EL GOZO

Los cristianos debemos ser alegres y estar gozosos, verdad? Tenemos la seguridad de sabernos Hijos de Dios, de tener la Salvación por la Gracia del Señor, sabemos y descansamos en las promesas de que nada nos faltará… En fin, tenemos miles de motivos para ser alegres.
 Estos extractos de pasajes reflejan el gozo de los cristianos:
” Los apóstoles salieron de la presencia de las autoridades muy contentos…”
“…mientras Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios…”
“Ahora me alegro…”
 Pero no siempre lo estamos. No hay ninguna novedad en lo que voy a decir, pero, los cristianos, como al resto del mundo, perdemos el gozo cuando las tormentas se avecinan. A nosotros, como al resto del mundo, nos pesa el sufrimiento, las injusticias. No podemos, como el resto del mundo, soportar dolores y penas tan profundas que no dejan de sangrar. Y es que somos, como el resto del mundo, humanos…
¿Y qué pasa entonces con el gozo del cristiano en estos tiempos tan difíciles? ¿Volverá nuestra dicha cuando por fin el Señor responda nuestro clamor y nos consuele?
  El gozo del cristiano no es el resultado del final de una batalla, sino el proceso de sabernos victoriosos en Cristo! Si estamos en tribulaciones, nuestro camino será el de encontrar la alegría en ese tiempo y no después, sino… somos como el resto del mundo.
 Contextualicemos los extractos de pasajes anteriormente mencionados:
Así que llamaron a los apóstoles, los azotaron y les prohibieron seguir hablando en el nombre de Jesús; después los soltaron.41 Los apóstoles salieron de la presencia de las autoridades muy contentos, porque Dios les había concedido el honor de sufrir injurias por causa del nombre de Jesús.        Hechos 5. 40-42
22 Entonces la gente se levantó contra ellos, y los jueces ordenaron que les quitaran la ropa y los azotaran con varas. 23 Después de haberlos azotado mucho, los metieron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los vigilara con el mayor cuidado. 24 Al recibir esta orden, el carcelero los metió en el lugar más profundo de la cárcel y los dejó con los pies sujetos en el cepo.
25 Pero a eso de la medianoche, mientras Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los otros presos estaban escuchando…”     Hechos 16:22-25

Ahora me alegro de lo que sufro por ustedes, porque de esta manera voy completando, en mi propio cuerpo, lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo.      Colosenses 1.24
 Los protagonistas de estos pasajes tenían el gozo del Señor y no el humano. Y es ésta la alegría  que nos hace diferentes, locos e increíbles para el mundo…
¿Estás transitando una tormenta? ¿Estás desesperanzado, cansado? ¿Estás agobiado por una pena? ¿Ya no tenés fuerzas para seguir luchando? Entregá, no sólo tus penas, sino también tus sueños a los pies del Señor.
 Y cuando Èl renueve tus fuerzas, sientas Su mano bajo tus pies y sientas el descanso de Su paz , ahí, sabrás que la batalla está ganada, porque tu alma está gozosa.

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