COMO ESTA TU RELACION CON DIOS?


En la carta de Pablo a los judíos, en Romanos 2, podemos ver la realidad que se vivía en aquellos tiempos; realidad que, lamentablemente, hay quienes viven hoy.
A los judíos les llenaba de tal gloria, de tal orgullo, el ser llamado judío, que llegó el momento en que la confianza de ellos estaba puesta en ser judío, por encima de lo que esto representaba. Vivían tan orgullosos que hasta lo hacían como parte de su nombre. Hoy en día, vemos muchos cristianos que se llenan de orgullo, dándole más importancia a que se sepa que son cristianos, que a representar lo que es ser cristiano. 
Una de las marcas que distinguía a un judío era la circuncisión.  Esto era una marca externa, como símbolo del pacto que Dios había hecho con Abraham.  Lo que representaba aquel acto externo era un pacto de relación entre Dios y el hombre.  Los judíos se involucraron tanto en su propia ley y mandatos que perdieron el significado de lo que aquel acto significaba.  Tan así era que habían hecho de este acto uno más importante que la relación que tenían con Dios. 
Un símbolo no es lo que nos da el significado, sino el significado detrás del símbolo.  Las personas casadas, sin el aro de matrimonio, siguen casadas, porque el aro es un símbolo solamente.
El ser cristiano no es una religión, sino una relación de pacto con Dios.  Es por esto que muchos pueden ser cristianos, sin ser religiosos, mientras otros son religiosos, sin ser cristianos.  Cristo, en una ocasión, hasta comparó a los religiosos con sepulcros blanqueados porque en su interior no había relación.   Aun hoy día, muchos se preocupan por las marcas externas, cuando lo realmente importante es la relación con nuestro Dios. 
Los judíos eran muy conocedores de la ley y comenzaron a menospreciar a los demás.  Por esto, Pablo les dejaba saber que no miraran solamente lo externo, sino cómo estaban en su relación con Dios.  Los símbolos que los cristianos buscamos en nuestra vida los buscamos por lo que simbolizan para nosotros y no por el significado que tienen para el mundo. 
No es lo que está afuera lo que te da la victoria en Cristo Jesús. Lo que te ayuda a alcanzar las promesas de lo que Dios ha decretado sobre tu vida es tu relación con Dios.  La victoria en público se refleja de acuerdo a tu relación con Dios en lo privado. 
La biblia dice que el nombre de Dios es blasfemado por causa de aquellos que se jactan de ser conocedores de la ley y olvidan la relación con Dios.  Un hijo de Dios es aquel que lo es en su interior.
El mundo te va a exigir marcas, leyes y exigencias que ni ellos mismos cumplen, pero lo importante es que no olvidemos la vida íntima con Dios.  Es necesario estudiar Su palabra y retirarte en oración.   Lo importante no son los ritos ni las marcas, sino lo que él ha depositado dentro de ti. 

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