ORACION EFECTIVA


Debemos entender lo que estamos haciendo al presentar los proyectos, pues al hacerlo delante de Dios, no es algo que debamos dejar al azar. La gran mayoría tenemos proyectos que hemos estado meditando concienzudamente; unos, han
visto el cumplimiento de sus proyectos anteriores aún después de transcurridos los años, pero a otros, Dios no les ha respondido todavía.

Como institución también podemos presentar proyectos. El año anterior presentamos al Señor el proyecto de la compra del terreno donde llevamos congregándonos por más de diez años. Le pedimos que aparejara el camino y pudiéramos encontrar al respectivo dueño. Y efectivamente, Dios respondió a nuestra necesidad y nos permitió conocer a este hombre que resultó ser una excelente persona.
Empezamos por proponerle acuerdos para la compra y en este proceso hemos visto la respuesta de Dios durante este tiempo.
Usted puede tener su petición específica… su proyecto específico, sea material, emocional o espiritual, recuerde que Dios está interesado en todo lo concerniente a su vida.
Al conocer los anhelos que hay en los corazones de las personas, nos llenamos de emoción al saber que las Sagradas Escrituras pueden mostrarnos lo que Dios quiere en cada una de estas áreas; cómo quiere transformarlas para así responder
a cada petición de bendición presentada.
Dios nos entrega algunos principios para la oración por proyectos específicos, a través de la historia de un hombre que usted encontrará en el primer libro de Crónicas, capítulo cuatro, versículos nueve y diez. Veamos:
“Jabés fue más importante que sus hermanos. Cuando su madre le puso ese nombre, dijo: “Con aflicción lo he dado a luz”. Jabés le rogó al Dios de Israel: “Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que yo no padezca aflicción”. Y Dios le concedió su petición”.
Principio 1. Una Vida Integra.
“Jabés fue más importante que sus hermanos…”. 1 Crónicas. 4:9a
Escudriñando cuidadosamente allí usted encontrará un gran secreto.
Entre estas genealogías, las que componen la mayor parte del texto del capítulo cuatro, usted se encontrará con listas extensas de nombres inimaginables; pero en escasos ocho renglones, hallará la historia un hombre que tenía una vida íntegra. Este especial hombre se llamaba Jabés.
La Escritura habla muy poco de él. Dice que era una persona importante, más importante que sus hermanos. En otras versiones de la Biblia dice que era el más ilustre (Versión Reina Valera 60). Lo interesante aquí es el énfasis en una vida íntegra.
Vemos a Jabés, recibiendo reconocimiento en las Sagradas Escrituras así como lo hacen con Moisés, cuando dicen que era un hombre muy manso, más manso que todos los hombres de la tierra. También lo dicen de David, al afirmar que era un
hombre conforme al corazón de Dios, y de Jabés, dice que era más ilustre que todos sus hermanos, era más importante. La Palabra resalta la integridad de Jabés en la introducción de su pedido a Dios.

Jabés es un creyente anónimo, entre un sinnúmero de personas que perseveraban en agradar a Dios. Jabés nos representa, puede ser hombre o mujer. Jabés, puede ser usted. Para presentarle proyectos a Dios; sean individuales, de familia, de empresa, de iglesia, de ministerio, cualquiera sea el tipo de proyecto, en primer lugar, debemos revisar nuestra vida y si vemos algo oscuro, tener la valentía de reconocerlo delante de Dios, porque es el único que puede perdonarlo todo y, además, quiere hacerlo.

¿Para qué debemos hacer esto? Para poder entrar en su presencia, pues Dios no soporta la falta de integridad.
Por esta razón, Él dio la sangre de su Hijo, para que aquel que haya pecado pueda confiar en el derramamiento de la sangre del Cristo como pago total por todos sus pecados, no sólo los que hayamos cometido, sino los que estemos cometiendo y los que vayamos a cometer.
Cada uno debe examinarse a sí mismo, como dice el apóstol Pablo: Para podernos presentar limpios delante de Dios, con una vida íntegra.

Vimos que Jabez tenía una vida integra. Ahora continuamos con la segunda característica. Lo que llamamos una marca generacional.
“…Cuando su madre le puso ese nombre, dijo: “Con aflicción lo he dado a luz””.
1 Crònicas. 4:9b
Su vida no fue fácil, pues traía una marca generacional sobre ella.
Su madre sufrió mucho en el parto, a tal punto que decidió llamar a su hijo Aflicción, pues eso traduce su nombre: Con aflicción lo he dado a luz. Puede usted imaginarse el decreto constante sobre su vida llamándole desde pequeño Aflicción:
¡Aflicción tiene gripa!, ¡a Aflicción hay que llevarlo al pediatra!, ¡Aflicción está llorando! Cuando llegaba a un sitio lo saludaban: ¡Hola Aflicción!
Las aflicciones pueden venir por una marca generacional, pueden venir provocadas por enfermedades, ruinas, traiciones, etc.

En los seminarios de liderazgo financiero que compartimos, encontramos situaciones negativas en el campo de los negocios que vienen como herencias de este tipo.
Pueden ser facetas emocionales…“Esta vida es muy dura”, “Nosotros nunca hemos tenido nada”, “Si conseguimos algo, alguien vendrá a robárnoslo” y así sucesivamente.
El problema no se originó en nosotros, en muchas ocasiones, el problema tiene una raíz generacional.
No debemos tolerar las aflicciones, podemos cambiarlas en bendiciones. Jabés decidió que no viviría más bajo ese estigma. Dios lo ayudó y nos ayudará a nosotros.
Si su nombre es Dolores Amargos, hay algo que revisar; tal vez refleje mucho de su situación, recuerde, lo que confesemos sobre nuestras vidas eso vendrá. El llamado no es a hacer cambios en su nombre, el llamado es a evaluar si a través
de la línea familiar hemos recibido una marca generacional y tener cuidado al tomar las decisiones que, indudablemente, traerán sobre los descendientes aflicción o bendición.
No debemos tolerar las aflicciones, podemos cambiarlas en bendiciones.

La marca generacional puede evidenciarse en el campo de la salud. Hay familias en las que una enfermedad ha sido repetitiva y se ha venido dando en parientes y anteriores generaciones, ahora, usted está empezando a sufrir de esa misma aflicción.

La marca se da en la división familiar a través de fracasos sentimentales o matrimoniales. Problemas en la crianza de sus hijos o en la relación con sus padres y ahora usted está pensando: “Bueno, esa es la marca generacional que me tocó y no puedo hacer nada”. En su contexto social, hay personas que lo determinan para que no pueda avanzar, diciéndole: “No puedes cambiar”, “nadie se ha sanado de eso” o “¿no ves que todo va empeorando?”. ¿Conoce este tipo de personas? Hablan de sus propias marcas generacionales. No se deje marcar usted por las marcas generacionales de otros. Oramos para que pueda examinar con la dirección del Espíritu Santo, sí hay marcas generacionales que estén implantando aflicción en su vida y sí lo que usted quiere en su proyecto es un cambio, empezar de nuevo, cambiar su manera de vivir, cambiar en las relaciones sentimentales, asumir esa nueva relación que Dios le ha dado, es indispensable romper con esas marcas generacionales.

0 comentarios: