En un tiempo en el que se cuestiona la perspectiva histórica y bíblica de la predicación de Pablo del Evangelio, el Dr. MacArthur expone una fresca perspectiva bíblica de lo que es el Evangelio.
Exponiendo temas esenciales en la predicación de Pablo como:
- La resurrección.
- El veredicto de culpa universal.
- La justificación por la fe sola.
- La expiación sustitutoria.
- La gracia, el legalismo y el antinomianismo.
Al final del libro, MacArthur ofrece cuatro apendices que vale la pena leer con atención:
- En defensa de la expiación sustitutoria. En este apendice, expone una perspectiva histórica de lo que la iglesia ha creído acerca de la expiación sustitutoria desdeel inicio de la misma.
- Cristo murió por Dios. Aquí expone el principal motivo de la muerte de Cristo, y como ésta fue en primera instancia, un sacrificio para Dios, una sumisión a Dios, una sustitución ofrecida a Dios, que satisfizo a Dios, fue nuestra salvación para Dios y fue el medio de nuestra condición de hijos ante Dios.
- La Razón de Todo. Una mirada a la conclusión primaria y final de que la razón de todas las cosas es la gloria de Dios.
- El glorioso evangelio de Pablo. Es un apéndice adaptado y abreviado de dos sermones de Charles H. Spurgeon, es de verdad asombroso y vale la pena leerlo.
Este es un excelente libro que vale la pena leer, la exposición de cada uno de los temas es completamente bíblica y bastante precisa. Y como bien comentó Todd Friel sobre el libro:
No necesitamos una nueva perspectiva de Pablo; necesitamos una perspectiva bíblica. El doctor John MacArthur, como siempre, lo consigue.
Estas son algunas de mis frases favoritas del libro, espero se animen a leerlo.
El evangelio de Jesucristo es la verdad divinamente revelada y establecida en el cumplimiento meticulosamente histórico de varias profecías del Antiguo Testamento, documentado por montones de evidencia irrefutable, confirmado por una serie de eventos públicos que ningún simple mortal podría haber orquestado y corroborado por una gran abundancia de testigos oculares. (p. 9)
Las Buenas Nuevas no son una leyenda sujeta a interpretación, ni una cosmovisión elástica que se puede reconciliar con la filosofía corintiana, el escepticismo académico o las preferencias posmodernas. El sacrificio que rindió Cristo por los pecados fue un acontecimiento real, visto por innumerables testigos oculares, verificado por los oficiales romanos y sellado por Pilato mismo con el entierro de nuestro Señor. (p. 17)
La resurrección es el sello de aprobación de Dios de la obra expiatoria de Cristo. En la cruz, justo antes de inclinar su cabeza y entregar su espíritu, Jesús dijo: “Consumado es”. En la resurrección, Dios Padre añadió su amén. (p.18)
El evangelio de Jesucristo es un mensaje de logro divino. Es un anuncio de que Cristo ya ha triunfado sobre el pecado y la muerte en lugar de pecadores desesperados que alcanzan la redención de Dios solo por fe. Esta es una religión basada en la gracia. El enfoque está en lo que Dios ya ha hecho por los pecadores.(p. 25)
El merito total de la justicia de Cristo se le imputa a todo aquel que se une a Él por fe, precisamente del mismo modo que su culpa se le imputa a Él (2 Corintios 5:21). No hay un principio más vital para un buen entendimiento de la justificación por fe. Y como la doctrina de la justificación es el eje de la enseñanza de Pablo sobre el evangelio, simplemente no es posible entender o explicar adecuadamente la soteriología paulina sin recurrir al lenguaje y el principio de la imputación. (p. 35)
Si todas las formas que planean los hombres asaltaran mi fe con un arte desleal, Yo las llamaría vanidad y mentiras, Y ataría el evangelio a mi corazón. — C. H. Spurgeon
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