DISPENSACIONES VII


LA DISPENSACIÓN POR VENIR
LA DISPENSACIÓN DEL GOBIERNO DIVINO-   EL MILENIO
Es el plan de Dios en su gran propósito retentivo para el universo, dirigir y poder todas las cosas bajo Cristo (Ef. 1:10). Las llaves de toda la vida, y de la historia del gran universo de Dios, están en sus manos y su (el de Cristo) propósito es conducir todo hacia una meta final. Dios, habiendo consumado nuestra redención en la cruz, se propone en las edades venideras, mostrar las riquezas incomparables de su gracia en su bondad hacia el ser humano por medio de Jesucristo (Ef. 2:7). Sin embargo, la cruz es el centro de este gran propósito eterno, y todas las cosas miran hacia allá.
El reino de Dios en el A.T. es visto como una perspectiva y promesa. Bajo la ley, con sus ordenanzas y servicio divino, es visto como un tipo y sombra de lo que habría de venir. En la presente dispensación de la gracia,  el reino está siendo establecido en su aspecto espiritual. El reino de Dios es ahora; aunque en sus elementos terrenales, y por las actividades de Satán, vemos su lucha para corromperlo, como vemos en las parábolas de Mateo 13, en donde hay una liga del bien y del mal.
Hay una errónea enseñanza dispensacional que nos dice que Juan el Bautista y Cristo son los mismo, ofrecieron a los judíos el reino manifestando, y si éstos hubiesen aceptado a Cristo, el reino hubiese sido inmediatamente establecido y el gobierno romano hubiese sido sucedido por el reino universal de Cristo. Esta enseñanza dice que debido al rechazamiento de Cristo por la nación judía, el reino fue pospuesto. Esto no podía ser la importancia “del reino de los cielos”, como anunciaba  Juan, pues la cruz estaba en el plan y propósito de Dios desde antes de la fundación del mundo, y esto inevitable. Aún Juan mismo señalo a Cristo entre los primeros discípulos, como “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Si Cristo hubiese estado ofreciendo el reino manifestado a los judíos, el gobierno romano así lo hubiese entendido, pues Cristo nunca se equivocó. El hubiese sido culpable de seducción y traición; y Pilato nunca le hubiese pronunciado inocente.
Los Términos “Reino de los Cielos” en Mateo y “Reino de Dios” en Marcos y Lucas, son idénticos en significado e importancia, y se refieren a esta presente dispensación, cuando el Reino ha sido proclamado y aquéllos que lo aceptan entran al Reino por el Nuevo Nacimiento. El Reino de Dios está siendo establecido en el tiempo presente, actual y espiritualmente, pero Dios no está siendo glorificado en la tierra como debe y ha de serlo. La oración del Señor “venga tu Reino, sea hecha tu voluntad, en el cielo como en la tierra”no ha sido contestada todavía. Pero de seguro será contestada, y el Reino de Dios será manifestado con la gloria venidera en la tierra. Este es el período delante de nosotros, la dispensación por venir, el Milenio.
Milenio significa 1,000 años, y se compone de dos palabras latinas, MILLE, de mil yANNUM de año. Este período es mencionado seis veces en un pasaje de las Escrituras, Apo 20: 1-7. Es el tiempo en que Satán será atado y Cristo reinará en la tierra. Daniel, en la visión de la imagen y de las bestias ( Dan. 2:7 ) vió la sucesión de cuatro reinos o poderes mundiales, seguidos por “El Reino de Piedra” (Dan. 2:45; 7:13-14). Este reino es establecido, y la revelación de Cristo apareciendo desde el cielo (Apo. 19:1-21) para destruir al Anticristo, (2ª Tes. 2:8) y para juzgar a las naciones (Joel 3:9-17).
                                                     LA FORMA DE GOBIERNO
La tierra será gobernada entonces, no como una monarquía, no como una gran democracia, ni tampoco como una autocracia; pero sí como una TEOCRACIA: esto es, Dios mismo reinará en la persona de su Hijo, el Señor Jesucristo (Luc. 1:32-33; Dan. 7:3-14). Parece haber mucha evidencia en la escritura que David, de cuyo linaje vino Cristo en la carne, tendrá una parte en el gobierno de Israel restaurado como un príncipe o viceregente (Oseas 3:3-5; Jer. 30:9; Ezeq. 37:24-25). Cristo claramente prometió a los discípulos que ellos “se sentarían sobre doce tronos, juzgando las Doce Tibus de Israel” (Mat. 19:28).
                                                  EL ASIENTO DEL GOBIERNO
La capital mundial no será entonces Roma, Viena, Londres, Washington, París o ninguna de las grandes ciudades de la tierra en el presente, pero sí Jerusalén, al parecer insignificante en el tiempo presente; antigua y aún desechada. Esta será restaurada y reedificada. Entonces, será cumplida la visión del salmista: “grande es Jehová y digno de ser en gran manera alabado, en la ciudad de nuestro Dios, en el monte de su santuario, hermosa provincia, el gozo de toda la tierra es el Monte Sión a los lados del aquilón, la ciudad del Gran Rey. Dios, en sus palacios es conocido por Refugio” ( Salmo 48:1-3; Isaías 2:2-4 ).
                                                          LA TIERRA MILENIAL
Hay diferencias en opinión en cuanto a la enseñanza de las Escrituras relacionada con la extensión del territorio milenial que Israel ocupará. Es cierto que la extensión de la Tierra Prometida a Abraham (Gén. 15:18) nunca fue totalmente ocupada por la nación judía, aún ni durante sus tiempos de prosperidad con David y Salomón. La concesión original se extiende desde el río de Egipto (algunos dicen el Nilo, pero hay serias objeciones a esto. Otros creen que esto se refiere al Wady Arish, un pequeño riachuelo que sale de la Península Sinaí, cerca del término de Egipto, hasta el río Eúfrates). Si toda longitud del Eúfrates es tratada como una guardarraya, entonces toda la Península Arábiga será excluida. Más base para creer esto, se puede ver en Deut.11:24; Ezeq.47:18: “hasta la Mar Postrera y el Mar e Oriente”. Esto puede referirse al Mar Muerto, pero seguramente es al Mar de la India. “El desierto florecerá como la rosa“, es la promesa de la Escritura, y el gran crecimiento numérico y extensivo de Israel durante el Milenio, y es profetizado en Isa.60:22. El angosto y estrecho territorio entre el Mediterráneo, el Jordán y el Mar Muerto, difícilmente será suficiente. Una interesante discusión sobre este tema se puede ver en el folleto: “La gloria de todas las tierras“, por C. W. Stevens, S. S. Times Co., Philadelphia.
              LA CIUDAD MILENIAL   Y LA ASIGNACIÓN DEL TERRITORIO
En Ezq. 48:1-35, está expresado el reparto de este territorio entre las doce Tribus de Israel, en dos bandos, extendiéndose de este a oeste, empezando con la Tribu de Dan en el norte, y terminando con la de Gad en el sur. Entre las tribus de Judá y Benjamín hay una porción conocida por Santa Oblación. Este espacio es de 60 millas cuadradas aproximadamente, en el cual estará situada la Ciudad Milenial en el sur, y en el norte estará el templo, ocupando una milla cuadrada. Los sacerdotes y levitas servirán en el templo y en una tierra reservada.
                                                              EL RÍO MILENIAL
El pasaje en Ezeq. 47:1-12 ha sido generalmente espiritualizado como refiriéndose sólo al río de la salvación, las aguas del Espíritu Santo, la cual empezó a fluir en el Día Pentecostés, y en una corriente cada vez más caudalosa que ha traído frescor y frutos al mundo. Sin embargo, en su significado primario, seguramente es la descripción literal de un río fluyendo del Nuevo Templo, hacia el este, y desembocando en el Mar Muerto. Las aguas sanadoras de este río transforman al Mar Muerto de su presente estado salobre, para que así puedan vivir peces allí. Los frutos será producidos en gran abundancia en las orillas del río. El cauce de este río correrá hacia el este (hoy día es imposible) debido al trastorno que ocurrirá en el Monte de las Olivas en el tiempo de la Venida de Cristo (Zac. 14:4 ), haciendo que la montaña se divida por el medio, y se mueva hacia el norte y hacia el sur. El escritor no tiene dificultad en creer que un río literalmente puede fluir por debajo del Templo, porque hasta hace pocos años la ciudad de Springfield (60000 habitantes) ha sido suplida de agua de un gran riachuelo que fluye por debajo de una roca muy cerca de la ciudad. La entera región de Ozarks, en Missouri, está repleta de cuevas en rocas tras las cuales hay ríos subterráneos y manantiales.
EL MILENIO (continuación)
El profeta Ezequiel tuvo una interesante y notable visión milenial, civil y religioso. La visión es detallada en la descripción del templo, sus cortes de adentro y afuera, la construcción del mismo edificio, el servicio del templo, el ministerio de los Levitas y sacerdotes y la instrucción definida para los sacerdotes y el pueblo en cuanto a la adoración de Jehová. Hay varios puntos de vista de interpretación referente a estos capítulos (40-48). Cinco de éstos son expuestos en ” Christian Workers Commentary ” por el Dr. Janes M. Gray como sigue:
  • (1) Algunos creen que describen el templo en Jerusalén antes de la cautividad de Babilonia, y son   designados a preservar una memoria de esto. La objeción es que tal memorial es innecesario,  por   los registros en Reyes y Crónicas.
