Propósito del Tabernáculo

El Tabernáculo proporciona uno de los estudios más interesantes y provechosos en todo el Antiguo testamento. Podemos apreciar su importancia cuando consideramos que se dan casi doce capítulos del Éxodo para su descripción. El Señor le advirtió a Moisés que debía construir cada detalle exactamente como Él se lo mandó, ya que cada parte representaba alguna verdad preciosa para el corazón de cada creyente. Los dos propósitos principales del Tabernáculo, que consideraremos en la primera lección de esta serie, consisten en que el tabernáculo satisfizo el deseo de Dios de morar entre su pueblo y también que el tabernáculo nos proporciona tipos o figuras que ilustran la verdad de Dios.


Dios Deseó Morar en Medio de su Pueblo

El Señor declaró claramente su propósito en Éxodo 25:8: "Y harán un santuario para mi, y habitaré en medio de ellos". La gracia de Dios es expuesta en el principio mismo de nuestro estudio, ya que se demuestra de seguro el favor inmerecido que hizo que el Dios santo estuviera dispuesto a morar en medio de un pueblo pecador, ideando un plan por el cual esto fuera posible.
En la Palabra de Dios, el lugar en el que mora Dios toma tres aspectos, siendo el primero un tipo de los otros dos.


1. El Tabernáculo en el Desierto y el Templo de Salomón. El Templo de Salomón fue construido de manera similar al Tabernáculo y contuvo los mismos artículos e inmobiliario, pero poseía una estructura permanente en vez de una movible, por lo cual sobrepasó notablemente al Tabernáculo en gloria y esplendor. Mientras Israel estuvo en su peregrinación, fue necesario que ellos tuvieran una estructura que pudieran transportar fácilmente de un lado para otro. En Éxodo 29:43-45 se registra la promesa de Dios de morar con los israelitas en el Tabernáculo. Salomón hizo una declaración similar que concierne al Templo: "Yo he edificado casa por morada para ti, sitio en que tu habites para siempre" (1. Reyes 8:13).


2. Jesucristo. Después, Dios moró en medio de la humanidad en la persona de su Hijo, durante treinta y tres años y medio. La Palabra que era Dios (Juan 1:1) fue hecha carne y habitó entre nosotros (Juan 1:14). El vocablo "moró" en griego literal quiere decir "tabernaculizó" (e.d. acampó). Entonces el templo humano de Cristo, fue el tabernáculo de Dios, su lugar de morada entre la gente. Él fue el "verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre" (Hebreos 8:2). El lugar en el que mora Dios, es más que una casa de madera y de oro, pues es una casa de carne y hueso, el cuerpo del Señor Jesús (Hebreos 10:5). (Ver también Juan 14:9-10; 2. Corintios 5:19; Colosenses 1:15, 19; 2:8-9).


3. La iglesia. Después, Dios moró en la iglesia por el Espíritu Santo dado a cada uno de sus miembros. Cuando el tabernáculo del Hijo ascendió al cielo (Hechos 1:9), sus seguidores estuvieron solos, pero Dios vino a morar en ellos. El Señor prometió antes de marcharse, que Él no los dejaría solos, sino que vendría a morar en ellos: "Porque vosotros sois templos del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo" (2. Corintios 6:16). La gente Llena por el Espíritu de Dios es ahora su Tabernáculo (Ver Juan 14:16-17; Romanos 8:11; 2. Corintios 5:1).
En conexión con el punto 2, Dios morará en medio de su pueblo en la persona de Cristo durante todo el Milenio y por toda la eternidad. Nosotros vemos a Jesús morando en medio de su pueblo durante el Milenio en Isaías 32:1, Jeremías 23:5 y Zacarías 2:10-11. Nosotros vemos a Dios morando con la humanidad durante toda la eternidad en la persona de Cristo, según Apocalipsis 7:15; 21:3, 22; 22:4. Resaltemos Apocalipsis 21:3: "He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, como su Dios". El verso 22 habla de este tabernáculo: "El Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero". Nótese el uso del verbo singular en el griego. Este término se aplica a un solo ser, ya que cuando Apocalipsis 22:3-4 describe "el trono de Dios y del Cordero" hace uso del pronombre singular para Él: "sus siervos... verán su rostro; y su nombre estará en sus frentes" (énfasis añadido).

El Tabernáculo proporciona Tipos de Cristo y de la Iglesia. El escritor a los Hebreos habla de la adoración en el Tabernáculo como "un símbolo para el tiempo presente" (Hebreos 9:9). Hebreos 9:24 explica que Cristo, el sumo sacerdote verdadero, no entró "en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo". El Tabernáculo no fue sólo un tipo de la persona del Señor Jesús, pues cada mueble es también un ejemplo práctico que describe alguna fase de la obra de Cristo para la humanidad. (Ver Hebreos 9:2-11; 10:1). El Tabernáculo y el Templo traen un número de declaraciones que muestran claramente que ambos son Tipos de Jesús. En 1. Reyes 8:27-30, vemos algunas similitudes entre Jesús y el templo.


1. El templo fue una casa donde Dios decidió colocar su nombre (verso 29). El cuerpo de Jesús fue el templo donde Jehová colocó su nombre. "Yo he venido en nombre de mi Padre" (Juan 5:43). El Hijo de Dios obtuvo su nombre por herencia: "Hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos" (Hebreos 1:4).


2. Los hombres debían orar hacia el Templo. "Oye, pues la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar" (1. Reyes 8:30). Esto ilustra que si deseamos encontrarnos con Dios, debemos orar hacia donde Él mora en el presente, y sólo podemos conseguir la audiencia con Dios, cuando lo buscamos en y por su Hijo Jesucristo. "Nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6). En "la faz de Jesucristo" es que contemplamos la gloria de Dios (2. Corintios 4:6).


3. Aun cuando Dios moró en el Templo, su Ser entero no estuvo contenido por este. "Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado (1. Reyes 8:27). Así, aunque la plenitud de la Deidad mora en Jesucristo (Colosenses 2:9), Dios es el Espíritu omnipresente que llena el universo.

El Tabernáculo es también un tipo del plan de salvación de Dios. Los sacrificios en el patio, mostraron que Dios no puede morar en medio de una gente pecadora, excepto sobre la base de una expiación de sangre. En el plan de salvación de Dios, ningún pecador puede acercarse a Dios a no ser que él confíe solamente en la sangre de su Salvador como la expiación para su pecado. También consideraremos en las lecciones siguientes un número de formas en las cuales el Tabernáculo tipifica a la Iglesia y a sus miembros.