AMÁRRATE A TU FUTURO

En Gálatas 3:13, dice que Cristo nos redimió de la maldición de la ley.  Aun así, algunos todavía debaten con pensamientos de maldición en su mente.
Muchas personas han visto momentos de escasez y han tenido que reducir y guardar.  Y se preguntan: ¿Qué pasó? ¿Dónde está Dios? ¿Y la prosperidad?  Incluso hay gente que, queriendo glorificar a Dios, han dicho como Job, en su ignorancia: Dios me dio, Dios quitó, sea el nombre de Jehová bendito.  
En medio de los problemas, tenemos esa lucha entre el bien y el mal, entre la bendición y la maldición.  Pero tú tienes que entender que lo único que Dios tiene para ti es bendición, lo único que hay en tu futuro es bendición.  
El Antiguo Testamento habla acerca de bendiciones y acerca de maldiciones, en plural.   Sin embargo, Gálatas 3:13, habla acerca de maldición, en singular.  En el Antiguo Testamento, se habla de maldiciones de familia, maldiciones generacionales, de enfermedad, de escasez. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, dice que Cristo nos redimió de una maldición: nos redimió de la maldición, en singular.  ¿Qué significa esto? 
La ley se creó para que la gente pudiera diferenciar entre el bien y el mal, y pudiera escoger el bien.  La ley se creó para que el pueblo prosperara, no para maldecir al pueblo.  
Una de las cosas que sucede cuando nuestra mente divaga entre esos pensamientos de lo que es bien y lo que es mal, es que nos confundimos y comenzamos a llamar a lo bueno, malo; y a lo malo, bueno.  Eso le sucedía a Pablo.  Pablo decía que lo que no quería hacer, eso hacía; y lo que hacía, no era lo que quería hacer.  Tenemos que entender que, cuando dice que Cristo nos redimió de la maldición de la ley, esa maldición no es otra cosa que la confusión de llamar a lo malo, bueno; y a lo bueno, malo.  
¿Cuántas veces hemos escuchado personas en las iglesias decir que Dios usó cierta enfermedad para traerlas a sus pies?  Entonces, asumimos que la enfermedad es buena, y la enfermedad no es buena, la enfermedad es maldición.  
¿Cuántos grandes empresarios, personas por cuyas manos ha pasado mucho dinero, llegan a la iglesia cuando ya no tienen nada, y dicen que, si no hubiera sido por ese momento de escasez, nunca hubiesen llegado a los pies del Señor?  De seguro, cuando estaban en prosperidad, también les hablaron del Señor, pero no escucharon, estaban demasiado ocupados, demasiado entretenidos.  
¿Cuántas veces hemos escuchado personas con mucho conocimiento de la palabra, pero  tanta religiosidad en sus corazones, que a lo bueno le llaman malo; y a lo malo, bueno?  Y la maldición, en singular, es no poder diferenciar entre una cosa y la otra.  
Y en el Nuevo Testamento Dios nos da una palabra para atacar cada una de esas cosas.  
Cuando vivimos momentos difíciles, muchas veces, pensamos en lo que teníamos cuando estábamos en el mundo, y nos preguntamos si estaríamos mejor en aquel momento, o si estaríamos en una mejor posición, de no haber seguido al Señor.  Nuestra mente divaga en pensamientos a los que le podemos dar definición de buenos, pero no son buenos, porque lo mejor está delante de ti.  
Si hasta aquí te ha traído el Señor, tú tienes que entender que lo mejor está delante de ti.  Tus mejores años no están en el pasado.  Tus mejores años están delante de ti.  El mundo te trajo problemas, te trajo situaciones, y no tienes porqué regresar atrás, porque lo mejor Dios lo ha puesto delante de ti.  
Erradica todo pensamiento de maldición de sobre tu vida, y dale lugar a todo pensamiento de bendición, de salud, de prosperidad.  
Hay personas que están amarradas a su pasado.  Una cosa es estar amarrado al pasado, y otra cosa es estar amarrado al futuro.  Cuando tú erradicas la maldición de tu vida, cuando tú entiendes que Cristo te redimió de la maldición de la ley, tú puedes soltar tu pasado, y amarrarte al futuro de bendición que Dios tiene para ti.  

