3 PREGUNTAS CLAVES SOBRE EL NUEVO TESTAMENTO

Este libro se enfrenta a tres cuestiones teológicas de conocida dificultad: 

(1) la fiabilidad histórica del Nuevo Testamento, (2) el debate sobre quién fue el verdadero fundador del cristianismo, Jesús o Pablo, y (3) el modo en que los creyentes del siglo veintiuno debemos aplicar el Nuevo Testamento a la vida cotidiana. 

Todo ello lo hace ofreciendo respuestas bien trabajadas y razonadas, que nos ayudan a apreciar el valor de la fe cristiana y a acercarnos a ella de una forma más profunda. 

Basado en las investigaciones más serias, pero escrito en un estilo accesible a todos los públicos, este libro es una excelente guía para pastores, estudiantes y cualquier persona interesada en obtener una mejor comprensión del Nuevo Testamento.

LAS PARÁBOLAS DE LUCAS

El trabajo extensivo de Bailey en la cultura campesina del Medio Oriente le ha ayudado en su intento de determinar las suposiciones culturales a las que habría llegado su audiencia al contarles las parábolas. 

Los mismos valores que comunicaron las parábolas en el tiempo de Jesús, sugiere Bailey, pueden ser descubiertos hoy en comunidades aisladas en lugares como Egipto, Líbano, Siria e Irak. Al explorar las visiones mundiales sobre estas culturas, es posible discernir, por ejemplo, lo que significó hace dos mil años atrás para un amigo venir a llamar a media noche, o que un hijo pidiera su herencia antes de que su padre muriera. 

A través de una combinación de análisis literario y cultural, estos estudios logran una gran cantidad de profundos avances en la interpretación de las parábolas de Jesús.

¿QUE ES EL EVANGELIO?

No hay nada más fundamental y central para la vida Cristiana y la vida de la iglesia que el evangelio. Tanto Cristianos como incrédulos necesitan un mejor entendimiento del evangelio y la responsabilidad principal del pastor es ayudar a su congregación entender y vivir en el evangelio diariamente.


Este libro por el pastor Timothy J. Keller es un libro de estudio sobre el evangelio. Sería un recurso excelente para llevar a cabo un estudio de escuela dominical o de grupos pequeños en una iglesia local. El estudio incluye preguntas para discusión, preguntas para aplicación, y estudios bíblicos para ayudar a los estudiantes captar la esencia del evangelio.

El estudio se divide en 10 lecciones:

1. ¿Qué es el evangelio?
2. ¿Quién es Dios?
3. ¿Qué está mal en nosotros?
4. ¿Quién es Jesús?
5. ¿Por qué murió Jesús?
6. ¿Cómo cambiamos?
7. ¿Cuál es la misión de Jesús?
8. ¿Por qué no puedo hacer esto solo?
9. ¿Cómo conocemos acerca de Jesús?
10. ¿Dónde compartimos el evangelio?

SEMILLAS

En  Marcos 4, Jesús les habla a sus discípulos sobre el poder de la palabra, presentándoles la parábola de sembrador. En el versículo 13, les dice: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?  En otras palabras, si no entienden el poder de la semilla y no entienden la relación de la semilla con la tierra, lo que pasa con la semilla, ¿cómo van a entender el resto de las cosas que yo les voy a hablar?
En el verso 14, comienza a hacer la explicación de las semillas que cayeron en diferentes partes y tipos del terreno.  El primer escenario representa al enemigo. ¿Con quién te encuentras fuera de la iglesia después que oyes la palabra?  Satanás no viene porque seas tan grande y peligroso para él, o porque tenga un problema personal contigo; viene a intentar robar la semilla que se ha puesto en tu corazón.
Cuando Satanás, no logra quitarte la semilla que fue sembrada en ti a través de la palabra, entonces, según los versos 16 y 17, llega la persecución.  Al final, si el diablo no se lleva la semilla con persecución, entonces, hay un tercer grado mostrado en el verso 18: Los afanes.
Pero el que logra vencer el ataque del enemigo, la presión de la persecución y la ansiedad que causa la preocupación de este siglo, en ese terreno germina la semilla al treinta, al sesenta y al ciento por uno.
¿Cuáles son los mensajes que han dado resultado en tu vida? No todos. Hay algunos que, cuando sales de la iglesia, el enemigo se ha robado la semilla. A veces, no se la robó el diablo, pero la persecución que vino a tu casa, lo que te hicieron cuando hablaron mal de ti en Facebook, en Twitter, aquello que dijeron de ti, te ha hecho desistir de la palabra. Otras veces, las presiones, el afán, la frustración de la semana, han cancelado la semilla.
La palabra que ha dado resultado, la semilla que ha dado frutos en tu vida es aquella que ha resistido. Por lo tanto, si el terreno es el correcto y es capaz de aguantar la semilla, entonces produces, y Jesús dice que, si no entiendes eso, no puedes entender más nada. Ese es el poder de una semilla.

LA GRACIA ES OFENSIVA

Observe los nombres o bien la carencia de ellos. Se nos da el nombre del fariseo que había invitado a Jesús a cenar, Simón, pero el nombre de la mujer que irrumpe no se registra. Probablemente porque no necesita ser registrado. Es conocida por su reputación: “la” mujer inmoral, “la” pecadora. Cuando se escuchan las noticias de este encuentro, es sumamente probable que nadie se preguntara, ni siquiera por un momento, quién es “ella”. 

 Ahora bien, esta mujer no solamente era menospreciada por su estilo de vida, evidentemente no tenía temor de añadirle leña al fuego. Primero, entró a la casa de Simón sin invitación y sin compañía. “¿Quién se cree que es? ¿Cómo se atreve?”, habrán murmurado los invitados en consternación pasmosa. Esta era la última persona que usted querría que viniera a una cena. 

Y no estaba irrumpiendo en cualquier cena; era una cena en casa de un líder religioso, un fariseo, un hombre santo, el lugar opuesto donde podría llegar a ser concebiblemente bien recibida. Así que aquí viene, el epítome de lo que ninguna mujer debería ser—rebelde, promiscua, ordinaria, insensata y muy enferma probablemente—y se echó a los pies del invitado de Simón. ¿Por qué no solamente esperaba a Jesús allá afuera o trató de encontrarlo antes de que entrara? ¿Por qué no temía lo que pudiera suceder? Su descaro no terminó allí. No, las indignidades seguían multiplicándose. De sus sucios vestidos, sacó un frasco de alabastro con ungüento. Los testigos fácilmente podían imaginarse dónde había conseguido el dinero para comprarlo y para qué propósitos lo había utilizado previamente. Pero ahora cayó detrás de donde estaba reclinado Jesús, mientras Simón, los discípulos e incluso los esclavos de la casa permanecían horrorizados. Derramó su precioso perfume en los pies de Jesús. 

