INTERCESIÓN

¿De qué trata la intercesión? ¿Tiene que ver solo con orar? Bueno, yo creo que la intercesión siempre debe comenzar con oración; pero la verdadera intercesión rara vez termina allí. Algunas palabras que podrían describir intercesión son: intervenir, mediar, negociar, y arbitrar; pero mi descripción favorita es “levantarse por algo o alguien”. 

Entre las maneras de interceder están: hablar por otro para defenderlo como un abogado, hablar en un conflicto que necesita ser resuelto, y levantarse en favor de los oprimidos y sin voz. La Palabra nos muestra en qué momento debemos involucrarnos, dónde encontrar respuestas, y cómo arreglar lo que está dañado. Nos dirige hacia la luz al final del sendero.

“Dios no nos ha dado discernimiento para condenar, sino para que podamos interceder”.—Oswald Chambers

Ahora que sabemos en qué consiste la intercesión, podemos entender mejor lo que significa interceder. Es común que haya intercesión en los casos en que la luz y la oscuridad se encuentran. Jesús vino a mediar entre Dios y la humanidad, e intervenía cada vez que encontraba las oscuras fuerzas de la enfermedad, posesiones demoníacas, distorsión religiosa y opresión. Rebatió el doble discurso religioso de los maestros de la ley, arbitrando de manera brillante y con una sabiduría asombrosa. Antes de levantarse del sepulcro, se levantó muchas veces para defender a otros.

Cuando le trajeron a una mujer acusada de adulterio, Jesús intercedió por ella al discernir que los líderes religiosos la habían traído solo para tratar de entramparlo y atraparlo. Estaban utilizando la Palabra de Dios como un instrumento de juicio. Ante este desafío intercesor, Cristo discernió la verdadera intención de los líderes religiosos y pronunció palabras de luz hacia sus oscurecidos corazones.

“Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella” (Juan 8:7). Jesús se agachó y esperó que se fueran los acusadores. Luego se levantó otra vez, y dijo: “Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (vers. 10–12).

Jesús le concedió el privilegio de llevar una vida sin pecado a la luz de su futuro, algo que ella jamás pudo disfrutar mientras estuvo atada a la oscura condena de su pasado. ¡Las piedras ya no podrían enviar al sepulcro a esta mujer sin nombre! Hermanas, soltemos las piedras de condenación y tomemos la espada de la luz. El discernimiento tiene el poder de iluminar el mundo para otros. Jesús intercedió también cuando se paró frente a un sepulcro de piedra y levantó a Lázaro de los muertos. Jesús lloró por el dolor de la pérdida del amigo.

“Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir” (Juan 11:41–44).

Lázaro abandonó la oscuridad del sepulcro y encontró liberación en la luz de un nuevo día. El discernimiento y la verdadera intercesión tienen el poder de liberar a los cautivos retenidos hacia un nuevo destino. A lo largo de su recorrido espiritual, Jesús fue capaz de discernir la obra del maligno e interceder para traer verdad, luz, y sanación a una tierra ensombrecida. En mi opinión, su mayor muestra de discernimiento ocurrió cuando dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

El discernimiento identifica cuándo alguien está cegado, e intercede fijándose más en la ignorancia que en sus actos. La cruz acabó con nuestra separación de Dios, pero su intercesión no terminó allí. Jesús no solo se levantó de los muertos; también ascendió al cielo: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” (Romanos 8:33–34).

Gracias a este discernimiento eterno, se nos ha prometido: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? [ . . . ] Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (vers. 35, 37). Querida amiga, es hora de fortalecernos en la Palabra, iluminar este mundo con el verdadero discernimiento, y levantarnos e iluminar a otros a través de nuestros actos de intercesión.

Padre celestial:

Estoy lista para soltar las piedras de condena y convertirme en una hija con discernimiento. Renovaré mi conciencia leyendo, hablando, y viviendo tu Palabra en la luz. Quiero ver la luz y el consejo del cielo invadir las tinieblas que cubren la tierra. Estoy lista para liberar a aquellos que están cautivos por el pecado, declarando luz y amor en su futuro. Estoy dispuesta a interceder por aquellos que han sido sepultados en las tumbas del tráfico humano, la esclavitud religiosa, y la desesperación. Elevaré mi voz, extenderé mis manos, y me levantaré en favor de los demás. En el nombre de Jesús, amén.

