TRAER EL CIELO A LA TIERRA

Hay un clamor que resuena profundamente dentro del espíritu de todos los que empiezan a darse cuenta del poder y las posibilidades de la oración bíblica. Es el mismo clamor que expresaron los discípulos de Jesús cuando comenzaron a asociar la vida de oración de Jesús con el poder y la autoridad de su vida pública y su ministerio. Ese clamor es: “Señor, enséñanos a orar”.
Cuando Jesús comenzó a responder a su deseo de aprender a orar, les enseñó principios, y no solo una fórmula para memorizar y repetir sin pensar. Les enseñó un modelo de oración; un bosquejo que los guiaría a medida que fueran desarrollando su propio estilo de oración personal. Esta “oración de arranque” resaltaba la importancia de reconocer en adoración a Dios como el suplidor de sus necesidades; de perdonar a otros como a sí mismos, y de pedir fuerzas para vencer las tentaciones mientras representaban a Cristo en su día a día.
Pero antes de que los discípulos oraran por cualquiera de estas cosas, la primera petición que debían hacer era: “Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10, itálicas añadidas). Así es. Con estas palabras, Jesús nos quiere dar a entender que la oración es el vehículo que trae la voluntad de Dios a la tierra. Es fundamental que entendamos esto. Si en verdad queremos aprender a orar, todo comienza aquí.
El tipo de oración que allanará el camino para que nuestros amados hijos vivan victoriosamente en Cristo, no se caracteriza por una ambigüedad nebulosa o un fatalismo carente de fe. La oración bíblica y cristocéntrica no consiste únicamente en pedir que por favor alguien en algún lugar haga algo por algún problema. No es solo una forma en que podemos anestesiarnos mientras sufrimos las injusticias y los ataques de una cultura que está radicalmente fuera de sintonía con la voluntad de Dios.
Dios quiere que aprendamos a orar de una manera que libere su Reino y su voluntad en nuestras vidas aquí y ahora. Él quiere que nuestras oraciones sean las puertas que abran este mundo a la misericordia, la gracia, el amor y el orden de Dios. La voluntad de Dios es que cada uno de los miembros de nuestra familia se convierta en seguidores fieles de Cristo, que vivan vidas rectas, significativas, y de servicio abnegado a Dios y al prójimo. Es su voluntad que cumplan cada propósito que Él ha diseñado para ellos. No debemos conformarnos con menos en cuanto a nuestras oraciones.
Debemos ser proactivos e intencionales en la oración. Independientemente de la personalidad que tengamos, debemos reconocer lo que está en juego y despojarnos de cada limitación que la vida haya puesto sobre nosotros. No es momento de ser pasivos o de mostrar una fe frágil al orar. Es momento de asumir la guerra espiritual. Los estudiantes, los niños, y el destino penden de un hilo.
Al mirar la hostilidad existente actualmente hacia Dios en nuestras escuelas, podríamos pensar: “¿Y qué se puede hacer?”. Se puede hacer mucho. Usted puede marcar una verdadera diferencia. Existe una gran esperanza para esta generación, y siento que Dios está reuniendo a su pueblo para prepararlo y movilizarlo a través de la oración.
Somos un ejército popular reclutado por el Espíritu de Dios. Juntos estamos produciendo un tsunami de oraciones que tiene el potencial de producir toda una generación de Danieles. Juntos reescribiremos la historia, haciendo retroceder a los enemigos de nuestros hijos para que no puedan destruir la promesa y el propósito de Dios para sus vidas.
¡Somos todo un ejército! Ante el ojo inexperto, nuestros uniformes podrían parecer no indicar que estamos en el mismo equipo. Algunos asumimos la oración (nos vamos a la guerra) cada mañana aún en pijamas o con la bata de dormir, otros en ropa de ejercicios, y otros en traje y corbata o su uniforme de trabajo. Tal vez nuestros uniformes no combinan tanto como los de algunos equipos, o no son tan extravagantes como los de la lucha libre, pero no podemos dejarnos engañar por lo que ven nuestros ojos. Unidad y uniformidad no son la misma cosa. Este ejército está conectado por una profunda unidad en el Espíritu y una pasión por esta generación. No debemos subestimar el armamento invisible de Dios que se ajusta a nuestro hombre interior.
Nuestra armadura es espiritual, como explicó el apóstol Pablo:
“Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia, y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos” (Efesios 6:10–18).
Mi deseo es que usted comience a aprender a orar de adentro hacia afuera. Nuestra apariencia, la edad que tengamos, o lo terrible que haya sido nuestro pasado, no debe limitar nuestra vida de oración. Algunos de los más grandes guerreros de Dios fueron muchas veces ignorados y subestimados. Dios tuvo que recordarle al profeta Samuel que no mirara la apariencia externa de David cuando llegó el momento de ungir a un nuevo rey como sucesor de Saúl.
“Pero el Señor le dijo a Samuel: No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón” (1 Samuel 16:7).
Mientras escribo esto, siento en mi espíritu que Dios le está llamando a renovar su confianza en la oración. Puedo ver a alguien que ha sido golpeado por la vida levantarse para unirse a este ejército de oración. Puedo ver caras desconocidas en la tierra sentarse al frente de la mesa en el cielo, cerca de Cristo, honradas eternamente porque sus oraciones moldearon el destino de una generación. Usted ha sido elegido por Dios para ser un guerrero poderoso en la oración, ¡aunque usted no crea que puede llegar a serlo!

