10 MANDAMIENTOS PARA QUIENES QUIEREN SER MISIONEROS



1. No vaya con la idea de que usted es el “Cuarto” miembro de la Trinidad. Un misionero no es más que un mendigo que enseña a otros mendigos donde encontrar pan.

2. No espere que le den la bienvenida. Usted ha sido enviado, no “Invitado”. La cruz es un reproche, no una atracción.

3. No espere ganar en respeto de la gente, sus oídos, sus corazones, sin haber hecho el honor de aprender su idioma y con él su cultura.

4. Haga su trabajo lo más pronto posible y usted trabaje al lado de ellos y bajo las ordenes de ellos.

5. No sea una persona aislada. Asegúrese de que algunos hermanos del pueblo de Dios de su país de origen oren fielmente a Dios por usted y pida a los creyentes nacionales que oren a Dios por usted.

6. Desempaque sus maletas y escóndalas. Algunos nunca las desempacan realmente.

7. Practique la paciencia. Es el primero de los dones apostólicos ( 2 Corin. 12.12) y le hará falta para estudiar el idioma, para comprender el misionero veterano, para adquirir nuevos hábitos de dormir, para ajustarse a los nuevos olores, alimentos, ruidos e insectos, al correo lento y al burocracia incomprensible y, lo peor de todo, a su propio egoísmo que usted no sabia que tenia.

8. Pida a Dios que encuentre a dos personas para ayudarle. A un misionero veterano que le enseña lo que no debe hacer y aun líder nacional que le indique lo que debe hacer, aun cuando sepa que es imposible.

9. Mantenga abierta las líneas de comunicación. Escriba no solo a sus mantenedores, sino a los que le han prometido orar por usted.

10. Sea natural. Usted tiene el cuerpo, la capacidad, el temperamento y el rostro que el Señor quiere que tenga. No sea esclavo de ninguna imagen de lo que usted cree que debe ser un misionero.