Luego se descubrió la cabeza (lo cual también era religiosamente inadmisible), sacó su cabello y lo utilizó como una toalla para limpiarlo. Aparentemente ella lloraba con tanta intensidad que sus lágrimas hicieron un baño para sus pies encallecidos y secos. Y luego los besó. Una y otra vez. Y Él lo recibió. Jesús recibió los besos de una prostituta. Ella, la contaminada, estaba limpiando a Jesús, el puro. Una vez más, uno tiene que preguntarse: “¿Qué estaba pensando cuando hizo una jugada tan temeraria? ¿Cómo pensaba que esos hombres responderían? ¿Cómo pensó que Jesús respondería? ¿Cuál era su esperanza? ¿Y de donde sacó el coraje para hacer algo así?”. Claramente, esta mujer había llegado al final de sí misma. Como un adicto que había tocado fondo, ella había muerto a todo excepto su deseo de ayuda. Ella corrió a Cristo y Él no la rechazó. La gracia empieza donde termina el orgullo. La escena ofendió a los que la presenciaron. Y no los ofendió porque fueran sumamente mojigatos o hiperreligiosos; aunque probablemente lo eran. 

La gracia ofende porque es ofensiva. A diferencia de cualquier otro tipo de amor que existe, el amor en una dirección no depende de nuestra amabilidad. Precede a la amabilidad. Y aunque lo vemos reflejado en maneras incontables en nuestra vida diaria y relaciones, el evangelio es el único lugar en el que encontramos esta gracia del tipo que destroza paradigmas en su estado puro sin adulterar. Jesús es su punto de inicio, y aun así no debemos olvidar jamás que eso lo llevó a ser crucificado.

SU MISERICORDIA ES PARA SIEMPRE

Jesús se sentó con sus discípulos la noche de Pascua y dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama” (Lucas 22:20). Hizo un nuevo pacto con esos doce hombres, el nuevo Israel de Dios. Ahora a través de Cristo todos hemos entrado en un nuevo pacto con Dios. De modo que todos los que fueron salvos en Israel fueron salvos mediante este nuevo pacto. Entonces los gentiles se conectaron con el pacto y comenzaron a recibir misericordia. Como usted tiene un pacto a través de la sangre de Jesús y usted es un creyente, ¡se le extiende misericordia!

La misericordia es una de las fuerzas más poderosas que existen. La misericordia está conectada con la compasión y la benevolencia. La palabra hebrea para misericordia es checed. Se traduce al español como “misericordia, benignidad, benevolencia, bondad, amablemente, misericordioso, favor, bien, gentileza, conmiseración”. Una palabra hebrea relacionada racham, habla todavía más de cerca sobre la misericordia de pacto de Dios. Significa “amar, amar profundamente, tener misericordia, ser compasivo, tener afecto entrañable, tener compasión”.

Usted la puede ver aquí en 2 Reyes 13:23: “Mas Jehová tuvo misericordia de ellos, y se compadeció [o tuvo misericordia] de ellos y los miró, a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob; y no quiso destruirlos ni echarlos de delante de su presencia hasta hoy”.

La palabra compasión en este versículo es la misma palabra hebrea racham, utilizada para misericordia en otros lugares en el Antiguo Testamento (vea Éxodo 33:19; Salmos 102:13; Proverbios 28:13; Isaías 14:1; 30:18). La idea es que la misericordia, la compasión y la conmiseración de Dios son para el pueblo de su pacto. La misericordia mueve a Dios y lo lleva a actuar a nuestro favor. Por eso es que digo que la liberación de todos nuestros enemigos es central para este nuevo pacto de misericordia.

Todavía es movido hoy para rescatarnos y liberarnos incluso ahora. Él ve nuestra condición. Escucha nuestro gemir. Ve nuestro cautiverio. Envió a que su Hijo viniera en persona a cumplir con la sorprendente magnitud de su pacto de misericordia y compasión extendida a nosotros: el pueblo de su pacto, los hijos y las hijas de Abraham.

Uno de los salmos más grandes en la Biblia es el Salmo 136. Los rabinos lo llaman el Gran Halal. Consistentemente dice: “Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia”. Menciona todas las cosas que Dios hizo por Israel. Lo que este pasaje está diciéndole es que si usted sabe que la misericordia de Dios está en su vida, debe estar agradecido por ello. La acción de gracias es una respuesta a la misericordia de Dios. Nadie debería obligarlo a alabar y agradecer a Dios. Cuando usted entiende la misericordia, la gracia, el perdón, la sanidad, la liberación y la compasión de Dios en su vida, cada vez que entre a la casa de Dios, usted aplaudirá y alabará a Dios, levantará las manos y le agradecerá. Su misericordia es de generación en generación. Nunca se acaba. Nunca termina. Su misericordia es para siempre. Eso es algo por lo cual agradecerle a Dios.

La frase para siempre es significa: “continúa existiendo [...] permanece firme bajo sufrimiento o infortunio sin rendirse”. La palabra siempre significa: “por un tiempo ilimitado, en todo tiempo, continuamente”. Por lo tanto, el significado de estas palabras claves nos habla del amor de Dios poderoso, firme, digno de confianza, tenaz, sin fin.

Así que a medida que hablemos de la liberación y usted desee más y más ser hecho libre, usted necesitará creer que Dios es misericordioso, que Dios lo sanará, que Él lo liberará, que Él tiene compasión, y que Él es movido por su condición. No piense que a Dios no le importa. Dios se preocupa profundamente y moverá el cielo y el infierno para venir en su rescate. Cuando usted esté recibiendo ministración, sepa que es la manifestación de la gran compasión, misericordia y benevolencia del Espíritu de Dios y el Padre hacia usted. Las liberaciones, las sanidades y los milagros son una manifestación del amor del Padre fluyendo hacia usted y a través de usted.

Creo que cuando obtengamos una revelación plena del pacto de la misericordia de Dios fluyendo a través de nosotros veremos más milagros en el Cuerpo de Cristo. Cuando nos rindamos al Espíritu de Dios y permitamos que el amor del Padre y su compasión fluya a través de nosotros, veremos los ojos de los ciegos abiertos, los oídos de los sordos destapados y a los cojos andar. No podemos fluir en milagros, sanidad y liberación, ni experimentarlos sin la misericordia de Dios. Cada uno de nosotros deberíamos ser canales de la misericordia de Dios para un mundo perdido y herido.

Nadie merece sanidad y liberación. Es el pacto de misericordia de Dios que nos extiende esos beneficios. Es la fidelidad de Dios al pacto lo que lo hace. No tiene nada que ver con ninguno de nosotros fuera de nuestra elección de recibir a Jesús. Y Jesús no vino a juzgarnos y darnos una paliza; vino a extendernos misericordia, a sanarnos y a liberarnos. ¡Gracias a Dios por su misericordia de pacto sobre nuestra vida!