ESPERANZA

[Esperanza:] Una expectativa firme y segura de que Dios es real, está presente y obra para mi bien, aun cuando la vida parece estar fuera de mi control.

La escritora norteamericana Jean Kerr llegó a captar la esencia de la esperanza al decir: “Esperanza es sentir que lo que sientes no es permanente”. La esperanza es tan esencial para la vida como el aliento".

Podemos existir sin esperanza, pero no podemos estar realmente vivas a menos que estemos convencidas, en lo profundo de nuestro corazón, de que se avecina algo bueno.

Del mismo modo, George Iles observó: “La esperanza es la fe que extiende su mano en la oscuridad”.

La esperanza es poderosa y necesaria, pero puede ser muy escurridiza. Las falsas esperanzas destruyen nuestros sueños, y la falta total de esperanza da lugar a una constante apatía y un perpetuo aislamiento. ¿Qué podemos esperar? ¿Qué nos ha prometido Dios?

En este artículo veremos la vida de Ana, una mujer que mantuvo su esperanza durante muchos años de desilusiones en los cuales no recibió lo que esperaba. Finalmente, nuestra suprema esperanza no está en las cosas que vemos, gustamos y sentimos. Nuestro anhelo más profundo es encontrar significado y paz en nuestra relación con Dios.

Esperanza tenaz

Si no mirara con ojos de esperanza... no sabría nada del amor del Calvario. AMY CARMICHAEL

No hay nada como un buen llanto, pero para Ana las lágrimas eran una realidad diaria. Durante años, esta mujer de Dios había estado orando por un hijo, pero sus brazos seguían vacíos. Cuando Dios no “cumple” de la manera que pensamos que debería, es fácil cansarse, amargarse, rendirse. Sin embargo, Ana decidió aferrarse tenazmente a la esperanza de que Dios era real, estaba presente y obraría para su bien.

En la Palabra

Lee 1 Samuel 1 y presta especial atención a los versículos 10-11:

Ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.

Muchas de nosotras vivimos tan extenuadas como madres que anhelamos tener algunos minutos de paz y quietud para alejarnos de todo el ruido y las demandas de nuestros hijos; ¡un baño caliente y relajado es como el cielo! Pero he hablado con mujeres que harían cualquier cosa para enfrentar esas demandas. Se sienten terriblemente vacías, porque no pueden tener hijos. Cada día, despiertan a la realidad del vacío de su corazón que simplemente ninguna otra cosa puede llenar.

Ana se sentía exactamente así. En una historia que nos recuerda a otras que hemos leído, su esposo Elcana tenía dos esposas, y su otra esposa, Penina, tenía varios hijos e hijas. En su cultura, la incapacidad de concebir de la mujer no solo le causaba un daño psicológico, sino que era considerada una señal del desagrado de Dios.

Elcana, su esposo, era un hombre bueno y sensible. Amaba a Ana con todo su corazón, y la honraba en todo lo que podía. Cuando vio que lloraba, porque estaba muy afligida, le preguntó: “¿Por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?”. (¡Ni más ni menos, un hombre!). Su intención era buena, pero Elcana simplemente no entendía la profundidad de su dolor y vergüenza.

La otra mujer de la familia no igualaba el consuelo y comprensión del esposo de Ana. Los celos incitaban a Penina a burlarse de Ana, y estoy segura de que Penina aprovechaba cada oportunidad de hablar de sus hijos frente a ella.

Ana pudo haber abandonado su sueño de tener un hijo, pero no lo hizo. En medio de su aflicción, a pesar del ridículo que soportaba en su propia casa cada día y ante la vergüenza que sentía cuando estaba en público, ella seguía pidiéndole a Dios que respondiera su oración. Y después de años de oración, ruegos y espera, Dios le dio un hijo; pero no cualquier hijo.

El pequeño Samuel llegó a ser un profeta poderoso y ungió al primer rey de Israel. El nombre de Ana significa “gracia” o “favor”. Ciertamente, Dios recompensó la esperanza persistente de Ana con su favor.