CONSEJOS PARA ELEVAR LA AUTOESTIMA

Gozar de una buena autoestima significa que estás contenta contigo misma y que crees que mereces disfrutar de todas las bendiciones otorgadas por Dios.  Tener una autoestima saludable es vital porque ejerce una gran influencia en casi todos los aspectos de la vida.  Esto incluye tus relaciones con los demás, tu grado de confianza en ti misma, tu felicidad, tu paz interior, el establecimiento de metas, tus sueños y tus éxitos. 
            El proceso de elevar la autoestima se fundamenta en modificar la opinión que tienes de ti y aprender a contrarrestar el efecto de falsas creencias sobre tu mente y tu cuerpo. Al lograrlo, tendrás una mayor seguridad, satisfacción, una autoimagen renovada y te convertirás en una versión de ti misma infinitamente mejorada y más gozosa. 
            Te invito a reflexionar y poner en acción estos consejos para elevar tu autoestima:
1.      Acéptate tal como eres.  Si comienzas a sentirte bien con la persona que eres hoy te validarás y te valorarás.  Esto implica que evites la crítica a ti misma y disfrutes de todo lo que posees a nivel mental, físico y espiritual, que te encanta.
2.      Mejora el concepto acerca de lo que mereces. Esta es la principal razón por la que las personas que poseen un alto concepto de sí mismas reciben respeto, colaboración, amistad, buen trato y amistad de los demás. Y de ahí que personas con bajo nivel de autoestima suelen verse envueltas en situaciones incómodas, desagradables y hasta sufriendo abusos y maltratos. Te exhorto a que te hables a ti misma y te digas: “Mi valía como hija amada de Dios me da derecho a disfrutar de lo mejor”.
3.      Antepón tu opinión de ti misma, a la de los demás. Por lo general, tendemos a sobrevalorar la opinión de otras personas.  Mucha gente cree que las afirmaciones de otros fueran muy certeras y bien importantes.  Debe quedarte claro que, en la mayoría de los casos, las ideas que se hagan los demás sobre ti, serán inexactas o incompletas. Otros, usualmente critican y juzgan en la medida en que se criticarían y se juzgarían a sí mismos en similares circunstancias.
4.       No te compares con nadie. Recuerda que Dios te ha creado única y especial.  Tus destrezas, habilidades y fortalezas no tienen comparación.
5.      Centra tu atención en las cualidades positivas. Si te acostumbras a dirigir tu atención hacia tus cualidades, por encima de tus áreas de oportunidad, podrás comprobar la forma en que cada vez de forma más contundente irán ganando terreno.  Mientras más pienses en los aspectos fabulosos de tu ser, mas irán cobrando importancia.

VUÉLVETE A MÍ

Isaías 44:22
Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.”

            Una de las cosas maravillosas de Dios es que nunca se cansa de llamarnos para que volvamos a Él. Estés donde estés, no importa cuán lejos o cuán abajo, el Señor te sigue llamando...

            ...“Vuelve a mí

            Dios te ve, es más, en ningún momento te ha perdido de vista. Su corazón nunca se ha apartado de ti. ¿Y tu corazón? ¿Se ha apartado tu corazón de Dios? ¿Has dejado que el pecado no confesado cree una capa impermeable alrededor de tu corazón evitando que sea movido por la voz del Señor?

            Quizás has dejado Su presencia por un amor que nunca podrá llenarte.
            Quizás has preferido buscar cosas materiales.
            Quizás estás muy ocupada, o muy cargada, o muy distraída para acordarte de Dios.
            Quizás está herida y haces al Señor responsable de tu dolor.
            O quizás simplemente no tienes ninguna razón, no sabes por qué... pero sí sabes que estás lejos de la preciosa presencia de Dios y de la dulce comunión de la que disfrutabas en otro tiempo.
          La buena noticia es que Dios es bueno y perdonador (Salmo 86:5), hace llegar Su misericordia a todo aquel que confiesa su pecado (Proverbios 28:13), echa en lo profundo del mar todos nuestros pecados (Miqueas 7:19).

