CUIDANDO A NUESTROS HIJOS



LA BUENA PLATAFORMA DE LANZAMIENTO

Los niños reciben muchas influencias fuera de casa, pero la más duradera es la que ejercen sobre ellos sus propios padres. El hogar es la verdadera catapulta para que los hombres y mujeres ingresen al complejo mundo que nos toca vivir. Esa es la legítima plataforma de lanzamiento. Hay muchos padres que se lamentan por no tener buena relación con sus hijos adolescentes o jóvenes, y eso es muy triste. La buena inversión en la niñez facilita mucho el tiempo más difícil que viene después.

PRINCIPIOS AL ALCANCE DE LA MANO

Quiero ofrecerle algunos puntos que han ayudado a muchos padres, pero más a sus muchos hijos, para llegar a ser felices, responsables e independientes. Son principios viejos y probados hasta me animaría a decir: «infalibles», y que están al alcance de todo padre que tiene verdadero interés en el futuro de sus hijos.

  1. ¡ÁMELOS! Para muchos padres esto parece algo tan obvio que suena a infantilismo, pero los niños no lo piensan así. Una de las principales causas por las cuales los adolescentes huyen de sus hogares a destruir sus vidas por la droga, o los intentos de suicidio o abandonarse a la desidia, es debido a su sentimiento de que no son amados. No estamos hablando de malcriarlos o sobreprotegerlos, sino de mostrarles cariño, la sonrisa oportuna en el diario vivir, el pequeño regalo sin motivo especial. Esos factores representarán para ellos un gran apoyo en su maduración.

  2. AYÚDELOS A AMARSE Y VALORARSE A SÍ MISMOS: Cultive la autoestima de ellos. Sin autoestima, los niños se frustran, se paralizan emocionalmente, se abandonan. Si ellos sienten que usted no cree que puedan hacer nada bien, eso harán: Nada. En cambio, si tienen un concepto muy positivo de sí mismos, lograrán maravillas.Es muy difícil entablar relación con personas que parecen llevarse el mundo por delante debido a un autoconcepto muy inflado, pero que triste es ver a hombres y mujeres que son estériles en la vida, porque siempre pensaron que servían poco.

  3. DESAFÍELOS: Incúlqueles la aceptación de retos y desafíos. Los niños que experimentan triunfos y alcanzan cosas difíciles son aquellos a quienes se los ha estimulado para que hagan su mejor esfuerzo; para que exploren terreno desconocido y vean en sus propios errores oportunidades para madurar. En cuanto prueban el sabor del éxito, generalmente se esfuerzan por obtener más. Pero tenga cuidado; desafíelos a cosas que deban esforzarse, pero que estén de acuerdo a sus capacidades y posibilidades. Recuerde que son niños. Aliéntelos.

  4. ENSÉÑELES A TRABAJAR: Los niños no deben sostenerse con el sudor de su frente, pero si deben aprender poco a poco la necesidad de trabajar y ganar su sustento. Hay muchas tareas en la casa que ellos pueden y deben hacer. Renovar la bolsa de residuos, juntar hojas secas del piso, regar plantas no a los otros hermanos, acomodar sus camas, lavar la vajilla si ya tienen una edad suficiente, etcétera. Pero no los sobrecargue de responsabilidades.

  5. ESCÚCHELOS: Cuando se desarrollan las comidas en que toda la familia está junta, no acapare el tiempo con sus propios temas. Dé lugar a los niños a hablar, en especial de los temas que a ellos les interesan. Siéntese a charlar con ellos unos minutos todos los días. Una buena ocasión es la hora de acostarse, por ejemplo. Escúchelos sin que la televisión o el periódico interfieran. Sólo escúchelos y haga que ellos los escuchen a ustedes. La mayoría de los padres de familia no suelen dedicar suficiente tiempo a intercambiar impresiones con sus hijos, aunque esta podría ser la clave para establecer una buena relación entre padres e hijos. Escucharlos y prestarles una atención comprensiva es el mejor regalo del amor paterno y materno. Algunos padres confunden esto y escuchan a sus hijos, pero terminan dando su «eximio comentario» a cada cosa que el niño dice. Muchas veces el padre deberá emitir un juicio de apreciación, pero no siempre debe culminar cada tema con sus «profundas acotaciones». Escuchar a los niños es eso: escuchar. Entonces el niño sabrá que tiene un amigo, una amiga. Si esta comunicación no se establece desde la tierna edad, cuanto más mayores sean sus hijos, más difícil resultará que se confíen a ustedes.

  6. NO REHUYA NINGÚN TEMA: Sus hijos deben poder tener la confianza para hablar con usted de cualquier cosa. Sé muy bien que hay temas difíciles, y que uno no quiere apresurar ciertos temas espinosos en mentes tiernas que no están preparadas, pero el mundo les ofrece muchos temas a nuestros hijos sobre los cuales no tenemos control. Entonces pídale sabiduría al Señor y enfrente la situación con la mayor naturalidad posible. Si el niño tiene seis años y le pregunta sobre relaciones sexuales, háblele de eso de la manera menos escandalosa posible, pero no ande con vueltas porque él se dará cuenta al instante.

  7. SEA VERAZ Y COHERENTE: Si alguna pregunta de su hijo toca algún aspecto triste de su historia tal vez usted tuvo hijos son casarse previamente, o cometió hechos de los cuales se avergüenza, no rehuya la verdad. No debe ser tal vez muy detallista ni forzar a que el niño conozca cosas que no necesita saber, pero llegada la ocasión ineludible, con su verdad su hijo aprenderá sobre el valor de la verdad y la valentía de su padre o su madre de no esconder un hecho doloroso o "disfrazar" un pecado.