Hazlo realidad en tu vida

A la mayoría de las mujeres les cuesta aferrarse a la esperanza. ¿Deberíamos acaso abandonar nuestra esperanza? Nadie puede respondernos esto. La novelista Pearl Buck comentó una vez: “La vida sin idealismo es en realidad una vida vacía. Debemos tener esperanza igual que debemos tener pan; comer pan sin esperanza aún así es morirse poco a poco de hambre”.

La demora de Dios no es necesariamente un “no” definitivo. Se requiere de sabiduría para notar la diferencia entre su voz y nuestros anhelos personales. A veces, Dios quiere darnos una respuesta milagrosa. El proceso de demora y esperapurifica nuestras motivaciones, fortalece nuestra fe y nos prepara para aceptar la respuesta de Dios con gratitud.

De corazón a corazón

Una de mis citas favoritas sobre la esperanza es de Anne Lamott:

La esperanza comienza en la oscuridad, la persona tenaz cree que si tan solo va y trata de hacer lo correcto, llegará el amanecer. Espera, observa y trabaja: no se rinde.

Ir a Dios con un espíritu de expectativa nos da la libertad de vivir delante de Dios y de otros con profundo gozo, no con enojo, resentimiento o amargura... no importa cuál sea el resultado, no importa cuán largo sea el camino. Esta es una de las travesías más difíciles en el corazón de una mujer. Nuestro reto es aferrarnos tenazmente a la esperanza igual que Ana, pero al mismo tiempo reconocer que Dios a veces dice “no” en lugar de “sigue confiando y esperando”.

Señor, dame esperanza en áreas de mi vida donde he dejado de creer que las cosas podrían ser diferentes. Dame sabiduría para reconocer la diferencia entre la esperanza de mi corazón y tus planes para mí. Incluso cuando tú dices “no”, Dios, quiero confiar.

MUJERES SOLTERAS

Resultado de imagen para mujeres solterasA medida que el porcentaje de mujeres solteras aumenta en el mundo, también aumenta el número de ellas que dicen: “Señor, tú dijiste que concederías los deseos de mi corazón. ¿Por qué sigo soltera?”.

En nuestra sociedad actual la soltería es como una nube invisible que denota un fracaso. Es como una especie de plaga. Pareciera que un manto de negatividad cubriera a aquellos que no mantienen una relación. Incluso en la Iglesia se recalca tanto el fortalecimiento de los matrimonios y las familias lo cual sin duda es muy necesario, que muchos solteros quedan con la percepción de que hasta que no se casen y tengan su propio hogar no estarán completos. Están como en un limbo, caminando con signos de interrogación sobre sus cabezas.

Como mujer soltera escribo esto con la propiedad de la experiencia. Le digo al Señor: Aunque esté casada o soltera, “te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien” (Salmos 139:14). Sin embargo, entiendo perfectamente cómo se sienten muchas mujeres solteras cuando la gente les pregunta: “¿Y estás casada?”, o “¿Y cuándo te casas?”. En su defensa, me gustaría mencionar algunas razones del aumento actual del número de solteros.

Primero, muchas personas tienen expectativas poco realistas sobre las relaciones. En nuestra rápida sociedad actual, las mujeres son bombardeadas constantemente con imágenes de perfección en la televisión, las películas y las revistas; e incluso por Facebook, Twitter e Instagram. Debido a esto, para poder atraer a un “hombre adecuado”, y que esté disponible, las mujeres son presionadas a ser las más hermosas y activas. Algunas recurren a cirugías plásticas para obtener la figura perfecta, como si estuvieran en alguna clase de competencia para alcanzar el cuerpo perfecto.

Pero un cuerpo perfecto no les conseguirá un hombre perfecto, ni hará que tengan un matrimonio feliz. Dios nos ha dado a todos lo que necesitamos para cumplir su voluntad para nuestras vidas. Eso significa que la persona que Él tiene para usted la encontrará atractiva sin necesidad de recurrir a artificios adicionales. Además, no hay matrimonio que no pase por momentos difíciles. Por eso es que la Biblia nos pide que nos deleitemos en el Señor, y no en nuestro cónyuge. Él es el único que puede satisfacer realmente los deseos de nuestro corazón.

