NO TEMER PESE A LOS ATAQUES

Dios nunca le prometió una vida sin problemas. Usted no puede evitar los ataques del enemigo contra su vida. Quiero estar seguro de que comprenda cómo vencer sus amenazas. Hay tres clases de ataques que el enemigo usa para amenazarlos a usted y a su familia. El ataque esperado (el león) En el cántico de Moisés se describe cómo Dios lo protege contra el león. El león es como imagen de una lucha desigual, tal como una enfermedad que amenaza la vida. Pero en el Salmo 91, el león también representa la amenaza de los ataques esperados contra su vida y su familia. Cuando está en presencia de un león, usted espera ser atacado. No hay sorpresas aquí. La vida completa viene con problemas incorporados. ¿Está afrontando problemas de relación en su familia, problemas en sus finanzas, en su salud o en su ministerio? Entonces necesita recibir la protección de Dios para ese ataque esperado del león. 

La Biblia se refiere a Satanás como un león rugiente: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Como creyente, puede esperar que vengan ataques del enemigo, sin importar quién sea usted. No debe sorprenderse ni atemorizarse cuando es atacado, porque la Biblia dice que eso ocurrirá. En lugar de ceder al miedo, usted debe ponerse de pie e invocar el nombre del Señor. Él ha prometido protegerlo cuando usted lo haga. Manténgase firme contra el plan de destrucción del león. “Al cual resistid firmes en la fe” (v. 9). Usted no debe temer el esperado ataque del león. Dios le ha prometido victoria sobrenatural sobre todas las amenazas del enemigo. Corra a su sombra, y use su maravilloso nombre para vencer los ataques esperados del enemigo. El ataque inesperado (la serpiente) Moisés declaró que Dios lo protegería de las serpientes. Una víbora yace quietamente bajo una roca o detrás de un arbusto y lo ataca cuando usted menos lo espera. Esto representa el inesperado ataque del enemigo. Cuando usted es atacado por una víbora, dice cosas como: “¡Guau, no me lo esperaba!”, ya sea ese accidente, esa pérdida de empleo, ese problema relacional. “La serpiente estaba allí debajo de esa roca, y no vi su ataque”. Usted sabe lo aterrador que puede ser ese ataque inesperado. 

De alguna manera el elemento sorpresa lo toma con la guardia baja. Usted siente un temor abrumador en ese momento. Pero no tiene que agitarse cuando la serpiente ataca inesperadamente. Corra a la sombra de El Shaddai. ¡Es necesario que usted sepa que los milagros pueden ocurrir tan repentinamente como las tragedias! ¡Sencillamente invoque el nombre del Señor! Haga lo que hizo el apóstol Pablo cuando la serpiente mortal alcanzó su muñeca y él se la quitó sacudiéndola al fuego. (Vea Hechos 28). Cuando un ataque de serpiente del enemigo lo golpee, no deje que lo muerda, ¡sacúdasela de encima! Si la víbora intenta morder su mente, llenándola de miedo, de resentimiento, de ira o de falta de perdón, sacúdasela de encima. No le permita ganar ventaja sobre usted escuchando sus arteras acusaciones. El diablo tratará de robarle su paz y su gozo, sus relaciones y su fe en Dios. Tratará de golpear a sus hijos, sus finanzas y su futuro. Corra a la tienda de El Shaddai, y permítale que limpie su corazón de la mordida de la víbora. Él destruirá los efectos traumáticos del ataque inesperado sobre su vida. Dios le restituirá todo lo que el enemigo ha tratado de robarle. Satanás es el ladrón del gozo. Sus ataques inesperados pueden quitarle su gozo a mordiscos. Él quiere que cada mañana al levantarse usted deteste su vida. Eso puede pasarle a cualquiera de nosotros. La depresión siempre se cierne sobre nosotros, pero usted no tiene que tomarla. Simplemente declare: “El Señor es mi refugio. El Señor es mi vida. El Señor es mi lugar seguro”. La Biblia dice que a su diestra hay delicias para siempre (Salmos 16:11). Dios quiere que usted sea un hijo feliz y despreocupado que vive en su presencia. Satanás quiere robarle su paz. 

