DEPENDIENTES

El confiar en nuestro propio camino desafía el hecho más básico de la creación del hombre: Dios hizo al hombre dependiente

“Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para El.
Y El es antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen.” Col. 1:16-17

¡Qué fácil nos deslizamos y empezamos a vivir a “nuestra manera”! . Debemos hacer frente a nuestra dependencia, arrepentirme de mis intentos de vivir a mi manera, según mi propio camino y someterme a los caminos de mi Creador.

Nuestro orgullo hacia Dios se manifiesta de dos formas:
< br />• Cuando insisto en vivir a mi manera. La reacción humilde frente a esto es confesarlo a Dios en arrepentimiento y dejarlo de lado. Prov. 28:13

• Pensando que mis propios esfuerzos y habilidades son los responsables de cualquier logro o éxito. La humildad es darme cuenta que alguien más es responsable por todo lo bueno en mi vida: Dios mismo.

¿Piensas que las cosas ocurren por tus propias fuerzas? . ¿Estás pasando una prueba? ¿Dejas que Dios muestre la forma de resolverlo y lo pones en sus manos? ¿O quieres las respuestas tu manera?
La humildad es la señal que realmente entiendo lo que Dios quiere de mí. La tendencia natural del hombre es insistir que le dejen solo para vivir la vida a su propia manera y atribuirse el mérito por cualquier éxito y logro que pudiera experimentar en el proceso.

“Asimismo, vosotros los más jóvenes, estad sujetos a los mayores; y todos, revestíos de humildad en vuestro trato mutuo, porque Di os resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.” 1° Pe.5:5

La transformación que será para nuestro bien y para la Gloria de Dios comienza con la humildad.