Segundo, ha habido un férreo ataque espiritual sobre los hombres y la hombría. No podemos ignorar la dolorosa realidad de que muchos hombres en edad de casarse no están disponibles por algún motivo. Una cantidad desproporcionada de hombres afroamericanos e hispanos están siendo encarcelados, y un creciente número de hombres están escogiendo estilos de vida alternativos. Algunos hombres son abiertamente homosexuales, mientras que otros son bisexuales y mantienen sus relaciones con el mismo sexo y su confusión sobre su identidad sexual en secreto. Al hacerlo, exponen a sus esposas al descalabro emocional y a enfermedades de transmisión sexual.

Pero no me malinterprete: Yo tengo el mayor respeto, amor y consideración por los hombres. Los hombres han sido hechos a la imagen de Dios. Hay hombres de Dios seguros, bien parecidos y fuertes que desean casarse. Yo simplemente estoy siendo honesta sobre las dificultades que enfrentan muchas mujeres solteras al tener que elegir en un redil cada vez más carente de candidatos que sean temerosos de Dios.

Esto nos lleva a otro grupo que llamaremos los “conquistadores”. Estos hombres están en una categoría especial. Ellos están al tanto del déficit de hombres elegibles, y por lo tanto, se consideran una clase de producto. Estos hombres suelen cortejar a diferentes mujeres simultáneamente, sin la mayor preocupación del dolor que puedan causar. Utilizan libremente a las mujeres para su ganancia personal, dejando que estas les compren de todo, desde teléfonos celulares hasta automóviles de lujo.

Han perfeccionado sistemáticamente el arte de la seducción, diciendo exactamente las palabras que las chicas quieren oír. Los conquistadores saben cómo mantener a las mujeres jóvenes esperanzándolas con aquello que ellas más desean: un compromiso. A menudo los conquistadores hacen esperar a las mujeres durante años, usando la esperanza como anzuelo. Les dan la suficiente esperanza como para mantenerlas bajo su control. El problema es que esperanzan a múltiples mujeres simultáneamente, a menudo en diferentes lugares e incluso ciudades.

Para un conquistador el compromiso representa la posible pérdida de varias fuentes de ingreso provenientes de otras mujeres. No desea comprometerse con una mujer porque eso requiere finalizar con otras relaciones lo que por ende le quitaría sus beneficios.

Estos conquistadores operan bajo lo que yo llamo un espíritu de casanova. El objetivo de este espíritu es seducir a mujeres solteras cautivándolas con palabras que ellas anhelan escuchar. El idealismo y el romanticismo pueden nublar el buen juicio de las mujeres solteras. La imagen del vestido de bodas blanco y del que será su nuevo hogar es una constante en la mente de muchas mujeres. El deseo de tener una familia e hijos y la presión del reloj biológico hace que muchas terminen con el hombre equivocado y tolerando comportamientos inaceptables. Es verdaderamente triste ver mujeres soportando maltratos y malgastando un tiempo valioso esperando una propuesta que jamás llegará.

“De tin marín de do pingüé” es el nuevo dilema que se ha presentado debido a la gran cantidad de mujeres atractivas y disponibles. Casanova se siente como un niño en una dulcería, ando vueltas buscando pero incapaz de escoger y de comprometerse. Este espíritu no es solo indeciso, sino retorcido, ya que ata a varias mujeres a la vez, inocentes todas de que él está viendo a otras mujeres simultáneamente.

A mí me sorprende ver la manera en que este espíritu de casanova obra. Se alimenta de la creencia de que una mujer está incompleta si no está casada. Las Escrituras nos dicen que en Él somos completos, estemos casados o no (Colosenses 2:10). Muchas mujeres solteras son hoy profesionales e independientes económicamente. Son talentosas e inteligentes, y aun así sienten que les falta algo. Doy gracias a Dios porque hay cristianas talentosas e inteligentes que tienen respeto propio y altos valores morales. Como lo dice Proverbios 31:25: “Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir” (NVI). Esos son precisamente los atributos que el enemigo quiere robarles a las mujeres solteras. El plan del enemigo es dar la impresión de que el hecho de ser una mujer cristiana salva, pero soltera, es una terrible desventaja. No crea en esa mentira. Personalmente puedo decir que es un gozo extraordinario servir a Dios y alcanzar a la humanidad como soltera. La Biblia dice que ser solteros tiene sus beneficios. Como lo afirma el apóstol Pablo, la mujer soltera se puede ocupar de las cosas del Señor (ver 1 Corintios 7:34). Es verdad que hay un grupo de solteras que encuentran genuina satisfacción en el trabajo del ministerio, pero independientemente de que estemos casadas o solteras, debemos sentirnos conformes (Filipenses 4:11). Las que desean casarse y se preguntan cuándo Dios les dará un esposo, deben saber lo siguiente: Dios las ama, y Él tiene a un hombre de Dios para ustedes que no jugará con sus emociones, y que las honrará, amará y respetará. Estén tranquilas.