¿QUÉ ESTÁS DECLARANDO?

Cuando estudiamos el libro de Hechos, vemos a un Pedro constantemente citando a David. El verso 8 del capítulo 4 dice que Pedro estaba lleno del Espíritu Santo, muy seguramente porque cada vez que Pedro abría la boca lo que salía era el Espíritu Santo, lo que salía era la palabra de Dios.
Los apóstoles confiaban en la palabra una y otra vez. Lo que Pedro tenía dentro de él era lo que salía de él, incluso en los momentos de persecución.
Tenemos que mantenernos confiando en la palabra constantemente.
Si, ante una situación difícil, lo que sale de tu boca son confesiones negativas o las razones por las cuales estás en esa situación, entonces tú tienes que entender que, para que en ti haya denuedo, lo que tiene que salir de tu boca es la palabra de Dios, la confesión de la palabra, lo que tú has recibido de parte de Dios, la convicción que está dentro de ti.
El conocer la palabra de Dios es lo que produce en ti denuedo.
El denuedo es aquella fuerza que te mantiene firme, que te da la paz que sobrepasa todo entendimiento, como dice la Biblia. Esta es la paz que puedes experimentar, aún cuando se supone que no estés en paz. Pero esa es la paz que se deposita en tu vida, cuando dentro de ti hay suficiente palabra para entender que no tienes que pedir que el problema se vaya, y para entender que tú tienes la fuerza suficiente, la palabra suficiente como para sobrellevar cualquier problema.
Si tu situación es económica, tu confesión debe ser que Dios suplirá todas tus necesidades conforme a sus riquezas en gloria, porque así lo dice la palabra, y porque el Dios al que le servimos sigue siendo el dueño del oro y la plata. En medio de los problemas tú tienes que comenzar a citar la palabra, tienes que pararte firme, tienes que decir como dijo David: No seremos conmovidos ante esta situación; mis pies están plantados; Jehová es mi Pastor, y nada me faltará.

LA IMPORTANCIA DE LA ORACION

Efesios 6:18-20 “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar”.
Vamos a enfocarnos en la oración, tomando la parte de este texto que dice “orando en todo tiempo”, y es que la biblia es muy clara en lo que es la perseverancia en la oración, en ser perseverantes, esto también lo vemos en el evangelio de Marcos.
Marcos 14:32 “Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro.”
Jesús llevaba una vida de oración. Si hacemos una exégesis de la vida de Jesús, de lo que el hacía, vemos que es de primer orden para El la acción de la oración, o sea, El oraba y lo hacía temprano en la mañana, se apartaba a lugares desiertos, también oraba durante todo el día, durante toda la noche, en las vigilias de la noche, nuestro Señor se retiró en ayuno y oración durante cuarenta días en el desierto y también enseñó a sus discípulos a orar.
Verso 34 “Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.”
Cuando dice aquí que velen, se refiere también a que oren, El estaba a punto de ir a la cruz, le iban a tomar prisionero, estaba en una contienda o lucha espiritual con el propósito y la voluntad del Padre en su vida, y El en obediencia se encontraba camino hacia su victoria aquí en la tierra, pero fue un momento muy fuerte y traumático, no sólo por lo físico, por los clavos, los látigos que le laceraron o la corona de espina, por la humillación o porque se iba a quedar sólo ni por la cruz en la que iba a ser colgado, si no por lo más importante para El y era que la presencia del Padre se iba a retirar y esa comunión que tenía con El no iba a ser posible en ese momento, cosa que no había sucedido nunca en la vida de Jesús, por eso El estaba triste y angustiado, por eso le dice a sus discípulos que velen, y la palabra velad aquí tiene un significado de oración.
Verso 35 “Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”.
10940-orar
Cuando nosotros oramos estamos velando. Hay un tipo de oración en el cual mientras oramos estamos velando, el velar en este sentido significa estar atento, apercibido, pendiente sobre algo y eso nos ayuda en la oración para que Dios no nos agarre dormido como en ese momento el Jesús tomó a Pedro. Y vemos que allí dice “una hora” , y esto es muy importante porque creo que cada creyente debe tomar un tiempo de intimidad con el Señor, creo que una hora de oración diaria por lo menos es necesario, esto debe ser algo continuo y constante, orando en todo tiempo, de las 24 horas que tiene el día podemos sacar una hora para el Señor.

Tú necesitas orar, necesitas orar para la edificación de tu casa, de tu familia, de tu futuro, tu vida espiritual, tu matrimonio, hay matrimonios que no van bien porque no oran, hay juventud que no está enfocada porque no tiene esa persistencia de oración, las mujeres también necesitan orar para ser fortalecidas, madres solteras, mujeres casadas, jovencitas, todas necesitan la oración. 
Jesús oró continuamente y sus discípulos también vemos que le pidieron al Señor ensénanos a orar, la biblia habla de la oración una y otra vez y el ministerio de Jesús estuvo basado y fundamentado en lo que era la oración, la comunión con el Padre, la comunión con Dios y con el Espíritu Santo y vemos en este pasaje que El está orando y llama a sus discípulos a orar, a Pedro, Jacobo y Juan que eran considerados los más cercanos de Él, su círculo íntimo y somos a los que vemos en el monte de la transfiguración y son los que precisamente vemos que El llama en este momento para que oren con EL y les dice que su alma esta angustiada, o sea, Jesús estaba necesitando en ese momento una coalición de oración de los que en ese momento estaban a su alrededor, y en esto podemos ver la condición del líder para poder hacer la obra de Dios, Pablo en Efesios dice también oren por mí a fin de que al abrir mi boca me sea dado denuedo para impartir la palabra de Dios, o sea , el pide la oración. 
Es necesario que el liderazgo tenga una coalición de oración a su alrededor, procure que la gente que este a su alrededor sea gente de oración, el pastor necesita gente a su lado que ore, los Apóstoles necesitan gente que ore, los evangelistas, maestros, profetas, todos necesitan a su lado gente de oración. 
Los líderes de la iglesia también necesitan oración de sus discípulos , a veces se espera que seamos nosotros los que oremos por la grey, por la gente, pero vemos en este caso que Jesús se retiro y le dijo “oren ustedes” , Pablo pidió oración también, la oración es sumamente importante para llevar un ministerio hacia adelante, tu familia también es un ministerio y necesita estar salpicada de oración, cada ministerio dentro de la congregación necesita oración, que cada columna ore, que cada integrante de la red este orando, intercediendo, buscando el rostro de Dios, por esa razón estamos dando un lineamiento en el sentido de la oración porque yo sé que eso produce mucha bendición, produce fortaleza espiritual y hace que estemos atinados, enfocados y con una visión clara . 
Si nos metemos en la oración y usamos todas las áreas de la oración, las clases y los tipos de oración como lo son la intercesión, la guerra espiritual, la oración de los unos por los otros, la oración por imposición de manos, la oración eficaz, la oración con dolores de parto, vemos que la oración es sumamente diversa, y abre ventanas en los cielos, es sumamente importante y no podemos llevar este ministerio sin oración, así también no se puede llevar un matrimonio efectivo sin oración, no se puede llevar una vida de juventud o adolescencia cristianamente andando en santidad y apartado si no hay oración, no se puede estar unido si no hay oración, el vínculo perfecto de la paz es el amor y ese amor sólo lo recibimos cuando oramos los unos por los otros. Yo siempre he dicho que una persona que esta orando, en la brecha, nunca sale criticando, murmurando o con un espíritu de división y de contienda.