            Hoy, mi querida, te está llamando para que regreses. Sin importar cuál ha sido la falta, sin tener en cuenta la magnitud del pecado, Dios quiere dispersarlo como la niebla, hacer borrón y cuenta nueva contigo. Como sucedió con el hijo pródigo, tu Padre Celestial está listo para correr hacia ti con los brazos bien abiertos.

            Sólo debes decidirte a volver.
            El te mostrará el camino a casa.
           “Vuelve a mí”. El está ahí, esperándote con los brazos abiertos.

          Pero eres tú quien debe dar el primer paso. Tan solo recuerda que no hay absolutamente nada que sea mejor, que te complete, te satisfaga, dé sentido a tu vida como el Señor.

Juan 6:68

“Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.”

            Quizás no seas tú quien está lejos de Dios, pero conoces a alguien que está vagando en el desierto de sus propios deseos. También a ti quiero animarte a que sigas orando por el pronto regreso de esta persona al Señor. Persiste en la oración hasta que corra a los brazos de Su Padre.

          Si te encuentras lejos de Dios y no sabes cómo dar el primer paso, quiero orar por ti. Si tienes a alguien lejos de Dios por el que estás orando, quiero apoyarte en oración.

AVISO DE TORMENTA


Un análisis del inminente regreso de Cristo a la luz de los noticieros y los acontecimientos registrados en las Escrituras.


Los periódicos matutinos se enredan con titulares e historias alarmantes planteando preguntas que nadie puede contestar. En Aviso de tormenta, el evangelista Billy Graham examina los problemas que enfrenta Estados Unidos hoy en comparación con lo que está por venir, como se revela en la Biblia. Responde las preguntas difíciles como sólo él puede hacerlo, con una visión bíblica artera; apuntando a la esperanza y la renovación en Cristo, para nuestras familias, nuestra nación y el mundo.

Esta obra incluye un análisis profundo acerca de los cuatro jinetes de Apocalipsis, capítulo seis, así como nociones sobre:

- Las señales de los tiempos.
- El Apocalipsis.
- Cuando estemos frente a Dios.

LA PREGUNTA MÁS IMPORTANTE DE TODOS LOS TIEMPOS


¿Qué si una pregunta fuese tan importante de tal forma que la razón de tu existencia fuera averiguar la respuesta a dicha pregunta? ¿Qué si pudieras saber cuál es esa pregunta: qué harías entonces? ¿Y qué si pudieses estar cien por ciento seguro de la respuesta a esa pregunta, y de que la respuesta pudiera cambiar tu vida? ¿Acaso no harías todo lo posible para encontrar tanto la pregunta como la respuesta?

¡Buenas noticias! En este librito, no solamente encontrarás que existe una pregunta semejante, sino que verás cuál es esa pregunta, y también la respuesta.

Y, lo adivinaste--¡tu vida jamás volverá a ser igual!

LAS PROFECÍAS DE DANIEL

El libro de Daniel es una obra singular y fascinante y, en su sección profética, abundan los elementos premonitorios y apocalípticos que constituyen la base de la escatología cristiana. 

El mensaje es simple y grandioso a la vez. Dios tiene el control de la Historia y puede guardar a los suyos siempre. 

Esta soberanía de Dios es el mejor estímulo para el creyente, llamado a perseverar en las situaciones más difíciles y en medio de la apostasía y la incredulidad. Todo el libro de Daniel nos recuerda constantemente que Dios honra a quienes lo honran a Él. 

En este libro (que es ya todo un clásico), el autor afronta los ataques de la crítica radical, hace un detallado estudio del trasfondo histórico-cultural y analiza las distintas posturas escatológicas. 

Además, en esta nueva edición se incluye por primera vez un interesante apéndice sobre Israel en el pensamiento de Pablo, en que se ofrece una pertinente exposición de los capítulos 9,10, y 11 de la Epístola a los Romanos. Cualquiera que sea la postura teológica o escatológica del lector, esta obra no le dejará indiferente.

TODOS LOS NIÑOS PUEDEN TRIUNFAR


Si usted está confundido acerca de lo que hace que su hijo actúe como actúa, ya no está solo. En las páginas de Todos los niños pueden triunfar encontrará la ayuda que necesita.

Al identificar el estilo de aprendizaje de su hijo, entenderá qué hace que él o ella responda o no a los desafíos de la vida familiar y escolar.Usted logrará que su hijo o hija deje de dar excusas y comience a ser responsable, eliminará esa constante e innecesaria frustración en casa y en la escuela, y apreciará los dones singulares que él o ella tiene para ofrecer.

POCO A POCO

Cuando Lot se acercó a Sodoma, no tenía idea del error que cometía. Él no llegó hasta allí con intensiones de meterse en Sodoma, él no pensó que su familia completa iba a ser seducida por Sodoma; pero, poco a poco, se fue metiendo en Sodoma, hasta que, un día, ya estaba allí adentro.
Y hay problemas que no aparecen de un día para otro, no es que un día te metiste con la persona equivocada, sino que pasa poco a poco. Son pecados que nos seducen y nos van adentrando en ellos, poco a poco.
En Éxodo 33, Dios le dice al pueblo que sacaría de delante de ellos al cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, representativos de pasiones bajas, y añade: Hasta que te multipliques y tomes posesión de la tierra.
Hasta que tu carácter comience a dar frutos, vas a ir tomando posesión poco a poco. Lo que Dios le estaba diciendo al pueblo de Israel era que todo lo que tenía que hacer era dar un paso a la vez, un paso hacia adelante, un paso hacia al frente, tomar posesión, multiplicar lo que tenían delante, y poco a poco podrían vencer todo aquello.
Poco a poco podemos ir ganando terreno. Poco a poco, un día a la vez.
Se entra en problemas, poco a poco; respondiendo a una llamada que no debiste responder, quedándote unos minutos más tarde en el trabajo, cuando no te debiste quedar, teniendo conversaciones con personas que no debiste; pero así también Dios nos guía de su mano, para salir de los problemas.
En Mateo 15, vemos un ejemplo de una persona que fue ganando terreno, poco a poco, un paso firme a la vez. Desde el verso 21, en adelante, se nos narra el momento en que la mujer cananea la implora al Maestro por liberación para su hija, quien era atormentada por un demonio. Jesús la ignoró, y los discípulos le instaban que la despidiera; pero ella insistió. Entonces, Jesús le dijo que él no había sido enviado a ella, y fue entonces cuando ella le dijo que aun los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos, a lo que Jesús respondió: Mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y dice la Biblia que su hija fue sanada en aquel instante.
Muchos de nosotros, de la primera, si Jesús nos hubiese cerrado la puerta, nos hubiésemos ido, pensando que él no fue enviado para nosotros o que no hace milagros; pero esta mujer insistió. Jesús todavía la insultó un poco más, al decirle que no era prudente dar la comida de los hijos a los perros. Pero replicó que aun de migajas los perros pueden alimentarse.
Esta mujer es ejemplo de alguien que recibió su milagro, alguien que recibió la respuesta, porque fue ganando terreno poco a poco, un paso a la vez.
El pueblo de Dios pudo haber entrado y tomar posesión de aquella tierra en aquel mismo momento, pero pereció en el desierto porque, cuando vieron al cananeo, dijeron: Con eso no nos vamos a mezclar, sin saber que Dios les había dado el poder de ganar aquella tierra. Cuando ellos entraran allí, y comenzaran a multiplicarse, aquel pueblo se iba a extinguir delante de ellos.
Quizás tú has sido atormentado con decisiones del pasado, quizás hoy estás metido en un problema; Dios te dice: Hijo, toma en tus manos lo que te he entregado, presta atención a las cosas de Dios, enfócate, comienza a multiplicar, a ganar terreno, y poco a poco todo eso va a salir de delante de ti.
Vas a ser libre. Poco a poco vas a tener la victoria, vas a poder levantar tu cabeza, vas a poder levantar tus manos. Dios te va a dar la victoria, él está de tu lado. Dios puede transformar todas las cosas, en un momento. 

LA COSECHA CORRECTA

29 Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán. Isaías 40:29-31
Cuando el profeta habla de fatigarse y cansarse, habla de la fatiga interior, la fatiga del espíritu.  Se refiere a la persona que no tiene espíritu de valentía, que se encuentra falta de vigor, exhausta y no tiene tolerancia. 
Gálatas 6:9, dice: No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 
Pablo enseña cómo debe ser nuestra relación con los hermanos en la fe.  Debemos tener tolerancia, amarlos y restaurarlos.  Enseña que, aún nosotros, hemos tenido en algún momento alguna falta.  Nos advierte que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará – Gálatas 6:7.
El hombre desmaya, no tan sólo por la falta de tolerancia, sino también por la mentalidad errónea de que Dios bendice más a aquella persona que no le sirve.  Hay gente que no tan solo se compara con los hermanos en la iglesia, sino también con los del mundo, pensando que todo les va bien.  Pero todo esto es resultado de la ley de Dios, la ley de siembra y cosecha.
No te compares con los demás; Dios no puede ser burlado.  Asegúrate que no cambies tu mirada, sino que esté puesta en las cosas de Dios, y que estés haciendo lo que hay que hacer.  Sigue hacia adelante, teniendo amor y tolerancia para con los demás, sabiendo que, quizás, han fracasado, pero, en otras ocasiones, fracasarás tú.  Ten misericordia con los demás, para que tengan misericordia contigo. 
Cuando no entendemos esto, la gente se cansa, desmaya.  Cuando le sirves a Dios, tomarás decisiones que quizás no sean perfectas, pero sí las correctas, para que la cosecha en el futuro sea la correcta.

LA CARGA DE JESÚS

28Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.Mateo 11:28-30
Jesús habla del descanso en el alma, de la paz mental y espiritual que todo creyente debe experimentar.  Él no habla de remover o liberar las cargas, sino de que intercambies las cargas que te han puesto, por el yugo de Cristo.  El que intercambia sus cargas y acepta las cargas del yugo de Cristo, para él o ella, todo lo que hace, trae satisfacción. 
Pero, en estos versículos, Jesús se refiere a la carga de los religiosos, la carga de la ley.  La carga más grande del ser humano, no es la del gobierno.  Jesús siempre vino a liberar al hombre de la carga de la ley.  La carga de la ley te hace sentir culpable y te hace cargar con responsabilidades y expectativa de resultados que nunca traen satisfacción. 
Muchos no recibieron a Jesús, porque tenían tantas cargas por la ley, que no se dieron cuenta que la carga de Jesús era más liviana.  Por esto Jesús decía: Mi carga no es fácil, pero promete resultados y descanso en tu alma. 
La ley religiosa no produce lo que esperas, ni mucho menos paz.  La ley dice no puedes y tienes que cumplir y, si lo haces, tendrás buena vida.  Esto trae frustración porque, cuando haces lo que dice la ley, y te das cuenta que aun así tienes problemas, lo único que ganas es el sentido de culpa, condenación, pensando que algo hiciste incorrectamente y que por eso no llegan los resultados esperados.  
Entonces, llega la comparación; pensamos: Aquellos que actúan mal reciben buenos resultados, y yo, que hago lo correcto, no recibo buenos resultados.  Esto trae fatiga y cansancio.  No hay descanso en el alma.
Lo que Cristo pide no es fácil tampoco, aunque sea fácil, comparado con las cargas que dan la religión y el mundo.  El yugo de Cristo es amar a tus enemigos, poner la otra mejilla, si alguien te pide algo, darles extra, bendecir al que te maldice, orar por los que te persiguen, cumplir y pagar los impuestos que tengas que pagar.
El cumplir esto, trae paz y satisfacción, trae descanso en el alma, que da fuerzas para seguir hacia adelante, haciendo lo que tenemos que hacer.  Dios busca un corazón presto, listo, que le ame y esté dispuesto a ser obediente. 
Remueve toda amargura y toda condena.  Coge el yugo de Cristo, que es más ligero, porque trae mejores resultados.  No te canses de hacer el bien.  Tolera al que falla.  No te compares; mira hasta dónde te ha traído Dios y lo que está haciendo para darte lo que te ha prometido.  Ama, porque la cosecha será buena.  Verás lo que Él te ha prometido. 

CUARTO DE GUERRA


EL SCHINDLER JUDÍO


El Estado Islámico arrasa allá por donde pasa. Destruye, quema, mata...Y si las víctimas son mujeres, ya sean niñas o adultas, aún puede ser peor. Ser esclava sexual. Ser violada repetidamente, decenas de veces cada día, por los yihadistas o ser vendidas al mejor postor. Incluso el grupo islamistas publica los precios a los que venden a las mujeres que capturan.

Estas mujeres son en la mayoría de los casos pertenecientes a minorías religiosas como cristianas o yazidíes, muchas de ellas niñas que no superan los diez años. Una barbarie contra la que Occidente, de momento, no quiere enfrentarse y la que mira de reojo avergonzado sabiendo que en un futuro será recordada la cobardía de una generación que no luchó contra la barbarie más absoluta.