Isaías era un verdadero profeta de Dios, y parecía como si hubiera vivido en nuestros días. Profetizó: “Echarán mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio” (Isaías 4:1). Debido al desequilibrio entre la cantidad de solteras cristianas para la cantidad de solteros cristianos, pareciera haber un creciente espíritu de desilusión que produce desesperación, especialmente entre las mujeres que sienten que cuentan con un tiempo limitado para comenzar una familia.

La Biblia dice: “Así son los que van de casa en casa cautivando a mujeres débiles cargadas de pecados, que se dejan llevar de toda clase de pasiones” (2 Timoteo 3:6, nvi). Tal vez usted se pregunta: “¿Qué es una mujer débil?”. En el original griego se usa la expresión “mujercillas”, que denota mujeres que tienen poco respeto de sí mismas. También se define como “mujeres de voluntad vulnerable”. Y una mujer de voluntad vulnerable, según la Biblia, es una mujer ingenua. Ingenua significa simplemente que puede ser engañada o seducida fácilmente. Las mujeres ingenuas tienen la tendencia a creer todo lo que los hombres les dicen sin cuestionarlo. A las mujeres ingenuas se les dificulta resistirse a las palabras cautivadoras de los hombres lujuriosos. Muchas caen presas del espíritu de lujuria por su incapacidad de resistirse.

La tarea del enemigo es tomar a las mujeres solteras de Dios y hacer que sucumban a la presión de involucrarse emocional (y físicamente) con alguien que no es del agrado de Dios para ellas. Fíjense en el proceso: El enemigo produce desánimo por el estado de soltería de la mujer. Producto de la lástima por su condición, esta comienza a salir con alguien que no ama a Dios o que no está comprometido en seguir su Palabra. Ella piensa que Dios no complacerá los deseos de su corazón, así que le entrega su corazón a alguien que no es el que Dios quiere para ella. Incluso puede caer en pecado sexual, el cual no solo es un pecado contra Dios, sino contra su propio cuerpo.

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El enemigo es astuto, y usará cualquier argucia para sacarnos del carril. No se desanime. Si usted ha caído en la trampa de las malas relaciones en el pasado, tal vez con un casanova, no deje que la rabia se apodere de su corazón. Recuerde que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman y que son llamados de acuerdo con su propósito (Romanos 8:28). Todas las experiencias que vivimos tienen un propósito. No se trata de usted. Dios permite que usted pase por ciertas pruebas a fin de que pueda ayudar a otros que están pasando por la misma situación. Asimile las lecciones que aprendió durante los períodos difíciles de su vida. 

Si usted cayó en la trampa del enemigo y se involucró con el hombre equivocado, arrepiéntase, perdone a quien le haya hecho daño, y perdónese usted misma. Luego siga adelante. La Biblia dice que Dios tiene buenos planes para nosotros (Jeremías 29:11). Estas palabras son para usted, aunque haya cometido errores.

TÚ PASADO NO TIENE QUE DEFINIR QUIEN ERES HOY

En ocasiones es difícil diferenciar lo que nos ha ocurrido con quien somos hoy. He conocido miles de personas en mi consultorio de terapia clínica que han perdido su identidad. 

La identidad que creen y viven es la del dolor del ayer. Como por ejemplo, cuando escucho a alguien decir: “Soy una persona que sufrió mucho en la niñez” o “Soy una persona que le ha ido mal en las relaciones de pareja”. Eso es una realidad en la persona, pero no tiene que seguir definiendo quien es.

¡Tú no ERES tu pasado! Es cierto que muchas cosas en nosotras son formadas por causa de nuestra historia. Pero lo que fue ayer no tiene que controlar la persona que potencialmente llegues a ser hoy ni tampoco la que serás mañana. ¿Sabes por qué? Porque llegó el momento de soltar esa mochila. Hay demasiadas opciones frente a ti como para que sigas perdiendo tu tiempo en lo que ya pasó. 

Vas a ¡CERRAR ESA PUERTA!, disfrutarás del presente y avanzarás hacia el futuro con esperanza. Recuerda que como hija amada de Dios mereces navegar por inmensos mares de victoria, independientemente de lo que pasó. ¡Vive libre, vive feliz!

AMATE A TI MISMA

Si no nos amamos a nosotros mismas es probable que estemos buscando llenar ese vacío con el amor de otra persona y se puede entrar en relaciones inadecuadas, con tal de recibir “amor”. Si una persona no se quiere a sí misma, puede inclusive proyectar ese sentimiento y pensar que nadie saludable podrá quererla. De hecho, si se consideran poco atractivas, pueden aferrarse muy fácilmente a quienes se sientan atraídos por ellas.

Cuando alguien saludable se acerca afectivamente, quien tiene autoestima baja se sorprende, duda de las buenas intenciones y hasta podría sabotear una posible buena experiencia en su vida. Es como si se dijera “si yo le gusto, algo malo tiene que tener”. Ocurre entonces lo que se llama en la psicología “profecía autorealizable”, o sea, te destinas a fracasar y fracasas.

El valor que tienes es el valor de quien ha sido comprada por precio de sangre, no lo olvides. Eres valiosa porque Dios tiene planes específicos contigo desde que estás en el vientre de tu madre. Los planes que Él tiene contigo, son mucho más grandes de lo que estás viendo ahora, son mucho más grandes de lo que puedas imaginarte, eso es lo que te hace un ser con tanto valor. Por favor, cree el ser humano tan maravilloso que eres y vive libre, vive feliz

¿CÓMO ESTÁ CRECIENDO TU JARDÍN?

¿Qué voces habitan en su mente? Tal vez una de ellas es la voz del temor que susurra: ¿Y si sucede esto? O tal vez es la voz que duda de sus propias capacidades, que la amonesta y le dice: “Has cometido tantos errores estúpidos anteriormente, no puedes hacer nada bien”. Tal vez es la voz del desprecio que la golpea continuamente mientras ruge: “Estás demasiado gorda. Estás demasiado fea. Nadie te quiere. Probablemente Dios cometió un error cuando te formó”.

Las voces que escuchamos adoptan muchas formas y posturas, pero no tenemos que permitirles que planten semillas que poblarán nuestras mentes. En cambio, podemos arrancar esas malas hierbas de raíz y remplazar estos pensamientos con las semillas de la verdad.

Me gusta usar un pequeño proceso de tres pasos cuando necesito cambiar mi forma de pensar: reconocer, desarraigar y remplazar. Tres palabras para llegar al pensamiento correcto. Es asombroso lo rápido que puede crecer la mala hierba en nuestras mentes sin que siquiera nos demos cuenta de ello. En lo que respecta al jardín de flores que tenemos en el frente de nuestra casa, me da la impresión de que las malas hierbas crecen de la noche a la mañana. Luego de solo unos días, ¡algunas de esas plantas inoportunas suelen crecer hasta llegar a tener el tamaño de un pequeño arbusto! Así que tenemos que estar vigilantes y alertas, para reconocer las hierbas enseguida que aparecen. El apóstol Pedro (quien sabía algunas cosas acerca de la tentación, ya que él mismo fue tentado y luego negó a Cristo), escribió: “Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar”.

Es algo inevitable, las dudas, el desaliento y las mentiras aparecerán de repente en nuestras cabezas. ¿Cómo las reconocemos? Debemos dedicar un momento a considerar nuestros propios pensamientos personales recurrentes, aquellos que parecen estar creciendo en nuestro propio jardín. Yo misma luché muchos años con la duda de mis capacidades en todas las áreas de mi vida, desde mi apariencia física hasta mi habilidad para construir relaciones.

