¿A QUIEN BUSCAS?

Leer la Biblia puede ser una gran experiencia, siempre y cuando lo hagamos con el enfoque adecuado, y esto se lo digo, porque en la mayoría de las ocasiones cuando osamos leerla, vamos con la idea de encontrarnos a nosotros mismos y no la intención de encontrar y conocer a Dios, por tanto podemos entender las cosas de acuerdo a nuestro corazón y no de acuerdo a la intención que Dios tuvo. 
Esto es tan sencillo como ver a Adán quejarse con Dios y decirle "fue la mujer que me diste la que me dio a comer del fruto", a simple vista pudiera parecer que es Adán haciéndose pasar por una víctima, pero piénselo de esta manera, lo vemos y lo entendemos como víctima, porque así solemos actuar nosotros, pensamos que Adán actuó sin conocimiento, pues así actuamos nosotros, pero no fue así, y se lo voy a explicar. 
Si partimos del hecho de que Adán fue aquel primer hombre hecho a imagen y semejanza de Dios, podemos entender que Adán sabía y entendía lo mismo que Dios, a final de cuentas, habitaba en su real y constante presencia todo el tiempo, por tanto se entendía hijo de Dios (cosa que a nosotros nos cuesta trabajo hoy en día) y conocía su papel. 
Ahora bien imagine a Adán viendo morir en espíritu a la mujer que le pusieron como compañera y como responsabilidad, que susto!, de modo que sabiendo que era responsable de ella, decide comer del fruto, para poder ir a todo lugar que ella fuera y cuidarla, protegerla y cubrirla, ya que ese era su propósito, y ahora si, lea la misma frase que le dijo a Dios, pensando en que Adán no era un ignorante, sino lo hizo con el conocimiento adecuado y la responsabilidad que este conocimiento le daba. Nota como una simple frase puede tener 2 significados o más incluso que pueden ser completamente opuestos y nos pueden dar a entender cosas totalmente distintas de Dios por el puro hecho de darle enfoques distintos? He ahí la importancia de ver y entender las cosas con el enfoque adecuado, siempre que lea usted la Biblia, hágalo con la intención de conocer a Dios y entenderlo a Él, no con la idea de encontrarse a usted o acomodar lo que lea a sus situaciones, que es una práctica muy común. Todo esto viene a colación pues estamos en la parte del Padre nuestro que se presta mucho a este tipo de ejercicios, donde hacemos las cosas al modo que lo entendemos desde nuestro flanco y no desde el punto de vista de Dios, estamos en la parte que dice "hágase tu voluntad". 
Normalmente solemos pensar y creo que es porque alguien de manera ignorante nos lo dijo y decidimos creer que Dios tiene un mejor plan y que por alguna razón no nos lo quiere compartir y prefiere que vivamos con una venda en los ojos esperando algo "mejor", al grado que le hemos dado una entonación de "tolerancia", "resistencia" y "paciencia" al famoso "hágase tu voluntad". Pero sabe, Dios no pretende que antepongamos tolerantemente sus planes desconocidos a nuestras necesidades y a nuestras ganas de algo, para nada, Dios anhela compartirnos sus planes y anhela hablarnos de lo que tiene planeado para nosotros, para que podamos verdaderamente ser parte de su equipo y de verdaderamente recibir de sus beneficios, no es un trueque, es el funcionar hacia Dios y no contra Dios. 
"Hágase tu voluntad" es una frase con entendimiento, es una frase de gobierno, es una frase de celebración, solo piense en Jesús, que lejos de sufrir y lejos de pensar en que le iba a doler el morir por la humanidad, celebraba el hecho de que por fin el día de cumplir con su propósito había llegado y pudo decir "Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya"(Lucas 22:42), y no lo dijo por el sufrimiento que habría de pasar, sino porque veía el pecado y entendía su precio y sabía que esto que habría de hacer iba a ser rechazado por muchos. Cuando digo que iba a ser rechazado por muchos, me refiero a que antes había que cumplir una ley ritual la cual era entendida por todos y por tanto cumplida, pero ahora solo tenemos que reconocer a Jesús como nuestro Señor y Salvador y todo nuestro pasado queda borrado, es tan fácil que en ocasiones no le damos importancia, pareciera ridículo. Si entendemos que tanto Jesús así como Adán entendían lo que estaban haciendo, nos damos cuenta que estaba perfectamente conscientes del alcance de sus hechos, por tanto no tuvieron que "tolerar" ni "aguantar" nada, sino que funcionaban de acuerdo a un plan y estaban gustosos de cumplirlo. 
Justo para eso es la Biblia, para que conozcamos a Dios y nos entendamos parte de un plan eterno que no es flexible y que no cambia, y que es más importante que nuestras situaciones o las excusas que podamos tener, es en donde empezamos a entender que SU voluntad (la de Dios), tiene que ver con algo elaborado, con trascendencia y no solo "algo mejor" que no sabemos si entenderemos. 
Por tanto cada vez que ore conforme al Padre nuestro, tenga mucho cuidado, no pase por ahí de manera rápida por el famoso "hágase tu voluntad", más vale detenerse e investigar a que voluntad se refiere y ser parte del plan y no solo el que "aguanta" y deja las bendiciones pasar por enfrente suyo y no tener alcance a ellas.

0 comentarios: