LIBERTAD Y LIBERTINAJE

En el antiguo testamento los hombres no tenían acceso a Dios, todo lo hacían por medio de un Sumo Sacerdote quien iba y expiaba los pecados de los hombres en el lugar santísimo delante de la presencia de Dios, para esto había toda una serie de requisitos, este Sumo Sacerdote tenía que ser un hombre impecable, intachable y por demás apartado, y a pesar de todo esto, ponía su vida en riesgo cada vez que entraba ala presencia de Dios, ya que la santidad de Dios le podía matar, ya que cualquier impureza física, moral, emocional o de cualquier tipo le provocarían la muerte, por tanto el entrar en la presencia de Dios era cosa seria, y aunque era un privilegio el ser nombrado Sumo Sacerdote, también era un trabajo que no muchos aspiraban. La figura del Sumo Sacerdote surgió como una necesidad, ya que los Israelitas estaban más que conscientes de lo que les podía pasar si entraban en una condición inadecuada a la presencia de Dios morirían, de modo que pidieron a Moisés que fuera él el intermediario entre ellos y Dios. 

Obviamente hoy en día las cosas no son de esa manera, el sacrificio de la cruz nos dio libre acceso a la presencia de Dios y ahora todos podemos hablar libremente con el Padre, podemos presentar ofrendas y recibir sus beneficios personalmente. Obviamente y por un lado, suena demasiado fácil el que simplemente por el que Jesús haya dado su vida por nuestro pecado, podamos entrar libremente delante de Dios, pero así es, simplemente así, aunque muchos lo duden. El detalle es que muchos confunden el término de "libremente" con el de "libertinamente", ya que no entienden que el requisito de estar puros y santificados sigue siendo un requisito indispensable para entrar a la presencia de Dios, es decir, Jesús no quitó el requisito, sino pagó el precio, de manera que cada vez que pretendemos entrar a la presencia de Dios, tenemos que tomar el efecto de la sangre de Jesús para poder tener acceso a esta presencia. Y por favor no lo tome como un requisito religioso y un acto que debe de hacer para poder entrar a la presencia de Dios, porque no lo es, sino es un llamado a la consciencia de la necesidad que tenemos de Jesús para poder disfrutar del Padre, el mismo Jesús lo dijo "nadie puede llegar al Padre si no es por mi". 

Este famoso libertinaje que muchos tienen para con Dios, a su vez les confunde, ya que como no entran en la actitud adecuada, no experimentan al Padre, ya que Dios a pesar de haber dado a su Hijo en sacrificio por nuestro pecado, no deja de ser Dios y no deja de reinar y gobernar y aunque somos sus hijos también, tenemos que entender y experimentar la solemnidad y la majestad de Dios. En otras palabras y para ponerlo mas claro, la sangre de Jesús no está ahí para que los asuntos del Reino de Dios se relajen y podamos hacer que el Reino se adecue a nosotros, por el contrario, la sangre de Jesús está ahí para que nosotros podamos tener acceso a la presencia de Dios y subir al nivel en el que Dios está y recuperar esa famosa identidad a imagen y semejanza de Dios de la que la Biblia nos habla. 

El ejercicio de la santidad (es un ejercicio porque se debe de practicar constantemente), dista mucho de lo que algunos creen de "portarse bien" y hacer cosas buenas, el ejercicio de la santidad es la constante consciencia que debemos de tener de la necesidad que tenemos de Jesús quien nos dará el acceso al Padre para vivir plenamente y aprender a pecar menos cada día y a perseverar en ser cada día más como Él y menos como el mundo de manera que jamás volvamos a necesitar de un intermediario entre Él y nosotros.

SENTIMIENTOS

Las emociones se manifiestan en diferentes niveles de intensidad.
Los sentimientos son pasajeros y, en general, son en extremos como: Bien o mal, satisfacción o insatisfacción. Además son cambiantes. Puedes estar  aburrido o triste y, al escuchar una canción, ponerte alegre.
Otro nivel de intensidad son aquellas emociones que no son sentimientos pasajeros y están basadas en pensamientos, creencias o juicios mentales realizados por una situación. 
Y otro nivel de intensidad son los afectos.  Cuando tienes afecto por algo, quieres estar cerca.   El afecto te hace cancelar todas las otras cosas y te hace poner las prioridades en orden.  David dijo: He puesto mi afecto en la casa de Dios. 
Toda emoción provoca una acción. Y esta es la importancia de las emociones: Son el vehículo para alcanzar las cosas.  El problema es que, para algunos, las emociones se han convertido en un fin, en vez de ser el medio para lograr lo que Dios tiene para sus vidas.  Es muy importante saber en qué hemos puesto nuestro afecto porque, si no es en lo correcto, esto nos llevará a destrucción.
Es muy importante saber que nada ni nadie puede determinar cómo te vas a sentir en momentos difíciles.  En 2 Corintios 4:7-9 dice: Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados;perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos.  Tener nuestras emociones en orden se trata de estar conscientes de la situación difícil que atravesamos, pero decidir vivir por encima de las circunstancias. 
Tiene que llegar el momento en tu vida en que te conectes al poder de Dios y tomes la firme determinación de decir: Hasta aquí el mundo decide cómo yo me siento; aunque derribado, no destruido; de aquí me levanto; Dios me ha dado la victoria.
La biblia dice, en Santiago 5:13-18, que la oración fervientemente del justo puede mucho.  Entonces, hace referencia de Elías, aseverando que era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió por tres años y seis meses. Continúa diciendo la palabra que otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto.  En otras palabras: Independientemente de las emociones que puedas experimentar en un momento dado, eso no te quita la autoridad que tienes en Cristo Jesús.
A veces, creemos que debemos sentir ciertas emociones para entonces tomar autoridad sobre las circunstancias.  En el día de hoy, párate firme.  Deja la tristeza, la culpabilidad y la condenación a un lado.  Aunque estés en apuros, esto no quita que eres un hijo de Dios y que el cielo se mueve a tu favor.