  •  (2) Algunos creen que estos capítulos describen el templo en Jerusalén después del retorno de los 70 años en Babilonia, pero esto no puede ser, porque hay más señas de contraste que de  semejanza entre el templo aquí descrito y aquel templo.
  •  (3) Algunos creen que ellos describen el templo ideal que debieron haber edificado los judíos  después de la cautividad, y que nunca llegaron a realizar. Esto resta del carácter de la palabra  divina. ¿Por qué debió haber sido dada esta profecía, si nunca habrá de cumplirse?.
  •   (4) Algunos creen que este templo, en Ezequiel, simboliza las bendiciones espirituales de la iglesia  en la era presente. Si es así, ¿por qué todos los detalles, y quien se dispondrá a interpretar el  simbolismo?.
  •   (5) El quinto punto de vista es que allí tenemos una predicción del templo que será construido en  la era milenial.
Esta creemos que es la verdadera interpretación. Ello deja el asunto de: la renovación de los sacrificios y fiestas para ser explicado, pero esto puede ser hecho satisfactoria y lógicamente. Cuando sabemos que esto no representa una estricta orden de cosas bajo la cual estamos en el tiempo presente viviendo, ello nos ayudará a entenderlo mejor. Dios está tratando nuevamente con la nación judía, la cual temporalmente había sido dejada a un lado en el pacto de la bendición o gracia, pero será nuevamente restaurado al favor divino durante el período milenial.
En cuanto al asunto de los sacrificios, contestamos algunas objeciones aplausibles en las palabras del Pastor W. C. Stevens: “En esta conexión puede decirse que la renovación de los antiguos sacrificios en el templo milenial, aunque a primera vista parecen inesperados, y hasta repugnantes a nuestra idea de que todos los sacrificios para siempre son abolidos, puede ser mirado como retrospectiva; en ambos casos su valor consiste en ver a través de ellos la persona de Jesucristo en todos los aspectos de su sacrificio por nosotros. Jesús deja ver, por ejemplo, que después que El venga, El guardará la cena del Señor, pues El prometió tomar el vino eucarístico nuevo con nosotros en el reino; así que indudablemente debe haber un más precioso significado en la renovación de los sacrificios, dado a su presencia “. No debe parecer extraño, que cuando la nación de Israel sea restaurada en la tierra de Palestina, y al lugar de bendición, las fiestas de la Pascua y de los Tabernáculos (Ezeq. 45:21; 45:52; Zac. 14:16-19) sean restauras y observadas. Ellas marcan el tiempo de la liberación nacional de la muerte, y el juicio en Egipto, y la preservación en el desierto. Esos días significan para ellos, nacionalmente, lo que para nosotros representa las fiestas nacionales de nuestros países. Eso son días de fiesta nacionales judíos, (Días Santos).
Con referencia a este importante tema en discusión decimos: ” En Levítico el año cerró señalando a una expiación que había de ser establecida; aquí el año empieza con un memorial (45:18) de una expiación perfectamente efectuada. En vez de la ofrenda de doble aspecto de Levítico en la Pascua y Tabernáculo, habrá en estas dos fiestas 7 aspectos de una expiación perfectamente revelada. En Levítico vemos un sacrificio en la mañana, y uno de la noche; aquí solo hay el sacrificio de la mañana, pues no habrá noche moral en Israel otra vez, y su sol nunca más se pondrá. En este orden milenial no hay sumo sacerdote asignado, porque el sacerdote supremo está presente en persona, no se ve un arca (Jer. 3:16-18). La ley no está ahora en el arca, pero sí en el corazón de Israel (Jer. 31:33-34). El velo, el pan de la proposición, y el candelero, memoriales del ausente Mesías, se desvanecen a su presencia “.
La condición espiritual del milenio será en contraste parecido a lo que prevalece en el mundo actualmente. Joel 2:28-29 tendrá su completo cumplimiento en un maravilloso derramamiento del Espíritu sobre el renovado Israel y las demás naciones ( Zac. 12:10; Ezeq. 3:25-27 ). El contexto en estos versos, muestra que estas bendiciones seguirán a los juicios del día del Señor de los cuales el residuo fiel de Israel será librado. Mientras el derramamiento del Espíritu en el Día de Pentecostés y en los días presentes, es igual en carácter al mencionado por Joel para que Pedro pudiese decir: “Esto es lo que fue dicho por el profeta Joel “, sin embargo, ninguna de estas dos funciones del Espíritu es el cumplimiento detallado en grado, o completa medida, de Joel 2:28-32. Esto aguarda al principio del milenio. El pueblo Pentecostal es a menudo responsable de explicación errónea de ésto, y se exponen a sí mismos a la crítica justa diciendo que el presente derramamiento es el completo y final cumplimiento de la profecía de Joel. Lo es en naturaleza, pero no en grado. Días gloriosos le esperan aún a Israel y a las naciones.