“Solo hay un lugar donde se puede estar seguro. Puede ir a un psiquiatra, pero ellos no pueden hacer que usted esté seguro. Puede tratar de obtener alivio con medicamentos o con alcohol, pero solamente encontrará el verdadero lugar seguro a la sombra de El Shaddai, el Dios todopoderoso”. Yo sé lo que es ser atacado por demonios. Lo he experimentado de primera mano. Pero es entonces cuando corro hacia El Shaddai. Tiro de la cuerda de su tienda e invoco su nombre. En ese lugar de seguridad divina todos los ejércitos y ángeles del cielo se ponen de pie y declaran: “¡Él está bajo la sombra del Omnipotente! ¡Tenemos que rescatarlo!”. El ataque infundado (el dragón) Moisés además describió cómo Dios lo protege a usted del temor al dragón (Salmos 91:13). El dragón, en el idioma hebreo original, se refería a un monstruo marino o terrestre, una ballena, o una criatura serpentina. Cuando yo era niña, en la escuela miraba mapas de la civilización antigua que tenían imágenes de dragones. Los marinos que exploraron el mundo no iban a los lugares donde se encontraban los dragones. Tenían miedo de ir más allá de un cierto punto que no había sido explorado por temor a ser devorados por un monstruo marino. Esa es la forma en que el diablo trata de intimidarlo. Mediante el temor a lo desconocido le impide ir más allá de un cierto punto en su caminar con Dios. “No sueñes más allá de este punto”. “No trates de alcanzar algo más, porque el dragón te devorará”, le sisea para evitar que usted persiga su sueño. Pero con Dios no hay límites, solo posibilidades. Como los hijos de Israel estaban en medio de un desierto, parece sumamente improbable que tuvieran que enfrentarse a un dragón. Sin embargo, Dios quería que supieran que estaban protegidos de una bestia tan amenazante. Esa improbable amenaza del dragón representa sus temores infundados a un ataque. Aunque la posibilidad de ese ataque sea remota, la amenaza del enemigo puede intimidarlo en su mente. Usted sufre las mismas punzadas de preocupación y miedo que si fuera a ocurrir. Ataques infundados. Temores infundados. Usted tiembla por dentro y dice: “Sé que está por ocurrir. Me ha estado yendo bastante bien por un tiempo, pero recuerdo a mi papá. Le fue bien por un tiempo, y después siguió arruinándolo todo. Yo podría ser como él”. 

Satanás trata de plantar en su mente toda clase de infundados temores y preocupaciones sobre cosas que son altamente improbables. Le dirá que usted va a perderlo todo, que sus hijos se están yendo al infierno, o que usted tiene cáncer en algún lugar de su cuerpo. Su objetivo es amedrentarlo con un temor infundado. Pero el poder de Dios es mayor que los temores infundados de Satanás. Solo el 8 por ciento de las cosas que le preocupan tiene siquiera probabilidad de ocurrir. La mayor parte de la preocupación y el temor son en realidad mucho ruido por nada. Pero Satanás es experto en pintar cuadros de desastre inminente. En el noticiero vespertino usted ve por televisión un accidente aéreo, y tiene previsto volar al día siguiente. El corazón le comienza a latir con fuerza, y considera la posibilidad de cancelar el vuelo. O un pariente tiene un ataque al corazón, y de repente usted siente como si su corazón latiera en forma extraña. Es necesario que usted cambie en su mente esa imagen diabólica y corra a la seguridad que tiene a la sombra de Cristo. Sus temores infundados pueden referirse a sus relaciones personales. Usted oye la conversación de alguien o piensa en la forma en que lo miró, y el diablo lo hace pensar que en la habitación todos están hablando de usted. Relájese un poco. Usted no es tan importante para todos. 