LO QUE CREES

En Juan 4:23-24, dice la palabra del Señor: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren.  Dios es Espíritu, y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren.
En el mundo espiritual, lo que viene para algunos, para otros ya es.  La salvación viene para algunos, porque aún no han confesado a Jesucristo como su Salvador personal, pero para nosotros ya es la salvación porque ya le hemos confesado y aceptado.
Hay quienes han recibido sanidad en sus cuerpos, mientras que otros no lo han recibido físicamente, pero lo están recibiendo como que ya es.  La diferencia se encuentra en creer.
¿Qué tú crees hoy? ¿Crees que tienes un buen matrimonio, o crees que algún día lo tendrás?  Todo es cuestión de conciencia y de tu relación con Dios.  Uno de los problemas de algunos cristianos es que viven basados en el futuro o en el pasado, pero no viven el presente.  Han olvidado el poder del momento presente.
Cristo le hace un contraste a la mujer samaritana, que estaba viviendo en dos tiempos.  Vivía con la carga de haber tenido 6 hombres y no era feliz y también vivía con la esperanza que le había enseñado la religión de que algún día vendría el Mesías para libertarla.
Hoy día, muchos viven de la misma manera, atados con el pasado que les persigue, y lo único que les queda es venir solos al pozo a la hora que nadie va, por no ser gratos para los demás.  Viven con la esperanza de un futuro glorioso, sin darse cuenta que el futuro glorioso se encuentra presente y se llama Jesucristo.
Lo único que tienes es hoy.  Lo que haces hoy es la decisión más importante de tu vida, porque lo que hagas hoy se convierte en tu pasado.
La samaritana estaba viviendo con el problema de la religión y con el problema de lo que el mundo ofrece.  Todos hemos tenido estas experiencias de una manera u otra.  Es verdad que es importante tener visión, metas, sueños y hacer arreglos para el futuro; pero la verdadera libertad la encontramos en Jesucristo que no pretende hacernos libres por algo que hagamos o no hagamos, sino que quiere que seamos libres en el mismo instante que creamos.
Mientras no veas a Dios en tu presente, siempre buscarás satisfacción en los hombres, sin darte cuenta que luego tendrás una lista en tu pasado de gente que no puede hacer por ti lo que solo Dios puede hacer.  Esto, en todo: Emociones, empresa, matrimonio.  Mientras más grande es esa lista, más coraje, frustración e insatisfacción.
Hoy es el día que puedes vivir en tu máximo potencial.  Vívelo al máximo.  Permite que Dios se meta en tu presente, y verás cómo toda tu vida cambia para siempre.

EN TODO LUGAR

Tenemos una responsabilidad de hacer la vida de los otros mejor, de interferir en el momento en que haga falta, de detener una confesión negativa. Cuando alguien haga una confesión negativa, no tengas vergüenza en decir: Yo ato y paralizo esas palabras, en el nombre de Jesús. ¡Qué aprendan a hablar correctamente!
La revelación que hay en tu vida, no puede ser tan solo para ti.
En Deuteronomio 6, dice que los mandatos y estatutos que Dios les daba eran para ponerlos por obra en la tierra a la que pasaban para tomarla, para que temieran a Jehová, guardándolos ellos, sus hijos, y los hijos de sus hijos, para que sus días fueran prolongados. Dios les mandó que repitieran aquellas palabras a sus hijos, y hablaran de ellas estando en casa y andando por el camino y al acostarse y cuando se levantasen, y las ataran como señal en sus manos, y dijo que estas estarían como frontales entre sus ojos, y las escribirían en los postes de sus casas y en sus puertas.
En esta escritura, vemos un gran mandamiento que Dios puso sobre nuestra vida: Que lo que recibimos de parte de Dios, no es solamente para nosotros, sino que es nuestra responsabilidad divulgar, propagar, llevar más allá, pasar a las próximas generaciones aquello que hemos recibido de parte de nuestro Dios.
No podemos permitir que las próximas generaciones no reciban la enseñanza, la estructura, que no entiendan lo importante de aquello que nosotros hacemos. Tenemos que enseñar a nuestros hijos lo que hemos aprendido de la palabra del Señor

ABRIENDO CAMINOS

El profeta Isaías dijo que habría uno que prepararía camino a Jehová, enderezando calza en soledad a nuestro Dios. Juan el bautista entendió que aquel del que hablaba Isaías era él. Entendió que era a él a quien le tocaba bajar los montes, levantar los valles, apaciguar el camino, alinear aquello que estaba desalineado. A él no le importó lo que la gente dijo de él. No le importó parecerle extraño al mundo; no le importó ser excéntrico, hacer las cosas de manera diferente. Él simplemente entendió que él tenía un llamado y que su llamado era preparar el camino para Aquel que vendría detrás de él.
La pregunta es: ¿A quién Dios te ha llamado a prepararle el camino?
¿Habrá alguien que pueda decir que su vida es diferente gracias a que tú invertiste en ella? ¿Has ayudado a alguien? ¿Le has dado palabra a alguien? ¿Has preparado el camino para alguien? ¿Has levantado un valle para alguien? ¿Has bajado un monte para alguien?
El problema que muchas veces tenemos los cristianos es que enfocamos nuestras vidas en alguien que abra el camino para nosotros. Nos enfocamos en que alguien sea la conexión que nos consiga el trabajo, en alguien que pueda referirnos, en alguien que nos dé palabra de parte de Dios.
Deja de pensar un poco en ti, en lo que tú necesitas, en la puerta que estás esperando que se abra para ti, y enfócate en la bendición de otra persona, enfócate en abrir el camino para otra persona, en buscar quién es esa persona a quien tú tienes que abrirle el camino, para que entonces Dios se encargue de traer la persona que él usará para que lo haga para ti.

