7 PASOS PARA UNA FE EFICAZ


La fe mira hacia Dios.
La fe ve el poder de Dios.
La fe se apoya en la Palabra de Dios.
La fe reclama las promesas de Dios.

La fe mira hacia Dios.
La fe ve el poder de Dios.
La fe se apoya en la Palabra de Dios.
La fe reclama las promesas de Dios.
La fe opera en el poder de Dios.
La fe es Dios desde el principio hasta el fin. Nace en su corazón y la planta en nuestro corazón. Por eso la fe es nuestra victoria porque: “Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).


1. Edificar nuestra relación con el Padre
Cuando Jesús enseñó a sus discípulos cómo orar les dijo que orasen a su Padre en el cielo (Mateo 6:9). Somos hijos de Dios (Romanos 8:16). La confianza en nuestro Padre celestial es la base de nuestra fe. Cualquier cosa que rompe esta relación rompe la fe (1 Juan 3:21-22).

En el corazón de la fe necesita haber una relación abierta entre Dios nuestro Padre y nosotros como sus hijos. Venimos para pedirle cosas de mucha importancia. Necesitamos poder mirarle a los ojos y saber que existe una confianza entre nosotros (1 Juan 1:8-9) La fe obra mejor en un papel en blanco, por lo tanto, necesitamos mantener nuestra cuenta al día, diariamente con nuestro Padre en el cielo.

2. Escuchar a Dios
La fe depende del oír la Palabra de Dios. Una vez que hayamos oído la Palabra de Dios sobre el asunto, podemos permitirnos el lujo de esperar su respuesta, no importa el tiempo que tarde. Es importante esperar la Palabra de Dios, probarla y guardarla, para asegurarnos de que estamos en terreno de fe.

3. Construir tus Ebenezers
En el Antiguo Testamento, los Ebenezers eran pilares de piedra apilados como testigos de la ayuda que Dios había dado, por ejemplo, 1 Samuel 7:12. Estos servían como testimonio, para aquella generación y generaciones futuras, de la bondad de Dios.

La fe se construye sobre la fe. Cuanto más sigues en fe, tantos más testimonios tienes personalmente del poder salvador de Dios. Este es el motivo por el que los verdaderos hombres de fe no pueden ser estremecidos en su confianza en Dios.

Pueden llevarte de gira por sus Ebenezers. Es necesario, a veces, ir y mirar de nuevo en fe, las cosas que Dios ha hecho por nosotros en el pasado. Están allí y se mantienen como testigos incuestionables de la bondad de Dios.

4. Usar los dones del Espíritu Santo
Si lees 1 Corintios 12:7-11 descubrirás que Dios ha provisto toda una gama de dones que son útiles para la vida de fe. Existe el entendimiento y conocimiento espiritual; y los dones de discernimiento y de fe.

Todos son una parte de la provisión de Dios para la vida de fe y están disponibles a todos los que los busquen y los necesiten. El don de lenguas es particularmente apropiado cuando buscamos la opinión de Dios sobre un asunto determinado. Necesitamos dar sitio para que el Espíritu Santo de Dios opere porque El sabe cómo orar (Romanos 8:26).

5. Pedir en fe
Jesús enseñó:
Pedid y se os dará; busca y hallaréis; llamad, y se os abrirá. (Lucas 11:9)

La fe es conocer la voluntad de Dios y sencillamente, entrar en ese conocimiento ante el Padre para confirmar ese ruego. La mayoría de la gente ora sin conocer y, por lo tanto, no está segura si su oración será contestada o no.

La parte del ejercicio de fe más desafiante, y a veces el más prolongado, no es el pedir en fe; sino el proceso de llegar a estar seguro en la fe. Una vez que estés seguro, existe una gran paz y certeza en el Espíritu y no importa, en un sentido, el tiempo que tarde para que la respuesta aparezca en la práctica (Marcos 11:24).

6. Ganar la liberación de Satanás
Es necesario reclamar los recursos de Dios para su propio uso. Satanás domina grandemente las áreas de finanzas y poder. Intenta retener lo que es legítimamente de Dios y mantener al pueblo del Señor en pobreza y necesidad en su obra para el reino. Esto no es correcto y necesitamos aprender a prevalecer contra el diablo, en alabanza y adoración para librar estas cosas de su mano.

Este es el por qué necesitamos aprender a dejar que el enemigo se entere de nuestras oraciones. No le pedimos nada, sino que le dejamos saber que no vamos a permitir que retenga ninguna cosa buena que pertenezca a Dios.

El temor muchas veces es un factor que impide a la gente moverse en la fe. Esto no viene de Dios (2 Timoteo 1:7). Necesitamos ver que en Jesús nos ha sido dada la autoridad de vencer al enemigo y librar los recursos necesarios en su nombre. (Colosenses 2:15; Colosenses 3:17).

7. Volver a la primera Palabra
En el período después de recibir la garantía de fe, muchas veces somos vulnerables al ataque por medio de semillas de confusión. En tales momentos necesitamos volver a la palabra de garantía.

Dios no es un Dios de confusión sino de orden. Si tienes problemas reales, entonces coge tu dificultad y compártela con una persona de fe en quien sabes que puedes confiar (Isaías 55:11-13).

Jesús dijo: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:8)

1 comentarios:

Noemi

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