EL MEJOR TIIPO DE ALABANZA

Dios busca una alabanza que nazca de los tiempos de adversidad o aflicción. Algunas veces Él nos lleva a experiencias desagradables, difíciles o incluso dolorosas. Su Palabra dice que Él nos prueba en horno de aflicción (Isaías 48:10). No sé por qué, pero hay veces en que Dios nos permite a cada uno pasar por un horno de aflicción. Hay un sonido particular de adoración que solamente puede surgir cuando uno ha pasado a través de pruebas. Posiblemente haya un horno ardiente en su salud, su matrimonio o con respecto a un familiar. 

Esa pitón, Satanás, desea enrollarse en su situación y distorsionar los propósitos de Dios para hacerlo sentirse abandonado y olvidado. Él sabe que cuando perdemos la esperanza, perdemos la alabanza. No sea engañado por el mentiroso. Enfoque su corazón en Dios que es fiel, que lo ama, que lo ha llamado y equipado para vencer. El corazón que le complace a Dios busca un camino para alabarlo, incluso al calor de la prueba. Si usted tiene aliento, puede alabar al Señor. Posiblemente no tenga empleo, pero tiene aliento. Posiblemente no tenga coche, pero tiene aliento. Como dije anteriormente en este capítulo, hay muchas maneras de adorar al Señor: con manos levantadas, pies que danzan y el cuerpo inclinado. Pero hay una alabanza que no necesita nada más que nuestro aliento. Es una alabanza que se levanta del horno donde lo hemos perdido todo excepto nuestro aliento. Es una alabanza que no está ligada a las posesiones materiales o a sucesos específicos. Es una alabanza que surge cuando alabamos a Dios a pesar de todo. Cuando pasamos por el fuego, podemos ver lo que realmente hay en nuestro interior. Determine que mientras tenga aliento, usted lo adorará. 

Hace un tiempo leí una historia acerca de un incendio que comenzó en South Bend, Indiana, en una tienda de computadoras. El departamento local de bomberos fue el primero en llegar a la escena. Ellos echaron agua en el exterior del edificio, pero eso estaba afectando muy poco el fuego interior. A medida que el fuego continuaba extendiéndose y haciéndose más intenso, llamaron a otras agrupaciones de bomberos. Uno de los departamentos más pequeños del condado aledaño, se apresuró para ayudar. Ellos tenían un presupuesto reducido y su camión de bomberos era viejo. Cuando llegaron a toda velocidad, pasaron por encima de la acera, cruzaron el patio y atravesaron el muro del edificio directamente hacia al incendio. Al estar ahí, sacaron sus mangueras y se pusieron a trabajar. Se las arreglaron para apagar el fuego que no había podido ser controlado antes. Pudieron hacer más desde adentro que lo que la otra agrupación de bomberos pudo hacer desde afuera. Al día siguiente, el dueño de la empresa de computadoras le ofreció a esa pequeña agrupación de bomberos un cheque por diez mil dólares, en agradecimiento por la valentía que mostraron al dirigirse al centro del incendio. Cuando la prensa le preguntó al jefe de bomberos para qué utilizaría el dinero, dijo que ¡lo primero que harían sería comprarle frenos nuevos a su camión! Aquellos bomberos nunca planearon ir directo en medio del fuego. 

Posiblemente usted no planeó estar donde está ahora. Dios desea que sepa que Él lo tiene ahí porque hay cosas que puede hacer desde el interior de la feroz situación, mejor de lo que lo puede hacer desde afuera. Usted no puede saber cuan fuerte es su fe hasta que ha estado en el interior del fuego. Dios desea que suelte su alabanza. Esa puede ser su respuesta sin importar lo que enfrente. 

Siempre hay alguien que es elegido último, alguien que no parece calificado para estar en el equipo. Dios dice: “Lo que lo califica para estar en mi equipo es el horno”. Si usted está en un horno, ese es un indicio de que Dios tiene una tarea para usted. 

David fue elegido de en medio del fuego. Él dijo que tendríamos problemas, pero que Dios nos libraría de todos ellos (Salmos 34:19). David no negó que hubiera problemas en la vida, pero sabía que Dios era el liberador, sin importar lo que sucediera. 

Job fue elegido de en medio del fuego. Estaba determinado a servir a Dios sin importar lo que pasara: “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré” (Job 13:15). Job perdió a sus hijos, su sustento, su riqueza y su salud: todo. No le quedaba nada más que su aliento. En medio de todo, Job alabó a Dios. Es por ello que Dios lo eligió. A pesar de todo lo que soportó, Job pudo decir firmemente: “Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro” (Job 23:10). 

José fue elegido de en medio del fuego. Fue despreciado por su propia familia, rechazado, tentado, engañado, acusado falsamente y castigado por un delito que no cometió. Sin embargo, al final, José supo que lo que los hombres hacían para mal, Dios lo usaría para bien. Dios lo eligió de en medio del fuego, lo puso en el palacio y lo usó para salvar a una generación. 

Finalmente, el horno de la adversidad no nos hace; nos revela. El fuego muestra lo que realmente somos en el interior. Podemos perder nuestra alabanza o encontrarla durante la prueba ardiente.

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