CUANDO DIOS ES QUIEN TE AVALA...

En la antigua Inglaterra los Caballeros competían en las famosas "justas", que eran aquellas competencias en donde 2 Caballeros sostenían una lanza y corrían en sus caballos esperando derribar a su contrincante, para esto, cada uno de los caballeros llevaba un siervo que le anunciaba. 
Cuando el siervo le anunciaba, hacía alarde de todo tipo de hazañas de su amo, platicaba sus experiencias y anécdotas sin omitir detalle, esto con la intención de ganar el favor del público que observaba, pero sobre todo con la intención de intimidar al contrincante, haciéndole dudar de su capacidad, hablaba de todo tipo de conquistas y describía su carácter, muy probablemente estos anuncios estaban llenos de exageraciones y muy probablemente contenían una serie de mentiras, pero en esa época eso era difícil de comprobar, lo que si, es que la mitad del trabajo de una buena batalla era la presentación del Caballero que habría de pelear. Hay cosas que no cambian, normalmente pasamos mucho tiempo trabajando en nuestra imagen y en nuestra reputación, queremos que todos nos vean como alguien "bueno" y sobre todo tratamos de cubrir aquellas cosas o aquellas situaciones en las que no estamos firmes o no son del todo agradables, a veces sin darnos cuenta, tejemos alrededor de nosotros toda una telaraña de historias o hechos que son verdades a medias o que simplemente no son ciertas con tal de que los demás no vean nuestra realidad y no puedan ver a través de nosotros. Lo más interesante, es que aún cuando estamos mal solemos decidir qué es lo que queremos que vean de nosotros, es decir, solemos seleccionar la imagen que queremos vender y qué es lo que esperamos lograr al vender esta imagen, no sé exactamente como, pero nos vemos constantemente envueltos en un ejercicio de manipulación constante que nos impide en la mayoría de las ocasiones el vernos, incluso el ser honestos con nosotros mismos y salir adelante adecuadamente. 
Todo este ejercicio de estar luchando constantemente para proyectar una imagen es muy cansado, porque lamentablemente tarde o temprano, alguien va a ver nuestra realidad y no va a ser agradable. Afortunadamente Dios sabe esto y mejor aún, Dios tiene una serie de cualidades, de atributos y de habilidades para nosotros que funcionan solamente por medio y a través de Él, y que están disponibles en el momento que lo deseemos, pero igualmente de importante que estos atributos y habilidades, es que Dios se encarga de hablar a otros de nosotros, es decir, Él avala lo que puede y lo que quiere hacer en y por nosotros si lo permitimos, y esto puede ahuyentar e intimidar a cualquiera, ó simplemente ponernos en un lugar donde otros puedan admirar su obra y sus efectos en lo que ha hecho en nosotros. 
La buena publicidad es más efectiva cuando viene de arriba hacia abajo que de abajo hacia arriba, pues cuando alguien que es inferior (en este caso el siervo del Caballero), puede tender a hablar cosas que no sabe pero que pueden sonar bien con la intención de agradar a su amo, pero cuando alguien superior habla bien de otro, su palabra y su prestigio están de por medio y no se arriesgará a compartir información equivocada, pues le puede afectar. La palabra de Dios nos enseña que Dios tienes pensamientos de bien para con nosotros y esos pensamientos se tornan en palabras y en hechos cuando recurrimos al nombre de Yahvé Nissi, que significa "Dios es mi estandarte" (Éxodo 17:15,16), que es justo cuando Dios habla de lo que Él es en nosotros, de lo que Él puede y ha decidido hacer en nosotros y por medio de nosotros y lo que representa su Reino. 
Es por eso que nos es mejor recurrir a Yahvé Nissi, pues eso nos va a dar la garantía de que otros (incluido Satanás nuestro adversario) vean lo que a simple vista no se muestra, pero que a su vez es como un ejercito respaldándonos y que intimida a cualquiera. Como ve?, que prefiere hacer?, prefiere depender de lo que otros digan y piensen de usted o va a recurrir a Yahvé Nissi quien a hablará lo justo, lo eterno y lo santo de usted?

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