Ese es el dragón del miedo pintando infundados cuadros de desastre en su cabeza. Usted tiene que responderle a gritos con la verdad de las Escrituras. Dígale al diablo que usted sabe que Dios lo ama, sin importar lo que la gente piense de usted. Declárele que usted no va a fallar. Use la Palabra de Dios y declare que está siendo “transformado . . . de gloria en gloria” (2 Corintios 3:18). Dígale al enemigo que el Señor es el autor y consumador de la fe (Hebreos 12:2). 

Él es su El Shaddai, ¡y eso lo hace a usted libre del temor! Dios no le prometió que nunca tendría problemas. Pero cuando los problemas vienen, Él quiere que sepa que no debe temer. Usted puede ser valiente en medio de sus problemas. Ningún temor puede existir en el amor de Dios cuando usted mora bajo su sombra. Dios quiere que usted sepa que cuando entra bajo la protección de su sombra, Él hará hasta lo sumo para cuidarlo. No importa si está lidiando con el ataque esperado del león o el ataque inesperado de la serpiente. No importa si está afrontando el temor a un ataque infundado del dragón. Solo tiene que invocar el nombre del Señor, y Él lo rescatará.  

NO TE QUEBRARAS

Cuando vemos el momento en que Jesús fue azotado, vemos al hombre que, en medio de su peor agonía, no abrió su boca.
En Isaías 53, vemos la declaración profética que dice que Dios sanaría nuestras enfermedades físicas, y nuestros dolores e iniquidades, las presiones que están marcadas en nuestro cuerpo, el pecado que marca nuestras vidas a través de nuestras generaciones.
En su primer mensaje, Jesús predicó que él vino para librar a los que han sido marcados con dolor en su vida. No hay nadie que, a través de su caminar, no lleve dentro de sí marcas en el corazón, causadas por grandes heridas. Todos los que vivimos en esta tierra cargamos en nuestras espaldas heridas de nuestro pasado, de gente que nos han hecho daño, que nos han  traicionado, que hacen que lamentemos la manera en que vivimos, que menospreciemos la vida.
Muchos renuncian a sus sueños por que dicen: Si voy a sufrir todo esto para alcanzar mi sueño, entonces ¿para qué tenerlo? Sus heridas se vuelven más grandes que el destino que Dios tiene para sus vidas.
La Biblia nos dice que Jesús vino para libertar a los heridos, a los marcados, a los que viven en dolor, los que caminan con heridas.
No veas tan solo al Dios que sana tu cuerpo, sino al Dios que, por lo que hizo en la cruz del Calvario, vino a darte una enseñanza más poderosa.
Mateo 12:20 dice “La caña cascada no quebrará”, diciendo que Jesús será como una vara herida que no quebrará. No importa lo que venga a tu vida, no vas a quebrar hasta que haya victoria en ti. Los problemas te han querido doblegar, pero no te van a partir.
Hay gente que ha llegado a un punto en su vida de tanta presión que han roto todas las cosas y han salido corriendo. Ha sido tanta la presión que rompiste un matrimonio, una empresa, un negocio, renunciaste, abandonaste todo, decidiste huir.
Pero ahora sabes que las espaldas de Cristo te dicen que él no se va a quebrar hasta que haya victoria. La vida puede seguir trayendo azotes, problemas, pero tú no te vas a quebrar hasta que Dios haga lo que ha dicho que va a hacer contigo. Deja que la gente traiga lo que quiera traer, deja que hablen de ti, que digan lo que quieran decir, que te humillen, que te hagan caminar la vía dolorosa, pero no te van a romper.
Cuando parece que ya no puedes más y que tus problemas son demasiados, que tus espaldas están cargadas, cuando parezca que vas a estallar que todo se va a perder, la sangre de Cristo dice que no te vas a romper hasta que haya victoria en tu vida; no vas a quebrarte, no vas a vivir una vida de derrota.
El problema que estás cargando no va a acabar contigo, hasta que haya victoria en tu vida.