POR REVELACION

En Lucas 19:41-44, el Maestro estaba hablando de lo triste que él se sentía, y el dolor que experimentó, al no poder ser reconocido y aceptado en su generación, como el Mesías prometido.
Muchos no entendieron, no recibieron el hecho de que él era Aquel que ellos habían estado esperando; que era de él de quien hablaron todos los profetas. Pasó tres años y medio en aquel lugar, hizo milagros, hizo grandes cosas, y todavía aquella gente no lo entendía, no lo comprendía. Por eso dijo: Ustedes perdieron el día de su visitación.
Jesús se entristeció porque no lo reconocieron, no pudieron entender quién él era.
Una de las frustraciones que tiene todo ser humano, en un momento dado, es pasar desapercibido en esta vida. La gente está falta de reconocimiento; quieren diplomas, placas, trofeos, ser reconocidos en público, ser admirados. Todos necesitamos eso, de alguna u otra manera; solo que hay quienes lo desean desmedidamente, de una manera irracional, y buscan llamar la atención.
Jesús experimentó esta tristeza, no por un problema de autoestima, sino porque era un detalle del cumplimiento de la profecía. No habían entendido lo que proféticamente él representaba para ellos. Eso causó tristeza y dolor en su vida.
Lo triste no fue que una persona no lo reconociera, sino que toda una generación perdiera de vista quién él era, todo un pueblo no entendió quién él era.
Cuando sabes quién tú eres, lo que Dios ha hecho en tu vida, lo que Dios te ha llamado a hacer, triste sería que una generación completa se pierda de lo que Dios quiere hacer contigo.
Jesús dijo que, si en Sodoma se hubiesen hecho los milagros que se hicieron en Capernaum, hace mucho se hubiesen arrepentido, y hubiese permanecido. Aquello era un insulto para Capernaum; Jesús estaba diciendo que aquel lugar era peor que Sodoma, por no creer en él como el Mesías prometido, a pesar de todos los milagros que él había hecho allí.
Y es que, hay gente a la que tú nunca vas a convencer de quien tú eres, por más que tú hagas. Porque para recibir quien tú eres, tiene que ser por revelación, por conexión y por relación, no por lo que haces.
Deja de estar tratando de impresionar a la gente. Que la gente reciba revelación de quien tú eres, a través del Espíritu, para que entiendan, entonces, la grandeza de lo que Dios ha puesto en ti, y puedan ver al Cristo que está dentro de ti.

LA MAYOR SEÑAL

En muchas ocasiones, nos sentimos presionados para hacer ciertas cosas, simplemente para complacer y dar seguridad a los que nos rodean; pero la realidad es que no hay manera alguna en esta tierra, de darle seguridad a alguien que no se siente seguro de sí mismo.  Lo importante es entender que la inseguridad de otros no puede poner en juego tu seguridad, y no puedes hacer lo que Dios no te mandó hacer.
Jesús mismo se entristeció porque toda una generación no lo reconocía, aun cuando hizo milagros y prodigios.  Puedes hacer milagros, levantar a los muertos, darle vista a los ciegos y multiplicar panes y peces para dar de comer a multitudes, y van a querer más señales y demostraciones de quién tú eres.
En Isaías 7:14, dice: Por tanto, el Señor mismo os dará señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel.
Al mismo Jesús, la gente estaba pidiéndole señales.  Pero Jesús mismo era la señal.  Jesús se comparó en Mateo 12 con Jonás.  A Jonás no le creyó Nínive por el mensaje, sino por la señal al salir del pez, pues creían en el dios pez.  Por esto, Cristo le dice a aquellos, refiriéndose a Nínive: Al ver la señal, creyeron; y ustedes, viéndome, no creen.
Una señal lo que hace es apuntar hacia una dirección, hacia un lugar.  En aquel tiempo Jesús era la señal, hoy en día nosotros somos señal del camino al Padre.  Pero tenemos que estar seguros de que lo somos, porque sino caemos en el juego de los demás, que piden señales.
Deja de tratar de impresionar a la gente insegura que te rodea.  Libérate de la presión de tratar de mostrar todo aquello que solamente le toca a Dios mostrar.  Que nada ni nadie trastoque la seguridad de quien tú eres, un hijo de Dios que fue llamado a hacer grandes cosas.
Cada vez que actúas en fe y creces tomando control sobre los problemas y emociones, es la señal de que Dios está obrando en tu vida; y la transformación que Dios está haciendo con tu vida, es la mayor señal.

ESPERANZA PARA TU HOY

En Juan 11:20-27, después de la muerte de Lázaro, el Maestro llega 4 días tarde a su tumba. Cuando Cristo llega, le sale Marta al encuentro, mientras que María se queda en la casa.  María, la que había estado a los pies de Cristo, ahora se queda en la casa porque piensa que no hay esperanza, se queda adentro con aquellos que lloraban y se lamentaban.
Marta, la que un día quizás Cristo amonestó, tiene un grande problema, porque se para frente a Cristo y le dice: Si hubieras estado aquí, esto no hubiera pasado. Él le dice: Pero estoy aquí, tranquila; tu hermano va a resucitar; a lo que ella le dice: Yo sé que resucitará en el día postrero. Esto demuestra que Marta estaba pensando en el pasado y lo postrero. Pero, cuando Cristo le dice: Yo soy la resurrección; trae a Marta a pensar en el presente.
Marta tenía este predicamento: Si hubiese pasado aquello, esto no hubiera pasado; pero sé que, algún día, tú harás algo por mí.
Cuanta gente hoy está lamentándose, y lo único que dice es: Si hubiera pasado aquello, hoy yo no estaría aquí. Y se lamentan porque piensan que están donde se encuentran porque algo no pasó como esperaban. Dicen: Si no me hubieran robado aquel día, yo no estuviera aquí; si no me hubieran lastimado aquel día, yo no estaría aquí; si hubieran hecho esto por mí aquel día, no estuviera aquí.
No puedes hacer nada con eso; lo único que puedes hacer es traer a tu aquí, a Aquel que puede resucitar tu vida hoy y darte la esperanza de vivir un tiempo diferente, a pesar de lo que haya pasado. Cristo le dio a Lázaro la capacidad de vivir y culminar su vida con una experiencia de haber estado muerto y ahora tener vida. Es diferente vivir sabiendo que estabas muerto y ahora tienes vida porque, cuando lo sabes, vives diferente.
Dios te ha dado una nueva esperanza en tu vida.  Decide hoy vivirla al máximo.

GRACIA Y MÁS GRACIA...

La gracia no exige nada. Solo da. Y desde nuestra perspectiva siempre le da a la persona equivocada. Vemos esto una y otra vez en los Evangelios, Jesús siempre les está dando a las personas equivocadas: prostitutas, cobradores de impuestos, mestizos. Los pecadores más extravagantes de la época de Jesús recibieron su más compasiva bienvenida. La gracia es una vulgaridad divina que pone de cabeza la precaución. Se rehúsa a evitar los riesgos y guardar para después. 

La gracia es temerariamente generosa, incómodamente promiscua. No utiliza varas, zanahorias o tarjetas de puntualidad. No lleva la puntuación. Como dice Robert Capon: “La gracia funciona sin exigir nada de nuestra parte. No es cara. Ni siquiera es barata. Es gratuita”. Se rehúsa a ser controlada por nuestro sentido innato de justicia, reciprocidad y equidad. Desafía la lógica. No tiene nada que ver con ganar, hacer méritos o merecérsela. Es opuesta a lo que se debe. No espera un retorno sobre las inversiones. Es una contradicción liberadora entre lo que merecemos y lo que obtenemos. La gracia es aceptación incondicional dada a una persona que no lo merece por un dador que no tiene la obligación de hacerlo. Es amor en una dirección.

