LA VIDA ES COMO UN ROMPECABEZAS

Dios utilizó una afición para enseñarle al autor que la “la vida es como un rompecabezas”, y que requiere aprender a armarla para poder disfrutar de todo lo que Él tiene para uno.
Al leer este libro descubrirás como evitar las derrotas, los fracasos, las decepciones y todo lo negativo que causa serias y profundas heridas en nuestra vida.
Encontrarás consejos y principios para ayudarte a armar el rompecabezas de tu vida, los cuales incluyen:
Paso 1: Define tu propósito

Paso 2: Ordena y planifica
Paso 3: Proyecta tus metas específicas a corto plazo
Paso 4: Todo es un proceso
Paso 5: Celebra a lo grande

DIOS CONTIGO

Varios autores se han reunido para darle forma a este libro, cuya intención es acercarte más al corazón de Dios.
Algunos de los temas tratados son los siguientes:
Jesús conoce tu situación
Un soldado desconocido
Cómo ser amigo de Dios y ganarse Su favor
El Evangelio de los Pobres
Un Moderno Nicodemo
Ser lleno del Espíritu
Cómo experimentar la paz de Dios en medio de la tormenta
Permite que Dios te hable y te transforme a Su imagen.

VIVIENDO CON ESPERANZA

Al principio de la década 1980, Steve Sawyer, un joven hemofílico, contrajo el virus VIH y la hepatitis C por transfusiones de sangre no analizada. Años después, a los 19 años, reconociendo su inminente muerte, Steve ocupó sus últimos años viajando a cientos de universidades, compartiendo con estudiantes lo que había aprendido sobre vivir con esperanza y paz en medio de circunstancias terribles. Miles de estudiantes que escucharon a Steve te dirían que su mensaje de esperanza y el amor de Dios, les cambió la vida para siempre. El siguiente, es un discurso que Steve dio en la Universidad de California en Santa Bárbara.

En la costa de Maine, había una nave de la Armada de los Estados Unidos navegando en una densa niebla. Esa noche, el guardiamarina vio una luz fija en la distancia, y de inmediato contactó a su capitán. "Hay una luz en la distancia que viene directamente hacia nosotros. ¿Qué quiere que haga?" El capitán le dijo que enviara una señal a la nave, ordenándola a que cambiara su rumbo. La nave señaló como respuesta: "No, cambien ustedes el rumbo". Otra vez el capitán le dijo al guardiamarina que ordenara a la nave que se acercaba, que cambiara su rumbo de inmediato. Sin embargo, nuevamente la respuesta fue: "No, cambien ustedes el rumbo". En un último intento, por orden del capitán, el guardiamarina envió a la nave el siguiente mensaje: "Soy capitán de un buque de la Armada de los Estados Unidos y les ordeno que deben cambiar su rumbo de inmediato". Y ellos recibieron como respuesta: "No, cambien ustedes el rumbo. Este es un faro".

Esta historia ilustra como nosotros, como seres humanos, tendemos a tratar con el dolor y el sufrimiento. Siempre queremos que las circunstancias a nuestro alrededor cambien su rumbo, en lugar de cambiarnos a nosotros mismos para enfrentar estas circunstancias. Mi vida ha sido un ejemplo perfecto de esto. Nací con hemofilia, un desorden de la sangre que hace que mis huesos y mis articulaciones se inflamen sin razón. La hemofilia se trata con una proteína extraída de grupos de sangre donada. Entre 1980 y 1993, una de las personas de uno de mis grupos de donantes, fue infectado con el virus VIH. Como resultado, todos los medicamentos que recibí de este grupo, fueron infectados con el VIH. Luego, también contraje hepatitis C de la misma manera.


No me avisaron que era VIH positivo hasta el año 1990, mientras cursaba segundo medio. Cuando me lo dijeron, mi reacción inicial fue la típica reacción de cuando recibimos algo que no podemos soportar. Simplemente me negaba a creer que yo era un VIH positivo e intentaba fingir que el problema no existía. El VIH no me dolía como lo hacía la hemofilia. Con la hemofilia, cuando tus articulaciones y músculos se inflaman, es muy, pero muy doloroso. Sin embargo, el VIH no tenía ningún síntoma visible. Realmente, no lo notaba, por lo tanto fue fácil fingir que no existía. Ésta era la manera en que también mis padres lo trataban. "Si te ves bien, entonces debes estar bien", decían. Un gran ejemplo de este tipo de negación se encuentra en la parodia medieval "Monty Python y los Caballeros de la Mesa Cuadrada". En una de sus escenas, mientras el Rey Arturo andaba por el bosque, se encuentró con un caballero que llevaba una armadura sucia y maltratada. El caballero le impide el paso, por lo que el Rey Arturo entiende que tendrá que vencerlo para poder seguir su camino. Empieza una batalla entre ambos y el Rey Arturo logra cortarle un brazo. El Rey envaina su espada, se inclina, y empieza a pasar; pero el caballero grita: "¡No!". El Rey, le dice: "¡Te acabo de cortar el brazo!". El caballero mira al rey y le dice: "¡No, no lo hizo!". Entonces el Rey Arturo mira el suelo y le dice: "¡Allí está tu brazo!". El caballero replica: "Es sólo una herida menor". El Rey Arturo allí se da cuenta de que va a tener que herir gravemente al caballero para poder pasar. Entonces, continua la batalla, hasta que el Rey Arturo le ha cortado los brazos y las piernas, y al caballero sólo le queda la cabeza. Cuando el Rey Arturo finalmente logra pasar, se escucha la voz del caballero gritando a lo lejos: ¡Vuelve, cobarde, que te voy a morder las rodillas!".

Bueno, se ve que ese caballero de la edad media experimentaba la negación. No podía enfrentar el hecho de que había perdido la batalla. Aunque este es un ejemplo humorístico de la negación, los peligros de ésta, son muy, muy reales. Si yo hubiera continuado negando el hecho de que era VIH positivo, no hubiera tomado las precauciones indicadas por los médicos, de cuidar de no hacerme pequeños cortes en mis dedos, y cosas así, pues sino, podría haber dañado seriamente o incluso haber matado a alguien. Pero los peligros de dañarte a ti mismo, cuando niegas algo como eso, también son muy peligrosos y muy dolorosos. Cuando ocultas algo por tanto tiempo, e intentas fingir que no existe, crece. Y eventualmente, explota.

Pude negar que fuera VIH positivo por aproximadamente tres años. Pero en mi último año de la secundaria, me enfermé gravemente. Las Células-T son las células de la sangre que luchan contra las infecciones, y el número de células-T que tienes en tu cuerpo, indica si eres VIH positivo o tienes SIDA. Cuando el número de células-T está bajo 200, se considera que tienes SIDA. Bueno, mi cuenta de cédulas-T estaba en 213 e iba bajando. Estaba muy pálido y enfermo. No podía comer. Ya no pude fingir que mi VIH no era real - era muy, muy real. La negación ya no era una opción, por lo que tuve que encontrar una nueva manera de lidiar con todo lo que me pasaba. La primera cosa que hice fue intentar echarle la culpa a alguien. Pensé que me sentiría mucho mejor si alguien me podía decir: "Steve, esto es mi culpa y lo siento". Entonces, comencé a echarle la culpa a la comunidad homosexual entera. Una salida fácil. Pero después de pensarlo, me di cuenta que era tonto culpar a todo un grupo de personas por mi problema. Por tanto, decidí culpar a Dios. Bueno, realmente no creía en Dios en ese tiempo, pero razonaba que si había alguien en control de la situación, debía ser Dios. Entonces, culpaba a Dios. Cuando tienes un blanco hacia donde puedes dirigir todo tu dolor encubierto, se vuelve enojo. Y eventualmente se vuelve ira.
En ese momento, me enojaba por todo. Cada vez que alguien me decía algo que me molestaba, explotaba. Le daba puñetazos a las paredes, destruía mi habitación y cosas así. Sin embargo, descubrí que la ira tiene la habilidad de nublar la mente e impide la razón. Aún peor, en el proceso, le hace daño a tus seres queridos. 

Una mejor manera de enfrentar el dolor es llorar, porque no hace daño y te hace sentir muy, pero muy bien.

En una ocasión, estaba en mi dormitorio y había tocado fondo. Estaba muy enfermo y había perdido una gran cantidad de peso. Estaba gritando e insultando a Dios y dándole puñetazos a las paredes, cuando entró mi papá y cerró la puerta. Mi papá era alcohólico en tratamiento. Gracias a los Alcohólicos Anónimos estaba aprendiendo acerca de un Poder Superior, él estaba aprendiendo sobre Dios. Mi papá me miró y me dijo: "Sabes que Steve, no puedo ayudarte. Tus médicos no pueden ayudarte. Tu mamá no puede ayudarte. Tú tampoco te puedes ayudar. El único que te puede ayudar ahora, es Dios". Y se fue de la habitación, cerrando la puerta.
Como acababa de haber maldecido a Dios, no sentía que pudiera estar en la posición de poder pedirle ayuda. Pero ahí estaba yo, y no tenía otra opción. Me puse de rodillas y en medio de mis lágrimas, dije: "Bueno, Dios. Si estás aquí, ayúdame, y yo te ayudaré a ti". En muy poco tiempo, gané todo el peso que había perdido. Mi cuenta de células-T llegó a 365, lo que es bueno. Y me sentía muy, pero muy bien. Y pensé, "Bueno, Dios, gracias. Eso fue genial. ¡Adiós!".

Me gradué de secundaria y fui a dar el examen para entrar a la Universidad en verano. Entonces conocí a mi compañero de cuarto. Cuando llegué a la universidad, allí estaba este tipo rubio, delgado y alto. Quien me dijo: "Oye, ¿quieres ser mi compañero de cuarto? Te ves bastante normal". Y pensé: "Tú no. Pero, bueno... Está bien". Y así nos hicimos compañeros de cuarto y hasta ahora somos muy buenos amigos. Más tarde supe que mi compañero de cuarto era cristiano. En ese tiempo, tenía una idea preconcebida de lo que era un cristiano. Para mí, un cristiano era una persona hipócrita y condescendiente. Eso era todo lo que un cristiano podría llegar a ser para mí, pensaba yo. Pero mi compañero de cuarto era diferente. Él tenía dislexia. Noté que cuando él estudiaba y llegaba a un punto de frustración, él paraba, cerraba los ojos, oraba, respiraba profundamente y volvía al trabajo. Mientras que yo, en su lugar, hubiera estado dándole puñetazos a las paredes y destruyendo cosas. Eso me sorprendía mucho. Yo miraba esto y pensaba: "¿Cómo puedes no quebrar algo? ¡Debes quebrar algo!". Realmente me impresionaba que pudiera actuar de esa manera. Un día, mi compañero de cuarto me invitó a viajar a Daytona Beach por las vacaciones de primavera. Mientras estábamos allá, mi amigo comenzó a hablarle a un chico que estaba a nuestro lado en la playa. Al principio, hablamos de cosas comunes, cosas normales. Entonces mi amigo empezó a tratar de temas más profundos. Yo no quería hablar de eso, pues había estado luchando mucho con cosas complicadas. Es difícil saber que vas a morir tan joven. Además, yo no quería hablar de eso con un desconocido en la playa, así que me quedé fuera de la conversación. Ellos siguieron hablando, y de pronto la charla llegó a un punto en que mi amigo empezó explicar lo que creía como cristiano. Aunque yo siempre tuve una idea preconcebida de lo que era un cristiano, nunca supe realmente lo que creían o pensaban. Entonces comencé a escuchar lo que iba diciendo.

No sé si puedo explicarlo tan bien como lo hizo él, pero dijo algo así: "Creo en Dios, obviamente. Y creo que Dios nos creó para estar en relación con él. Pero nosotros no queremos estar en esa relación, por eso nos apartamos de él. A esa actitud o a esa rebelión (aunque sea de manera activa o sólo una indiferencia pasiva) la Biblia lo llama pecado. No me gusta la palabra "pecado", por lo que yo lo llamo "apartarse de Dios". Y debido a eso, y a pesar de que fuimos creados para estar en relación con él, hay un castigo. El castigo por nuestra rebelión es la muerte; nosotros morimos. Y hay una muerte espiritual, ya que estamos separados de Él". 

Y yo pensé: "eso sí que suena buena onda". Entonces dije: "Pero Dios nos ama". Y él me dijo: "Pero Dios también es justo. Amor sin justicia, no significa nada". Eso no tenía sentido para mí. Entonces me dijo: "Bueno, imagínate a la persona que más quieres en el mundo. La persona a quien darías tu vida, sin pensarlo. Entonces, imagínate que te separas de esa persona y la dejas de ver por mucho tiempo. Un día, ves a esa persona a lo lejos y corres hacia ella para abrazarla, pero te detiene y te dice: 'No, tú te apartaste de mí, ¿recuerdas?' Ahora imagínate apartándote de Dios, el amor más grande del universo". Y pensé: "Uy! Esto no suena nada de bien". Y continuó: "Bueno, afortunadamente, esto no para ahí. Porque Dios nos ama tanto y se preocupa tanto de nosotros, que decidió pagar el castigo que nosotros merecíamos. Envió a su Hijo, Jesucristo, a morir en la cruz en nuestro lugar. Y debido a que Jesucristo (siendo Dios mismo en carne) vivió una vida intachable, él podía pagar por nuestro pecado. Él pagó por nosotros". Y dijo: "Entonces, Jesucristo resucitó al tercer día. Conquistó la muerte espiritual y nos ofreció vida eterna. Ahora ya no sólo no moriremos, sino que iremos a vivir en la eternidad con el amor más grande del universo". Yo dije: "Wow!". "Pero..." agregó, "la clave es, que aunque nos ofreció esto y pagó el castigo, si no aceptas su ofrecimiento... es tu decisión". Yo no estaba entendiendo todo esto con claridad, y afortunadamente el otro chico tampoco. Por lo que mi amigo dijo: "Ok! Imagínense conduciendo a 150 kph y el límite es de 50. Estás a altísima velocidad y de pronto te para un policía, para darte una multa. Para pagar esa multa, tienes que ir a la corte al día siguiente. Cuando entras a la sala de la corte, miras al juez y te das cuenta que el juez es tu papá. Él te mira y te pregunta: "Steve, ¿quebrantaste la ley?" Y tu le respondes: "Sí". Entonces él dice su sentencia, golpeando la mesa con el martillo: "OK, una multa de 500 dólares o dos días de cárcel". ¡Y eso es todo! Ahora, debido a que él es justo e imparcial, tuvo que sentenciarte. Sin embargo, repentinamente, el juez se baja del estrado, abre su billetera y te da los 500 dólares. Debido a que te ama, él va a pagar la multa. Pero tú tienes que aceptar el pago. Él está ahí con los 500 dólares, diciéndote que los tomes. 