Durante el Milenio, el conocimiento del Señor será universal (Zac. 8:22-23; Isa. 11:9; Jer. 31:34). Así como hoy día, la maldad prevalece, y muchas naciones están aún en la oscuridad de la idolatría, entonces la justicia prevalecerá y todas las naciones conocerán el nombre de Jehová ( Malaquías 1:11 ). La manifestación visible de la gloria divina será vista sobre la ciudad de Jerusalén. Ezequiel vió la gloria de Dios saliendo gradualmente del templo de la ciudad de Jerusalén, y finalmente desapareciendo por completo hacia el este, sobre el Monte de las Olivas (Ezeq. 9:3; 10:4; 10:18; 11:23). Esto fue a consecuencia de la gran idolatría y abominación de las naciones. Otra vez, él ve la gloria retornando del este y llenando el Templo Milenial. La maravillosa gloria de Dios estará continuamente sobre la Ciudad Santa ( Isa. 4:5,6 ).
La era por venir se caracterizará por la ausencia del principal enemigo de Dios y el hombre, Satán, quien será atado y echado al abismo para que no engañe a las naciones. ¡Qué glorioso!, los cielos y la tierra serán limpiados de todas las influencias de maldad de Satán y sus huestes ( Apo. 20:1-3; 12:7-12; Job 15:15 ). Paz universal prevalecerá durante el glorioso período por venir. Los habitantes de la tierra no se quejarán más por tener que mantener grandes ejércitos y armamentos ( Isa. 2:4; Miq. 4:3,4 ). Los esfuerzos que los estadistas están haciendo para asegurar la paz a través de la reducción de armamentos es encomiable, pero la paz no se conseguirá nunca en su totalidad hasta que el Príncipe de Paz reine. Los estadistas se olvidarán de que la guerra nunca será abolida, hasta que la causa de la guerra, la iniquidad humana, sea removida.
Palestina fue una vez tierra de trigo, cebada, viñas, olivas y miel; que “de la lluvia del cielo debía beber de las aguas” (Deut. 8:8; 11:11). Pero la bendición fue quitada por la desobediencia de su pueblo, y por muchos años la lluvia ha sido suspendida. Hasta que el movimiento zionista empezó la colonización y renovación de la tierra por el desarrollo y de la agricultura y la plantación, Palestina ha sido descrita por los viajeros como desolada y arruinada. El esfuerzo humano la restaurará hasta cierto límite, pero su completa bendición espera hasta el retorno de la lluvia temprana y tardía en el tiempo de todo su cumplimiento. Entonces, la tierra producirá en abundancia (Joel 3:18; Amós 9:14; Isa. 34:1; Sal. 67:6; Joel 2:23-26; Isa. 55:13; Ezeq. 36:8-11).
La ferocidad de las bestias será quitada, todas las clases de animales vivirán en paz unos con otros, y un pequeño se sentará en medio de ellos confiado como en su casa (Isa. 11:6). El hombre, otra vez vivirá una gran edad como en los registros del Génesis (Isa. 65:20,22; Zac. 8:4). Esto puede resultar por un cambio climático y atmosférico, debido a la ausencia de la influencia de Satanás (Job 1:19; Isa. 65:20). Los poderes de los rayos solares serán siete veces más beneficiosos, y la luna brillará tan resplandeciente como el sol ( Isa. 30:26 ). Perece ser, según Isa. 60:19,20, que Jerusalén, y sus países vecinos, serán alumbrados por la presencia de Dios en lugar de la luna y el sol.
Como todas las dispensaciones previas, el Tiempo Milenial, terminará en fracaso, pues Satán será liberado y encontrará muchos corazones listos para rebelarse contra Dios; y el último atentado de las huestes aliadas de Satán contra la ciudad escogida de Dios y su pueblo es contrarrestado directamente por el juicio sobrenatural de Dios desde el cielo. Satán será arrojado al Lago de Fuego, allí será atormentado por siempre.
Resumiendo, las pruebas a la cual el hombre es sometido en las diferentes dispensaciones revelan que en el estado de inocencia, y bajo la conciencia, gobierno humano, promesa, ley perfecta y bajo la gracia, así como el perfecto ambiente de la Era Milenial, él fracaso le domina en su trato con Dios, pero este sigue luchando para salvar al hombre. El necesita salvación, que, sólo viene de Dios. A El sean gloria y honra por proveérnosla tan ricamente en Cristo.

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