ENFOCATE

Pablo estaba muy enfocado.  Nos dice, en Filipenses 3: Una cosa hago: olvido lo que queda atrás y me extiendo hacia el supremo llamamiento de Dios.
La persona que no se puede mover al futuro y lograr su máximo potencial es la que está contando todo lo que ha perdido, lo que no ha logrado y las decepciones de la vida.  El enemigo ha logrado cambiar el enfoque de esta persona.  Cuando tu enfoque es a todo lo que has perdido, no puedes moverte hacia adelante.
La mente, en momentos de soledad, quiere siempre llevarte a tus fracasos.  Una mente en ocio es una mente peligrosa.  Nadie puede negar que a la mente llegan recuerdos de lo que se perdió y lo que no ha sucedido.  La mente hace esto como una manera de mantener el control.  Es por esto que la biblia dice que tenemos la mente de Cristo; porque en la mente de Cristo no hay nada de tu pasado, ni nada negativo y nada de tus frustraciones.  En la mente de Cristo lo único que hay es el supremo llamamiento que te quiere mostrar.  Aunque estés pensando que estás como Lázaro, que no hay forma de levantarte de donde estás, en la mente de Cristo hay vida, y vida en abundancia para ti.  La vida no se trata de cuántos cantazos das, sino de cuántos recibes sin paralizarte, manteniéndote en pie y siguiendo hacia adelante.
Toda tu vida debes buscar, no todo lo que tú quieres ser, sino todo lo que él quiere que tú seas.  Dios te ha equipado con talentos, y te ha guardado, y no ha sido para solamente llevarte al lugar donde estás.  ¿Tienes el espíritu, el anhelo, de buscar y perseguir lo que Cristo quiere hacer contigo?  Es bueno que sepas hasta dónde puedes llegar, pero debes querer ir por más.  Olvida lo que ha pasado, y enfócate para lograr lo que Dios quiere que tú hagas.
Quita tu enfoque de lo que has perdido, quita el enfoque de lo que no has logrado y muévete a lo que Dios quiere para tu vida.  Muévete a un futuro de victoria, de poder y bendición.  No podrás alcanzar todo lo que Dios tiene para ti, sino hasta que digas como Pablo: Todo lo doy por pérdida, todo lo he dejado atrás, para alcanzar el máximo potencial.
Olvida tu pasado.  La mente te lo va a traer a memoria para que te quedes estancado, pero Cristo no pagó el precio en la cruz del Calvario para que te quedes en el lugar en que te encuentras.  Tú eres su hijo amado.  Él tiene algo más grande y poderoso para tu vida.  Cada mañana que te levantes, levántate diciendo: Déjame ver lo que Dios tiene para mi vida.
Enfócate en una sola cosa; no en lo que queda atrás, sino en lo que Dios tiene adelante, y permítele llevarte a tu máximo potencial.