TIEMPOS


No importa cuánto dinero tengas, no podrás comprar tiempo. Si supieras que tu vida está a punto de terminar, y tuvieras todo el dinero del mundo, y quisieras comprar un día adicional de vida, no tendrías para comprarlo.  La Biblia dice, en Mateo 6:27: ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida?  No existe la manera de comprarle una hora 25 al día, porque el día solo tiene 24 horas.  Nuestro tiempo está destinado por el Señor.


No puedes comprar el tiempo, y el tiempo que se ha perdido no lo puedes recuperar.  Por más dinero que tengas en el mundo, por más habilidades, por más talentos, por más espíritu, por más unción que tengas, tú no puedes regresar a tener diez años.  Tú no puedes regresar a ser un bebé, no puedes regresar a kínder con los niños que duermen una hora todas las tardes.

¿Qué puedes hacer con el tiempo?  Puedes invertir en el tiempo. Cuando permites que el Espíritu Santo te ministre acerca de tu tiempo y te explique cuándo es el momento para cada cosa, te lleve al lugar correcto, en la hora correcta, tu tiempo producirá resultados.  No importa en qué momento de tu vida te encuentres, al fin y al cabo, todo es cuestión de tiempo; y el tiempo revela todas las cosas.

El tiempo siempre va a revelar lo que está oculto.  Lo que hagas hoy en lo oculto, pensando que nadie lo va a saber, con el tiempo se sabrá. De la misma manera, si han sido injustos contigo, si te han juzgado mal, no te preocupes porque, en su tiempo, el Espíritu Santo lo va a revelar.  Una de las cosas que tienes que entender es que el Espíritu Santo es el maestro del tiempo.  Él trabaja con tu tiempo, él te indica cuál es tu tiempo, él te deja saber cuál es tu tiempo, cuál es tu momento, y cuál es tu hora.

El Espíritu Santo te revela el tiempo específico de tu destino. El Espíritu Santo te va a revelar para quién has sido llamado, el lugar en específico donde tú has de ser de bendición. El Espíritu santo te va a revelar el tiempo de tu llamado. 

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