Piense en su propia vida por un momento. Existe la probabilidad de que haya captado un atisbo del amor en una dirección en algún punto, y eso marcó la diferencia. Alguien lo dejo ir cuando menos se lo esperaba o se lo merecía. Un amigo suspendió el juicio en un momento clave. Su padre fue indulgente cuando usted chocó su coche. Su maestra le amplió el plazo de entrega, aunque ella sabía que usted había estado siendo indolente. Usted le dijo algo insensible a su cónyuge, y en lugar de responder, se quedó callado y de alguna manera no lo guardó en su contra al día siguiente. Si usted está casado, existe la posibilidad de que la persona con la que terminó casado le mostró este tipo de amor en algún punto a lo largo del camino.

No obstante, el amor en una dirección es raro y siempre viene como una sorpresa. Gracias a Dios, los atisbos que recibimos en las relaciones son solamente un presagio del amor de Dios por nosotros. Son como pequeñas saetas que señalan al mismo corazón del universo, lo que Dante llamó “el amor que mueve el sol y las demás estrellas”, el amor que recibió su expresión plena en la persona y obra de Jesucristo. Cuando Juan escribe que “Dios es amor”, está hablando acerca de Jesús (1 Juan 4:8-9). De hecho, si vamos a explorar este tema a cualquier profundidad, no hay mejor telón de fondo que la vida y enseñanza de Jesús. 

Cuando se rompe la cadena de quid pro quo (algo por algo), todo tipo de cosas maravillosas suceden. El amor en una dirección tiene el poder único de inspirar generosidad, amabilidad, lealtad y más amor, precisamente porque remueve todos y cada uno de los requerimientos para cambiar o producir. Como algunas de las historias testificarán, es lo único que ha tenido poder en mi propia vida. Ha sido la diferencia entre el gozo y la tristeza, la gratitud y el sentirse merecedor, la vida y la muerte. De hecho, entre más envejezco más me doy cuenta de cuánto mi vida es un largo testimonio de esta verdad permanente. No estoy exagerando cuando digo que descubrir el mensaje del amor en una dirección de Dios en toda su gloria radical ha salvado mi matrimonio, mi relación con mis hijos y mi ministerio. Así que este no es un tema abstracto para mí. El amor en una dirección es mi sustento vital.

Y aun así, tan hermosa y salvadora como la gracia pueda ser, a menudo la resistimos. Por naturaleza, sospechamos de las promesas que parecen demasiado buenas para ser verdad. Nos preguntamos los motivos ulteriores del excesivamente generoso. Nosotros hace tiempo que dejamos de abrir esos correos electrónicos y cartas que nos decían que “ya habíamos ganado”. ¿Cuál es el truco? ¿Cuáles son las letras pequeñas? ¿Qué ganan ellos con esto?

La gracia es un regalo puro y simple. Podríamos insistir en tratar de pagar, pero ya se ha pagado la cuenta (¡y nuestro dinero no sirve!). Por supuesto, incluso si somos capaces de aceptar el amor en una dirección cuando se nos presenta, tenemos problemas si le llega a otras personas, especialmente aquellos que nos han ofendido. La gracia ofende nuestro sentido de justicia por ser al mismo tiempo inverosímil e injusta.

Nos sentimos incómodos porque la gracia nos voltea la mesa, aliviándonos de nuestro precioso sentido de control. Rompe en dos la tarjeta de puntualidad en la que estamos contando para tener la seguridad de ese jugoso y lindo cheque el viernes. Nos fuerza a depender de la bondad de Otro, y eso, queridos amigos es simplemente aterrador.

La idea de que hay un amor incondicional que alivia la presión, perdona nuestras faltas y remplaza nuestro temor con fe parece demasiado buena para ser verdad. Anhelando esperanza en un mundo de publicidad falsa, el Evangelio de Jesucristo son las noticias que hemos estado esperando toda nuestra vida: Dios ama a la gente real como usted y como yo, lo cual demostró al enviar a su Hijo real para liberar a la gente real.

Jesús vino a liberarnos del peso de tener que hacerlo por nosotros mismos, de la exigencia de dar el ancho. Vino a emanciparnos de la carga de tenerlo todo bien, de la obligación de arreglarnos, encontrarnos y liberarnos. Jesús vino a liberarnos de la esclavizante necesidad de tener la razón, ser recompensado, considerado y respetado. Como Jesús vino a liberar a los cautivos, la vida no tiene que ser un esfuerzo inalcanzable para establecernos, justificarnos y validarnos.

El evangelio de la gracia no es demasiado bueno para ser verdad. ¡Es verdad! Es la verdad más verdadera de todo el universo. Dios nos ama independientemente de lo que traigamos a la mesa o no. ¡Sin trucos! Sin “y si”, “y” o “pero”. Sin calificativos o condiciones. Sin necesidad de equilibrio. La gracia es la realidad más peligrosa, destructora de expectativas, creadora de sonrisas y contraria al sentido común que existe.

UNA RENOVACIÓN EXTREMA

“Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea  la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Ro. 12:1-2
Una “Renovación Extrema”  no puede realizarse si primeramente no tengo una disposición a presentar mi vida a los pies del Señor, para que El haga de acuerdo a lo que desea para mí.
¿Vieron alguna vez el programa televisivo Extreme Makeover? Ellos dejan totalmente su casa en manos de aquellos que remodelarán todo, confiando en que nadie puede hacerlo mejor y que los resultados serán increíbles. La disposición y entrega  de todas las llaves de mi vida (mi casa) al Señor para que Él vaya “remodelando” cada una de las habitaciones y edificando nuevas donde sea necesario.
¿Estamos listas? ¿Quieren una “renovación total” y una “Renovación Extrema”?
La construcción en esta renovación parte primeramente con entender  sobre qué fundamento se edifica y  que esa base o cimiento es Cristo.  Cuanto más profunda es la base, más alto será la edificación…Poner a Dios en mi vida en el lugar que debe estar y dejar que pueda renovarme en todos los aspectos.

RENOVANDO MI CORAZÓN

Según la Biblia, el corazón es el motor de la actividad humana, el querer del ser humano radica en el corazón, se ve como el centro que gobierna toda la vida de las personas. Todo lo que el hombre hace es dictado por el corazón.
La concepción hebrea de la palabra “corazón” lo señala como el centro que gobierna todo el ser y, por consiguiente, todas sus acciones. La Biblia usa la palabra corazón para referirse a los aspectos emocionales, intelectuales y volitivos, entre otros usos. Sabemos que estas tres partes se encuentran en el alma, por lo tanto, bien podría decirse que el corazón es también el alma, de acuerdo a las Escrituras. En el Nuevo Testamento, la palabra corazón es sinónimo de persona
¿Quién tiene mi corazón? ¿En manos de quién está? ¿En las mías o en las de Dios?Quién tiene tu corazón…te tiene a Ti.
  • “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida” Prov. 4:23  contrapartida con Jeremías  17:9. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
  • “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos” Proverbios 23:26
  • “Oye, hijo mío, y se sabio, y endereza tu corazón al camino” Prov.23:19
¿Qué es guardar? Habla de cuidar, proteger, mantener, conservar, poner en seguridad una cosa. Es importante que guardemosel corazón porque somos lo que hay en él. Lo que soy y hago sale de mi corazón. En la Biblia corazón es sinónimo de alma- Prov. 23:7
Empecemos con la Renovación Extrema de nuestro corazón… para llegar a tener un Corazón como el de Cristo y debo hacerlo limpiando mi corazón del pecado: Despojarme del pecado.

