EL GNOSTICISMO



“Lo que estaba en juego por tanto era, no sencillamente tal o cual elemento del cristianismo, sino más bien la cuestión fundamental de si la nueva fe tenía o no tenía un mensaje único, y en qué sentido ese mensaje era único” (J. González, Historia del Cristianismo)

Por Jafet Abello

El gnosticismo (gr. Gnosis, conocimiento) fue un complejo movimiento filosófico-religioso del segundo siglo considerado la primera gran herejía que enfrentó el cristianismo y ante el cual debió esmerarse en gran manera para salir airoso. Los gnósticos aseguraban conocer una verdad superior reservada sólo para quienes poseían verdadero entendimiento. Dentro de esos conocimientos y de esa búsqueda de conocimiento, los gnósticos buscaban el conocimiento necesario para la salvación por lo que, al igual que el cristianismo, constituían una religión soteriológica. La Salvación, según el gnosticismo, no estaba fundamentada en la obra expiatoria y vicaria de Cristo en la cruz, sino que se fundaba en la “liberación” del espíritu que estaba esclavizado debido a su unión con cosas materiales (cuerpo). Es esta la liberación que buscaban los gnósticos y que aseveraban se alcanzaba a través del conocimiento (gnosis) desde dónde se deriva su nombre.

El gnosticismo se caracterizó por ser una religión sincretista que adaptaba todas las doctrinas y filosofías circulantes de la época, eso también incluyó las doctrinas cristianas que les llamaban la atención. Dicen los eruditos que el gnosticismo bebió de diversas fuentes (dualismo persa, astrología babilónica, etc.) , diversas doctrinas, y las mezcló de tal manera que es imposible saber el origen de todas ellas.

El primer líder del gnosticismo, Cerinto, distinguía entre Jesús y el Cristo, negando su divinidad, sosteniendo que Jesús fue un hijo-hombre de José y María, afirmando que el Cristo descendió en su bautismo y lo dejó en su crucifixión. En su doctrina creacionista se la atribuía al Demiurgo. El Demiurgo es un ser creador que combina las ideas con la materialización de esas ideas. Según muchos autores, el Demiurgo platónico es retomado por el gnosticismo y se le atribuye el ser la encarnación del mal. El Demiurgo es, entonces, un dios-creador, pero no un ser supremo, según Cerinto.

La liberación del mundo material se logrará a través de un conocimiento místico el cual es transmitido por un mensajero, que en el caso del gnosticismo cristiano, es Jesús. Los gnósticos piensan que a través de la razón se llega al conocimiento de salvación. Una vertiente de este conocimiento es la especulación. Esta especulación les lleva a proponer que el origen de todas las cosas es principio eterno (o eón) que va evolucionando y en la medida en que evoluciona también va en decadencia llegando finalmente a la conformación del mundo. Todo esto es medible por la numerología gnóstica. Los gnósticos pensaban, en último análisis, que el mundo material y el cuerpo era malo y que lo espiritual, bueno. De este pensamiento se derivaba su concepción moral: si el cuerpo era malo entonces se debía llevar una vida asceta y castigarlo, o se podía ser indiferente a su influencia. Esta razón llevó a encontrar grupos gnósticos ascetas y otros proclives al libertinaje.

Las amenazas que recibió el cristianismo por parte de los gnósticos fueron las siguientes: la cristología, la creación del mundo, y las doctrinas de la salvación. Respecto a la doctrina de la creación la divergencia se encuentra en que el gnosticismo plantea la creación del mundo por parte de un ser inferior, malo (el Demiurgo) no del Dios eterno que todo lo hizo bueno. El mundo es, por tanto, malo en su concepción.

En cuanto a las doctrinas salvíficas el gnosticismo propone una liberación a través del conocimiento y la posterior liberación del espíritu, contrarias a la doctrina cristiana de la salvación y de la regeneración del cuerpo y el espíritu en el día de la resurrección final (cabe la pregunta ¿es bueno o malo el cuerpo?). Por último, en lo que respecta a la cristología, el gnosticismo al afirmar que el cuerpo es malo, se negaba rotundamente a creer en que el Salvador vino en cuerpo de hombre y sufrió y murió (¡en ese cuerpo!) por los pecadores. Terminaron negando la encarnación del Cristo llegando así a la heterodoxa doctrina llamada docetismo (gr. Dokeó, parezco).

Todas estas amenazas fueron vistas por los primeros cristianos quienes las combatieron tenazmente. I de Juan fue escrita precisamente para combatir el gnosticismo en ella leemos: 1ª Jn.4:3:

“Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del Anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”
1ª Jn.4:3

Fue, por tanto, el gnosticismo un complejo sistema filosófico-religioso que debió ser combatido por nuestros hermanos en el primer siglo. Aun los hay, y debemos tener la tenacidad y conocimientos necesarios para defender con mansedumbre y reverencia la fe una vez dada a los santos.

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