LA INDECISION ATRASA

La indecisión es “es la falta de determinación ante una cuestión dudosa. Falta de valor o firmeza en el carácter y en la manera de actuar”. Basándonos en esto, la falta de algo nos habla claramente de estar incompletos. Completo y pleno son sinónimos. La indecisión te hace un hombre o una mujer incompleta y el ser incompleto te quita la plenitud. No ser pleno es lo que a la mayoría de las personas les hace infelices en esta vida.

Una vez me enseñaron que los judíos son tan buenos negociantes porque son gente decidida. Si van a hacer algo, lo hacen y punto. No pierden su tiempo ni vacilan. Así también, si no lo van a hacer, pues no lo hacen.

Estar en medio de la carretera parado es muy peligroso. ¿Me explico? Yo perdí muchas oportunidades por culpa de la indecisión. Dudé acerca de lo que tendría que haber hecho. Cuando me decidí a hacerlo, ya era muy tarde. A partir de esas malas experiencias, entendí que preferiría fracasar en algo que perder la oportunidad de intentarlo. Ser decididos es para valientes. Entendí también que la indecisión, muchas veces, es la expresión de la cobardía. Así mismo, si no estás seguro de algo, no lo hagas, porque serías un tonto. Lo importante es decidir por algo, hacerlo o no.

Un famoso proverbio oriental dice que para cruzar el desierto más grande del mundo lo único que se necesita es dar el primer paso. Ese paso tan importante se resume en decidir hacerlo. Como líder, no puedo titubear en tomar decisiones porque hay gente que para continuar o no, depende de lo que decido. La Biblia dice en 1 Corintios 14:8: “Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?”. Nosotros somos las trompetas que esperan escuchar muchas personas para entrar en batalla con la vida misma.

Hay varios puntos que se deben tener en cuenta para ser una persona decidida. Una de las formas de descubrir alguna “fórmula” para ser una persona decidida es observando a los que ya lo son. En muchos de ellos se ve una característica indiscutible: son personas de éxito. Y cuando hablo de éxito, no hablo solo de lo que el mundo y el sistema del mismo consideran éxito, como el dinero o la fama. Hablo de todo tipo de éxito: familiar, deportivo, cultural y espiritual. El éxito humano, a mi entender, es llegar a hacer lo que a uno le gusta y Dios diseñó, con excelencia y amor, y que esto trascienda generaciones. O sea, que deje algo para los que vendrán.

Las características de las personas decididas son:

Identidad–Saben quiénes son, lo que pueden hacer y qué les espera. “Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero” (Gálatas 4:7, NTV).
Confianza en sí mismos–Están seguros del valor que tienen y esto les lleva a tomar decisiones sólidas. “Así que no pierdan la confianza, porque esta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido” (Hebreos 10:35–36, NVI).

Confianza en Dios–Podríamos definir esta característica como fe. Las personas decididas deciden sabiendo que hay un Dios que les guarda. “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres.”(Josué 1:9, RVA) y: “Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo”(Juan 16:33, RVA).

Organizadas–Tienen planes y se rigen por ellos. A la hora de decidir, ya saben lo que tienen que hacer antes de que pase. “Pero hágase todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14:40).

Conocimientos y preparación–Ante la crisis tienen el conocimiento y la preparación necesarios para tomar decisiones y salir de la crisis.“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento...” (Oseas 4:6).

Humildad–Aún teniendo todos estos atributos, son personas humildes que siempre siguen aprendiendo. La persona que “lo sabe todo” pierde muchas oportunidades de aprender de los demás. “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6).

Conscientes de los malos y buenos momentos–Para decidir es importante saber que no siempre lo que decidamos será lo correcto. Ese dolor o fracaso no nos debería impedir volver a tomar decisiones. La conciencia de saber esto nos hace libres para tomar decisiones a pesar de la posibilidad de error, y nos da experiencia; aprendamos de ellas. “Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez” (Filipenses 4:12, NVI).

Tenemos que vencernos, venciendo la indecisión de una vez por todas. Toma la decisión correcta, decide salir adelante, sé firme y confía en Dios. Así llegarás hasta el final.  

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