  1. UN CORAZÓN LIMPIO:  Salmos 51:10
Toma un momento para identificar tus pecados, aquellos pecados especiales y regalones que guardamos, esos pecados que sólo tú sabes que están. La idea es pesar mi corazón en la balanza de Dios…recordando como dice el salmista en Sal.139:2  que NO están ocultos al Señor. 
David vivió la tristeza de mantener pecado en su corazón y experimentar la miseria de estar alejado de Él. Cometió los pecados más atroces que podemos pensar…y a pesar de esto, fue el hombre de quién Dios dice: “un corazón conforme al corazón de Dios” Hechos 13:22
 La confesión contrita es el puente por el cual cruzamos hacia Dios y hacia la restauración a un corazón limpio. 1° Juan 1:9
2. UN CORAZÓN RENDIDO.      Fil 3:7-14

 El ejemplo de Pablo, rendido a lo que realmente era importante: Dios mismo.
  • Rendido al Señor
  • Rendido a Su Voluntad
  • Rendido a Su Palabra
  • 3-UN CORAZÓN SINCERO:       Hebreos 10:22
Cuando nos acercamos al Padre nuestro corazón debe ser sin – cera, es decir, que no haya ningún hueco tapado con cera, como solía hacerse con algunos productos que se vendían en la antigüedad, los cuales, parecían estar en perfectas condiciones y no mostraban defecto, el vendedor fraudulento cubría las rajaduras de los productos de cerámica con cera dando la impresión de que estaban en perfecto estado, cuando en realidad tenían huecos que en poco tiempo dañarían por completo el producto.
Por eso cuando los compradores iban a adquirir uno de estos productos se cercioraban que estuvieran si defecto, sin cera. Un corazón sincero es un corazón que no oculta nada delante de Dios, que se presenta tal como es, que no se viste con el ropaje del legalismo o una aparente santidad, sino que muestra ante el Padre la verdadera condición, las hendiduras y los huecos que aún persisten. La palabra griega usada para sincero tiene una connotación de verdadero. El corazón del adorador debe ser genuino, verdadero, auténtico, sin falsedad oculta. El corazón sincero identifica a “una persona que es honesta, genuina, comprometida, confiable y sin engaño”
El corazón sincero es aquel que abandona toda confianza en sí mismo y se rinde por completo ante los méritos de la sangre de Cristo y confía solamente en esto para entrar al Padre, pues, sabe que no tiene la capacidad para limpiar su corazón de sus perversiones, sino que confía de manera plena y absoluta en la obra de Cristo en la cruz. Un corazón sincero es aquel que se somete al Señorío total de Cristo sobre su vida.

DEJA IR TODO LO MALO QUE PASÒ

Una razón práctica de por qué los pensamientos son tan decisivos es porque toda emoción es precedida por un pensamiento. Como piensas, así te sientes. Tu conversación interna condicionará tu estado anímico. Tus pensamientos son algo muy, pero que muy poderoso. Las investigaciones revelan que en un día común las personas tienen pensamientos negativos en un ochenta por ciento. ¡Imagínate en un día malo!

Los pensamientos suelen transformarse en palabras. Las palabras que utilizamos tienen un tremendo impacto. De hecho, la Biblia nos habla del poder que hay en nuestra lengua y de lo que sale por nuestra boca (Proverbios 18:21). Tenemos impacto sobre los demás, pero el impacto mayor es sobre nosotros mismos.

Te invito a que cada día repitas estas palabras. No te canses de hablarlas hasta que sientas que dejas ir eventos dolorosos, en el poderoso nombre de Jesús.



Yo soy libre de todo dolor, iras y temores, 
en el nombre poderoso de Jesús.

Decido que reacciono como si hubiera encontrado un tesoro 
porque perdono.

Dejar ir me hace sentir feliz y sin cargas.

Decido no sufrir más por cosas que ya no tienen importancia.

Decido no sufrir más por cosas que ya no puedo cambiar.

Dejo ir, sin resentimiento.

¡Vivo libre, vivo feliz!

ESCUCHE LAS VOCES CORRRECTAS

¿Qué es lo que parece estar creciendo en el jardín de su mente en este momento? ¿Acaso no sería maravilloso si los pensamientos en nuestras mentes se asemejaran a un jardín encantador y bien cuidado, lleno de pensamientos refrescantes y de esperanza, pensamientos que siempre vieran lo mejor en otros, en nuestras circunstancias y en nosotros mismos? El jardín secreto de nuestra mente puede florecer con colores vibrantes y enriquecedores, pero muy a menudo las monótonas y apagadas hierbas del desaliento, la desesperación y la duda de nuestras propias capacidades parecen asfixiar nuestros pensamientos buenos y veraces.

Si no tenemos cuidado, las malas hierbas pueden adueñarse de los jardines de nuestra mente y podemos convertirnos en personas amargadas, negativas y sin gozo. Afortunadamente, podemos aprender a estar atentos a nuestros pensamientos y las cosas a las que nuestras mentes suelen prestar atención. Es posible desarraigar los pensamientos negativos y alimentar, en lugar de ellos, las verdades que producen vida.

Cada día en nuestra mente se plantan vástagos de pensamientos, algunos buenos y otros no tan buenos. Un pariente criticón, un compañero de trabajo hiriente, un error del pasado, una decepción frustrante, pueden empezar a dominar nuestras mentes y llegar a desanimarnos completamente si se lo permitimos. Es fácil estandarizar lo negativo. Esto se da con mucha naturalidad, así como las malas hierbas. Es por eso que tenemos que ser cuidadoras diligentes de nuestras mentes, plantar semillas buenas y saludables y no permitir que las hierbas de la negatividad y la duda pueblen nuestros cerebros. A.W. Tozer dijo: “Aquello en lo que pensamos cuando somos libres de pensar acerca de lo que queramos, eso es lo que somos o en lo que muy pronto nos convertiremos”. En otras palabras, nuestros pensamientos pronto se convierten en nuestras acciones. La mente es una herramienta poderosa y podemos transformarnos cuando la renovamos.

¿Qué voces está escuchando? ¿Qué voces dirigen su vida? ¿Introducen esas voces la verdad o insinúan el temor, el desaliento y la duda? Tal vez recuerda esta antigua canción de cuna:

María, María la arpía

¿Cómo crece tu jardín?

Con campanas de plata y conchas de hojalata

Y chicas bonitas todas juntitas.

Existen numerosas teorías sobre el asunto al que esta pintoresca rima se estaba refiriendo, pero podemos usarla como un recordatorio del hecho de que debemos cuidar el jardín de nuestra mente con mucho esmero para fomentar lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable y admirable. Aunque María se describe como una arpía, como un personaje antagónico y desagradable, nosotras no tenemos por qué ser así. El jardín de nuestra mente puede ser diferente dependiendo de lo que plantemos en él. Así que tenemos que preguntarnos, ¿cómo crece nuestro jardín? ¿Estamos plantando semillas de verdad o estamos cultivando un jardín basado en suposiciones y preocupaciones?

Podemos convertirnos en mujeres extraordinarias simplemente pensando más allá de nuestras circunstancias diarias. Cuando llenamos nuestras mentes con las verdades de que Dios es fiel y está interesado en cada detalle de nuestra vida, comenzamos a ver la vida desde una perspectiva diferente. Podemos tener paz en medio de la tormenta mientras mantenemos el amor eterno de Dios en la vanguardia de nuestros pensamientos. Tozer también dijo: “Lo que nos viene a la mente cuando pensamos en Dios es lo más importante acerca de nosotros”. Si sabemos y creemos que Dios es verdaderamente bueno, entonces reconocemos que incluso los retos que se presentan en nuestro camino o las oraciones sin contestar que tenemos en nuestras vidas tienen un propósito mayor que lo que somos capaces de ver en el momento presente.

En los últimos años los patrones del clima en América del Norte han estado haciendo algunas cosas locas. Enormes tornados asesinos en los estados del sur y del centro de los Estados  Unidos, una y otra vez. Una pareja de ancianos en Alabama salió en las noticias. La casa en la que se habían casado y donde había vivido toda su vida adulta y tenían todos los recuerdos de su familia había sido totalmente demolida por una de estas tormentas devastadoras. Finalmente habían podido construirla otra vez y estaban a punto de establecerse de nuevo en lo que se asemejaba bastante a la vida que habían tenido, cuando otra gigantesca tormenta pasó ¡y otra vez arrasó con su casa completamente! Cuando los entrevistaron en las noticias, la esposa expresó gentilmente su frustración ante aquella circunstancia (y tenía todo el motivo), pero luego añadió: “Pero sé que Dios tiene un plan más grande y estamos confiando en Él a través de todo esto”.

¡Solo una mente que florece con una visión generosa de la bondad y la fidelidad de Dios puede responder de una manera tan positiva! La fe y la esperanza son flores fuertes y robustas en el jardín de la mente y del corazón de esta mujer. Yo quiero responder de esa manera a los retos de la vida, ¿usted no? Ya sea una pequeña herida que produzcan las palabras hirientes de alguien o un gran desastre que cambie la vida, yo quiero responder con un dolor genuino así como con una gracia y una fortaleza que nazcan de la confianza, en vez de con incertidumbre y desesperación. Todo comienza en la mente cuando consideramos quién es Dios y cómo interactúa con nosotros.

6 EXCUSAS PARA PONER FIN A SU MATRIMONIO

Ben y Marie (no son sus nombres reales) han estado casados por 12 años y tienen tres hijos. Su matrimonio nunca fue perfecto y las discusiones entre sí nunca cesaron, mayormente por no tener suficiente dinero para pagar sus cuentas. Al final Marie decidió terminar su matrimonio simplemente porque alegó que Dios “le dijo” que se divorciara. Unos meses después Dios “le dijo” que se fuera a vivir con otro hombre.

Hoy en día la iglesia está llena de historias como esta.  Mientras sí existen ciertas razones bíblicas y justificables para dar fin a un matrimonio, demasiados creyentes están tomando el camino fácil para divorciarse, allanando así el camino para los demás con sus malos ejemplos.  Esto se ha convertido en un problema especialmente en ciertos círculos carismáticos porque creemos en escuchar la voz del Espíritu Santo. Hoy día es conveniente culpar al Espíritu Santo por nuestras malas decisiones diciendo “Dios me dijo que lo hiciera”.

Aquí están seis de las excusas más malas y comunes que he escuchado recientemente de personas que escogieron el camino fácil del divorcio en vez del camino estrecho de la sanidad:

1. “En primer lugar, nunca nos debimos haber casado”. Las parejas enamoradas pueden tomar decisiones tontas, de seguro. Algunas van y se casan rápido sin tan siquiera tomar clases prematrimoniales, mientras que otras no están financieramente preparadas; muchos matrimonios se convierten en una pesadilla de estrés y facturas pendientes de pago.

2. “Nuestras familias no se llevan”.  Recientemente me enteré de un joven que llevaba dos años de casado—su esposa estaba embarazada—y decidió terminar con su matrimonio porque sus padres nunca aprobaron a su esposa. Eso es ridículo. El matrimonio no es entre familias, es una relación única entre un hombre y una mujer. Génesis 2:24 dice “dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Los matrimonios que permiten que sus padres los controlen van de camino al desastre.

3. “Con el tiempo nos distanciamos”. Este es el clásico comentario, pero lo que en realidad quiere decir es: “Me voy a escabullir”. También es un indicativo que la conexión con la esposa se basa más en un suave sentimiento romántico que en un sólido pacto. A Satanás le encanta dividir; usa la sospecha, la desconfianza, el coraje, la amargura, y las palabras abusivas para crear un ambiente tóxico en el hogar. No le dé al enemigo esa oportunidad (lea Efesios 4:27) al escuchar sus mentiras. Jesús puede reconectar lo que usted ha permitido que se separe.

4. “Discutimos mucho”. Esa es una excusa barata. Muchas parejas en la Biblia tuvieron frecuentes desacuerdos, incluyendo Abraham y Sara, el padre y la madre de nuestra fe. Discutir en realidad es más saludable que enterrar las emociones, siempre y cuando sepan resolver el conflicto y liberen el coraje rápidamente. Si usted y su cónyuge discuten constantemente, puede ser una señal de que no manejan bien el estrés o que uno o ambos necesitan nuevas destrezas de comunicación. Encontrar un nuevo cónyuge no va a solucionar el problema ¡si el problema es usted!

5. “La consejería no ayudó”. Creo mucho en la consejería matrimonial y las parejas en problemas siempre deben tratar de buscar consejería antes de ponerle fin a la relación.  Mas si su matrimonio ha estado en problema por años, tres sesiones de una hora de consejería con un pastor no van a solucionar el problema de la noche a la mañana. Los consejeros no son magos. Sea paciente. Si su matrimonio está en caos tomará tiempo repararlo. Puede que tome meses solo sacar los escombros antes de que pueda  reconstruir. 

