PENSANDO EN VOZ ALTA...

A veces tenemos que hacer un alto y escuchar las cosas que hablamos y nos daremos cuenta que muchas de ellas no hacen sentido o simplemente no concuerdan con lo que actuamos, no le sé decir porqué es así, pero todo el tiempo pareciera que estuviéramos vendiendo una imagen de nosotros que es distinta a la realidad, le ha sucedido? 
Normalmente cuando necesitamos algo de alguien ó cuando estamos retrasados con algo y no queremos quedar mal, ó simplemente cuando las cosas no suceden como esperamos, usamos diminutivos como si eso redujera nuestra falla, usamos términos como "me faltan solo 5 minutitos", "necesito que me hagas un favorcito" ó qué se yo, y ni los 5 minutos de tolerancia que pedimos son mas cortos que los minutos normales ni el favor es mas sencillo o mas fácil por el hecho que le agreguemos el famoso "ito", al final lo ha pensado? 
 También cuando hablamos con alguien a quien pedimos algo, o estamos a punto de quedar mal con alguien, le hablamos en diminutivo, con la intención a veces de buscar su empatía o bien su simpatía, pero si lo pensamos detenidamente, solo estamos dementando a esa persona porque lo que realmente queremos hacer es manipularlo para que acceda a lo que pedimos o sea tolerante con nosotros. Sé que lo que escribo pudiera parecer exagerado y hasta cierto punto poco tolerante, pero sabe, he hecho un detenido examen de consciencia y además he analizado muchas situaciones en donde sucede como le platico y le aseguro que no es ni exagerado ni poco tolerante, la actitud que tomamos es manipuladora y es demeritativa, casi casi una falta de respeto. 
Esto se lo digo, porque igual como hacemos con las personas, hacemos con Dios, lo llamamos "Diocito", "Chuy" y no sé de que tantas otras maneras, pensando que podemos manipular a Dios hacia nuestro favor y olvidando que estamos hablando con el Creador del Universo y el único que merece honra, por tanto la reverencia es una parte importante. Es cierto que Dios espera que entremos confiados delante del Él, pero también el mismo Dios nos advierte que no deja de ser Dios por ser nuestro Padre, por el contrario, el ser nuestro Padre no le demerita a Él, sino que nos sube a su nivel, siempre y cuando nos sepamos comportar al nivel, lo ha pensado? 
Dios nos dio un nombre para que nunca olvidemos quien es Él y para que de la misma manera siempre tengamos en mente su impacto, no sólo en nosotros, sino en nuestras circunstancias, ese nombre es El-Eyón que significa el "Dios Altísimo" (Génesis 14:17-22) quien es soberano y que está por encima del mundo, de nuestras circunstancias y de nosotros mismos, pero que su altura le da una mejor perspectiva la cual nos quiere compartir. Cuando oramos conforme al Padre nuestro y no tenemos en cuenta que estamos hablando con El-Eyón, todo lo que sigue en nuestra oración no tiene ningún sentido, ya que no estamos dimensionado que Dios está por encima de lo que podamos pedir o de lo que nos aflige, El-Eyón es la llave para desatar el poder, pues ahora si estamos tratando no con un gigante, sino con "Él" gigante que viene a respaldarnos en cualquier situación y que no tiene problemas con hacer gala de su poder y su majestad para respaldarnos y conquistar a otros. 
Es por eso que debemos de cuidar mucho cuando hablamos, ya que ni podemos hablar de Dios en diminutivo, no podemos decir a la ligera "Dios me dijo", ya que estamos comprometiendo el carácter de Dios, y debemos de recordar siempre que somos sus representantes y embajadores de su Reino. Ahora bien, tiene usted 2 opciones, el tomarse de la mano de El-Eyón y lucirse al caminar junto al altísimo, pasando por encima de toda circunstancia o bien decir que soy una exagerada y seguir batallando toda la vida por las mismas cosas....

0 comentarios: