POR SU LLAGA

Históricamente, se ha hablado de que Cristo recibió 39 azotes. Pero, cuando leemos la biblia, en los evangelios no nos dice que recibió específicamente 39 azotes. ¿De dónde sale este número? Esto sale de 2 Corintios 11:24 y de Deuteronomio, donde está la ley para castigar a un judío. 

En el Antiguo Testamento, la ley especificaba que se podía castigar a un judío con 39 azotes; no más de cuarenta, porque, cuando un judío castigaba a otro, no podía azotarlo más de 40, porque se consideraba avergonzar al hombre y en realidad la idea era castigar, no avergonzar al judío.
Por esto, Pablo en 2 Corintios 11 nos dice: 40 menos 1; que es un total de 39 azotes, pero aquí se refiere a la ley judía. Cristo no fue azotado por los judíos, sino por romanos, y estos no se regían por la ley judía. Cuando los romanos azotaban, se aseguraban de que fuera lo suficiente, no para matarlo, pero sí para que sufrieran. Jesucristo fue azotado en varias ocasiones por los romanos; antes de ser llevado ante Pilato, y cuando caminaba con la cruz.
Ahora bien, así hubiese sido un solo azote, hubiera sido suficiente para que recibiéramos libertad; porque no es importante la cantidad de veces que fue azotado, sino por qué fue azotado.
Dice la palabra, en Isaías 53:4-5,Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores;y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Por esto, ante cualquier enfermedad, declaramos que somos sanos, porque en esos azotes él llevó cada enfermedad. Si en tu familia hay condiciones, padecimientos de alguna enfermedad, no olvides que, hace dos mil años atrás, por la sangre de Cristo, tenemos un ADN diferente, hay una nueva sangre; reclama esa sanidad.
Tenemos que creer en esto, porque todos, en un momento dado, tenemos que batallar con esto. Necesitamos entender y creer lo que él hizo por nosotros en la cruz del Calvario.
Si te han dado un diagnóstico de enfermedad, si te han dicho que tienen que operarte, que vas a perder la vida, que el cáncer que tienes es terminal, declara que el poder de la llaga de Cristo se manifiesta en tu vida. 

Decláralo y recíbelo, en el nombre poderoso de Jesús. Por lo que él hizo por nosotros en la cruz del Calvario, reclama la sangre de Cristo sobre tu vida. La diabetes desaparece, el cáncer se seca, todo se ordena, se arregla, y recibes el milagro que has estado esperando. Él llevó tus enfermedades en la cruz del Calvario. Cada azote, fue para hacerte libre de toda enfermedad, de todo dolor. Declárate sano por las llagas de Cristo

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