Luchar contra la barbarie del Estado Islámico

Sin embargo, hay personas que han decidido hacer algo aunque les hayan podido tildar de locos. Es el caso de un empresario que ha dicho basta ante el horror que llega de Siria e Irak a través de la televisión e internet. Su nombre es Steve Maman, un judío canadiense, que se ha lanzado a rescatar a niñas y mujeres esclavas del Estado Islámico sacándolas de un auténtico infierno en vida.
Este empresario cita a Óscar Schindler, el empresario que salvó a cientos de judíos de los nazis y que reflejó Steven Spielberg en La lista de Schindler, como su inspiración a la hora de jugarse todo o nada por salvar a los más débiles y olvidados.
Él era uno más de las decenas de millones de personas que veían a través de los informativos la indefensión de los cristianos ante el Estado Islámico y dijo basta. Hizo contactos en Irak para negociar la liberación de lasniñas y al instante comenzó a recaudar dinero para seguir liberando a muchas más. De momento son más de 120 las niñas que ha salvado y ha logrado devolver a sus familias. Pero para Steve Maman, es una cifra muy pequeña por lo que ha abierto una web para seguir recaudando dinero y rescatar a más de 3.000 cristianas y yazidíes que actualmente son esclavas sexuales.
Steve Maman, junto a su familia | Facebook

"No puedo quedarme con los brazos cruzados"

Tal y como él mismo relata, un día viendo las brutales imágenes en televisión "me dije a mi mismo: no puedo quedarme con los brazos cruzados. No voy a seguir viendo los informativos y permanecer sin hacer nada".
Ante la situación que se está viviendo, este empresario judío reflexiona que "el precio de la vida de un niño para quitárselo de las manos al ISIS está entre los 1.000 y los 3.000 dólares. Nosotros, como consumidores ávidos, gastamos ese dinero en aparatos y herramientas. ¿Por qué no gastar ese dinero para salvar una vida?".
El horror que cuenta va más allá y recuerda que "algunas de estas niñas tienen tan sólo ocho años de edad. No sólo están a merced de los combatientes, sino también del resto de hombres que residen en Mosul, hombres de distintas edades, en algunos casos mayores de 60 años. Las violaciones, el abuso y la brutalidad que sufren en manos de sus captores van más allá de la imaginación".
Para más inri, Steve Maman añade que "hay muchos informes que dicen que los captores han decapitado a niñas y mujeres inocentes que se negaron a realizar ciertos actos sexuales" así como "adolescentes vendidas a burdeles para ser violadas hasta 30 veces al día".

"Nada es imposible"

Ante todo lo relatado, el empresario canadiense se decidió a actuar. "Nada es imposible", se dijo. Y se preguntó sobre Oskar Schindler y lo que la gente opinaría en su momento sobre su intención de salvar judíos dentro del III Reich.
A través de su página Liberation Iraq Christian & Yazidi ya ha recaudado más de 360.000 dólares y tiene como objetivo llegar a los dos millones. Con ellos cree que podrá rescatar a más de 3.000 mujeres y niñas actualmente en manos de los yihadistas. Hasta ahora, consiguió rescatar a las cristianas y yazidíes con las donaciones realizadas por otros empresarios judíos a los que pidió ayuda. Actualmente, está intentando involucrar en su proyecto a los católicos y todos juntos empezar a cambiar el mundo.

OREMOS

En este libro el autor comparte con el lector las lecciones sobre la oración que él aprendió a través de los años y lo anima haciéndole ver que la oración es la tarea más noble a la que hemos sido llamado. 

El autor considera que la oración es un ministerio. Nos dice que la oración es trabajar junto con Dios. Mediante la oración, se cumplen los fines de Dios, y se frustran los designios de Satanás.


EL AMOR DEBE SER FIRME


1. Con amor por las víctimas
2. Pánico y apaciguamiento
3. La trampa tierna
4. Amor joven, verdadero amor
5. Abra la puerta de la jaula
6. Las preguntas más dificiles
7. El valle de las sombras
8. Tres mujeres que lo pusieron en práctica
9. Preguntas Y respuestas
10. Víctimas de enredos amorosos: Un diálogo
11. Discusión del diálogo
12. Anatomía del adulterio
13. El amor firme en otras circunstancias
14. Mujeres iracundas y hombres pasivos
15. Amor firme para personas solteras
16. Elementos que componen un buen matrimonio
17. Con más amor para las víctimas

TIEMPOS


No importa cuánto dinero tengas, no podrás comprar tiempo. Si supieras que tu vida está a punto de terminar, y tuvieras todo el dinero del mundo, y quisieras comprar un día adicional de vida, no tendrías para comprarlo.  La Biblia dice, en Mateo 6:27: ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida?  No existe la manera de comprarle una hora 25 al día, porque el día solo tiene 24 horas.  Nuestro tiempo está destinado por el Señor.