De la misma manera, tu le puedes decir a Dios: "No, no quiero. Yo voy a pasar la eternidad separado de Ti". Es tu decisión. Mi amigo, además, nos dijo que la forma de aceptar el pago de Dios es por medio de la oración. Él dijo: "El pago de Dios simplemente se acepta. Es por gracia. No hay nada que podamos hacer para ganarlo, es un regalo de Dios". Esta fue la primera vez que escuché hablar de la gracia. Él continuó: "Es un regalo que se acepta por fe mediante la oración". Y entonces mi amigo, le ofreció al chico de la playa que oraran juntos. Mientras mi amigo oraba en voz alta, yo también oré, pero en silencio. Desde ese momento hasta ahora, mi vida tomó una perspectiva completamente distinta. Nunca más tuve que acostarme cada noche preocupado por si iba a despertar al día siguiente. Nunca más tuve miedo de la muerte, porque la muerte ya no era un final de oscuridad. Ahora cuando muera, pasaré para siempre a la eternidad, con el amor más grande del universo. El Amor que me liberó.


Mis padres también aceptaron el regalo de Dios. Oraron tal como yo lo hice, y sus vidas también han tomado una perspectiva completamente nueva. Es asombroso pensar que ellos me hubieran dejado partir aún cuando sabían que probablemente tenía sólo seis meses de vida. Puedes imaginar lo difícil que ha sido para ellos ver morir a su hijo sin poder hacer nada. Pero ahora la única razón por la cual ellos pueden vivir con eso, la única razón por la cual yo puedo vivir con eso, es que cada uno de nosotros tenemos a Cristo en nuestras vidas.
¿Te puedo dar la oportunidad de aceptar el regalo de Dios? Si tu tuvieras el remedio para el SIDA, estoy seguro que de que me lo darías a mí. Y yo ya sé como llegar a la eternidad, y que es un regalo de Dios. Entonces, yo te lo ofrezco a ti. Si estás pasando por algo que no puedes soportar y te gustaría que alguien estuviera contigo cuando todos te han dejado, entonces te invito a orar conmigo ahora mismo. No vamos a decir ninguna frase mágica. Ni tampoco es alguna gran emoción o pensamiento. Sino que es el principio de una relación con Dios. Y tal como cualquier relación, necesita tiempo y dedicación. Te ruego: si sientes la necesidad, no dejes que pase esta oportunidad. Es gratis.

Entonces voy a orar. La oración no tiene nada que ver con cerrar los ojos, inclinar la cabeza, levantar las manos o gritar: "¡Aleluya!" Nada que ver. Es una actitud del corazón. Es decirle a Dios: "Dios, he quebrantado la ley y te he alejado de mí. Quiero volver para aceptar tu regalo". Si te sientes así, por favor, hace ahora la siguiente oración: "Señor Jesús, te necesito. Gracias por morir en la cruz para mí. Te pido que entres en mi vida y me hagas la persona que siempre has querido que sea. Amén".

Ahora, si hiciste esta oración sinceramente, has comenzado la mayor relación que podrías tener - una relación con Dios. Y esto, no termina con una oración. Una relación con Dios, es un proceso. Lo que significa que debemos confiar diariamente en Dios, intentando no hacer necesariamente lo que quieras o lo que te hace sentir bien, sino lo que crees que Dios quiere que hagas. Algunos me han dicho: "El cristianismo funciona para ti y eso está bien. ¿No podrían funcionar otras religiones para otras personas?" Es una buena pregunta. Creo que Dios nos dio una manera de llegar a Él - a través de la muerte de Jesucristo en la cruz - aunque hay elementos de verdad en otras religiones. Me refiero mayormente, a los códigos éticos - "Haga esto siete veces al día y lo llevará a Dios". Pero si estás trabajando para llegar a Dios, ¿cuánto trabajo es suficiente? ¿Cómo vamos a saber, cuando hayamos llegado a ese punto? Pienso que es allí donde el cristianismo encuentra su verdad: en la gracia de Dios. Cuando sabemos que nunca vamos a poder llegar a la perfección, podemos depender de su perdón. La meta es caminar en su senda, a pesar de que nos equivoquemos constantemente. Siempre cometemos errores, pero debemos seguir adelante y trabajar en ello, confiando en la gracia de Dios. Oremos. Leamos la Biblia. 

Busquemos lo que Dios quiere para nosotros. Algún día lograremos la paz. Puede que no sea hasta que estés en el cielo, pero entonces será para siempre.

SEXO TÒXICO

No hay nada mejor que recibir el calor de las brasas de una chimenea en una noche fría. Solo tienes que juntar un poco de leña y ver como el fuego la consume. Es sano, cálido, relajante y romántico. Ahora, toma un poco del fuego de la chimenea y arrójalo en medio del cuarto, de pronto ese cálido fuego se convierte en algo destructivo. Podría quemar la casa entera con todas las personas que estén adentro. El sexo es como el fuego, mientras se lleve a cabo dentro del ambiente correcto, tal sea una relación de compromiso como el matrimonio, es seguro, cálido, relajante y romántico. La pornografía usa el sexo totalmente fuera de esa situación.
Un Gran Negocio
La pornografía es un gran negocio que hace ganar dinero sin importar como. Las personas que trabajan en ella van a mostrar cualquier cosa con tal de que los clientes regresen y compren más. "se hicieron 11,000 películas pornográficas contra 400 películas de Hollywood el año pasado... (y) 70,000 sitios pornográficos en el Internet". (Publicado en el artículo "Naked Capitalists" del New York Times, 20 de mayo del 2001)
La Imagen del Sexo en la Pornografía
Una de las partes vitales de nuestra percepción psicológica es tener una idea sana de lo que realmente somos sexualmente. Sí estas ideas se contaminan, una parte crítica de nosotros se distorsiona. La cultura de la pornografía nos dice que el sexo, el amor y la intimidad son la misma cosa. Muestra también que las personas tienen sexo con perfectos desconocidos - personas que se acaban de conocer. Todo lo que importa para ellos es obtener placer. No importa el cuerpo al que estén usando, siempre y cuando lo tengan. Esta cultura nos hace pensar que el sexo es algo que podemos tener en cualquier momento, en cualquier lugar, con cualquiera y sin consecuencias.
La Verdad Sobre el Sexo
La perspectiva de la pornografía es algo sin sentido y superficial. Las relaciones no se basan en el sexo sino en el compromiso, la comprensión y la confianza de cada persona. En ese contexto, como el fuego en la chimenea, el sexo es maravilloso. Estar con alguien que te ama, te acepta y te respeta, que además se ha comprometido a pasar el resto de su vida contigo, alguien con quien sientes que puedes entregarte completamente, eso es lo que hace que al sexo apasionante.
Las Mentiras de la Pornografía
No se puede aprender de la pornografía la verdad acerca del sexo. No dice nada verdadero. La pornografía no esta hecha para educar sino para ganar dinero. Así que esto hará que se digan mentiras, sin importar cuantas, para atraer clientes. La pornografía yace en falsedades sobre el sexo, la mujer, el matrimonio y muchas cosas más. Veamos algunas de las mentiras y cómo estas afectan nuestros pensamientos y nuestra vida.
  • Mentira #1 - Las mujeres no son seres humanos
    Las mujeres en la revista Playboy son llamadas 'conejitas' (de la palabra 'bunnies' en inglés) convirtiéndolas en adorables animalitos o las llaman 'playmates' convirtiéndolas en algo para jugar (de la palabra 'play' en inglés). La revista Penthouse las llama 'mascotas' (de la palabra 'pets' en inglés). La pornografía denomina a las mujeres como animales, juguetes o solo partes del cuerpo, ya que algunas veces solo se muestran los genitales de la mujer. No se toma en cuenta la idea de que la mujer tiene emociones y es un ser racional.
  • Mentira #2 - Las Mujeres son como un deporte
    Algunas revistas deportivas tienen un problema con el bikini. Nos hacen pensar que las mujeres son un deporte más. El sexo es visto como un juego en donde el hombre tiene que 'ganar', 'conquistar' o 'anotar'. Los hombres con esta idea siempre hablan de 'anotar' con mujeres. El nivel de hombría recae sobre la cifra de 'conquistas' que puedan lograr. Por cada mujer que se 'gana' hay un trofeo para la vitrina, una insignia que reafirma la masculinidad.
  • Mentira #3 - Las mujeres son una propiedad
    Muchos hemos visto las imágenes del carro extraordinario con una mujer sensual encima de él. El mensaje oculto nos dice 'cómprate el carro y te llevas a la chica'. La pornografía es más que esto. Muestra a las mujeres como mercancía en catálogos, exhibiéndolas para satisfacción del cliente. No es de asombrarse que muchos jóvenes piensen que tienen derecho a tener sexo con una mujer por el hecho de invitarla a salir y gastar mucho dinero en ella. Parece que las mujeres puedes ser compradas.
  • Mentira #4 - El valor de una mujer depende de la belleza de su cuerpo
    Las mujeres que no son atractivas son ridiculizadas por la pornografía. Les ponen nombres de animales como ballenas, o peor, solo por no calificar dentro del criterio de la mujer 'perfecta'. A la pornografía no le importa la inteligencia o la personalidad de una mujer sino el físico.
  • Mentira #5 - Las mujeres desean ser violadas
    "cuando dicen no, quieren decir si" es el típico escenario de la pornografía. Primero se muestra a las mujeres quejándose por ser violadas y golpeadas, después están disfrutándolo. Esto hace que el hombre piense que maltratar y abusar de las mujeres es verdadero entretenimiento.
  • Mentira #6 - Las Mujeres deben ser humilladas
    La pornografía esta llena argumentos humillantes hacía la mujer. Es mostrada siendo torturada, sometida en miles de formas y pidiendo más. ¿Expresa algo de respeto hacía la mujer este tipo de acciones? ¿Expresa algo de amor? o ¿acaso se ve algo de odio y desprecio?
  • Mentira #7 - Los niños deben tener sexo
    Uno de los 'éxitos' de la pornografía es tener sexo con niños o aparentar serlo. Las mujeres se visten con ropa de niñas, se peinan como tales y aparecen cargando un osito de peluche. El mensaje de estas películas, incluyendo caricaturas para adultos, es que el sexo entre adultos y niños es normal. Esto hace que los niños sean vistos como objetos sexuales.
  • Mentira #8 - El sexo imprudente es divertido
    La pornografía agrega algunos elementos peligrosos o ilegales para hacer el sexo más 'interesante'. Esto nos hace pensar que el sexo no es divertido si no es raro, audaz o ilegal.
  • Mentira #9 - La prostitución es atractiva
    La pornografía proporciona imágenes de la prostitución. Muchas de las mujeres que aparecen en estos materiales, caen en la prostitución porque buscan la 'libertad' que no tienen. La mayoría han sufrido abusos. Otras son infectadas con enfermedades mortales y contagiosas muriendo jóvenes. Varias toman drogas para 'tomar el control' de la situación.
Por Último
La pornografía tiene ganancias a costa de mujeres con vidas arruinadas e hipnotiza a hombres a que inviertan su tiempo y dinero comprando los productos que ofrece.
El Poder de las Imágenes
Es de necios pensar que lo que escuchamos y vemos no cambia nuestras vidas. Debemos aceptar que podemos aprender algo de la música, de una buena película o un libro, ya que nos pueden relajar, educar, emocionar o inspirar. Hay que aceptar también que un buen mensaje nos ayuda para bien. Es fácil observar que las malas acciones traen malas consecuencias para aquel que las practica.


Las imágenes convencen y que mejor que la mercadotecnia para confirmarlo. En la mercadotecnia se sabe que si se logra obtener una buena presentación de un producto expuesto en momentos emotivos, este entrará en el subconsciente del que lo vea. Los genios publicistas son reconocidos por eso ya que estudian la manera en que el producto puede convencer a la audiencia de que lo compren. Algunas veces la audiencia no pone atención en el nombre del producto. Reeses Pieces (una marca estadounidense de dulces) pago una gran suma de dinero por hacer que su producto apareciera en la película 'ET, el extraterrestre', de repente las ventas de esta compañía aumentaron de gran manera. ¿Por qué pasó esto? En la emotiva escena donde esta el niño con el ser espacial de repente aparece la imagen del dulce. En tan solo unos segundos - aunque el dulce no era el centro de atención, afectó la conducta de los que veían la escena. Ahora imagina lo que una película que te mantiene sentado viéndola porque está emocionante y que dura una hora y media de la cual media hora son imágenes sexuales explicitas.
¿Qué Efectos Puede Tener esto en un Hombre?
¿Qué tipo de ideas pone la pornografía en nuestras cabezas? Si nuestra mente se llena de puras ideas erróneas de lo que es el sexo, nuestro ambiente se contamina de tal manera que tendremos problemas. Una de las partes vitales de nuestro comportamiento es conocer quienes somos sexualmente en realidad. Sí esta área esta contaminada, una parte crítica de nosotros se verá afectada.

No todo el que ve pornografía se vuelve adicto, algunos solo obtendrán la mala concepción de lo que la mujer, el sexo, el matrimonio y los niños realmente son. Sin embargo, habrá quienes tendrán un cambio de ideas de mente abierta y se obsesionarán con estas imágenes. Las compañías que venden pornografía no se interesan si sus clientes sufren trastornos, sino en que sigan comprando. El Dr. Victor Cline dividió la adicción en varias etapas que son: adicción, intensificación, insensibilización, personificación. Para los adictos a la pornografía, hay una etapa que está antes de las demás: la exposición precoz.

ADICCIÓN
Esta etapa se refiere cuando la persona ve la pornografía como algo rutinario y es difícil que pueda renunciar a ella.


INTENSIFICACIÓN
Es cuando la persona comienza a ver más pornografía, incluso aquella que antes no le llamaba la atención.


INSENSIBILIZACIÓN
Es cuando la persona llega a una etapa en donde las imágenes que antes le gustaban ya no causan sensación alguna aunque las vea una y otra vez por lo que busca desesperadamente sentir algo no importando como.


PERSONIFICACIÓN
Aquí es donde la persona ya no controla su inestabilidad y comienza a convertirse en los personajes que ve en la pornografía. Esto va desde dibujar situaciones hasta buscar personas reales y muchas veces lo hace de una manera perjudicial.