  8. ENSÉÑELES A TENER RESPETO: La falta de respeto de los menores hacia sus padres y hermanos no debería darse en ningún hogar. Ellos deben respetar a la autoridad. Dios es nuestro amigo y nuestro querido Padre, pero sigue siendo nuestro Dios. Conozco el caso de varios padres que han pasado vergüenza por las actitudes atrevidas y rebeldes de sus hijos. Lamentablemente, ya era tarde para enseñarles el respeto al prójimo y las buenas costumbres para vivir en medio de una sociedad compleja.

  9. RESPÉTELOS: Es muy sano que los hijos respeten a sus padres, pero …¿los tratan ustedes a ellos siempre con respeto, también? «Las reglas morales no se predican, sino que se aprenden con el ejemplo». Un niño aprende a ser respetuoso cuando ha visto y ha gustado el valor de ser respetado. ¿Se ríe usted de sus hijos frente a otras personas? ¿Los ha insultado alguna vez por algún error o equivocación? Tal como la Biblia recomienda, no los irrite. No los atormente con retos abusivos, o faltas de consideración a sus verdaderas necesidades y vivencias. Trate de escuchar antes de emitir una sentencia en alguna pelea entre ellos.

  10. ESTABLEZCA LÍMITES: Las reglas de conducta, cuando son claras y explícitas, proveen de seguridad a las personas, especialmente cuando tiene que encarar valores y estilos de vida diferentes de los suyos. Recuerdo una charla que tuvimos con algunos alumnos adolescentes de mi clase de Escuela Dominical. Algunos llegaron a confiar: «A veces suena vergonzoso decir: -Mi papá no me deja-, pero en muchas ocasiones ha sido más fácil zafarse de una conducta sospechosa diciendo eso a los amigos». Los muchachos y muchachas necesitan saber cuáles son los límites de la conducta aceptable.

  11. AYÚDELOS A INVESTIGAR LOS «POR QUÉ» Los jóvenes de hoy se enfrentan a un mundo cambiante, en el que necesitan poseer nuevos conocimientos y técnicas. ¿Cómo prepararlos? Incítelos a ser curiosos; alimente su creatividad; ayúdelos a adquirir hábitos de estudio y trabajo constantes.

  12. ENSÉÑALES A SER SOLIDARIOS: Procure que se interesen por su comunidad. Los niños son egoístas por excelencia. Ayúdelos a ser sensibles a las vivencias y necesidades ajenas. Si los padres estimulamos ese interés social, daremos un paso importante en la preparación de hombres y mujeres cabales, deseosos de dar más de lo que reciben. Muchos jovencitos pueden involucrarse en programas de ayuda, ser solícitos con los ancianos, atentos para con sus pares, etcétera.

  13. NO ATROFIE SU CRECIENTE AUTONOMÍA: Querrámoslo aceptar o no, los niños serán hombres y mujeres que deberán enfrentar un mundo complejo, difícil y en muchos casos cruel y ofensivo. Deje que se valgan por sí mismos. Es difícil para los padres no intervenir cuando sus hijos se raspan las rodillas, se sienten lastimados por el rechazo de un amigo o no consiguen el papel que deseaban desempeñar en la función teatral escolar. Pero la sobreprotección interfiere en las lecciones que proporciona el trato diario con toda clase de gente. El objetivo de todos los padres de familia debería ser formar personas independientes, responsables y armadas de confianza en sí mismas. Anímelos a seguir adelante, no dando demasiada importancia a los problemas circunstanciales.

  14. PRESÉNTELES AL MEJOR PERSONAJE DE LA HISTORIA: Haga su parte para que Dios esté presente en sus vidas. Si su hijo se encuentra con Dios, su vida estará en el verdadero camino. Mientras eso no ocurra, el muchacho o la muchacha no sintonizarán la verdadera filosofía de la vida, según el Creador nos hizo.

  15. OREN JUNTOS Y LEAN LA PALABRA EN FAMILIA, traten de compartir conversaciones espirituales, recordando a la familia el amor de Dios, así como la preocupación que Él tiene por cada uno de nosotros. A través de una experiencia con Dios, los jóvenes sabrán que en la vida hay algo más que la mera obligación de tratar al prójimo como nos gustaría que él nos tratara. Esteban, uno de los alumnos de mi clase, nos había contado sobre una fiesta a la que lo habían invitado algunos de sus compañeros de colegio. Habían invitado a algunas muchachas también. Luego de una hora de escuchar música, sus amigos comenzaron a pasar a los dormitorios con las chicas, aprovechando que los padres del dueño de casa no estaban. Fue allí cuando, pese a las burlas, Esteban se retiró de la fiesta. Ese domingo, en clase, él confesó: «Recuerdo que mi padre nos advirtió a mi hermano y a mí que el sexo no es una diversión, sino un regalo que Dios nos hace para que lo compartamos con una compañera muy especial. Entonces no entendimos bien a qué se refería, pero recordé sus palabras la noche de la fiesta».

  16. RETÍRESE Y ORE EN PRIVADO POR ELLOS: Clame al Señor y acompañe en oración a sus hijos por el sendero de la vida. Ruegue por sus vidas, sus estudios, sus amigos, sus futuras relaciones. Preséntelos diariamente frente al Señor, para que Él tenga cuidado de ellos. Y Dios le acompañará en el trabajo paterno, lo instruirá, lo consolará en los momentos difíciles y lo animará con su Espíritu.

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