No puedes comprar el tiempo, y el tiempo que se ha perdido no lo puedes recuperar.  Por más dinero que tengas en el mundo, por más habilidades, por más talentos, por más espíritu, por más unción que tengas, tú no puedes regresar a tener diez años.  Tú no puedes regresar a ser un bebé, no puedes regresar a kínder con los niños que duermen una hora todas las tardes.

¿Qué puedes hacer con el tiempo?  Puedes invertir en el tiempo. Cuando permites que el Espíritu Santo te ministre acerca de tu tiempo y te explique cuándo es el momento para cada cosa, te lleve al lugar correcto, en la hora correcta, tu tiempo producirá resultados.  No importa en qué momento de tu vida te encuentres, al fin y al cabo, todo es cuestión de tiempo; y el tiempo revela todas las cosas.

El tiempo siempre va a revelar lo que está oculto.  Lo que hagas hoy en lo oculto, pensando que nadie lo va a saber, con el tiempo se sabrá. De la misma manera, si han sido injustos contigo, si te han juzgado mal, no te preocupes porque, en su tiempo, el Espíritu Santo lo va a revelar.  Una de las cosas que tienes que entender es que el Espíritu Santo es el maestro del tiempo.  Él trabaja con tu tiempo, él te indica cuál es tu tiempo, él te deja saber cuál es tu tiempo, cuál es tu momento, y cuál es tu hora.

El Espíritu Santo te revela el tiempo específico de tu destino. El Espíritu Santo te va a revelar para quién has sido llamado, el lugar en específico donde tú has de ser de bendición. El Espíritu santo te va a revelar el tiempo de tu llamado. 

HAZ EQUIPO CON DIOS

Cuando Jesús fue a hacer lo que conocemos como su entrada triunfal, mandó a sus discípulos a buscarle un pollino, un asno. Y no podía ser cualquier asno, sino uno en específico. Cuando Dios mandó a buscar a aquel pollino, les dijo a los discípulos exactamente dónde lo iban a encontrar. Les dijo: Vayan por este lugar y, cuando lleguen a tal camino, allí, en aquel lugar, va a haber un pollino que va a estar atado; desatadlo y traédmelo y, si alguien pregunta, díganle que el Señor lo necesita. Y la Biblia nos dice que, cuando ellos fueron a buscarlo, efectivamente, alguien preguntó qué iban a hacer con él, y los discípulos hicieron exactamente lo que Dios les mandó a hacer.
La gente que va a bendecir tu vida son los que hacen lo que Dios les dice, y lo hacen exactamente como Dios les dice.
Los discípulos llegaron hasta aquel lugar porque Dios sabía exactamente dónde estaba aquel pollino. Dios sabe exactamente en el lugar donde tú te encuentras, no solo en el lugar que te encuentras físicamente, Dios también sabe el lugar específico espiritual en que tú te encuentras y, cuando Dios te manda a buscar y te deja saber que te necesita, Dios sabe exactamente en qué lugar tú estás parado.
Cuando leemos esta historia, pensamos que el pollino estaba guardado, pero la Biblia no dice que estaba guardado, la Biblia dice que estaba frente a un recodo, que no es otra cosa que una intersección. Cuando tú sabes a dónde tú vas, puede haber veinte direcciones, pero tú sabes por dónde te tienes que ir. 
Hay gente que piensa que, porque se encuentran parados en unas encrucijadas en su vida, quizás, Dios no se acuerda de ellos; porque se encuentran en un momento donde no saben si doblar a la derecha o a la izquierda, creen que Dios no se acuerda de ellos. Hay gente que llegó a la iglesia cuando estaban muy bajo para estar alto y muy alto para estar bajo; hay personas que llegaron cuando estaban muy a la derecha para moverse a la izquierda, pero demasiado a la izquierda para moverse a la derecha. Hay veces en nuestra vida donde nos encontramos en situaciones que no sabemos si ir a la derecha o a la izquierda, si arriba o abajo, en qué dirección tenemos que movernos, y esos son los momentos donde Dios se apresta a encontrarse con nosotros.
Hay personas tan decididas que tú les puedes preguntar dónde se ven en cinco años y ellos te pueden decir claramente a dónde van, pero hay personas que ellos mismos no saben dónde están parados. Pero, aunque ni siquiera tú sepas dónde estás parado, Dios conoce exactamente dónde tú estás parado, y conoce todo acerca de ti.  Salmos 139 dice que Él conoce tu sentarte y tu levantar, que conoce tu caminar, y que conoce tu descansar. El Salmos 139 dice también que, de lejos, Él conoce cada pensamiento que hay en ti.
A veces, se nos hace difícil pensar hacia dónde vamos a ir. Por eso es importante que entendamos que Dios te necesita y, si Dios te necesita, Él se va a encargar de desatarte. No importa el lugar dónde te encuentres parado, Dios va a llegar hasta allí y le va a dar dirección a tu vida. Dios está dispuesto a sacarte de cualquier situación y usarte para darle propósito a tu vida.
No importa dónde tú te encuentres, Dios sabe dónde buscarte y de dónde sacarte. Te puedes estar preguntando cómo Dios te va a usar a ti, cómo puedes servirle a Dios, qué puedes hacer que haga una diferencia; Cristo busca algo insignificante y lo hace extraordinario. Tienes que entender que tú pones lo ordinario, y Cristo pone lo extra.
Todo lo que aquel pollino hizo fue hacer que Cristo se hiciera visible ante la multitud. Dios te va a usar para hacerse visible a la multitud; Dios te va a usar para que tú hagas la diferencia y Su poder sea visible a la multitud; Dios te va a usar para que, cuando todos los que estén a tu alrededor estén en problemas financieros, tu prosperidad sea visible a la multitud; Dios te va a usar para que, cuando tú estés enfermo, la sanidad divina manifestándose en tu cuerpo sea visible a la multitud; Dios te va a usar para que, cuando otras familias estén en problemas, tu familia sea visible ante la multitud.
Dios te necesita para levantar a Cristo, en medio de la multitud.
Tú eres importante para Dios. Hay cosas pequeñas que Dios hace grandes y, si tú te ves pequeño, Dios te puede hacer bien grande, porque Él te necesita para que hagas Su gloria visible.
Saca tu vista de lo que tú necesitas de Dios y pon tu vista en lo que Dios necesita de ti.  Tú sabes dónde estabas y sabes de dónde Dios te sacó. No pienses que Dios te sacó y te va a dejar sin hacer nada. Y lo más grande es que Dios lo va a hacer ahora, porque Él necesita de ti. 