¿Soy un Adicto?
Sí observas alguna actitud en tu persona que asemeje a la de alguna de las etapas, es momento de hacer algo. ¿La pornografía está tomando el control de tu vida? ¿Tienes problemas para renunciar a ella? ¿Cada vez necesitas más pornografía en tu vida?
¿Qué Puedo hacer?
Lo primero que hay que hacer es admitir que tenemos problemas con la pornografía. No hay por que incomodarse, es normal haber caído en esta práctica; tampoco es de asombrarse porque a la mayoría de los hombres le pasa. Las compañías que venden pornografía has gastado millones para llevar su producto a cada hombre que existe. ¿Es realmente alarmante que ellos hayan logrado llegar a ti? Para algunos es más difícil de evitarlo debido a problemas en su pasado como abuso sexual o exposición precoz. Hay muchas cosas que se pueden hacer para arreglar este problema con la adicción sin ayuda profesional, pero es mejor si hay alguien ayudando a romper esos lazos. Recuperarse de esta práctica es de vital importancia para cada uno. Para algunos es más difícil renunciar. No todos tienen que saber que tienes problemas con la pornografía. Hay que buscar a alguien que haya salido de esto o a quien le tengas mucha confianza. Tal vez un consejero, o alguien que sepa sobre como manejar esta adicción.
¿Hay Forma de Liberarse?
La pornografía tiene diversas maneras de atraparnos con mentiras. En contraste, Dios nos habla en verdad. "Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: --Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres."(Juan 8:31-32) Aquellos que escuchaban a Jesús se molestaron: "Nosotros somos descendientes de Abraham --le contestaron--, y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir que seremos liberados?" (Juan 8:33) Jesús les explico: "Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado"(Juan 8:34)

El pecado no solo esclaviza sino que nos aleja de Dios. "Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros." (Isaías 53:6) Todos merecemos ser juzgados y castigados por Dios. Aun así Dios, que es amoroso y santo, nos dio una solución para curar nuestros pecados y así no estar condenados. Él tomo el castigo de nuestros pecados sobre sí mismo. Jesucristo, el Hijo de Dios fue torturado y murió en la cruz como pago de nuestros pecados para así nosotros ser perdonados. Tres días después Jesús resucitó de la muerte, tal como había anunciado que pasaría. Gracias a esto tenemos la oportunidad de acercarnos y recuperar la relación con Dios. Una de las grandes promesas en la Biblia es: "Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad." (1 Juan 1:9)
La Relación más Importante
En nuestra búsqueda de amor e intimidad, la pornografía es un falso sustituto del amor verdadero. Hemos sido creados por Dios para que todo lo que necesitemos sea provisto por Él mismo, "Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna." (Juan 3:16) En contraste con la destrucción y el vacío que la pornografía trae a la vida de las personas, Jesús afirma: "yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia." (Juan 10:10) Dios ofrece el perdón y una relación con Él. ¿Quieres pedirle en este momento que te perdone y que te ayude a liberarte de toda esclavitud?

Puedes pedírselo ahora mismo, sí necesitas una sugerencia de cómo hacerlo aquí esta una guía que te puede ayudar:

"Querido Padre, se que he estado dirigiendo mi propia vida, y como resultado, he pecado contra ti. Te doy gracias porque has perdonado mis pecados a través de la muerte de Cristo en la cruz. Ahora invito a Cristo a tomar el control de mi vida. Lléname con tu Espíritu Santo como has mandado, y como prometiste que harías si te lo pedía con fe. Como una expresión de fe, te doy gracias por tomar el control de mi vida y llenarme del Espíritu Santo."

LA MUJER Y LA REDENCIÒN

Que Dios no desacredita el testimonio de la mujer es tan cierto como que Su Hijo no vino ‘hecho hombre’ desde el Cielo. Nació de una mujer y sin la participación de un varón.

La falta de relación personal con el Autor del Plan de Redención priva a hombres y mujeres de vivir en plenitud y disfrutar de los beneficios de la generosidad. Sustituyen esta relación con interpretaciones exclusivas del texto bíblico. Por citar solo una de ellas: creer que la mujer debe participar menos que el hombre en la celebración del culto eclesial.

El relato bíblico es suficientemente claro al afirmar que el género humano es uno solo, creado a imagen y semejanza del Creador, en Quien no hay desigualdad pues todos pecamos y estamos destituidos de Su gloria. Que Dios no discrimina a la mujer es tan cierto como que Su Hijo no vino ‘hecho hombre’ desde el Cielo. En lugar de eso, asumió nuestra humanidad naciendo de una mujer y sin la participación de un varón. Más adelante veremos la relación que tiene esto con la figura de Su iglesia, una novia que se prepara para el día de la boda con Jesucristo, su Prometido. Pero convengamos, de arranque, que a los hombres nos cuesta mucho entender este misterio.



El día en que Jesús fue llevado a Jerusalén por José y María para cumplir con el ritual judío en el Templo. Había allí un varón llamado Simeón, ‘justo y piadoso’ que ‘esperaba la consolación de Israel’. Simeón fue usado por Dios para ver con sus ojos al Salvador, testificar a José y María sobre la llegada del Mesías prometido, y agradecer a Dios por permitirle este privilegio antes de morir. Pero, tras la emotiva bendición de Simeón a padres e hijo, Lucas también nos habla de la presencia allí de una mujer, muy anciana y especial. ¿Qué nos dice de ella?:

“Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.” 

Esta mujer consagrada a Dios desde su muy temprana viudez tenía una genealogía muy particular. El padre de Ana descendía de una de las diez tribus que Jeroboam emancipó de la Casa de David, al suceder a Salomón. A pesar de esta arbitraria acción del monarca, Dios no discriminó a ninguna de las doce tribus de Jacob. En el momento preciso y en el lugar adecuado de la Historia el Todopoderoso ya tenía a dos de sus escogidos para representar a la totalidad de los beneficiarios de Su Pacto a Abraham, Isaac y Jacob (luego Israel). Mientras Simeón representaba a los descendientes de Judá que esperaban al Mesías, Ana representaba a los antepasados que rechazaban al Prometido y al Dios del Pacto. Entonces, no hubo ‘un elegido’ o ‘una elegida’ por Dios para contar la maravillosa e inclusiva misión del niño Jesús a muchos. No. Dios no privilegió el sexo en su elección, sino la consagración de dos corazones afirmados en tan gloriosa esperanza. 

¡Qué privilegio! No se trata esto de un detalle sentimental, ni de una declaración de derechos humanos; sino de la grandiosa evidencia que anticipa el cumplimiento de la inclusiva redención dispensada por Dios en su infinita Gracia. Prestemos atención a los datos consignados. Ana estaba recluida en el Templo, ayunaba y oraba, servía en él de día y de noche. Su vida revela genuina piedad. Es probable que supiese por boca del propio Simeón, que el Cristo vendría antes de que él muriese. Además, Ana era profetisa. Ella es parte de la larga lista de profetas mesiánicos que incluye a Isaías y Malaquías. 

Bien definía el reformado holandés Abraham Kuyper este momento único: “Cristo representaba a una tribu de reyes; Zacarías y Elisabet a una tribu de sacerdotes; Ana representaba a los profetas. No sólo confesó a Cristo, sino que ‘comenzó también a expresar su reconocimiento a Dios y a hablar de él a todos los que aguardaban la redención en Jerusalén’. Su testimonio en el Templo fue la última voz de la profecía que se oyó. La profecía había cumplido su cometido. Juan, el heraldo del Señor, estaba esperando a la puerta.” 

El punto aquí no es el de exaltar la calidad excepcional de una mujer no contaminada por las perversiones del mundo exterior, sino entender por qué Dios la eligió para dar un mensaje tan importante ‘a todos los que aguardaban la redención en Jerusalén’.  

En primer lugar, un hombre y una mujer están en el Templo guiados por una profunda vocación espiritual. No saben que ese será un día especial para ellos y para la Historia de la humanidad. Jesús es traído de lejos y presentado por sus padres, en obediencia a la Ley de su nacionalidad y credo. Simeón y Ana no eran un matrimonio; sin embargo, Dios los usó para convertirlos en paradigmas de servicio. A los pies del Cristo recién nacido Ana trajo su ofrenda de mujer; y Simeón trajo la del varón. Dios recibió y honró ambas ofrendas. Ambos, unidos por el Espíritu que trasciende odiosas divisiones del pecado y respeta el perfecto diseño humano, adoraron juntos e individualmente al Rey de reyes. 

En segundo lugar, los ancianos Simeón y Ana, no representan a la generación que se inicia con el bebé en brazos de José y María. Ellos muestran el fin de 42 generaciones teñidas por la contumaz desobediencia del pueblo a la Ley de Dios. Abren la puerta a un futuro en el que Dios derrama su Gracia sobre la humanidad perdida en la idolatría egoísta, avara y orgullosa. Ambos iluminan el portal del histórico cambio anunciando la llegada del Reino de Dios. 

En tercer lugar, el relato del Evangelio muestra que Dios desea que ambos - varón y mujer - actúen de manera concertada en la tarea de anunciar la Buena Noticia de Salvación. Así como en el pasado Abraham lo hizo con Sara, Barac con Débora, Moisés con Séfora, Dios vuelve a hacerlo con Simeón y Ana. Simeón ve realizado su sueño, llegada la hora de disfrutar de la esperanza que lo mantuvo vivo. Ana se llena de gozo y no cesa de comunicar la maravillosa noticia a los que viven en todo Jerusalén. 

Después de esta maravillosa historia, mis pensamientos van al final de la vida terrenal de este niño prodigioso; al período que media entre el día de la Resurrección y el de Pentecostés.   

¿Dónde estaban las mujeres que habían servido con fidelidad al Maestro? 

Los once discípulos de Jesús pertenecían a una cultura no inclinada a escuchar y creer a los dichos de las mujeres. Ahora tienen la oportunidad para salir de tal prejuicio. El Señor las envía con este mensaje: “id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán”; obedecen, van, le ven resucitado y pronto le verán ascender al Padre. Tras esa despedida, los once regresan a Jerusalén como les instruyera el Señor y se reúnen en el ‘aposento alto’. Con ellos también están las mujeres, María - la madre de Jesús - y los hermanos del Señor resucitado entre ellos, perseverando unánimes en oración y ruegos. Todos ellos, juntos, esperan unánimes la llegada del Espíritu Santo prometido. 

El grupo de varones y mujeres era de unos ciento veinte. Mientras comparten la espera Pedro propone remplazar a Judas, el traidor ya muerto. Todo el grupo está de acuerdo y Matías resulta elegido para completar a los Doce testigos de la Resurrección del Hijo de Dios. El día de Pentecostés el Señor, desde el Lugar Santísimo, cumple su promesa y envía al Espíritu Santo a todos los que estaban reunidos en la casa. 

Conforme a la profecía, todos son llenados del Espíritu - tanto varones como mujeres - pues Dios no discrimina por sexo: “En los postreros días - dice Dios -, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne”. Las evidencias de esta llenura comienzan a revelarse de inmediato; y tras la prédica poderosa de Pedro y su arenga a los oyentes: “¡Sed salvos de esta perversa generación!” se produce la señal más maravillosa: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.” 

Son tres mil personas; varones y mujeres; no sabemos en qué proporción, porque la salvación no se basa en la cantidad sino en la inclusividad. 

La cultura machista recibe aquí un severo golpe cuando debe dar paso a la nueva vida en Cristo. Pero se resistirá e intentará quedarse como y donde sea. Sobre este tema seguiremos próximamente si el Señor lo permite. Repasaremos la posición de la mujer en la naciente iglesia de Dios que edifica Jesucristo. 

Padre nuestro, ayúdanos a comprender y respetar que aquello que unes en tu santa voluntad, los humanos no debemos intentar separar. En el nombre de Jesucristo, tu Hijo. Amén.




DIEZ MITOS SOBRE LOS JUDÍOS

La historia del antisemitismo es también la historia del odio y de los peores prejuicios étnicos. En definitiva, malas respuestas a peores preguntas, con un alto riesgo de enajenación colectiva. Un delirio razonado que, para desgracia de todos, nos invita a conversar con nuestros demonios ocultos.
Gracias a la ensayista brasileña Maria Luiza Tucci Carneiro, exploramos en este libro todas esas falsedades e invenciones que han ido envenenando la visión de los judíos, y que, desafortunadamente, aún siguen impregnando la cultura popular, las leyendas urbanas, la propaganda y el mal periodismo. Mitos que, pese a su evidente engaño, se incorporan hoy a ese vistoso depósito de supercherías e inexactitudes que son las redes sociales, y que manifiestan su eficacia en cuanto surge la más mínima oportunidad.
La pedagogía que plantea la autora es, por consiguiente, muy oportuna y saludable, no sólo porque desmonta un buen puñado de falacias, sino porque nos estimula a transmitir un conocimiento correcto de hechos históricos que, por comodidad o atraso, nos empeñamos en ignorar.
Luchar contra el antisemitismo sigue pareciéndome, en pleno siglo XXI, una proeza infinita. Por desdicha, aún quedan revisionistas del Holocausto y activistas radicales de diversos colores para quienes el supuesto complot judío es un método infalible para explicar en dos líneas todos los males del mundo. En este sentido, la obra que nos ocupa recorre la historia de una larga serie de mitos, en busca de vacunas intelectuales que moderen o anulen su tremenda eficacia. Así, Tucci Carneiro nos recuerda por qué pervivió esa falsedad seudo-religiosa que convirtió a los judíos en asesinos de Cristo; cómo surgió la leyenda de una conspiración judía internacional, de carácter secreto, definida en ese texto repugnante que es Los Protocolos de los Sabios de Sión (1902); de qué forma se ha identificado a los judíos con los excesos del capitalismo moderno y la política estadounidense; o qué ha conducido a estereotipos tan negativos como el del judío errante, sin derecho a un territorio propio.
Por afinidad cultural, la autora insiste en acontecimientos y fenómenos más próximos al entorno ibérico e iberoamericano, centrándose en el maltrato dispensado a los judíos en nuestro entorno luso e hispanohablante. De ahí que dedique más páginas a la expulsión de los judíos en la España de los Reyes Católicos, al antisemitismo inquisitorial, al complot judeomasónico soñado por el franquismo o al antijudaísmo en Brasil que al tremendo antisemitismo de los países luteranos. Esto, obviamente, no debe entenderse como una crítica, sino como una precisión: Tucci Carneiro interpela a lectores de su órbita cultural, y sin duda, cuenta con material histórico de sobra para ello. Pero no sería mala idea que el lector interesado en la materia ampliase luego el espectro, estudiando en qué medida el antisemitismo prendió en la Europa norteña y en sus colonias.
Obviamente, otro foco de importancia en esta obra es la barbarie genocida de la Alemania nazi, abordada aquí con inteligencia y con rigor. Una barbarie que, sin llegar a las atrocidades del holocausto aunque simpatizando con ellas o desviándose hacia el negacionismo, encuentra una turbia proyección en el mundo eslavo y musulmán.
Tucci Carneiro coloca la intolerancia bajo el microscopio y distingue todo aquello que tiene de irracional. No en vano, hablamos de un sentido discriminatorio con capas muy tupidas, que van desde la política y la religión hasta los clichés étnicos, interfiriendo en una realidad en la que, por culpa de la sobreinformación digital, cada vez cuesta más distinguir la realidad del fraude.
Este libro es una pequeña joya, uno de esos ensayos imprescindibles para comprender cuestiones complejas, en este caso el antisemitismo y el antijudaísmo, de forma accesible y sencilla, sin por ello incurrir en la banalidad ni caer en la simplificación abusiva. Torna en comprensible lo que, en apariencia, sigue siendo aún hoy incomprensible para muchos: la pervivencia a lo largo de los siglos, con distintas manifestaciones, del antisemitismo; y el protagonismo que un pequeño pueblo disperso por el mundo ha cobrado como principal chivo expiatorio de las angustias, frustraciones y temores de amplios segmentos sociales. La autora desglosa y deconstruye diez lugares comunes. Diez acusaciones omnipresentes que se configuraron para muchos antisemitas en axiomas, y que por ello se tornaron mitos: 
Mito 1: Los judíos mataron a Cristo. 
Mito 2: Los judíos son una entidad secreta. 
Mito 3: Los judíos controlan la economía mundial. 
Mito 4: No existen judíos pobres. 
Mito 5: Los judíos son avaros. 
Mito 6: Los judíos no tienen patria. 
Mito 7: Los judíos son racistas. 
Mito 8: Los judíos son parásitos. 
Mito 9: Los judíos controlan los medios. 
Mito 10: Los judíos manipulan a los Estados Unidos.

70 AÑOS DE ISRAEL

Sorprendente el Discurso del Primer Ministro de Israel Benjamin Netanyahu, con toda la gloria a YAHWEH
El Sr. Nethanyahu dijo:
"Sólo hace 70 años los judíos fueron llevados al matadero como ovejas.

Hace 60 años no teníamos país ni ejército.
Apenas unas horas después de su creación, siete países árabes declararon la guerra a nuestro pequeño Estado judío.
Éramos sólo 650 judíos contra el resto del mundo árabe, sin ningún Ejército de Defensa de Israel (FDI).
Ninguna fuerza aérea poderosa, sólo personas valientes.
Líbano, Siria, Irak, Jordania, Egipto, Libia, Arabia Saudita, todos nos atacaron al mismo tiempo.
El país que las Naciones Unidas nos dio fue 65% desierto. El país estaba en la nada!
Hace 35 años hemos luchado contra los tres ejércitos más poderosos en el Oriente Medio, y nosotros los barrimos, sí... en seis días.
Hemos luchado en contra de diversas coaliciones de países árabes, que tenían ejércitos modernos y muchas armas soviéticas, y siempre los hemos derrotado!
Hoy tenemos:
*Un país
*Un ejército
*Una potente fuerza aérea
*Un Estado cuya economía exporta millones de dólares
*Intel - Microsoft - IBM desarrolla productos para todo el mundo.
*Nuestros médicos reciben premios por investigación médica.
*Tenemos numerosos premios Nobel en todas las áreas.

Hemos hecho florecer el desierto, vendemos naranjas, flores y vegetales a todo el mundo.
Israel ha enviado sus propios satélites al espacio! Tres satélites al mismo tiempo!

Estamos orgullosos de estar en el mismo rango que: los Estados Unidos, que tiene 250 millones de habitantes.
Rusia, que tiene 200 millones de habitantes, China que tiene 1.300 millones de habitantes.
Europa (Francia, Gran Bretaña, Alemania), con 350 millones de habitantes.
Esos son los únicos países en el mundo que envían objetos al espacio! Israel es ahora parte de la familia de las potencias nucleares, con Estados Unidos, Rusia, China, India, Francia y Gran Bretaña.

Nunca lo hemos admitido oficialmente, (pero todo el mundo lo sabe): sólo hace 60 años, nos llevaron, avergonzados y desesperados al sacrificio!
Tenemos recientes las ruinas humeantes de Europa y ganamos nuestras guerras aquí con menos que nada. Hemos construido nuestro pequeño "Imperio" de la nada.
¿Quién es Hamas para querer asustarnos, para amedrentarnos? Ustedes nos hacen reír!
La Pascua se celebró; no olvidemos de qué se trata.
Hemos sobrevivido al Faraón.
Sobrevivimos a los griegos.
Hemos sobrevivido a los romanos.
Hemos sobrevivido a la inquisición de España y a los pogroms en Rusia.
Hemos sobrevivido a Hitler.
Hemos sobrevivido a los alemanes.
Hemos sobrevivido al Holocausto.
Hemos sobrevivido a los ejércitos de siete países árabes.
Hemos sobrevivido a Saddam.
Seguiremos sobreviviendo también a los enemigos de hoy.

Piense en cualquier otro momento de la historia humana! Pensar en ello: para nosotros, el pueblo judío, la situación nunca ha sido mejor! Vamos a afrontar el mundo.
Recordemos: todas las naciones o culturas que alguna vez trataron de destruirnos, hoy ya no existen y todavía vivimos!
Egipto?
Los griegos?
Alejandro de Macedonia?
Los romanos? ¿Alguien habla latín en estos días? 
Y el Tercer Reich?

Y mírennos:
La Nación de la Biblia,
los esclavos de Egipto,
todavía estamos aquí.

Y hablamos el mismo idioma! Antes y ahora! Los árabes no lo saben todavía, pero aprenderán que hay un Dios! ....mientras mantengamos nuestra identidad, estaremos por siempre!
Así que les pedimos perdón por no preocuparnos.
Por no llorar.
Por no tener miedo.
Las cosas están bien aquí.
Podrían ser ciertamente mejor.

Sin embargo: no crean en los medios de comunicación, ya que no dicen que las fiestas siguen teniendo lugar, la gente sigue viviendo, la gente sigue saliendo, la gente sale para ver a sus amigos.
Sí, nuestra moral es baja. Por qué? Sólo porque lloramos a nuestros muertos, mientras que otros se regocijan en la sangre derramada. Es por eso que vamos a ganar al final.
Él nunca duerme o nunca dormirá... el guardián de Israel...HaShem, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

MOLDES

Creo que es una constante en muchos de nosotros ir en busca, cada día, de la voluntad de Dios. Necesitamos el manual, la receta, la respuesta concreta sobre aquello que “no aparece” en la biblia. Para cada decisión en la que no queremos equivocarnos le pedimos al Señor que nos llegue una conformación firmada por escribano de qué debemos hacer!

¿Por qué se nos hace tan difícil conocer la voluntad de Dios?

La lectura de Romanos 12:2 nos ayuda a conocer el origen del problema
 
 No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”  NVI

“ No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”  RV

Estas dos versiones nos muestran las maneras en que nuestra mente y entendimiento son el obstáculo a vencer para llegar a comprobar su voluntad: nos “amoldamos” y “conformamos”.

Conformarse es quedarse con menos. Es darse por satisfecho con algo o mucho menos de la totalidad. Es una actitud mediocre.

Lo cierto es que es una realidad bastante cotidiana en nuestra vida cristiana. El Señor ya nos lo dio todo y nosotros vamos pidiendo “más de Ti”, mientras que sostenemos aun en nuestras manos nuestros intereses, nuestros sueños y deseos. Nunca nos queremos despojar de ellos, y terminamos conformándonos con las cosas que el mundo tiene para ofrecernos. Y esto siempre tiene gusto a poco. Las personas deambulan por toda clase de “nuevas satisfacciones” que siempre caducan; todo tiene fecha de vencimiento.

En cambio, el Reino… es eterno!!!!! Como podemos conformarnos con apenas esta vida y este mundo cuando tenemos la opción de la eternidad?
Y aun formando parte del Reino de Dios, nos conformamos con mirarlo de lejos sin llegar a contemplarlo, viviendo una tibia vida que se parece más a la del buen vecino que a la de Cristo.

Amoldarse es tomar la forma de algo, es caber en un molde para que el resultado sea el de ser “igual a” .En definitiva, determina qué somos.

Hay  moldes en los que estamos deseosos de entrar porque su forma nos resulta atrayente. Y hay moldes de muchos tipos que podemos adoptar: podemos parecernos demasiado al resto del mundo en tendencias, ideas, formas de vivir; o  podemos incluso tomar moldes “menos mundanos”. A veces la ley que ha sido despojada de su sentido, suele ser lo que determina los límites de lo que debemos hacer o no y nos resulta un cómodo molde que deja en paz a nuestra conciencia (aunque no a nuestro espíritu).

En cambio, si nos animamos a romper los moldes, a despojarnos de nosotros mismos y de aquello a lo que nos hemos aferrado y nos ponemos en las manos del alfarero vamos a llegar, por fin, a conocer su voluntad.

Es un desafío de transformación de nuestra mente. Toda la estructura de pensamiento debe ser cambiada. Todo nuestro propio acervo de conocimiento forjado durante el desarrollo de nuestra vida,  echado por tierra. Es renunciar, pero para ganar.

Es un desafío, no para mediocres y conformistas, sino para soñadores que anhelan las cosas “grandes y misteriosas” que Dios tiene.

Es un desafío, no para los que quieren pasar desapercibidos, sino para los rebeldes que quieren romper los moldes alborotando los cánones de la sociedad actual.

Es el desafío de los seguidores de Cristo.

LA PASIÓN SEGÚN LA MEDICINA


¿POR QUÉ MURIÓ JESÚS EN LA CRUZ?

Una persona no es consciente de la necesidad de la insulina, hasta que sabe que es diabético y lo que la insulina hace con los niveles de azúcar en su sangre y de lo que lo libra en el largo plazo.
Lo mismo ocurre en la vida de todo ser humano. Jamás será consciente de la necesidad de Jesús en su vida, hasta que comprende su enfermedad, su cura, el precio de la misma y que aún falta la segunda parte de la actuación del guion de Jesús que aún no se ha cumplido y que será en los tiempos finales.
Yo necesito a Jesús, porque mi enfermedad es el pecado. El Dios justo me juzgará y como pecador seré condenado a muerte y a muerte eterna, no porque él sea malo, sino porque es justo. Pero existe la cura y es tan cara que Dios decidió hacerla gratis. Y no tiene qué ver con mis obras, sino con las obras de Cristo. ¿De qué estoy hablando?
Dios es el Creador. No es posible que la nada haya creado algo. Que el desorden haya producido orden. Que lo imperfecto hay producido lo perfecto. Una explosión destruye, nunca ordena.
Todo lo que conocemos que ha sido creado, como los productos Apple, y que se caracterizan por ser innovadores, minimalistas y excelentes, tienen un diseñador. Nadie creería que poco a poco se fueron formando. Todo lo que existe en esta tierra tiene un diseño, tiene un diseñador y ese diseñador y creador, es Dios.
Dios no sólo creó los cielos, la tierra y el universo. Dios estableció las reglas del juego para su creación. Y como él es santo – esa esencia de pureza total que nos separa de nosotros –, exige a sus criaturas ser santas. Su santidad nos muestra cómo debemos ser y su santidad nos condena por cómo no hemos sido, y todos somos pecadores.”
El justo castigo de Dios es verdadero. Pero no podía existir el injusto perdón de Dios. Si Dios nos hubiera perdonado así por así nuestros pecados, habría negado su santidad. Jesús en la cruz, fue el sacrificio por nuestros pecados, la justicia que viene de Dios. El justo murió por los injustos. La justicia de Dios sí existe y esta está en Jesús. Su muerte, es nuestra vida.
Dios puede justificar a través de la muerte de Jesús en la cruz, de los pecados a todo el que cree y se arrepiente de sus pecados. Habiendo usted sido declarado convicto de pecado, por medio de Jesús, lo hace libre para vivir para él. Porque Jesús murió, pago con su muerte, el castigo por nuestros pecados. Él es nuestra expiación, ese sacrificio que paga nuestra deuda con Dios. Él es nuestra propiciación, ese sacrificio que aplaca la ira de Dios por el pecado.
¿Qué es un convicto? Es el acusado a quien se la probado legalmente su delito. Ninguno de nosotros tiene escapatoria y vamos a rendir cuentas cuando venga el fin, ante Jesucristo que juzgará a todos. Y en el reino de Dios, no existe dinero o recurso alguno que tuerza la justicia, como suele hacerse en la tierra. Sin importar su apellido o sus cuentas bancarias, usted y yo, seremos juzgados por Dios y recibiremos lo que es justo.
Pero hoy, Dios sigue siendo el abogado ante Dios de todo aquel que cree y se arrepiente de sus pecados. Aquel que cree que Jesús es el Verbo que en el principio ya existía, que estaba con Dios y que era Dios. Y que este Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Para ser el único que fuera tentado en todo, pero sin pecado. Y así, el justo moriría por los injustos en la cruz. Y los redimiría, pagaría el precio por la libertad de la esclavitud del pecado y nos daría vida eterna.
Esta es la justicia de Dios en Jesús. No por obras, sino por gracia – un favor inmerecido, algo que usted no merece, no por sus méritos –. No por sus obras, pero sí por la obra de Cristo en la cruz.
¿Qué debo hacer para recibir el perdón de pecados? Reconocer que soy un pecador y que seré juzgado. Reconocer que Dios es santo y no hay pecado en él y su justicia es la que me condenará. Reconocer que Jesús es el hijo de Dios y que, por amor, vino al mundo a entregar su vida para reconciliarnos con el Padre.
Reconocer que mis caminos, muchas veces no son los caminos que el Dios santo exige y que mis caminos, aunque parecieran rectos, son de muerte. Que cuando reconozco mi pecaminosidad y el camino por el que debo andar, cae una tristeza en nuestras vidas producto del Espíritu Santo que nos convence de pecado, para que nos arrepintamos.
Cuando creemos y nos arrepentimos de nuestros pecados, le damos un giro de 180 grados a nuestra vida. No comenzando por las buenas obras, porque ya somos convictos de pecado y eso nada nuestro lo borra. Sino comenzando con la fe en el sacrificio de Jesús y entonces, una vez declarados justos, vivimos en los caminos de justicia para lo que Dios nos creó.
Sus caminos de justicia, son paz para mí y para los que me rodean. Y si un día peco, abogado tengo ante el Padre, a Jesucristo el justo. Me arrepiento, pido perdón y vivo cada día negándome a mí mismo, tomando mi cruz y siguiéndole.
Este camino de la paz con Dios, no viene por mis obras, viene por la obra de Cristo en la cruz. Nuestra reconciliación con Dios, la vida verdadera y la paz duradera. La promesa de vida eterna, que cambió no a 11 discípulos, sino que sigue transformando la vida de millones, por la fe en Jesucristo.
Así como el diabético atesora la insulina por lo que sabe que es y hace. Yo atesoro a Jesús por lo que sé que es y hace. Jesús es el Dios que dejó la gloria y se vistió de carne y huesos. Y por amor, murió por mí en la cruz, para aplacar la ira de Dios, reconciliarme con el Padre y darme promesa de vida eterna. ¿Cómo no amar y vivir para el que me ha amado así? Y usted ¿Qué piensa?, ¿Qué hará?
“Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella, para que todo el mundo se calle la boca y quede convicto delante de Dios. Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado. Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.” La Biblia en Romanos 3:19-26