6. “Dios me dijo que me casara con otra persona”. Esta es la excusa más absurda e irrisoria que he escuchado, pero hasta pastores la han usado. Un ministro de California se divorció de su esposa y se casó con otra mujer la semana siguiente porque “Dios se lo dijo”. Es triste que le echen la culpa a Dios de semejante insensatez. Si alguna vez cree que Dios le está diciendo que haga algo que claramente contradice la Biblia, está bajo la influencia de un espíritu de engaño. Por favor humildemente sométase y busque ayuda inmediatamente.

Si está teniendo problemas matrimoniales y está pensando que el divorcio es la única solución, detenga todo lo que esté haciendo y respire profundo. Vaya despacio. Antes de precipitarse a abrir la puerta de escape, pídale a Dios que le dirija y busque ayuda de amigos.

Aunque puede que haya ciertas situaciones en las que el divorcio es inevitable, no asuma que esta es su única opción. El amor y la misericordia del Padre pueden sorprenderle.

PABLO, EL ESPÍRITU Y EL PUEBLO DE DIOS

En Pablo, el Espirítu y el pueblo de Dios este erudito pentecostal ha redefinido los términos de la discusión sobre el Espíritu Santo de una manera que trasciende los paradigmas de hoy sobre la orientación carismática o no carismática. 

Sus palabras son un fuerte recordatorio de lo que Dios, a través de su Espíritu Santo, pretende que la iglesia sea... 

Su trabajo es un intento de dirigirnos de nuevo a la Biblia y revigorizar nuestra propia visión de como el Espíritu moviliza a la comunidad de creyentes en la iglesia local."

DELANTE DEL SEÑOR

Hubo una mujer que entregó todo lo que tenía. En medio de una reunión de hombres, entró con un frasco de alabastro, a una casa donde se encontraba Jesucristo, quien no había sido recibido como correspondía. Era tradición que se te proveyera, al menos, agua para limpiarte los pies.
Esta mujer había escuchado de la grandeza del Señor, supo que estaba en aquel lugar y, sin que nadie se diera cuenta, tomó los pies del Maestro y comenzó a ungirlos y, dice la biblia que los hombres que estaban en aquel lugar, aquellos que no habían dado nada, que no habían recibido al Maestro propiamente, comenzaron a criticarla.
Los que te critican cuando tú le das algo al Señor, son aquellos que no dan nada; son los Judas que están sacando de la bolsa, y no pueden entender que muchos de nosotros hemos recibido la revelación de que nuestro milagro se encuentra en aquello que tenemos en nuestra mano; que podemos entender que, cuando le damos algo al Señor, Dios siempre nos va a dar mucho más.
Aquella mujer estaba allí, con aquel frasco de alabastro que, dice la biblia que correspondía al salario de todo un año. Lo que tenía en su mano no era poco.
Aquellos hombres que estaban allí, criticando a aquella mujer, no habían entregado nada, pero ella había entregado algo, al punto que Cristo dijo: De esta ofrenda que ha dado esta mujer, se hablará por la eternidad.
Muchas veces, –como a la mujer de flujo de sangre–, es un toque lo que te saca a la luz, lo que hace que seas expuesto. A veces, es una limpieza en tu corazón, el corregir algo incorrecto en nuestro carácter –como pasó con la mujer samaritana–; pero, en otras ocasiones, lo que hace la diferencia es entregar lo que tenemos a nuestro Señor; son nuestras ofrendas las que nos ponen delante de nuestro Señor.

UNA VIDA DE INFLUENCIA

En Isaías 40:3, dice: Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
Este verso es una profecía que hiciera Isaías, hablando específicamente de alguno que le allanaría el camino a nuestro Señor Jesucristo, que se encargaría de preparar el camino para nuestro Señor; estos versos nos hablan de Juan el bautista. Él preparó el camino para nuestro Señor, conforme a lo que dice también en Mateo 3:3: Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
En nuestra vida se produce una transformación, cuando entendemos que, igual que todos tenemos un llamado, todos tenemos también una responsabilidad de desatar el destino de otras personas.
No es que tú tengas el destino de otros en tus manos. Dios tiene nuestras vidas en sus manos, pero todos formamos una parte importante, integral, en la vida de otras personas, donde influimos en el destino de esas personas.
Cuando tenemos hijos, por ejemplo, muchos somos transformados, nuestras prioridades cambian. En muchas ocasiones, recibimos una palabra que cambia nuestras vidas. El cambiar la vida de una persona no está reservado para los pastores, para los ministros, sino que está al alcance de todo el que pueda entender que sus acciones, sus decisiones, su vida, tienen significado para otras personas.
Tu vida puede hacer la diferencia en la vida de otra persona. Pero esto ocurre cuando realizamos que el futuro de otro puede ser bendecido o puede ser dañado por nuestras acciones.

HA LLEGADO EL MOMENTO

Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, Moisés envía doce espías que fueran a reconocer la tierra prometida; lo que resultó ser una idea inteligente, pero con resultados no tan inteligentes.
Cuando regresaron, dos de los espías dieron el reporte correcto: Ellos entrarían a aquella tierra y devorarían lo que encontraran de frente. Pero hubo diez espías que dijeron las palabras incorrectas, regresaron con un reporte negativo, con miedo, dándose por vencidos sin ni siquiera haber dado comienzo a la batalla, no tomando en consideración el esfuerzo que aquel pueblo había hecho para salir de Egipto. Sucumbieron ante sus temores, y con ellos sumieron a todo el pueblo en cuarenta años de vagar en un desierto, dando vueltas en el mismo lugar.
Nosotros tenemos la responsabilidad de desatar el destino de los que están a nuestro alrededor y, como cristianos, debemos procurar que, cuando entremos en contacto con alguna persona, su vida sea mejor. Procura que el lugar al que vayas, quede mejor después que tú hayas estado allí. Todo lugar donde trabajes, cuando salgas, ese lugar tiene que quedar mejor que como estaba antes de que tú estuvieras allí. Es una responsabilidad que nos ha sido puesta y que es necesario que acatemos para que haya transformación.
Si hay algo en tu vida que es necesario cambiar para que la vida de tus hijos sea mejor, o para que tu matrimonio sea mejor, entonces, ha llegado el momento de sufrir una transformación, porque es tu responsabilidad.
En ocasiones, sin darnos cuenta, con nuestras palabras y con nuestras acciones, atamos y paralizamos el destino de nuestros hijos, de nuestras familias, de nuestras generaciones. Pero, si tú hoy entiendes que, como cristiano, tienes la responsabilidad de desatar el destino de aquellos que Dios ha asignado a tu vida, seguramente, estarás hoy en la mayor disposición de sufrir el cambio necesario y asumir la responsabilidad que te compete.