MUEVETE

Hoy, hay millones de personas que están impregnadas de destino y que están esperando que un hombre de Dios se pare frente a ellos y comience a declarar bendición y a enviar palabra a todo aquel que la reciba. Tienes que entender que Dios no tiene esas bendiciones reservadas solamente para los pastores y los ministros; Dios tiene eso reservado para cada uno de sus hijos que entienda que Dios ha puesto destino en su vida. Dios te ha escogido para bendecir; hay algo especial que tú tienes que hacer; Dios ha depositado una asignación especial sobre tu vida.

Miremos la historia de Rebecca, en Génesis 24, en el momento que llega el siervo de Abraham a buscar esposa. Rebecca no era como ninguna de aquellas jóvenes, porque Rebecca, si nos damos cuenta, cuando escuchó la voz de aquel siervo, enviado por el padre, automáticamente reacciono e hizo lo que tenía que hacer. Ella fue alguien que estaba enfocada, alguien que era consistente, fue alguien que, desde que el siervo la vio venir, dijo: Hay algo especial en ella que hace que sea diferente a todas las doncellas que andan con su cántaro. Seguramente, Rebecca iba sonriendo y, por lo que se ve en la Biblia, era la más eficiente que había en aquel lugar. Cuando leemos este pasaje, nos damos cuenta que no había el siervo –enviado del padre– terminado de orar, cuando ya Rebecca estaba parada delante de él.

La Biblia dice que se dio prisa para ir a buscar agua para los camellos, que corrió hasta el pozo y luego se dio prisa para ir hasta la casa de su padre. Cuando el siervo fue con ella, a casa de su padre y su madre, y habló con los padres de esta muchacha, les dijo: Estoy aquí por esta razón, Dios y mi siervo Abraham me han enviado, me han traído como instrumento, para llevar a su hija hasta su destino.

La Biblia dice que Rebeca se dio prisa a hablar con sus padres y que, cuando él habló de ella, dijo: Esta joven que está aquí, no hice más que decir algo y enseguida se dio prisa, corrió, se movió, hizo lo que tenía que hacer. Esto es importante porque el destino de cada  cual es manifestado en aquellos que están haciendo algo, y que lo están haciendo prontamente.

Mucha gente tiene un destino especial y está esperando las veinte confirmaciones, cuarenta oraciones, los dieciocho profetas que hablen a su vida; tienen que tener cien libros que le den la misma palabra. Pero Dios bendice al que, cuando recibe una palabra de parte de él,  se da prisa en hacerlo, se mueve rápido y hace lo que tiene que hacer.  Así que, no dudes; si Dios te dio una palabra, muévete; el resto caerá en su lugar.