En primer lugar, tuve que reconocer que eran pensamientos dañinos y destructivos. Estaban causando más perjuicio que beneficio. A menudo nos acomodamos a nuestros temores y dudas y no logramos identificarlos como malas hierbas. Tenemos que reconocer que no están basados en la Palabra de Dios y que acaban con el gozo de nuestras vidas. Estos pensamientos también impiden que crezcan las buenas semillas.

Deténgase un momento y considere: ¿cuáles son algunas de las voces destructivas que está permitiendo que crezcan en su mente? ¿Cuáles son esos temores que está alimentando continuamente? Un buen indicador de su pensamiento dañino es pensar en cuál fue el tema de su última discusión con alguien. A menudo las discusiones son el motivo de nuestros pensamientos dañinos. Reconozca el pensamiento engañoso por lo que es y también reconozca que lo está distrayendo a usted, y a otros, de los hermosos atributos que están listos para crecer y florecer. Aún peor, el pensamiento engañoso puede destruir esos atributos.

Una vez que comienza a reconocer las malas hierbas en su propio cerebro, entonces es hora de arrancarlas de raíz. Si alguna vez ha atendido un jardín sabe que si solo arranca la parte superficial de las malas hierbas, estas aparecerán otra vez enseguida. ¡Tiene que arrancarlas de raíz! Eva tenía que haber desarraigado la voz del enemigo llegando a la raíz del problema. No se trataba solo del fruto, más bien se trataba de la duda sobre la bondad y el cuidado de Dios.

El asunto de fondo era la falta de confianza de Eva en el amor de Dios por ella. Dios le había dado todos los árboles de aquel jardín perfecto excepto el árbol del conocimiento del bien y del mal. Había hecho esto por el bien de ella y de Adán, para protegerlos. Pero, en vez de enfocarse en la bondad, el cuidado y la provisión de Dios, Eva empezó a pensar que Dios le estaba reteniendo algo. Creyó la mentira de que Dios no la amaba y que le estaba negando lo mejor. Sin embargo, el amor y la bondad de Dios nos dicen: “Te he dado todo lo que necesitas”. La voz de la duda dice: “Dios no te ama. Mira lo que te está negando”.

¿Qué hay en la raíz de las voces negativas que aparecen de repente en nuestras cabezas? Piense bien en ello por un momento. Con respecto a mis propias dudas, cuando le pedí a Dios que me revelara lo que estaba en el fondo de mi corazón, empecé a darme cuenta de que había algunos temas profundos. Uno era mi temor a lo desconocido y la falta de confianza en que Dios realmente cuidaría de mí, independientemente de lo que sucediera en mi vida. También me di cuenta de que mi propia reputación se había convertido en un ídolo en mi mente. Quería agradar a todo el mundo y no podía soportar la idea de pensar que alguien descubriera que tenía defectos. Me di cuenta de que confiar en Dios significa confiar en que Él cuidará de mí sin importar lo que suceda. Confiar en Él también significa creer que Él me hizo y me formó y que no cometió ningún error. Significa confiar en que Él protegerá mi reputación y honor.

Somos hechura suya, creados para buenas obras. Dios tiene un plan para nosotros y es nuestro Buen Pastor, quien nos dirige y nos guía a lo largo de todo el plan que tiene para nosotros siempre y cuando nos volvamos a Él. La Biblia nos recuerda que Dios es quien produce en nosotros tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. Somos obras maestras creadas en Cristo para buenas obras, las cuales Dios ha preparado de antemano para que andemos en ellas. Sí, verdaderamente él tiene un buen propósito para nosotros, porque nos ama. En última instancia, cuando llego a la raíz de las voces que suelo escuchar, esas raíces lucen muy similares a las de Eva: dudo de la bondad y del amor eterno de Dios por mí.

Tratar con las raíces de las malas hierbas en mi mente me permitió desarraigarlas, confesarlas a nuestro Padre amoroso y luego encaminarme en una nueva dirección. Necesitaba remplazar las raíces viejas y feas con una verdad vibrante y saludable. ¿Cuál es la verdad que conozco acerca de Dios? La Biblia revela que Dios es amor. La esencia de su naturaleza es amor. Dios es bueno y es fiel. Todo lo puede. ¡Oh, qué semillas tan poderosas e influyentes aquellas que plantamos en nuestro cerebro cuando conocemos la Palabra de Dios!